Algunos están recibiendo clases de acordeón desde antes de los seis años, incluso cuando necesitan ayuda para cargar el instrumento. Desde entonces en los ensayos y clases se escucha el compás de la puya, el merengue, son y el paseo.

El aprendiz obediente que no supera los 12 años solo toca lo que el maestro enseña. Recién se está sembrando la semilla. Pero aparece la adolescencia y cada acordeonero empieza a tomar decisiones sobre su carrera artística.

Y muchos se sirven del Festival de la Leyenda Vallenata para dar los frutos y empezar a mostrarse. La categoría juvenil es ese espacio donde “se consolidan muchos artistas para salir a hacer faenas musicales con los grupos artísticos”, define Fernando Villegas, coordinador de las categorías infantiles femenino y masculino en los concursos del Festival de la Leyenda Vallenata.

“Ya pasó la primera etapa, es como terminar la primaria, ahora abren la mente para cargar el acordeón y experimentar. Cuando llegan a concursar los muchachos ya están preparados, son unos fenómenos”, argumentó ‘Beto’ Murgas, uno de los compositores y acordeoneros insignes del vallenato.

En la versión 52 del Festival, 48 acordeoneros buscan la corona de rey juvenil que ostenta Yerson Robles, ganador en la edición del 2018. Este año el concurso que entrega la estatuilla dorada Cacique Upar que certifica la condición de monarca del Festival en la categoría juvenil, empezará el jueves desde las 9 de la mañana en el Coliseo de Ferias Pedro Castro Monsalvo con la primera ronda donde los jurados calificarán los aires de puya y son.

Tanto en la categoría mayor como en la infantil la Fundación del Festival Vallenato abrió concursos femeninos. En la juvenil aún no se ha abierto y la competencia es mixta. Sin embargo, los 48 concursantes, que van desde los 14 hasta los 18 años, son hombres. La participación femenina se concentra tocando la guacharaca y la caja.

“La categoría juvenil sirve para que se formen más técnicamente, cuando están en esa edad, entre los 14 y 18 años ellos tienden a ser muy perfeccionistas. Entonces en esta etapa se terminan de graduar musicalmente hablando y definen sus tendencias musicales” comenta por su lado el coordinador Fernando Villegas.

LA TECNOLOGÍA HA HECHO LAS COSAS MÁS FÁCILES

“No todo está dicho en el acordeón”, reseña Murgas después de más de 30 años en amistad con el instrumento. Sin embargo, las nuevas generaciones la tienen más fácil gracias a las herramientas que produjo la tecnología.

“Esa es la época cuando los muchachos se encantan por algún acordeonero. Si les gusta ‘Juancho’ Rois empiezan a ver videos, a escuchar audios. Ahora hay referentes, por eso los juglares demoraron más en formarse, a ellos les tocó dar los primeros pasos, conocer el acordeón”, detalló ‘Beto’ Murgas.

No pocos son los acordeoneros que desde las categorías menores trabajan por el título de reyes. “Es que ser rey vallenato es un título que muchos quisiéramos haber obtenido. Te abre puertas, incluso aumenta el afecto de la gente. De allí que se vea tanta lucha por obtenerlo. Es la cúspide para muchos… más todavía si es el de rey de reyes”, agrega Murgas, quien es fundador del Museo del Acordeón en Valledupar.

En efecto, para algunos ser rey es la cumbre, para otros el inicio de una vida artística. Justo, el sábado desde las 7 de la noche se elegirá entre los finalistas de los 48 participantes el nuevo monarca de la categoría juvenil del Festival de la Leyenda Vallenata en su versión 52, que será acompañado por el segundo y el tercero, quienes se llevarán la estatuilla de plata y bronce del Cacique Upar respectivamente.

Por: DEIVIS CARO DAZA / EL PILÓN
[email protected]