EL PILÓN dialogó con Roberto Carlos Daza, secretario de Tránsito de Valledupar, sobre la movilidad en la ciudad, la cultura vial y los controles que vienen realizando. El funcionario señaló que tomarán medidas impopulares como la instalación de cámaras móviles para controlar el parqueo irregular de vehículos.
Se han identificado 41 puntos (críticos), que en el convenio con la Policía se les especificó que debían estar de forma permanente. Estos puntos fueron clasificados según el tipo de violación a las normas de tránsito. Ejemplo, lo de volarse el semáforo (se establecieron semáforos como el de ‘Los manguitos’, el semáforo de la Avenida Fundación con 23; el semáforo de los ‘3 postes’, entre otros).
También hicimos énfasis especial en el estacionamiento inadecuado de vehículos, especialmente en el centro y carreras como 11, 12 y aquellas que necesitan de alta fluidez: avenida Simón Bolívar, La Popa, la carrera 23, la avenida Los Militares.
En el convenio también se habló con la Policía sobre el ascenso y descenso de vehículos de transporte informal: el mal llamado ‘Terminalito’, los alrededor de la Terminal y la calle 16B en el centro. Estos puntos se definieron para que se concentrara el control.
Nosotros hemos venido incentivando el retiro de los vehículos mal parqueados, ejemplo en la carrera 9, que se nos convirtió en un problema grande dado que al retirarse un carril todo vehículo que se estaciona genera un trancón.
Con la Policía Nacional establecimos ese corredor como prioridad, por eso hemos impuesto comparendos. Después de todo este operativo, nosotros nos vamos a dar a la tarea de instalar cámaras móviles de fotodetección. Ya estamos estructurando un convenio con la Secretaría de Tránsito Departamental para tener cámaras circulando en ese punto de la carrera 9.
Serán móviles por lo que no requieren una autorización del Ministerio de Transporte ni de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. La idea es ir implementando estos controles para que las personas estacionen en parqueaderos. Cuando vivía en Bogotá pagaba por un día de parqueo $19.000. En Valledupar estamos pagando cantidades asequibles al bolsillo de los vallenatos. Sobre la novena hay muchos parqueaderos.
Todo depende de factores financieros. Por lo pronto, creemos que con un par de cámaras es suficiente. Estarían unas horas en la carrera 9, y luego sobre la avenida Simón Bolívar, donde no se requiere poner el prohibido parquear porque el Código Nacional de Tránsito establece que sobre las avenidas no se puede parquear.
Yo dejo listas las cámaras de foto detección y las cámaras con inteligencia artificial en la DPA. Hoy se están haciendo conteos para instalar 4 cámaras con inteligencia artificial para detección de colas y cambios automáticos a verde en la glorieta Mi Pedazo de Acordeón, que es uno de los puntos de mayor congestión.
Nosotros tenemos en contrato un estudio de reordenamiento vial en varias carreras del barrio El Obrero. También estarán en ese estudio los barrios Alfonso López y San Joaquín. Lo que se busca es redistribuir el volumen vehicular y permitir la reorganización del espacio vial.
¿Qué buscamos para la carrera 11ª en el punto de los restaurantes? Que quede en un solo sentido. Si se requiere algún tipo de prohibición el estudio lo dirá. Pero ese no es el único punto. Posiblemente también vamos a restringir la circulación del algún tipo de vehículo en una zona de la ‘Calle del Cesar’ y la calle de los ‘Turcos’.
Yo creo que eso está relacionado con la identidad, el sentido de pertenencia, de cómo nos reconocemos parte de una solución y no de un problema. Como ciudad debemos solucionar la falta de identidad, la falta de entendernos parte de la solución y no del problema, lo que nos permitiría ir cambiando el incumplimiento de normas, no solamente de tránsito. El incumplimiento es un reflejo de lo que somos como personas.
Cuando cada uno tiene su estructura de normas pueden existir 1.001 decretos, pero todos quedarán en letra muerta porque nosotros haremos lo que nos conviene. Y se empieza a perder el contrato social del que hablaba Rousseau, unas normas sobre las que todos estábamos de acuerdo y se debían cumplir.
