Juan Francisco Mindiola Arias nació en Atánquez el 14 de octubre de 1930. De la generación de los juegos de la cometa, del trompo, la bolita de uña, la libertad, esconde la piedra, la lleva, carga la burra y otros muchos.
Juan Francisco Mindiola Arias nació en Atánquez el 14 de octubre de 1930. De la generación de los juegos de la cometa, del trompo, la bolita de uña, la libertad, esconde la piedra, la lleva, carga la burra y otros muchos.
El arquitecto Luis Guerra B, me refirió que en una de tantas conversaciones amenas que sostuvo con Don Francisco le contó de su afición por la guitarra desde muy joven, no había maestros de música en su pueblo.
Recurrió a un mecanismo muy original. Sus amigos de Valledupar le informaban cuando exhibían “una buena” película en el teatro Cesar o en el Caribe y entonces los jóvenes Juan Francisco y Luís Fernández Mindiola (hermano del cantante Alberto Fernández), venían al Valle a oír, con sus sentidos aguzados las canciones que interpretaba Pedro Infante y Jorge Negrete.
El Maestro. A sus alumnos destacados, procura dar los elementos básicos en el aprendizaje de la guitarra a Hugues Manuel Martínez, a José María Arias Mindiola y a Luis Fernández Guerra, quienes conformaron un grupo de serenateros, que actuaban en diferentes poblaciones del Cesar y La Guajira: San Juan del Cesar, La Junta, La Peña, El Totumo, Patillal, San Diego, Urumita y Valledupar.
El Trío Malanga. Después de las orientaciones del Maestro Juan Francisco, en la década de los sesenta, época de la bonanza algodonera, algunos de sus discípulos, conforman el “grupo Malanga”, trío compuesto por el susodicho Hugues Martínez Sarmiento, Efraín Molina Henríquez, (El Cuinqui) y Raúl Moncaleano Martínez. Admirados y reconocidos por la interpretación de la guitarra y por sus voces, los invitaban a presentarse en las más importantes ciudades de la Costa: Barranquilla, Cartagena, Riohacha, Santa Marta, lo mismo que a San Juan del Cesar, Villanueva – donde los acompaña- Don Lácides Daza.
Los Cuívaros.- Este grupo cuyo nombre deriva de uno de los pájaros de la Sierra Nevada, integrado por Juan Francisco Mindiola Corzo, Hugues Martínez Sarmiento, y Ciro Pumarejo, este último como cantante.
Una agrupación musical que aunque simpatizó con las serenatas y la parranda, su propósito no eran los afanes lucrativos, sino degustar la música, regocijarse, departir, tener ratos de goce y expansión. Duraron poco tiempo, disolviéndose de manera espontánea, así como se organizó. Uno de los motivos es el viaje a Bogotá de Hugues Martínez a cursar estudios de bachillerato.
En esa ciudad, por los años 1951, se integra al grupo musical Los Magdalenas, acompañado por Alberto Fernández quien acredita una excelente voz, invitados por Víctor Soto oriundo de Urumita, quien interpreta el acordeón y ya los había escuchado en Valledupar.
Gustavo Gutiérrez Cabello.- “Gustavetas,” según lo apodaba el caricaturista Jaime Molina. En uno de sus viajes a Atánquez conoce a Don Juan, va tras sus conocimientos, con el deseo de aprender, mas no en busca de “Baudilio” el indígena curandero, para que lo sanará de sus eternas penas de amor, motivo de sus románticas inspiraciones.
Don Juan lo invita a su finca “La Sierra Montaña”, cerca de la cabecera del Río Guatapurí, aprende a interpretar música vallenata en guitarra. Él venía haciéndolo en su acordeón piano, pero-dice Don Juan- “a la guitarra no le jalaba”.
En ese paradisíaco paraje permanecen una semana tocando y degustando la cocina criolla y uno que otro traguito “hasta que cogió enseguida, porque eran las propias letras de sus canciones. Gustavo era fácil para aprender y agrega: un gran poeta, que le ha dado muchas lumbres al arte musical.
