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Manaure es el sitio de mayor recordación y con amor nacieron los tres monitos: Fausto, Sarita y Sofía, los tres hijos del alma que Escalona describió con maestría.
Manaure es el sitio de mayor recordación y con amor nacieron los tres monitos: Fausto, Sarita y Sofía, los tres hijos del alma que Escalona describió con maestría.
El camino del proceso vital termina o se extingue con la muerte. Esta etapa, difícil de asimilar y que en ocasiones se expresa que debemos estar preparados para ella, no lo es tanto, debido a que nuestros seres queridos pueden tener cien años de vida, y aun así los sentimientos de tristeza nos abaten. Con la partida de Sarita, uno de los tres hermanos identificados en el mundo del folclor vallenato como los “Tres Monitos”, he sentido un profundo dolor en mi alma, toda vez que fue mi mentora y mi apoyo incondicional. Yo soy la persona que soy por la bendición de Dios, quien me dio el premio de tener puntos de apoyo tales como el de Carmen Núñez Maestre, quien fue un soporte para toda nuestra familia, y el de Sarita Cotes de Vásquez, como acostumbraba a identificarse en todos sus actos públicos y privados.
El maestro Rafael Escalona, con la fineza y sutil letra, describió en una de sus canciones a los Tres Monitos: Fausto, Sarita y Sofía, quienes fueron producto de la unión matrimonial de Alfonso Cotes Queruz y Carmen Núñez. Los dio a conocer en todo el contexto nacional e internacional. Posteriormente, Poncho Cotes, en la canción Tiempos idos, interpretada por los Hermanos Zuleta, ícono y clásico de la música vallenata, nos transmite un mensaje sobre el amor que deben tener los padres a los hijos, y viceversa. Dicho mensaje es un atributo natural, pero, al definirlo, incursiona en el campo de la subjetividad del ser humano. Ello obedece a que es un sentimiento subsumido bajo postulados de la simbiosis que se genera en la naturaleza conformada por los instintos y la racionalidad que nos caracteriza y nos hace diferentes a los otros seres vivos. los dio a conocer en todo el contexto Nacional e Internacional. Posteriormente Poncho Cotes, en la canción Tiempos Idos la cual fue interpretada por los Hermanos Zuleta, es un icono y clásico de la música Vallenata, nos trasmite un mensaje del amor que deben tener los padres a lo hijos, y viceversa ,dicho mensaje es un atributo natural, pero a la vez, para al definirlo incursiona en el campo de la subjetividad del ser humano, y ello obedece a que es un sentimiento subsumido bajo postulados de la simbiosis que se genera en la naturaleza conformada por los instintos y la racionalidad que nos caracteriza y nos hace diferentes a los otros seres vivos.
Albert Einstein definió el amor así: “El amor es la fuerza más poderosa del mundo, la fuente de energía que impulsa al mundo y la esencia de la vida. El amor, como fuerza poderosa, no tiene límites ni condiciones”. Otra definición la encontramos en las Sagradas Escrituras, en 1 Corintios 13, donde la Biblia describe: “El amor es paciente, bondadoso, comprensivo, servicial, y nunca muere. También dice que el amor no es envidioso, jactancioso ni egoísta”. A lo largo de su ministerio terrenal, Jesús mostró el amor que tenía por los demás cuando bendecía y servía a los pobres, los enfermos y los afligidos. Les dijo a sus discípulos: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado”.
La canción ‘Tiempos idos’, en todo su contenido, refleja lo que en sí son los conceptos de la amistad y el amor, valores o atributos que hoy se encuentran en crisis debido a múltiples factores inherentes a la humanidad. Es también un mensaje que merece una reflexión para hacer un replanteamiento como personas en los diversos roles que desempeñamos, ya sea como padres, hijos, amigos o compañeros. En ese orden de ideas, en dicha canción existe una conexión del maestro Poncho Cotes con el punto geográfico, en este caso el paisaje y el entorno bello del municipio de Manaure, Cesar.
