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Editorial - 7 junio, 2025

Interesante mirada a la enseñanza matemática

Dentro de los contenidos novedosos que han llamado la atención en el marco de la tercera Feria del Libro de Valledupar, FELVA, encontramos la conferencia sobre la Etnomatemática, mirada esta como un puente entre el conocimiento ancestral y la educación contextualizada de cada región.

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Dentro de los contenidos novedosos que han llamado la atención en el marco de la tercera Feria del Libro de Valledupar, FELVA, encontramos la conferencia sobre la Etnomatemática, mirada esta como un puente entre el conocimiento ancestral y la educación contextualizada de cada región.

El tema fue expuesto por los docentes Armando Aroca Araújo y Alcides Páez Soto, quienes hicieron énfasis acerca del “poder cultural de las matemáticas” en una comunidad específica, advirtiendo las formas peculiares de como los campesinos de nuestra región, entre ellos los indígenas, realizan operaciones o ejercicios matemáticos para calcular o determinar unidades de medida en sus actividades laborales. Es una economía rural que se mide de una manera distinta a la que convencionalmente se conoce en el mundo citadino.

De esa jornada se desprendieron importantes conceptos que merecen ser tenidos en cuenta al momento de abordar métodos de enseñanza a comunidades rurales de esta región, en donde les escuchábamos a nuestros abuelos hablar de ‘cabuya’ para referirse a una extensión de hectárea, ‘cuarterón’ cuando se trata de un cuarto de hectárea o ‘una tarea’ que significaba un octavo de hectárea. Y cuando correspondía calcular una distancia entre un lugar a otro se hacía con base en el tiempo que duraba un tabaco encendido mientras era fumado por el viajero y por ende el número de tabacos fumados indicaba qué tan largo o corto era el trayecto recorrido.

Esas tradiciones rurales ya se han modificado un poco en estos tiempos actuales, pero aún se conservan ciertos métodos que bien vale la pena estudiar y sopesar para adaptarlos al uso de las matemáticas y mirar cómo estas pueden utilizarse para aumentar la productividad y mejorar la calidad de vida de las personas en los oficios que realicen, “ya sea desde labores como la carpintería, albañilería, artesanías, agricultura hasta carreras de pregrado como Ingenieras y Medicina”, se les escuchó decir a los conferencistas.

Interesante abordar el contenido del libro ‘Planes de clase para la convivencia y la paz’ concebido como instrumento para que, desde la etnomatemática, se pueda mejorar el aprendizaje de esta ciencia a través del entorno del sujeto. “Las matemáticas son una sola, pero nos dimos cuenta como docentes que muchas veces no tenemos en cuenta el contexto de la persona y que este puede ser utilizado para que mejoren su calidad de vida a través del uso de esta ciencia”, explicó uno de los conferencistas.

También está el libro ‘Geometría sobre mochilas arhuacas por una enseñanza de las matemáticas desde una perspectiva cultural’, cuyo autor es el licenciado en Matemáticas, Armando Alex Aroca, quien expuso al público asistente varias de las ideas plasmadas allí.

Son conceptos novedosos que buscan involucrar a todo el entorno cultural de las comunidades. Se resalta como las imágenes y símbolos que utilizan los indígenas en sus producciones artesanales como mochilas, entre otros, “son producto de un pensamiento matemático íntimamente ligado con la cosmovisión de esta comunidad”, dijo Aroca.

Los avances en esa materia, de los que se hablaron durante la jornada, como la llegada de la Etnomatemática a las aulas de algunos colegios de Valledupar, deben ser bien recibidos y apoyados para la consolidación de un proyecto de adecuación curricular que está en proceso de formulación y que va dirigido a las zonas rurales.

En esa jornada de la FELVA se pudo concluir que las matemáticas no deben ser vistas como una ciencia lejana o abstracta, sino como una aliada práctica, poderosa y cotidiana para aumentar la productividad y mejorar la calidad de vida sin romper con el equilibrio natural ni con los saberes ancestrales.