A tal grado que el Doctor Alfonso López Michelsen lo admiraba tanto que en su sepelio lo despidieron con una de las canciones de sus canciones, “Confidencias,” por petición del propio Presidente:”, afirma el Maestro.
Los Kankuis.- Grupo conocido en el país y fuera de él, nace por iniciativa de dos de sus hijos: Calixto y Julio. De niño Calixto seguía muy de cerca a su padre y en los intervalos de las parrandas, manipulaba la guitarra. Poco a poco los amigos de su generación lo oyeron sacar las primeras notas.
Este acreditado y representativo grupo, destacado en la interpretación de música vallenata en guitarra, está integrado así:
Sus hijos: Calixto Mindiola Carrillo (guitarrista), Julio Mindiola Carrillo (cantante), William Corzo Arias, sobrino de Don Juan (cantante), Freddy Martínez Carrillo (cajero), Andrés Guerra (acompañante de guitarra y corista) y el Nene Montenegro (guacharaquero).
Otra faceta interesante de la personalidad de nuestro entrevistado es la de ser compositor, faceta a la que nos referimos brevemente, enunciando algunas de sus más conocidas composiciones: El gavilán atanquero, grabada por los Hermanos Zuleta, La paloma (El Cocha Molina, Juancho Roys y Jairo Serrano), La Rivería (Los Cañaguateros, en la voz del fallecido Pedro García), Los amigos (Los Kankuis). Además de vallenatos interpretó boleros, valses, rancheras y música popular latinoamericana.
Hoy, partió a la eternidad con la complacencia propia del maestro que cumplió con esmero y solicitud su espontánea tarea, con los alumnos que preparó y que aún tenía bajo su tutela a pesar de su avanzada en un bello hogar ejemplo para la sociedad y a quienes hoy nos unimos en su dolor.
Por Giomar Lucía Guerra Bonilla/ Especial El PILÓN
Juan Francisco Mindiola Arias nació en Atánquez el 14 de octubre de 1930. De la generación de los juegos de la cometa, del trompo, la bolita de uña, la libertad, esconde la piedra, la lleva, carga la burra y otros muchos.
Juan Francisco Mindiola Arias nació en Atánquez el 14 de octubre de 1930. De la generación de los juegos de la cometa, del trompo, la bolita de uña, la libertad, esconde la piedra, la lleva, carga la burra y otros muchos.
El arquitecto Luis Guerra B, me refirió que en una de tantas conversaciones amenas que sostuvo con Don Francisco le contó de su afición por la guitarra desde muy joven, no había maestros de música en su pueblo.
Recurrió a un mecanismo muy original. Sus amigos de Valledupar le informaban cuando exhibían “una buena” película en el teatro Cesar o en el Caribe y entonces los jóvenes Juan Francisco y Luís Fernández Mindiola (hermano del cantante Alberto Fernández), venían al Valle a oír, con sus sentidos aguzados las canciones que interpretaba Pedro Infante y Jorge Negrete.
El Maestro. A sus alumnos destacados, procura dar los elementos básicos en el aprendizaje de la guitarra a Hugues Manuel Martínez, a José María Arias Mindiola y a Luis Fernández Guerra, quienes conformaron un grupo de serenateros, que actuaban en diferentes poblaciones del Cesar y La Guajira: San Juan del Cesar, La Junta, La Peña, El Totumo, Patillal, San Diego, Urumita y Valledupar.
El Trío Malanga. Después de las orientaciones del Maestro Juan Francisco, en la década de los sesenta, época de la bonanza algodonera, algunos de sus discípulos, conforman el “grupo Malanga”, trío compuesto por el susodicho Hugues Martínez Sarmiento, Efraín Molina Henríquez, (El Cuinqui) y Raúl Moncaleano Martínez. Admirados y reconocidos por la interpretación de la guitarra y por sus voces, los invitaban a presentarse en las más importantes ciudades de la Costa: Barranquilla, Cartagena, Riohacha, Santa Marta, lo mismo que a San Juan del Cesar, Villanueva – donde los acompaña- Don Lácides Daza.