Al hablar de Sarita Cotes, como le llamaban cariñosamente sus familiares y amigos, no encuentro frases para describirla, y podría ocupar todas las páginas de este prestigioso diario para hacerlo. En ese sentido, era una excelente madre, esposa, hermana, familiar y amiga. Su elegancia se proyectaba en nuestros semejantes, hasta el punto que aquellos que tenían limitaciones o discapacidad visual la describían como una mujer linda, con un rostro florecido y angelical, adornado por sus ojos verdes, los cuales eran comparados con dos esmeraldas. Su belleza física era complementada con las buenas costumbres, educación, buen trato, principios y valores que le eran inherentes por condición natural. Y lo más importante: tenía un corazón cargado de nobleza, hasta el punto de que siempre trataba de ayudar a toda persona que se lo solicitara.
Son muchas las anécdotas y recuerdos que tengo de ella, pero lo que más retengo, como si fuera hoy, es que un día pasaba una persona de la que denominamos como “habitante de calle” por la casa donde vivíamos, ubicada en la carrera 49 No. 74-68, barrio Bellavista de Barranquilla. Esa persona, de tez morena, regular estatura y acento bolivarense, llevaba en uno de sus hombros una vieja mochila. Le dio una convulsión, efecto de la epilepsia, y Sarita salió de la casa con un rollo de papel higiénico y un poco de agua para auxiliarlo. Posteriormente, este señor iba cada mes a la casa porque ella le proporcionaba el dinero para el medicamento que le controlaba las convulsiones.
Sarita Cotes era una asidua lectora de periódicos, revistas y libros. Su formación de docente de preescolar y básica primaria, además del gusto por la exploración del conocimiento, le exigía ese hábito. Su misión era enseñar a leer y escribir a niños y adolescentes. Tenía un método pedagógico que debería ser implementado en la enseñanza del modelo de la pedagogía moderna. Ese método de aprendizaje partía de lo simple a lo complejo: hasta tanto el alumno no aprendiera a escribir y captar las vocales, no se le enseñaban las consonantes; lo mismo hacía con las cuatro operaciones de aritmética.
Con ese método, sus estudiantes eran seleccionados a través del examen de admisión que exigían distintas instituciones educativas de Barranquilla. Lo que hoy denominan los pedagogos como neuro pedagogía, que estudia lo cognitivo, lo psicosocial y lo emocional, ya lo aplicaba Sarita Cotes, quien tenía actitud y vocación para transmitir el conocimiento. Con ese método aplicaba lo que manifestó Francis Bacon, filósofo inglés, quien dijo: “El hombre tiene tres facultades cognitivas: la memoria, que registra los sucesos; la razón, que los conecta entre ellos y permite obtener nuevas conclusiones, y la imaginación, que propone audaces combinaciones inéditas a partir de esos materiales.”
Era una mujer emprendedora. Sus cualidades y aptitudes en las artes manuales le sirvieron para generar ingresos. Su destreza en ese arte era digna de admirar. Su condición humana estaba revestida de amor y cariño para todos sus semejantes, incluso para sus mascotas, a quienes consideraba parte del núcleo familiar, hecho que hoy es reconocido por la jurisprudencia de la Corte Constitucional.
Doy gracias a Dios por bendecir el vientre de María Magdalena Maestre (mamá Nena), por darnos un padre como Miguel Francisco Maestre Baute y una tía como Carmen Núñez Maestre, quienes, con trabajo y sacrificio, lograron sacar a sus hijos adelante.
A la familia Vásquez Cotes y Cotes Maya: siéntanse orgullosos de tener unos padres y una tía como Sofía, que han sido ejemplos de superación y de valores que merecen ser emulados como legado.
Finalmente, en mi poemario publicado, cuyo título es Vivir para sentirlo, incluí el siguiente poema dedicado a Sarita Cotes. Dice así:
Mujer emprendedora,
Diosa del amor de corazón noble
Dios te dio esa bendición.
Eres una de los tres monitos lo dicen con alegría,
Muchos de esos cantos producen melancolía.
Todo lo haces con tesón
Por qué así nace de tu corazón.
Por padecer de larga enfermedad no le fue posible leerlo. Si hubiese podido hacerlo, habría sentido gratitud y emoción. Paz en su tumba.
Por: Edgardo José Maestre S.
