El médico Iván Castro se refiere al suicidio juvenil, como efecto, en muchos casos, de que en los hogares haya padres ausentes o que trabajan largas jornadas, nula o poca comunicación sobre las actividades de la vida diaria de los adolescentes y la falta de supervisión en cuanto a amistades.
Las alarmas sociales y de salud a nivel departamental se encuentran encendidas luego de los múltiples casos de suicidios juveniles recientes en Valledupar y sus alrededores. Niños y jóvenes con futuros prometedores han decidido terminar con sus vidas sin razón aparente para familiares y conocidos. Sin embargo, nadie se ha percatado del hecho, aparentemente sin importancia, que se ha vuelto costumbre y consiste en observar niños deambulando por las calles de la ciudad sin un acompañamiento adecuado, pasando largas horas en los cibercafés del barrio sin restricción o vigilancia alguna, caminando las calles oscuras de la ciudad hasta altas horas de la noche y accediendo a redes sociales como Whatsapp, Twitter, Facebook e Instagram sin el debido seguimiento de padres o adultos responsables.
No es sorprendente entonces, que asociado a los cambios comportamentales naturales de la pubertad y adolescencia, como es la rebeldía, niños y jóvenes desde tempranas edades se encuentren expuestos a contenidos de lenguaje soez, amistades cuestionables, sustancias psicoestimulantes, situaciones peligrosas, matoneo y gran cantidad de material gráfico como pornografía y violencia, que juntos, pueden generar algún grado de inestabilidad emocional.
Lo cierto es que la juventud cesarense se encuentra en peligro y gran parte de la culpa reside dentro de los hogares. Padres ausentes o que trabajan largas jornadas, nula o poca comunicación dentro de los hogares sobre las actividades de la vida diaria de los adolescentes y falta de supervisión en cuanto a amistades, actividades y redes sociales, son algunas de las causas por las cuales casos de depresión y sus signos de alarma son omitidos, dando como resultado casos de autoinflicción y suicidio.
Los factores que aumentan el riesgo de suicidio entre adolescentes incluyen:
Trastornos psicológico, especialmente la depresión, trastorno bipolar y consumo de drogas y alcohol (El 95% de las personas que fallecen por suicidio tienen un trastorno psicológico al momento de morir).
Sentimientos de angustia, irritabilidad o agitación
Sentimientos de desesperanza y de complejo de inferioridad que con frecuencia se manifiestan con la depresión.
Intento previo de suicidio
Antecedentes de depresión o de suicidio en la familia.
Abuso emocional, físico o sexual
Falta de un grupo de apoyo, malas relaciones con los padres o sus pares y sentimientos de aislamiento social.
Bisexualidad u homosexualidad en una familia o comunidad que no lo apoya o en un ambiente escolar hostil.
Algunos signos y síntomas que pueden presentar los adolescentes en riesgo y que deben ser considerados por familiares y círculo social:
• Cambios en los hábitos de dormir y de comer.
• Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales.
• Comportamiento violento, rebelde o el escaparse de la casa.
• Uso de drogas o de bebidas alcohólicas.
• Abandono fuera de lo común en su apariencia personal.
• Cambios pronunciados en su personalidad.
• Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la calidad de su trabajo escolar.
• Quejas frecuentes de síntomas físicos, tales como: dolores de cabeza, estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven.
• Pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones.
La adolescencia se caracteriza por ser una etapa especialmente difícil para los jóvenes y su entorno familiar, el descuido y la falta de interacción en el hogar pueden dar como resultado la omisión de signos y síntomas de alerta que pueden desencadenar acciones con graves consecuencias.
Iván Castro López
Medico General
El médico Iván Castro se refiere al suicidio juvenil, como efecto, en muchos casos, de que en los hogares haya padres ausentes o que trabajan largas jornadas, nula o poca comunicación sobre las actividades de la vida diaria de los adolescentes y la falta de supervisión en cuanto a amistades.
Las alarmas sociales y de salud a nivel departamental se encuentran encendidas luego de los múltiples casos de suicidios juveniles recientes en Valledupar y sus alrededores. Niños y jóvenes con futuros prometedores han decidido terminar con sus vidas sin razón aparente para familiares y conocidos. Sin embargo, nadie se ha percatado del hecho, aparentemente sin importancia, que se ha vuelto costumbre y consiste en observar niños deambulando por las calles de la ciudad sin un acompañamiento adecuado, pasando largas horas en los cibercafés del barrio sin restricción o vigilancia alguna, caminando las calles oscuras de la ciudad hasta altas horas de la noche y accediendo a redes sociales como Whatsapp, Twitter, Facebook e Instagram sin el debido seguimiento de padres o adultos responsables.
No es sorprendente entonces, que asociado a los cambios comportamentales naturales de la pubertad y adolescencia, como es la rebeldía, niños y jóvenes desde tempranas edades se encuentren expuestos a contenidos de lenguaje soez, amistades cuestionables, sustancias psicoestimulantes, situaciones peligrosas, matoneo y gran cantidad de material gráfico como pornografía y violencia, que juntos, pueden generar algún grado de inestabilidad emocional.
Lo cierto es que la juventud cesarense se encuentra en peligro y gran parte de la culpa reside dentro de los hogares. Padres ausentes o que trabajan largas jornadas, nula o poca comunicación dentro de los hogares sobre las actividades de la vida diaria de los adolescentes y falta de supervisión en cuanto a amistades, actividades y redes sociales, son algunas de las causas por las cuales casos de depresión y sus signos de alarma son omitidos, dando como resultado casos de autoinflicción y suicidio.
Los factores que aumentan el riesgo de suicidio entre adolescentes incluyen:
Trastornos psicológico, especialmente la depresión, trastorno bipolar y consumo de drogas y alcohol (El 95% de las personas que fallecen por suicidio tienen un trastorno psicológico al momento de morir).
Sentimientos de angustia, irritabilidad o agitación
Sentimientos de desesperanza y de complejo de inferioridad que con frecuencia se manifiestan con la depresión.
Intento previo de suicidio
Antecedentes de depresión o de suicidio en la familia.
Abuso emocional, físico o sexual
Falta de un grupo de apoyo, malas relaciones con los padres o sus pares y sentimientos de aislamiento social.
Bisexualidad u homosexualidad en una familia o comunidad que no lo apoya o en un ambiente escolar hostil.
Algunos signos y síntomas que pueden presentar los adolescentes en riesgo y que deben ser considerados por familiares y círculo social:
• Cambios en los hábitos de dormir y de comer.
• Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales.
• Comportamiento violento, rebelde o el escaparse de la casa.
• Uso de drogas o de bebidas alcohólicas.
• Abandono fuera de lo común en su apariencia personal.
• Cambios pronunciados en su personalidad.
• Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la calidad de su trabajo escolar.
• Quejas frecuentes de síntomas físicos, tales como: dolores de cabeza, estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven.
• Pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones.
La adolescencia se caracteriza por ser una etapa especialmente difícil para los jóvenes y su entorno familiar, el descuido y la falta de interacción en el hogar pueden dar como resultado la omisión de signos y síntomas de alerta que pueden desencadenar acciones con graves consecuencias.
Iván Castro López
Medico General