Comenzó diciendo que su nombre es Seydomokyn que significa “La nueva luz de los pueblos indígenas”.
En medio de la pandemia José Ricardo Villafañe Álvarez escuchó cantar a un pájaro mientras estaba en la Sierra Nevada de Santa Marta. Eso lo conectó con la que él llama sabia naturaleza y lo llevó a componer sonidos que luego le ayudarían a ser el Rey Vallenato 2021.
Él nació un 25 de abril, hace 32 años en Sabana Crespo, jurisdicción de Valledupar, contó sobre sus orígenes, su presente y futuro. Precisamente, desde la majestuosa Sierra Nevada, habló de sus padres Vicente Villafañe y Betty Álvarez, él indígena y ella gitana, hizo un recorrido detallado por todo lo que ha significado su proceso musical y la confianza para adquirir la experiencia y lograr la anhelada corona.
Comenzó diciendo que su nombre es Seydomokyn que significa “La nueva luz de los pueblos indígenas”, y reiteró que su trabajo apenas inicia porque quiere difundir la música tradicional de su pueblo.
¿Por qué le pusieron ese nombre?
Bueno, los nombres no son escogidos por las personas. Los nombres son dados por los mamos. Les pareció que ese era el significado del día de mi nacimiento.
¿Quiénes son tus padres?
Vicente Villafañe. Él es un líder indígena y mi mamá Betty Álvarez, una mujer de ascendencia gitana. Tengo una mezcla muy diferente en cuanto a lo que es ser indígena. Muchos se sorprenden de las facciones, pero es que tengo una mezcla en mi sangre y creo que eso también hace algo muy bonito dentro de la multiculturalidad que tengo como indígena.
¿Dónde nació usted?
Esa pregunta siempre me la hacen. Mi lugar de nacimiento fue en el pueblo que se llama Sabana Crespo, en la zona oriental de la Sierra Nevada. Soy de las familias más representativas de la sierra como somos los Villafañe. Nos caracterizamos por ser músicos y en especial músicos de acordeón. Entonces a la gente a veces le sorprende ver a un indígena tocando el acordeón, pero en la Sierra Nevada desde hace muchos años se toca el acordeón y se toca la música propia de nuestro pueblo.
¿A qué edad empezó a tocar el acordeón?
La primera vez que yo tuve un contacto con el acordeón fue a mis 11 años. El maestro Andrés ‘El Turco’ Gil me brindó la oportunidad de darme una beca y de ahí comenzó el sueño. A raíz de que no teníamos recursos, ni un lugar donde quedarnos en Valledupar, ese sueño tuvo que postergarse hasta cuando tenía 14 años. En realidad estoy muy agradecido con él.
¿Qué pasó después?
Al aprender a tocar el acordeón ingresé a la agrupación del maestro Andrés ‘El Turco’ Gil y comencé a recorrer muchos países. Viví la experiencia de intercambiar algo de lo que yo represento como indígena ante el mundo. Comienza a crearse el interrogante sobre lo diferencial al ver un indígena interpretando el acordeón y tocando vallenato. Eso era algo que de niño causaba sensación. Comienzo a tocar dentro de la Universidad Popular del Cesar, donde me gradué de contador público, a formarme un poco más y a andar en todos los festivales vallenatos. También crecí profesionalmente. Soy licenciado en música de la Universidad del Atlántico, especialista en gestión pública, diseño de proyectos y alta gerencia.
¿Cuántos festivales ganó?
Hice un gran recorrido por los festivales del Cesar, La Guajira, incluso en el interior del país donde gané muchos. Di bastantes vueltas con el acordeón antes de convertirme en Rey Vallenato.
¿Cuántas veces participaste en el Festival de la Leyenda Vallenata y en qué categorías?
Yo participé en las categorías juvenil y aficionado durante 17 años. Quedé en el año 2005 de tercero en juvenil y en el 2007 también tercero en aficionado. En el 2021 dije que ya tenía condiciones para ascender a la categoría profesional. Decidí meterme en esta categoría y bueno, como dicen en mi tierra, la tierra tiene regalos y los tiene guardados, pero tienes que ubicarte en el lugar preciso. Quizás a mí me faltaba ubicarme en esa categoría para que el regalo fuera dado y lo recibí la noche del pasado 18 de octubre. Y fue mágico porque creo que presenté una propuesta diferencial, porque fueron inspiraciones hechas con base a la música tradicional. Si escuchan el son, es una inspiración del chicote tradicional de nosotros. La puya fue una simulación de los cantos de la Sierra Nevada.
