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Opinión - 22 abril, 2025

Jesucristo en tiempos de IA en el Valle

La Semana Santa atípica cerquita del festival, me convocó a imaginar a Jesús en Valledupar; sus redes estallarían con los cañahuates de fondo y fotos en el Guatapurí, en un nuevo bautizo, seguramente las vendedoras dirían: “Cacha el que se baña acá se casa acá”.

Manaure es el sitio de mayor recordación y con amor nacieron los tres monitos: Fausto, Sarita y Sofía, los tres hijos del alma que Escalona describió con maestría.
Manaure es el sitio de mayor recordación y con amor nacieron los tres monitos: Fausto, Sarita y Sofía, los tres hijos del alma que Escalona describió con maestría.
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La Semana Santa atípica cerquita del festival, me convocó a imaginar a Jesús en Valledupar; sus redes estallarían con los cañahuates de fondo y fotos en el Guatapurí, en un nuevo bautizo, seguramente las vendedoras dirían: “Cacha el que se baña acá se casa acá”. En esta era de hiperconexión, su llegada no pasaría desapercibida, con 12 seguidores en Instagram, “sus apóstoles”, y una presencia en todas las redes sociales, sus enseñanzas y milagros se viralizarían en cuestión de horas.

Su primer discurso, impregnado de amor y compasión, doblaría los corazones de muchos empero irónicamente, propendiendo la esperanza y el calor humano atribulando en cada piedra. Aunque no sería suficiente para frenar la marea de conflictos que asolan el mundo, especialmente en su región natal. El portento de sus palabras chocaría con el estruendo de las guerras, soslayando el ruido del trancón vehicular.

Si bien Jesús podría disfrutar de la música popular, seguramente se decantaría por el vallenato, en lugar del reguetón. La esencia de esta música, con sus historias de amor y desamor, reflejaría su propio mensaje de redención. Sin embargo, también podría encontrar belleza en los cánticos orientales y tibetanos, que enfatizan la paz y la conexión espiritual. Así, la música se convertiría en un vehículo para transmitir su mensaje, uniendo culturas en un solo compás donde triunfarían los versos de: este es el amor amor…

Un juicio lleno de irregularidades

La acusación contra él: violación al debido proceso. En un tribunal que parece más un circo que un espacio de justicia, Jesús se enfrenta a un espectáculo mediático que pone en tela de juicio su legado. Se citan a sus apóstoles como testigos, y en lugar de aportar claridad, se enredan en discusiones sobre quién es el más fiel. María Magdalena y su madre, María, también son convocadas, generando un debate sobre la paternidad y la infidelidad. ¿José, el esposo de María, consintió tener un hijo que no era suyo? La respuesta se convierte en un embrollo jurídico donde, los pecados y el delito se unifican como antiguo y nuevo testamento.

En este contexto, el “principio de oportunidad” entra en juego, permitiendo que Jesús evite una condena severa. Pero, ¿podrá escapar de los rumores y las habladurías que lo rodean? Mientras él, en un acto simbólico, destruiría un templo, otros crearían cientos en su lugar. Mercaderes de la religión florecerían como hongos tras la lluvia, convirtiendo sus enseñanzas en mercancía. La ironía es palpable y reflexionaría: todo lo que busqué con la palabra del padre se ha hecho al revés, como un espejo distorsionado que refleja un mundo donde la fe se ha convertido en un negocio.

Los mismos que lo alaban son los que lo traicionan, la ultraderecha lo presentaría como un guerrillero, mientras que los de izquierda lo catalogarían como un burgués que, con su discurso, permite la corrupción de sus acompañantes y aquellos que lo ven como un mesías conservador lo utilizan para sus propios fines. En este juego de poder, la desvergüenza y la hipocresía se entrelazan, y la figura de Jesús se convierte en un símbolo de todo lo que está mal en la sociedad.

La fe y la tecnología

Como en el mesías siempre hay esperanza, en medio del caos, Jesús no puede evitar maravillarse con la inteligencia artificial. “¿Qué es esto?”, se preguntaría, observando a un grupo de jóvenes que utilizan chatbots para responder preguntas existenciales: el Mesías, que predicó sobre la verdad y la conexión humana, ahora ve cómo la tecnología puede deshumanizar la interacción, sin embargo también lo vería como oportunidad para llevar el verdadero mensaje globalizado entre algoritmos y tendencias virales, desplazaría a CR7 como el más seguido do mundo, eso sí, con el acoso infame de Netflix, Disney o Prime, para que le conceda los derechos para una exitosa serie, eso sí, mínimo dos temporadas.