Manaure es el sitio de mayor recordación y con amor nacieron los tres monitos: Fausto, Sarita y Sofía, los tres hijos del alma que Escalona describió con maestría.
Manaure es el sitio de mayor recordación y con amor nacieron los tres monitos: Fausto, Sarita y Sofía, los tres hijos del alma que Escalona describió con maestría.
El camino del proceso vital termina o se extingue con la muerte. Esta etapa, difícil de asimilar y que en ocasiones se expresa que debemos estar preparados para ella, no lo es tanto, debido a que nuestros seres queridos pueden tener cien años de vida, y aun así los sentimientos de tristeza nos abaten. Con la partida de Sarita, uno de los tres hermanos identificados en el mundo del folclor vallenato como los “Tres Monitos”, he sentido un profundo dolor en mi alma, toda vez que fue mi mentora y mi apoyo incondicional. Yo soy la persona que soy por la bendición de Dios, quien me dio el premio de tener puntos de apoyo tales como el de Carmen Núñez Maestre, quien fue un soporte para toda nuestra familia, y el de Sarita Cotes de Vásquez, como acostumbraba a identificarse en todos sus actos públicos y privados.
El maestro Rafael Escalona, con la fineza y sutil letra, describió en una de sus canciones a los Tres Monitos: Fausto, Sarita y Sofía, quienes fueron producto de la unión matrimonial de Alfonso Cotes Queruz y Carmen Núñez. Los dio a conocer en todo el contexto nacional e internacional. Posteriormente, Poncho Cotes, en la canción Tiempos idos, interpretada por los Hermanos Zuleta, ícono y clásico de la música vallenata, nos transmite un mensaje sobre el amor que deben tener los padres a los hijos, y viceversa. Dicho mensaje es un atributo natural, pero, al definirlo, incursiona en el campo de la subjetividad del ser humano. Ello obedece a que es un sentimiento subsumido bajo postulados de la simbiosis que se genera en la naturaleza conformada por los instintos y la racionalidad que nos caracteriza y nos hace diferentes a los otros seres vivos. los dio a conocer en todo el contexto Nacional e Internacional. Posteriormente Poncho Cotes, en la canción Tiempos Idos la cual fue interpretada por los Hermanos Zuleta, es un icono y clásico de la música Vallenata, nos trasmite un mensaje del amor que deben tener los padres a lo hijos, y viceversa ,dicho mensaje es un atributo natural, pero a la vez, para al definirlo incursiona en el campo de la subjetividad del ser humano, y ello obedece a que es un sentimiento subsumido bajo postulados de la simbiosis que se genera en la naturaleza conformada por los instintos y la racionalidad que nos caracteriza y nos hace diferentes a los otros seres vivos.
Albert Einstein definió el amor así: “El amor es la fuerza más poderosa del mundo, la fuente de energía que impulsa al mundo y la esencia de la vida. El amor, como fuerza poderosa, no tiene límites ni condiciones”. Otra definición la encontramos en las Sagradas Escrituras, en 1 Corintios 13, donde la Biblia describe: “El amor es paciente, bondadoso, comprensivo, servicial, y nunca muere. También dice que el amor no es envidioso, jactancioso ni egoísta”. A lo largo de su ministerio terrenal, Jesús mostró el amor que tenía por los demás cuando bendecía y servía a los pobres, los enfermos y los afligidos. Les dijo a sus discípulos: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado”.
La canción ‘Tiempos idos’, en todo su contenido, refleja lo que en sí son los conceptos de la amistad y el amor, valores o atributos que hoy se encuentran en crisis debido a múltiples factores inherentes a la humanidad. Es también un mensaje que merece una reflexión para hacer un replanteamiento como personas en los diversos roles que desempeñamos, ya sea como padres, hijos, amigos o compañeros. En ese orden de ideas, en dicha canción existe una conexión del maestro Poncho Cotes con el punto geográfico, en este caso el paisaje y el entorno bello del municipio de Manaure, Cesar.