¿En qué consistió?
Me concentré en cómo cantaban los pájaros y traté de hacer una propuesta. Básicamente lo que hice dentro del Festival de la Leyenda Vallenata fue disfrutar una presentación y por primera vez manejando los parámetros, obviamente los que pide el concurso. Presenté una propuesta en cuanto a los sonidos que yo quería mostrar con mi acordeón. Lo que presenté propiamente no es algo que la gente está acostumbrada, que siempre quieren extraer fragmentos de canciones de Luis Enrique Martínez y Alejo Durán, entre otros (claro que yo también hago eso), pero en este caso particular, quise mostrar lo que soy como indígena.
¿Cómo fue ese proceso?
Estuve durante la pandemia en la Sierra Nevada y eso te vuelve a reencontrar con tus raíces, con lo que tú eres y con los músicos, con ellos pasamos todo el tiempo y más en mi casa, debido a que no hay luz. Uno se entretiene caminando.
Yo me iba con mi acordeón a unos riachuelos y montañas que están cerca de la casa y me di cuenta que había un pájaro cantando y tenía la misma tonalidad de mi acordeón. Cogí mi celular lo más rápido que pude y lo grabé. Cuando lo hice me di cuenta que la estructura musical estaba afianzada dentro del tiempo de una puya y es un anti compás que hice en el Festival Vallenato.
¿Qué nombre tiene ese pájaro?
Ese es un turpial de color amarillo con negro. Al escucharlo me di cuenta que era muy bonito el hecho de tener la oportunidad de mostrar la tierra de dónde vengo. Entonces pensé en levantar una voz silenciosa y sonora al mismo tiempo con un acordeón y llevar el mensaje de los pájaros al mundo occidental y mostrar esa inspiración, no mía, sino de ellos.
Además, transferir esa energía que nos dan ellos todos los días al levantarnos. Así fue que comenzó el sueño.
¿Cómo quiere hacer historia?
Soy el primer Rey Vallenato de la Sierra Nevada, algo que me llena de orgullo porque creo que es una oportunidad para comenzar a escribir ese capítulo perdido. Antes de todo lo que ustedes conocen existían los pueblos indígenas, nosotros teníamos una música y esa es una de las misiones que tengo, dar a conocer eso, comenzar a escribir ese capítulo.
Soy un Rey Vallenato diferencial, tengo una gran responsabilidad, lo que gané fue una vocería y un título que me da la posibilidad de hablar por los artistas, para que comencemos a hacer un gran movimiento y seamos escuchados.
Quiero hacer un gran proceso para fortalecer la música tradicional y mostrársela a los niños, procesos de investigación para tener mucho más arraigo de nuestras raíces y llevarla a otros rincones para que vean que hay una historia, una forma diferente de sentir.
En las ciudades vemos que los niños se están aislando cada vez más de su realidad pegados a un celular o una tableta. Ahí están perdiendo la posibilidad de vivir la experiencia de su entorno, entonces creo que hay una oportunidad muy grande. Ser Rey Vallenato de la Sierra Nevada me da la oportunidad de representar el origen de la misma música vallenata, ese plus de diversidad para la misma Fundación Festival de la Leyenda Vallenata.
Hay muchas oportunidades. Hoy hay un rey que le puede abrir las fronteras de la sierra a la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, para que como organización nos ayuden a fortalecer las raíces, siendo una voz autorizada de la leyenda, para que así mismo nos apoyen a incrustar nuestra historia también en la Leyenda Vallenata. Es una misión grande la que tenemos mancomunadamente.
De esta manera, José Ricardo Villafañe Álvarez, el Rey Vallenato 2021, expuso sus puntos de vista teniendo una visión clara y precisa para continuar fortaleciendo la música vallenata.
