Colombia se prepara para adelantar una nueva jornada, encaminada a elegir nuevos alcaldes, gobernadores, concejales y diputados, el próximo domingo 30 de octubre. Y aunque, aparentemente, se vea como una fecha lejana, en realidad el proceso está comenzando y distintas entidades del Estado y varios sectores sociales debemos prepararnos, desde ya, para que este concluya en unas elecciones lo más transparente posible y cuyos resultados reflejen, de verdad, la voluntad del pueblo colombiano.
Lo primero que hay que advertir es la gran responsabilidad que tiene los directores de los partidos políticos, tanto los nacionales como los regionales, a la hora de seleccionar y dar avales a los distintos candidatos. La legislación actual señala unas normas estrictas, que responsabilizan a estos señores por la escogencia de esos candidatos, so pena de verse sometidos, posteriormente, a sanciones por parte del Consejo Nacional Electoral, la misma Procuraduría General de la Nación, y otros organismos.
Pero más allá de los temas legales, están los temas morales, éticos y pragmáticos. Es lamentable lo que se está viendo en muchas zonas del país, como también acá en el Cesar y en Valledupar, donde cualquier “perico de los palotes”, como diría Consuelo Araujo Noguera, quiere aspirar a ser alcalde o concejal de Valledupar, gobernador o diputado del Cesar, cuando muchas veces no tienen la rectitud y la honorabilidad, mucho menos una preparación académica suficiente para asumir los destinos del Departamento o de su capital, Valledupar.
Esperamos que no se de esa feria de avales, fundamentada sólo en los negociados futuros que piensan hacer con la erario y la administración pública. El Cesar y Valledupar requieren en su gobernación, en su Alcaldía, en su asamblea y en su concejo, personas preparadas, serias, honestas, con unas hojas de vida que se puedan revisar y que sean prenda de garantías paras los ingenuos y desinformados electores.
Por todos es conocido, que una de las fallas que tiene la Constitución de 1991, la carta política que nos rige, es que redujo a un mínimo los requisitos para ser Congresista, y mucho más para concejales, diputados, alcaldes y gobernadores. Esto fue así por la aspiración del M-19, a que muchos de sus dirigentes, muchos de ellos campesinos y ex sindicalistas, pudieran llegar a las corporaciones públicas.
El país está en mora de establecer unos requisitos más exigentes para quienes aspiran a estos cargos, tanto en la rama ejecutiva, como en las corporaciones legislativas, a nivel departamental y municipal.
Los directivos nacionales y regionales de los partidos están en el deber moral de solicitar los antecedentes legales, disciplinarios y fiscales, ante el DAS, la Procuraduría General de la Nación y la Contraloría General de la República, como también ante las contralorías territoriales, de las personas que solicitan esos avales.
Varios medios de comunicación nacionales y regionales, incluido el diario EL PILÓN, como lo permite la ley, lo vamos a hacer.
En algunos casos, es evidente, que varios precandidatos no están preparados para los cargos a los cuales aspiran; en otros, algunos están vinculados con evidentes y conocidos casos de corrupción, y también con viejas prácticas clientelistas, aún no erradicadas.
De los mismos partidos, como también de distintas agencias del Estado, y de los medios de comunicación, que debemos estar atentos, advertir y denunciar, depende que no sea el Dios dinero el que se imponga en las elecciones que se avecinan, como lo advirtió, con conocimiento de causa, el ex procurador Edgardo Maya Villazón.
En el caso del Cesar, es evidente que a muchos lo único que los anima es el botín de las regalías, y en todos los municipios los contratos y la burocracia, disfrazados del sofisma de distracción de servir al pueblo y a las comunidades.
Son pocos todos los controles que se puedan establecer, para buscar garantizar un sufragio libre, transparente y eficaz, en los departamentos y municipios. Desde ya se están comprando las conciencias y trasladando votantes de un lado a otro y pre-negociando el voto, ante las ingentes necesidades de millones de compatriotas, estas aún mayores en la Costa Atlántica por cuenta de la emergencia invernal.
Los organismos de control deben estar muy alertas para iniciar, desde ya, con la debida anticipación, planes para prevenir y combatir esos delitos contra el sufragio. Insistimos, todos los controles son insuficientes.
Y en el caso de los medios de comunicación, bajo el liderazgo del periódico EL TIEMPO de Bogotá, una serie de periódicos regionales, de las ocho ciudades donde funcionan la Red de Ciudades Cómo Vamos, como es el caso de EL PILÓN en Valledupar, hemos preparado una estrategia conjunta para el cubrimiento del proceso electoral, incluyendo la revisión de las hojas de vida de los candidatos e indagando, con la debida atención, sobre sus programas y propuestas, para informar, orientar y advertir, oportunamente, a los electores, quienes también tienen una gran responsabilidad en el buen éxito del proceso electoral que se avecina, para escoger a los futuros gobernadores, alcaldes, diputados y concejales del país.
Los controles para las elecciones de 2011
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