Con un mensaje de superación, esperanza y fe, el sacerdote Juan Carlos Mendoza presentó su nuevo libro ‘Inevitables reflexiones. Faro de razón y fe’ en el que consigna en cuatro capítulos vivencias, reflexiones espirituales y hace una crítica al mundo actual.

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“Este libro es una narración literaria que tiene un trasfondo histórico y busca dar un mensaje teológico y filosófico; es decir, me valgo de la literatura para contar historias atractivas personales y de otras personas que me han contado sus vivencias porque pienso que lo más impactante cuando un lector aborda un libro es sentirse identificado con lo que está leyendo, por eso hay partes autobiográficas en el libro, historias de lucha y de superación”, dijo Mendoza a EL PILÓN.

Al tiempo, recordó que a su llegada a Valledupar, en compañía de su madre y hermanos, vendía frutas en las calles con el único anhelo de conquistar sus sueños, por lo que en la primera parte del libro aborda la línea de motivación, superación y perseverancia, referenciando diferentes testimonios de personas que “han logrado conquistar esos sueños con la ayuda de Dios, por eso está el testimonio de mi madres y hermanos…”.

“Yo vendía frutas aquí en Valledupar, me transportaba por la carrera novena cuando era apenas un adolescente y hoy cuando Dios me permite ser sacerdote y además de eso, escribir un libro y pasar de vender frutas a vender libros; pero más que vender libros es trasmitir una buena noticia de consuelo y esperanza para todas las personas”, agregó.

CAPÍTULOS

De acuerdo con el escritor, el primer capítulo del libro titulado ‘Doce relatos poéticos y entrañables’ tiene un trasfondo de una filosofía de vida, un sentido crítico de la realidad y da un preámbulo al segundo capítulo denominado ‘Un decálogo de inevitables reflexiones’ que surgen en un contexto inesperado, pero que hacen reflexionar a los lectores.

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“Ahí abordo temas como el suicidio, la familia, el buen uso de las redes sociales,  hago una crítica de la situación política, económica y social del país con un sentido agudo e irónico, pero valiéndose de la racionalidad, de la inteligencia humana y de ahí voy avanzando en el libro hasta pasar del plano filosófico al teológico o más espiritual, por eso mi libro no está escrito para las personas que son creyentes, sino para cualquier persona que tenga aspiraciones en la vida, que desee encontrar un sentido pleno a su existencia y el propósito es transmitir una luz que se convierta en un faro que oriente la vida del ser humano, tanto desde la razón, como desde la fe”, explicó.

Ya en el tercer capítulo, el lector encontrará “un tono más espiritual”, pasando desde lo humano a las emociones, la razón y la convicción espiritual hasta llegar al cuarto capítulo ‘Puntos cardinales en la cultura del encuentro’, en la que Juan Carlos Mendoza hace una crítica a la forma en la que nos comunicamos hoy en día y extiende una invitación para que tengamos un encuentro cara a cara con el otro y miremos más allá de las redes sociales. Así como de la necesidad de encontrarnos en el templo y disfrutar de la espiritualidad de Dios en comunidad.

“En un mundo tan avanzado con tantas comunicaciones menos nos entendemos y hablo de la necesidad de recuperar el encuentro cara a cara con el otro, el volver a abrazarnos a mirarnos, a escucharnos en las casas donde cada persona está metida en su computador, en su celular o viendo televisión… Estamos y no estamos y hay una paradoja con las redes sociales mal empleadas: acercamos al lejano y alejamos al cercano”, explicó.

Juan Carlos Mendoza lanzó su segundo libro Inevitables reflexiones. Faro de razón y fe’ en la Biblioteca Departamental Rafael Carrillo Lúquez acompañado de sus familiares y del obispo, monseñor Oscar José Vélez Isaza.

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“Mi libro es un canto a la vida, un canto al amor, un poema a la creación, mi libro transmite mucha luz y quiere que el ser humano descubra esa luz la luz de Dios, pero a la vez se convierta en faro de luz para otras personas”, finalizó.

Los interesados en adquirir el libro podrán hacerlo en las diferentes parroquias de Valledupar.

Por: Carmen Lucía Mendoza Cuello/ EL PILÓN.