Por Tatiana Orozco Mazzilli y Juan Rincón Vanegas
Comenzó diciendo que su nombre es Seydomokyn que significa “La nueva luz de los pueblos indígenas”.
En medio de la pandemia José Ricardo Villafañe Álvarez escuchó cantar a un pájaro mientras estaba en la Sierra Nevada de Santa Marta. Eso lo conectó con la que él llama sabia naturaleza y lo llevó a componer sonidos que luego le ayudarían a ser el Rey Vallenato 2021.
Él nació un 25 de abril, hace 32 años en Sabana Crespo, jurisdicción de Valledupar, contó sobre sus orígenes, su presente y futuro. Precisamente, desde la majestuosa Sierra Nevada, habló de sus padres Vicente Villafañe y Betty Álvarez, él indígena y ella gitana, hizo un recorrido detallado por todo lo que ha significado su proceso musical y la confianza para adquirir la experiencia y lograr la anhelada corona.
Comenzó diciendo que su nombre es Seydomokyn que significa “La nueva luz de los pueblos indígenas”, y reiteró que su trabajo apenas inicia porque quiere difundir la música tradicional de su pueblo.
¿Por qué le pusieron ese nombre?
Bueno, los nombres no son escogidos por las personas. Los nombres son dados por los mamos. Les pareció que ese era el significado del día de mi nacimiento.
¿Quiénes son tus padres?
Vicente Villafañe. Él es un líder indígena y mi mamá Betty Álvarez, una mujer de ascendencia gitana. Tengo una mezcla muy diferente en cuanto a lo que es ser indígena. Muchos se sorprenden de las facciones, pero es que tengo una mezcla en mi sangre y creo que eso también hace algo muy bonito dentro de la multiculturalidad que tengo como indígena.
¿Dónde nació usted?
Esa pregunta siempre me la hacen. Mi lugar de nacimiento fue en el pueblo que se llama Sabana Crespo, en la zona oriental de la Sierra Nevada. Soy de las familias más representativas de la sierra como somos los Villafañe. Nos caracterizamos por ser músicos y en especial músicos de acordeón. Entonces a la gente a veces le sorprende ver a un indígena tocando el acordeón, pero en la Sierra Nevada desde hace muchos años se toca el acordeón y se toca la música propia de nuestro pueblo.
¿A qué edad empezó a tocar el acordeón?
La primera vez que yo tuve un contacto con el acordeón fue a mis 11 años. El maestro Andrés ‘El Turco’ Gil me brindó la oportunidad de darme una beca y de ahí comenzó el sueño. A raíz de que no teníamos recursos, ni un lugar donde quedarnos en Valledupar, ese sueño tuvo que postergarse hasta cuando tenía 14 años. En realidad estoy muy agradecido con él.
¿Qué pasó después?
Al aprender a tocar el acordeón ingresé a la agrupación del maestro Andrés ‘El Turco’ Gil y comencé a recorrer muchos países. Viví la experiencia de intercambiar algo de lo que yo represento como indígena ante el mundo. Comienza a crearse el interrogante sobre lo diferencial al ver un indígena interpretando el acordeón y tocando vallenato. Eso era algo que de niño causaba sensación. Comienzo a tocar dentro de la Universidad Popular del Cesar, donde me gradué de contador público, a formarme un poco más y a andar en todos los festivales vallenatos. También crecí profesionalmente. Soy licenciado en música de la Universidad del Atlántico, especialista en gestión pública, diseño de proyectos y alta gerencia.
¿Cuántos festivales ganó?
Hice un gran recorrido por los festivales del Cesar, La Guajira, incluso en el interior del país donde gané muchos. Di bastantes vueltas con el acordeón antes de convertirme en Rey Vallenato.
¿Cuántas veces participaste en el Festival de la Leyenda Vallenata y en qué categorías?
Yo participé en las categorías juvenil y aficionado durante 17 años. Quedé en el año 2005 de tercero en juvenil y en el 2007 también tercero en aficionado. En el 2021 dije que ya tenía condiciones para ascender a la categoría profesional. Decidí meterme en esta categoría y bueno, como dicen en mi tierra, la tierra tiene regalos y los tiene guardados, pero tienes que ubicarte en el lugar preciso. Quizás a mí me faltaba ubicarme en esa categoría para que el regalo fuera dado y lo recibí la noche del pasado 18 de octubre. Y fue mágico porque creo que presenté una propuesta diferencial, porque fueron inspiraciones hechas con base a la música tradicional. Si escuchan el son, es una inspiración del chicote tradicional de nosotros. La puya fue una simulación de los cantos de la Sierra Nevada.