Debemos atacar esas conductas desde la niñez. Por eso queremos traer a la Agencia Nacional de Seguridad Vial para estructurar desde los colegios los planes de movilidad escolar, para que se cree un área transversal en educación de tránsito.
En mayo pasado hicimos una encuesta virtual a motociclistas. El 97 % nunca asistió a una escuela de conducción para manejar. Es imposible que conozcan las normas de tránsito. El 65 % no tiene SOAT; el 65 % no tiene licencia de conducción; el 70 % vive en una familia donde dos o más tres personas practican la informalidad en moto. El 10 % de las motociclistas en Valledupar son mujeres. Cifra poco imaginable.
Valledupar aún no ha realizado un censo de cuántos son los vehículos que circulan. Debemos entender que nosotros somos una ciudad región: llegan personas del Magdalena, del centro y sur de La Guajira y del norte del Cesar, todas esas personas son usuarias de nuestras vías y el único parqueadero de inmovilización autorizado es el del Terminal de Transporte de Valledupar.
Por eso, siempre que hay reuniones con el Área Metropolitana presionamos para que los alcaldes controlen a los informales. Recibimos un parque automotor flotante que nos está generando problemas.
Nosotros tenemos alrededor de 60.000 motos registradas en la ciudad, no todas son de Valledupar, algunas están circulando en otras ciudades, pero también de otras ciudades llegan a Valledupar.
Yo le discutí al Ministerio de Transporte, dentro de la conformación del Sistema Integrado de Transporte, que tenemos un sistema fundado sobre unas estructuras de viajes que ya no se dan. Esa estructuración se dio en el 2008. Las cosas cambiaron, hoy es mucho más fácil acceder a un medio de transporte propio.
Nuestro problema parte del modelo de ciudad. Hace pocos días leí un documento de un especialista en urbanismo donde hablaba de cómo cambiar la pirámide y que en primer lugar esté el transporte público y en último lugar el transporte privado.
Lo fundamental para eso es cambiar el modelo de ciudad. Valledupar ha sido una ciudad de centros; todos los hospitales importantes están en un mismo sitio; los talleres también están concentrados, igual lo comercial. Entonces al final la movilidad se concentra en ciertos sectores.
El especialista señala que para poder lograr una ciudad que potencie el servicio público de transporte hay que desconcentrar la ciudad. Por ejemplo, garantizar en cada comuna un centro comercial; tenemos La Nevada sin un solo banco; los comerciantes de esa zona requieren de un banco. Él habla de la ciudad de los 15 minutos: poder solucionar nuestras necesidades de cultura, de salud, de alimento, en menos de 15 minutos.
La Secretaría de Tránsito es un ‘monstruo’. La gente cuando piensa en el secretario de Tránsito piensa en trancones, pero muy poco reconoce la problemática de adentro. Pero, muchas veces, como lo ven a uno por fuera es como uno está por dentro. No se puede ofrecer un principio de organización en la ciudad si la Secretaría de Tránsito no está organizada.
A pesar de que es la Secretaría de la capital del departamento viene en un declive desde hace muchos años. Por ejemplo, la Secretaría matriculó en el 2019 alrededor de 1.400 vehículos, mientras que La Paz matriculó 7.500 vehículos, teniendo Valledupar todos los concesionarios. Somos poco competitivos, ya sea por los tiempos o porque comercialmente no hemos hecho el lobby o potencializado nuestras ventajas.
(Risas) Me agrada que diga el verbo en pasado. Hicimos el año pasado un esfuerzo importante: radicar ante el Concejo municipal el ajuste en los precios de los servicios que prestamos. Nos fuimos por ese lado primero porque cuando comparamos el precio del valor de la licencia de conducción en Valledupar versus La Paz, encontramos que en la capital cuesta $118.000, y en La Paz está sobre los $90.000. En el caso de la matrícula es peor, la diferencia está sobre los $80.000. Obviamente los concesionarios preferirán matricularse allá.