Los Cuívaros.- Este grupo cuyo nombre deriva de uno de los pájaros de la Sierra Nevada, integrado por Juan Francisco Mindiola Corzo, Hugues Martínez Sarmiento, y Ciro Pumarejo, este último como cantante.
Una agrupación musical que aunque simpatizó con las serenatas y la parranda, su propósito no eran los afanes lucrativos, sino degustar la música, regocijarse, departir, tener ratos de goce y expansión. Duraron poco tiempo, disolviéndose de manera espontánea, así como se organizó. Uno de los motivos es el viaje a Bogotá de Hugues Martínez a cursar estudios de bachillerato.
En esa ciudad, por los años 1951, se integra al grupo musical Los Magdalenas, acompañado por Alberto Fernández quien acredita una excelente voz, invitados por Víctor Soto oriundo de Urumita, quien interpreta el acordeón y ya los había escuchado en Valledupar.
Gustavo Gutiérrez Cabello.- “Gustavetas,” según lo apodaba el caricaturista Jaime Molina. En uno de sus viajes a Atánquez conoce a Don Juan, va tras sus conocimientos, con el deseo de aprender, mas no en busca de “Baudilio” el indígena curandero, para que lo sanará de sus eternas penas de amor, motivo de sus románticas inspiraciones.
Don Juan lo invita a su finca “La Sierra Montaña”, cerca de la cabecera del Río Guatapurí, aprende a interpretar música vallenata en guitarra. Él venía haciéndolo en su acordeón piano, pero-dice Don Juan- “a la guitarra no le jalaba”.
En ese paradisíaco paraje permanecen una semana tocando y degustando la cocina criolla y uno que otro traguito “hasta que cogió enseguida, porque eran las propias letras de sus canciones. Gustavo era fácil para aprender y agrega: un gran poeta, que le ha dado muchas lumbres al arte musical.
A tal grado que el Doctor Alfonso López Michelsen lo admiraba tanto que en su sepelio lo despidieron con una de las canciones de sus canciones, “Confidencias,” por petición del propio Presidente:”, afirma el Maestro.
Los Kankuis.- Grupo conocido en el país y fuera de él, nace por iniciativa de dos de sus hijos: Calixto y Julio. De niño Calixto seguía muy de cerca a su padre y en los intervalos de las parrandas, manipulaba la guitarra. Poco a poco los amigos de su generación lo oyeron sacar las primeras notas.
Este acreditado y representativo grupo, destacado en la interpretación de música vallenata en guitarra, está integrado así:
Sus hijos: Calixto Mindiola Carrillo (guitarrista), Julio Mindiola Carrillo (cantante), William Corzo Arias, sobrino de Don Juan (cantante), Freddy Martínez Carrillo (cajero), Andrés Guerra (acompañante de guitarra y corista) y el Nene Montenegro (guacharaquero).
Otra faceta interesante de la personalidad de nuestro entrevistado es la de ser compositor, faceta a la que nos referimos brevemente, enunciando algunas de sus más conocidas composiciones: El gavilán atanquero, grabada por los Hermanos Zuleta, La paloma (El Cocha Molina, Juancho Roys y Jairo Serrano), La Rivería (Los Cañaguateros, en la voz del fallecido Pedro García), Los amigos (Los Kankuis). Además de vallenatos interpretó boleros, valses, rancheras y música popular latinoamericana.
Hoy, partió a la eternidad con la complacencia propia del maestro que cumplió con esmero y solicitud su espontánea tarea, con los alumnos que preparó y que aún tenía bajo su tutela a pesar de su avanzada en un bello hogar ejemplo para la sociedad y a quienes hoy nos unimos en su dolor.
Por Giomar Lucía Guerra Bonilla/ Especial El PILÓN