¿En qué consistió?
Me concentré en cómo cantaban los pájaros y traté de hacer una propuesta. Básicamente lo que hice dentro del Festival de la Leyenda Vallenata fue disfrutar una presentación y por primera vez manejando los parámetros, obviamente los que pide el concurso. Presenté una propuesta en cuanto a los sonidos que yo quería mostrar con mi acordeón. Lo que presenté propiamente no es algo que la gente está acostumbrada, que siempre quieren extraer fragmentos de canciones de Luis Enrique Martínez y Alejo Durán, entre otros (claro que yo también hago eso), pero en este caso particular, quise mostrar lo que soy como indígena.
¿Cómo fue ese proceso?
Estuve durante la pandemia en la Sierra Nevada y eso te vuelve a reencontrar con tus raíces, con lo que tú eres y con los músicos, con ellos pasamos todo el tiempo y más en mi casa, debido a que no hay luz. Uno se entretiene caminando.
Yo me iba con mi acordeón a unos riachuelos y montañas que están cerca de la casa y me di cuenta que había un pájaro cantando y tenía la misma tonalidad de mi acordeón. Cogí mi celular lo más rápido que pude y lo grabé. Cuando lo hice me di cuenta que la estructura musical estaba afianzada dentro del tiempo de una puya y es un anti compás que hice en el Festival Vallenato.
¿Qué nombre tiene ese pájaro?
Ese es un turpial de color amarillo con negro. Al escucharlo me di cuenta que era muy bonito el hecho de tener la oportunidad de mostrar la tierra de dónde vengo. Entonces pensé en levantar una voz silenciosa y sonora al mismo tiempo con un acordeón y llevar el mensaje de los pájaros al mundo occidental y mostrar esa inspiración, no mía, sino de ellos.
Además, transferir esa energía que nos dan ellos todos los días al levantarnos. Así fue que comenzó el sueño.
¿Cómo quiere hacer historia?
Soy el primer Rey Vallenato de la Sierra Nevada, algo que me llena de orgullo porque creo que es una oportunidad para comenzar a escribir ese capítulo perdido. Antes de todo lo que ustedes conocen existían los pueblos indígenas, nosotros teníamos una música y esa es una de las misiones que tengo, dar a conocer eso, comenzar a escribir ese capítulo.
Soy un Rey Vallenato diferencial, tengo una gran responsabilidad, lo que gané fue una vocería y un título que me da la posibilidad de hablar por los artistas, para que comencemos a hacer un gran movimiento y seamos escuchados.
Quiero hacer un gran proceso para fortalecer la música tradicional y mostrársela a los niños, procesos de investigación para tener mucho más arraigo de nuestras raíces y llevarla a otros rincones para que vean que hay una historia, una forma diferente de sentir.
En las ciudades vemos que los niños se están aislando cada vez más de su realidad pegados a un celular o una tableta. Ahí están perdiendo la posibilidad de vivir la experiencia de su entorno, entonces creo que hay una oportunidad muy grande. Ser Rey Vallenato de la Sierra Nevada me da la oportunidad de representar el origen de la misma música vallenata, ese plus de diversidad para la misma Fundación Festival de la Leyenda Vallenata.
Hay muchas oportunidades. Hoy hay un rey que le puede abrir las fronteras de la sierra a la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, para que como organización nos ayuden a fortalecer las raíces, siendo una voz autorizada de la leyenda, para que así mismo nos apoyen a incrustar nuestra historia también en la Leyenda Vallenata. Es una misión grande la que tenemos mancomunadamente.
De esta manera, José Ricardo Villafañe Álvarez, el Rey Vallenato 2021, expuso sus puntos de vista teniendo una visión clara y precisa para continuar fortaleciendo la música vallenata.
Por Tatiana Orozco Mazzilli y Juan Rincón Vanegas