Al hablar de Sarita Cotes, como le llamaban cariñosamente sus familiares y amigos, no encuentro frases para describirla, y podría ocupar todas las páginas de este prestigioso diario para hacerlo. En ese sentido, era una excelente madre, esposa, hermana, familiar y amiga. Su elegancia se proyectaba en nuestros semejantes, hasta el punto que aquellos que tenían limitaciones o discapacidad visual la describían como una mujer linda, con un rostro florecido y angelical, adornado por sus ojos verdes, los cuales eran comparados con dos esmeraldas. Su belleza física era complementada con las buenas costumbres, educación, buen trato, principios y valores que le eran inherentes por condición natural. Y lo más importante: tenía un corazón cargado de nobleza, hasta el punto de que siempre trataba de ayudar a toda persona que se lo solicitara.
Son muchas las anécdotas y recuerdos que tengo de ella, pero lo que más retengo, como si fuera hoy, es que un día pasaba una persona de la que denominamos como “habitante de calle” por la casa donde vivíamos, ubicada en la carrera 49 No. 74-68, barrio Bellavista de Barranquilla. Esa persona, de tez morena, regular estatura y acento bolivarense, llevaba en uno de sus hombros una vieja mochila. Le dio una convulsión, efecto de la epilepsia, y Sarita salió de la casa con un rollo de papel higiénico y un poco de agua para auxiliarlo. Posteriormente, este señor iba cada mes a la casa porque ella le proporcionaba el dinero para el medicamento que le controlaba las convulsiones.
Sarita Cotes era una asidua lectora de periódicos, revistas y libros. Su formación de docente de preescolar y básica primaria, además del gusto por la exploración del conocimiento, le exigía ese hábito. Su misión era enseñar a leer y escribir a niños y adolescentes. Tenía un método pedagógico que debería ser implementado en la enseñanza del modelo de la pedagogía moderna. Ese método de aprendizaje partía de lo simple a lo complejo: hasta tanto el alumno no aprendiera a escribir y captar las vocales, no se le enseñaban las consonantes; lo mismo hacía con las cuatro operaciones de aritmética.
Con ese método, sus estudiantes eran seleccionados a través del examen de admisión que exigían distintas instituciones educativas de Barranquilla. Lo que hoy denominan los pedagogos como neuro pedagogía, que estudia lo cognitivo, lo psicosocial y lo emocional, ya lo aplicaba Sarita Cotes, quien tenía actitud y vocación para transmitir el conocimiento. Con ese método aplicaba lo que manifestó Francis Bacon, filósofo inglés, quien dijo: “El hombre tiene tres facultades cognitivas: la memoria, que registra los sucesos; la razón, que los conecta entre ellos y permite obtener nuevas conclusiones, y la imaginación, que propone audaces combinaciones inéditas a partir de esos materiales.”
Era una mujer emprendedora. Sus cualidades y aptitudes en las artes manuales le sirvieron para generar ingresos. Su destreza en ese arte era digna de admirar. Su condición humana estaba revestida de amor y cariño para todos sus semejantes, incluso para sus mascotas, a quienes consideraba parte del núcleo familiar, hecho que hoy es reconocido por la jurisprudencia de la Corte Constitucional.
Doy gracias a Dios por bendecir el vientre de María Magdalena Maestre (mamá Nena), por darnos un padre como Miguel Francisco Maestre Baute y una tía como Carmen Núñez Maestre, quienes, con trabajo y sacrificio, lograron sacar a sus hijos adelante.
A la familia Vásquez Cotes y Cotes Maya: siéntanse orgullosos de tener unos padres y una tía como Sofía, que han sido ejemplos de superación y de valores que merecen ser emulados como legado.
Finalmente, en mi poemario publicado, cuyo título es Vivir para sentirlo, incluí el siguiente poema dedicado a Sarita Cotes. Dice así:
Mujer emprendedora,
Diosa del amor de corazón noble
Dios te dio esa bendición.
Eres una de los tres monitos lo dicen con alegría,
Muchos de esos cantos producen melancolía.
Todo lo haces con tesón
Por qué así nace de tu corazón.
Por padecer de larga enfermedad no le fue posible leerlo. Si hubiese podido hacerlo, habría sentido gratitud y emoción. Paz en su tumba.
Por: Edgardo José Maestre S.