Así, después de recorrer un mundo complejo y lleno de contradicciones, Jesús se quedaría en Valledupar, pues, en medio de todo, acá encontraría diversidad cultural y tradiciones ricas, lo que podría simbolizar un deseo de conectar con diferentes comunidades y expresar unidad, necesidades espirituales, de esperanza, de paz, de transformación espiritual, más que un motivo para su presencia; accesibilidad, por ser Valledupar una ciudad pequeña y en transición podría permitirle estar cerca de las personas, brindando consuelo y guía a quienes lo necesiten. 

La metáfora de su misión se convierte en una salida del laberinto donde, en lugar de levantar muros, se construirían puentes, y sin duda sus domingos serían posando con el pueblo (un vendedor gritando “la buti, la buti”) a orillas del “río Hurtado” con foto de la sirena a un lado.

El cuncho

Con el acaecimiento del papa Francisco es dable recordar: para la elección del nuevo papa se requiere una mayoría de dos tercios; desde 1830, ningún cónclave ha durado más de cinco días, salvo el de 1903 que eligió a Pío X y duró 24 días; el término cónclave proviene del latín cum clave (con llave); pontífice significa constructor de puentes; cardenal viene de cardo, que en latín significa eje o bisagra; durante el cónclave, los cardenales no pueden usar televisión, teléfonos móviles, ordenadores, radios ni ningún otro medio de comunicación con el exterior. Sin embargo, todo el recinto del Vaticano se considera área de cónclave, permitiendo a los cardenales salir de Santa Marta para meditar y pasear.

Desde el 31 de diciembre de 2024 hay 252 cardenales, de los cuales 135 son elegibles y pueden votar en el cónclave papal al tener menos de 80 años.

Nunca se ha elegido un papa negro o indio.

Por: Luis José Mendoza Guerra.

Opinión
22 abril, 2025

Jesucristo en tiempos de IA en el Valle

La Semana Santa atípica cerquita del festival, me convocó a imaginar a Jesús en Valledupar; sus redes estallarían con los cañahuates de fondo y fotos en el Guatapurí, en un nuevo bautizo, seguramente las vendedoras dirían: “Cacha el que se baña acá se casa acá”.


Manaure es el sitio de mayor recordación y con amor nacieron los tres monitos: Fausto, Sarita y Sofía, los tres hijos del alma que Escalona describió con maestría.
Manaure es el sitio de mayor recordación y con amor nacieron los tres monitos: Fausto, Sarita y Sofía, los tres hijos del alma que Escalona describió con maestría.
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La Semana Santa atípica cerquita del festival, me convocó a imaginar a Jesús en Valledupar; sus redes estallarían con los cañahuates de fondo y fotos en el Guatapurí, en un nuevo bautizo, seguramente las vendedoras dirían: “Cacha el que se baña acá se casa acá”. En esta era de hiperconexión, su llegada no pasaría desapercibida, con 12 seguidores en Instagram, “sus apóstoles”, y una presencia en todas las redes sociales, sus enseñanzas y milagros se viralizarían en cuestión de horas.

Su primer discurso, impregnado de amor y compasión, doblaría los corazones de muchos empero irónicamente, propendiendo la esperanza y el calor humano atribulando en cada piedra. Aunque no sería suficiente para frenar la marea de conflictos que asolan el mundo, especialmente en su región natal. El portento de sus palabras chocaría con el estruendo de las guerras, soslayando el ruido del trancón vehicular.