Radicamos el proyecto en el Concejo, pero no le quisieron dar trámite porque pensaron que íbamos a privatizar el tránsito. Se dijeron muchas fábulas. Por eso no pasó. Ya lo presentamos de nuevo.
La Secretaría tiene actualmente 25 empleados de carrera: 15 administrativos y 9 operativos, que son los azules que están en la calle. Hay unos guías de tránsito, que ayudan a agilizar la movilidad, pero no pueden imponer sanciones. Son en total 48 guías.
Ellos no pueden trabajar después de hora de oficina porque los cargos se crearon con una tipología técnica y a ese salario no se le puede generar horas extras en Valledupar, creo que por Ley 550. Sin embargo, la Policía está las 24 horas del día. Son 30 personas que le cuestan al municipio $950 millones por año.
Yo creería que sí, porque da para pagar su mantenimiento, operación y empleados; además, de ahí salen los recursos para pagarle a la Policía. En lo que va del año, en la Secretaría llevamos un recaudo de 3.800 millones de pesos; aquí el pago total de los comparendos está cerca del 30 %. Existe una cultura de no pago. Pero yo creo que eso reúne muchas cosas como la falta de confianza con la sectorial.
Tuvimos la captura de unos funcionarios allá en la Secretaría. A partir de eso comenzamos a tener una gran cantidad de problemas porque eran profesionales que tenían un gran impacto en procesos grandes: los comparendos y los trámites, las dos columnas vertebrales del ingreso de la Secretaría.
Sin embargo, pasamos de 30 millones de pesos en mayo con dos inspectores a tener un ingreso en agosto de 113 millones de pesos con un solo inspector, debido a la sistematización de algunos procesos. Llegamos y sistematizamos el proceso de pago coactivo, el cargue de los comparendos a la plataforma del RUNT y de Simit a través de un software.
La Secretaría sí es sostenible pero en estos momentos requiere una inversión muy grande, que yo creo que no es inferior a los 35.000 millones de pesos, para poderla poner a tono con los retos de Valledupar.
Por: Deivis Caro/ EL PILÓN
EL PILÓN dialogó con Roberto Carlos Daza, secretario de Tránsito de Valledupar, sobre la movilidad en la ciudad, la cultura vial y los controles que vienen realizando. El funcionario señaló que tomarán medidas impopulares como la instalación de cámaras móviles para controlar el parqueo irregular de vehículos.
Se han identificado 41 puntos (críticos), que en el convenio con la Policía se les especificó que debían estar de forma permanente. Estos puntos fueron clasificados según el tipo de violación a las normas de tránsito. Ejemplo, lo de volarse el semáforo (se establecieron semáforos como el de ‘Los manguitos’, el semáforo de la Avenida Fundación con 23; el semáforo de los ‘3 postes’, entre otros).
También hicimos énfasis especial en el estacionamiento inadecuado de vehículos, especialmente en el centro y carreras como 11, 12 y aquellas que necesitan de alta fluidez: avenida Simón Bolívar, La Popa, la carrera 23, la avenida Los Militares.
En el convenio también se habló con la Policía sobre el ascenso y descenso de vehículos de transporte informal: el mal llamado ‘Terminalito’, los alrededor de la Terminal y la calle 16B en el centro. Estos puntos se definieron para que se concentrara el control.
Nosotros hemos venido incentivando el retiro de los vehículos mal parqueados, ejemplo en la carrera 9, que se nos convirtió en un problema grande dado que al retirarse un carril todo vehículo que se estaciona genera un trancón.
Con la Policía Nacional establecimos ese corredor como prioridad, por eso hemos impuesto comparendos. Después de todo este operativo, nosotros nos vamos a dar a la tarea de instalar cámaras móviles de fotodetección. Ya estamos estructurando un convenio con la Secretaría de Tránsito Departamental para tener cámaras circulando en ese punto de la carrera 9.
Serán móviles por lo que no requieren una autorización del Ministerio de Transporte ni de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. La idea es ir implementando estos controles para que las personas estacionen en parqueaderos. Cuando vivía en Bogotá pagaba por un día de parqueo $19.000. En Valledupar estamos pagando cantidades asequibles al bolsillo de los vallenatos. Sobre la novena hay muchos parqueaderos.