Editorial
7 junio, 2025

Interesante mirada a la enseñanza matemática

Dentro de los contenidos novedosos que han llamado la atención en el marco de la tercera Feria del Libro de Valledupar, FELVA, encontramos la conferencia sobre la Etnomatemática, mirada esta como un puente entre el conocimiento ancestral y la educación contextualizada de cada región.


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Dentro de los contenidos novedosos que han llamado la atención en el marco de la tercera Feria del Libro de Valledupar, FELVA, encontramos la conferencia sobre la Etnomatemática, mirada esta como un puente entre el conocimiento ancestral y la educación contextualizada de cada región.

El tema fue expuesto por los docentes Armando Aroca Araújo y Alcides Páez Soto, quienes hicieron énfasis acerca del “poder cultural de las matemáticas” en una comunidad específica, advirtiendo las formas peculiares de como los campesinos de nuestra región, entre ellos los indígenas, realizan operaciones o ejercicios matemáticos para calcular o determinar unidades de medida en sus actividades laborales. Es una economía rural que se mide de una manera distinta a la que convencionalmente se conoce en el mundo citadino.

De esa jornada se desprendieron importantes conceptos que merecen ser tenidos en cuenta al momento de abordar métodos de enseñanza a comunidades rurales de esta región, en donde les escuchábamos a nuestros abuelos hablar de ‘cabuya’ para referirse a una extensión de hectárea, ‘cuarterón’ cuando se trata de un cuarto de hectárea o ‘una tarea’ que significaba un octavo de hectárea. Y cuando correspondía calcular una distancia entre un lugar a otro se hacía con base en el tiempo que duraba un tabaco encendido mientras era fumado por el viajero y por ende el número de tabacos fumados indicaba qué tan largo o corto era el trayecto recorrido.

Esas tradiciones rurales ya se han modificado un poco en estos tiempos actuales, pero aún se conservan ciertos métodos que bien vale la pena estudiar y sopesar para adaptarlos al uso de las matemáticas y mirar cómo estas pueden utilizarse para aumentar la productividad y mejorar la calidad de vida de las personas en los oficios que realicen, “ya sea desde labores como la carpintería, albañilería, artesanías, agricultura hasta carreras de pregrado como Ingenieras y Medicina”, se les escuchó decir a los conferencistas.

Interesante abordar el contenido del libro ‘Planes de clase para la convivencia y la paz’ concebido como instrumento para que, desde la etnomatemática, se pueda mejorar el aprendizaje de esta ciencia a través del entorno del sujeto. “Las matemáticas son una sola, pero nos dimos cuenta como docentes que muchas veces no tenemos en cuenta el contexto de la persona y que este puede ser utilizado para que mejoren su calidad de vida a través del uso de esta ciencia”, explicó uno de los conferencistas.

También está el libro ‘Geometría sobre mochilas arhuacas por una enseñanza de las matemáticas desde una perspectiva cultural’, cuyo autor es el licenciado en Matemáticas, Armando Alex Aroca, quien expuso al público asistente varias de las ideas plasmadas allí.

Son conceptos novedosos que buscan involucrar a todo el entorno cultural de las comunidades. Se resalta como las imágenes y símbolos que utilizan los indígenas en sus producciones artesanales como mochilas, entre otros, “son producto de un pensamiento matemático íntimamente ligado con la cosmovisión de esta comunidad”, dijo Aroca.

Los avances en esa materia, de los que se hablaron durante la jornada, como la llegada de la Etnomatemática a las aulas de algunos colegios de Valledupar, deben ser bien recibidos y apoyados para la consolidación de un proyecto de adecuación curricular que está en proceso de formulación y que va dirigido a las zonas rurales.

En esa jornada de la FELVA se pudo concluir que las matemáticas no deben ser vistas como una ciencia lejana o abstracta, sino como una aliada práctica, poderosa y cotidiana para aumentar la productividad y mejorar la calidad de vida sin romper con el equilibrio natural ni con los saberes ancestrales.