Si bien Jesús podría disfrutar de la música popular, seguramente se decantaría por el vallenato, en lugar del reguetón. La esencia de esta música, con sus historias de amor y desamor, reflejaría su propio mensaje de redención. Sin embargo, también podría encontrar belleza en los cánticos orientales y tibetanos, que enfatizan la paz y la conexión espiritual. Así, la música se convertiría en un vehículo para transmitir su mensaje, uniendo culturas en un solo compás donde triunfarían los versos de: este es el amor amor…

Un juicio lleno de irregularidades

La acusación contra él: violación al debido proceso. En un tribunal que parece más un circo que un espacio de justicia, Jesús se enfrenta a un espectáculo mediático que pone en tela de juicio su legado. Se citan a sus apóstoles como testigos, y en lugar de aportar claridad, se enredan en discusiones sobre quién es el más fiel. María Magdalena y su madre, María, también son convocadas, generando un debate sobre la paternidad y la infidelidad. ¿José, el esposo de María, consintió tener un hijo que no era suyo? La respuesta se convierte en un embrollo jurídico donde, los pecados y el delito se unifican como antiguo y nuevo testamento.

En este contexto, el “principio de oportunidad” entra en juego, permitiendo que Jesús evite una condena severa. Pero, ¿podrá escapar de los rumores y las habladurías que lo rodean? Mientras él, en un acto simbólico, destruiría un templo, otros crearían cientos en su lugar. Mercaderes de la religión florecerían como hongos tras la lluvia, convirtiendo sus enseñanzas en mercancía. La ironía es palpable y reflexionaría: todo lo que busqué con la palabra del padre se ha hecho al revés, como un espejo distorsionado que refleja un mundo donde la fe se ha convertido en un negocio.

Los mismos que lo alaban son los que lo traicionan, la ultraderecha lo presentaría como un guerrillero, mientras que los de izquierda lo catalogarían como un burgués que, con su discurso, permite la corrupción de sus acompañantes y aquellos que lo ven como un mesías conservador lo utilizan para sus propios fines. En este juego de poder, la desvergüenza y la hipocresía se entrelazan, y la figura de Jesús se convierte en un símbolo de todo lo que está mal en la sociedad.

La fe y la tecnología

Como en el mesías siempre hay esperanza, en medio del caos, Jesús no puede evitar maravillarse con la inteligencia artificial. “¿Qué es esto?”, se preguntaría, observando a un grupo de jóvenes que utilizan chatbots para responder preguntas existenciales: el Mesías, que predicó sobre la verdad y la conexión humana, ahora ve cómo la tecnología puede deshumanizar la interacción, sin embargo también lo vería como oportunidad para llevar el verdadero mensaje globalizado entre algoritmos y tendencias virales, desplazaría a CR7 como el más seguido do mundo, eso sí, con el acoso infame de Netflix, Disney o Prime, para que le conceda los derechos para una exitosa serie, eso sí, mínimo dos temporadas.

Así, después de recorrer un mundo complejo y lleno de contradicciones, Jesús se quedaría en Valledupar, pues, en medio de todo, acá encontraría diversidad cultural y tradiciones ricas, lo que podría simbolizar un deseo de conectar con diferentes comunidades y expresar unidad, necesidades espirituales, de esperanza, de paz, de transformación espiritual, más que un motivo para su presencia; accesibilidad, por ser Valledupar una ciudad pequeña y en transición podría permitirle estar cerca de las personas, brindando consuelo y guía a quienes lo necesiten. 

La metáfora de su misión se convierte en una salida del laberinto donde, en lugar de levantar muros, se construirían puentes, y sin duda sus domingos serían posando con el pueblo (un vendedor gritando “la buti, la buti”) a orillas del “río Hurtado” con foto de la sirena a un lado.

El cuncho

Con el acaecimiento del papa Francisco es dable recordar: para la elección del nuevo papa se requiere una mayoría de dos tercios; desde 1830, ningún cónclave ha durado más de cinco días, salvo el de 1903 que eligió a Pío X y duró 24 días; el término cónclave proviene del latín cum clave (con llave); pontífice significa constructor de puentes; cardenal viene de cardo, que en latín significa eje o bisagra; durante el cónclave, los cardenales no pueden usar televisión, teléfonos móviles, ordenadores, radios ni ningún otro medio de comunicación con el exterior. Sin embargo, todo el recinto del Vaticano se considera área de cónclave, permitiendo a los cardenales salir de Santa Marta para meditar y pasear.

Desde el 31 de diciembre de 2024 hay 252 cardenales, de los cuales 135 son elegibles y pueden votar en el cónclave papal al tener menos de 80 años.

Nunca se ha elegido un papa negro o indio.

Por: Luis José Mendoza Guerra.