Todo depende de factores financieros. Por lo pronto, creemos que con un par de cámaras es suficiente. Estarían unas horas en la carrera 9, y luego sobre la avenida Simón Bolívar, donde no se requiere poner el prohibido parquear porque el Código Nacional de Tránsito establece que sobre las avenidas no se puede parquear.
Yo dejo listas las cámaras de foto detección y las cámaras con inteligencia artificial en la DPA. Hoy se están haciendo conteos para instalar 4 cámaras con inteligencia artificial para detección de colas y cambios automáticos a verde en la glorieta Mi Pedazo de Acordeón, que es uno de los puntos de mayor congestión.
Nosotros tenemos en contrato un estudio de reordenamiento vial en varias carreras del barrio El Obrero. También estarán en ese estudio los barrios Alfonso López y San Joaquín. Lo que se busca es redistribuir el volumen vehicular y permitir la reorganización del espacio vial.
¿Qué buscamos para la carrera 11ª en el punto de los restaurantes? Que quede en un solo sentido. Si se requiere algún tipo de prohibición el estudio lo dirá. Pero ese no es el único punto. Posiblemente también vamos a restringir la circulación del algún tipo de vehículo en una zona de la ‘Calle del Cesar’ y la calle de los ‘Turcos’.
Yo creo que eso está relacionado con la identidad, el sentido de pertenencia, de cómo nos reconocemos parte de una solución y no de un problema. Como ciudad debemos solucionar la falta de identidad, la falta de entendernos parte de la solución y no del problema, lo que nos permitiría ir cambiando el incumplimiento de normas, no solamente de tránsito. El incumplimiento es un reflejo de lo que somos como personas.
Cuando cada uno tiene su estructura de normas pueden existir 1.001 decretos, pero todos quedarán en letra muerta porque nosotros haremos lo que nos conviene. Y se empieza a perder el contrato social del que hablaba Rousseau, unas normas sobre las que todos estábamos de acuerdo y se debían cumplir.
Debemos atacar esas conductas desde la niñez. Por eso queremos traer a la Agencia Nacional de Seguridad Vial para estructurar desde los colegios los planes de movilidad escolar, para que se cree un área transversal en educación de tránsito.
En mayo pasado hicimos una encuesta virtual a motociclistas. El 97 % nunca asistió a una escuela de conducción para manejar. Es imposible que conozcan las normas de tránsito. El 65 % no tiene SOAT; el 65 % no tiene licencia de conducción; el 70 % vive en una familia donde dos o más tres personas practican la informalidad en moto. El 10 % de las motociclistas en Valledupar son mujeres. Cifra poco imaginable.
Valledupar aún no ha realizado un censo de cuántos son los vehículos que circulan. Debemos entender que nosotros somos una ciudad región: llegan personas del Magdalena, del centro y sur de La Guajira y del norte del Cesar, todas esas personas son usuarias de nuestras vías y el único parqueadero de inmovilización autorizado es el del Terminal de Transporte de Valledupar.
Por eso, siempre que hay reuniones con el Área Metropolitana presionamos para que los alcaldes controlen a los informales. Recibimos un parque automotor flotante que nos está generando problemas.
Nosotros tenemos alrededor de 60.000 motos registradas en la ciudad, no todas son de Valledupar, algunas están circulando en otras ciudades, pero también de otras ciudades llegan a Valledupar.
Yo le discutí al Ministerio de Transporte, dentro de la conformación del Sistema Integrado de Transporte, que tenemos un sistema fundado sobre unas estructuras de viajes que ya no se dan. Esa estructuración se dio en el 2008. Las cosas cambiaron, hoy es mucho más fácil acceder a un medio de transporte propio.
Nuestro problema parte del modelo de ciudad. Hace pocos días leí un documento de un especialista en urbanismo donde hablaba de cómo cambiar la pirámide y que en primer lugar esté el transporte público y en último lugar el transporte privado.
Lo fundamental para eso es cambiar el modelo de ciudad. Valledupar ha sido una ciudad de centros; todos los hospitales importantes están en un mismo sitio; los talleres también están concentrados, igual lo comercial. Entonces al final la movilidad se concentra en ciertos sectores.
El especialista señala que para poder lograr una ciudad que potencie el servicio público de transporte hay que desconcentrar la ciudad. Por ejemplo, garantizar en cada comuna un centro comercial; tenemos La Nevada sin un solo banco; los comerciantes de esa zona requieren de un banco. Él habla de la ciudad de los 15 minutos: poder solucionar nuestras necesidades de cultura, de salud, de alimento, en menos de 15 minutos.
La Secretaría de Tránsito es un ‘monstruo’. La gente cuando piensa en el secretario de Tránsito piensa en trancones, pero muy poco reconoce la problemática de adentro. Pero, muchas veces, como lo ven a uno por fuera es como uno está por dentro. No se puede ofrecer un principio de organización en la ciudad si la Secretaría de Tránsito no está organizada.
A pesar de que es la Secretaría de la capital del departamento viene en un declive desde hace muchos años. Por ejemplo, la Secretaría matriculó en el 2019 alrededor de 1.400 vehículos, mientras que La Paz matriculó 7.500 vehículos, teniendo Valledupar todos los concesionarios. Somos poco competitivos, ya sea por los tiempos o porque comercialmente no hemos hecho el lobby o potencializado nuestras ventajas.
(Risas) Me agrada que diga el verbo en pasado. Hicimos el año pasado un esfuerzo importante: radicar ante el Concejo municipal el ajuste en los precios de los servicios que prestamos. Nos fuimos por ese lado primero porque cuando comparamos el precio del valor de la licencia de conducción en Valledupar versus La Paz, encontramos que en la capital cuesta $118.000, y en La Paz está sobre los $90.000. En el caso de la matrícula es peor, la diferencia está sobre los $80.000. Obviamente los concesionarios preferirán matricularse allá.
Radicamos el proyecto en el Concejo, pero no le quisieron dar trámite porque pensaron que íbamos a privatizar el tránsito. Se dijeron muchas fábulas. Por eso no pasó. Ya lo presentamos de nuevo.
La Secretaría tiene actualmente 25 empleados de carrera: 15 administrativos y 9 operativos, que son los azules que están en la calle. Hay unos guías de tránsito, que ayudan a agilizar la movilidad, pero no pueden imponer sanciones. Son en total 48 guías.
Ellos no pueden trabajar después de hora de oficina porque los cargos se crearon con una tipología técnica y a ese salario no se le puede generar horas extras en Valledupar, creo que por Ley 550. Sin embargo, la Policía está las 24 horas del día. Son 30 personas que le cuestan al municipio $950 millones por año.
Yo creería que sí, porque da para pagar su mantenimiento, operación y empleados; además, de ahí salen los recursos para pagarle a la Policía. En lo que va del año, en la Secretaría llevamos un recaudo de 3.800 millones de pesos; aquí el pago total de los comparendos está cerca del 30 %. Existe una cultura de no pago. Pero yo creo que eso reúne muchas cosas como la falta de confianza con la sectorial.
Tuvimos la captura de unos funcionarios allá en la Secretaría. A partir de eso comenzamos a tener una gran cantidad de problemas porque eran profesionales que tenían un gran impacto en procesos grandes: los comparendos y los trámites, las dos columnas vertebrales del ingreso de la Secretaría.
Sin embargo, pasamos de 30 millones de pesos en mayo con dos inspectores a tener un ingreso en agosto de 113 millones de pesos con un solo inspector, debido a la sistematización de algunos procesos. Llegamos y sistematizamos el proceso de pago coactivo, el cargue de los comparendos a la plataforma del RUNT y de Simit a través de un software.
La Secretaría sí es sostenible pero en estos momentos requiere una inversión muy grande, que yo creo que no es inferior a los 35.000 millones de pesos, para poderla poner a tono con los retos de Valledupar.
Por: Deivis Caro/ EL PILÓN