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Especial - 25 marzo, 2014

Impunidad en delitos sexuales

De los más de 600 procesos de abuso sexual que están a cargo del Centro Integral de Atención a Víctimas de Abuso Sexual en Valledupar, solo el 13 por ciento ha llegado a los estrados judiciales.

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Paloma* a sus 11 años, cursa sexto grado en un colegio del sur de Valledupar. Ella vive una infancia, aparentemente, como cualquier pequeña de su edad. Sin embargo, su cabello lacio y sonrisa angelical, ocultan una trágica historia que la ha atormentado durante los últimos cuatro años.

Apenas tenía siete años, cuando pasó vacaciones en casa de sus abuelos paternos, y desde entonces, no volvió a ser la misma; la alegría que la caracterizaba fue apabullada por el silencio y lágrimas que a cada rato se apoderan su rostro.

Ella todavía no entiende el sentimiento de culpa que empezó a atormentarla. Los juegos con sus hermanos y primos quedaron a un lado, desde que el esposo de su tía, un hombre de 33 años, la encerraba en una de las habitaciones de la casa para manosearla y acariciarle los genitales.

Tras verificar la versión de las víctimas y contar con el suficiente material probatorio, de los centenares de procesos de abuso a menores solo hay 83 en juicio ante los jueces penales municipales.

“Yo me enteré desde hace tiempo, pero las denuncias no se habían puesto por ser el cuñado de mi esposo y había mucha presión de la familia para que dejara todo quieto”, confesó la madre de Paloma*.

El secreto mejor guardado de la niña y el pacto de silencio hecho por los miembros de su familia fue descubierto en el colegio, durante sus primeros días de clase, a través de una de las estrategias que viene implementando la Policía de Infancia y Adolescencia, en las diferentes instituciones educativas de Valledupar.

“En el colegio le pidieron a todos los niños escribir una carta donde relatara los momentos más importantes de su vida y allí mi hija dijo todo lo que había pasado en la casa de sus abuelos… Hace poco me sorprendió una citación para venir a la Fiscalía, para ver si se reabría el caso”, contó la mujer.

Según la Defensora de Familia que conoció del caso, dijo que una de sus misiones en restablecer los derechos de los menores víctimas, pero “para un niño violado, el daño es irreparable y el daño no solo es físico, lo físico es secundario, en comparación con el psicológico”.

Procesos a paso lento

El caso de Paloma* llegó al Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual, Caivas, instalaciones que funcionan en Valledupar desde el 13 de septiembre de 2011.

Impunidad develan cifras de los procesos de abuso sexual, principalmente contra menores, en el Cesar.

En este lugar, la Fiscalía con el Icbf y la Policía trabajan mancomunadamente, con el fin de contrarrestar flagelos como acceso carnal, acto y acoso sexual abusivo o violento, principalmente contra menores de 14 años.

Lucy Vidal, es la fiscal 13 seccional, coordinadora de este Caivas, donde hasta el pasado mes de febrero  fueron asignados 627 procesos que fueron denunciados ante la Unidad de Reacción Inmediata, URI, de la Fiscalía.

Tras verificar la versión de las víctimas y contar con el suficiente material probatorio, de los centenares de procesos de abuso a menores solo hay 83 en juicio ante los jueces penales municipales.

Los pocos casos que llegan a los estrados judiciales avanzan a paso lento, cada uno de estos juicios para llegar a sentencia de primera instancia tarda en promedio tres años, según informaron fuentes judiciales.

Sin castigo

Ante este panorama poco alentador,  el director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf seccional Cesar, Alberto Esmeral Ariza, manifestó su preocupación por que no hay castigo para la mayoría de abusadores sexuales  en este departamento. “Hay principio que dice: en el derecho el tiempo que pasa es la verdad que huye”.

Según el funcionario, los delitos sexuales, dejan muy poca huella probatoria que permita inferir que la investigación va a prosperar a favor de la víctima.

“Hay muchas oportunidades donde las pruebas no son suficientes, en algunos casos se necesita que haya expulsión del líquido seminal, que se pueda señalar al responsable, aprehenderlo y comparar por medio del ADN el líquido espermático que se encuentre en el cuerpo del abusado y hallarse identidad en esos marcadores genéticos”, explicó.

Por último, reconoció que cada día es mayor la impunidad en los casos de abuso sexual, principalmente en los que las víctimas son menores.

“Hay una gran impunidad, porque es una conducta que se hace de la forma más clandestina, pensando y estudiando en no dejar huellas. Tal vez, muchas veces se denuncia cuando ha pasado mucho tiempo, meses y hasta años”, como en el caso de Paloma*.

“Hay una gran impunidad, porque es una conducta que se hace de la forma más clandestina, pensando y estudiando en no dejar huellas. Tal vez, muchas veces se denuncia cuando ha pasado mucho tiempo, meses y hasta años”:  Alberto Esmeral Ariza, director del Icbf en el Cesar.

–CIFRA–

10 capturas por delitos sexuales ha realizado la Policía en el Cesar, en lo que va corrido del presente año.

Por Martín Elías Mendoza

[email protected]

 

Especial
25 marzo, 2014

Impunidad en delitos sexuales

De los más de 600 procesos de abuso sexual que están a cargo del Centro Integral de Atención a Víctimas de Abuso Sexual en Valledupar, solo el 13 por ciento ha llegado a los estrados judiciales.


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Paloma* a sus 11 años, cursa sexto grado en un colegio del sur de Valledupar. Ella vive una infancia, aparentemente, como cualquier pequeña de su edad. Sin embargo, su cabello lacio y sonrisa angelical, ocultan una trágica historia que la ha atormentado durante los últimos cuatro años.

Apenas tenía siete años, cuando pasó vacaciones en casa de sus abuelos paternos, y desde entonces, no volvió a ser la misma; la alegría que la caracterizaba fue apabullada por el silencio y lágrimas que a cada rato se apoderan su rostro.

Ella todavía no entiende el sentimiento de culpa que empezó a atormentarla. Los juegos con sus hermanos y primos quedaron a un lado, desde que el esposo de su tía, un hombre de 33 años, la encerraba en una de las habitaciones de la casa para manosearla y acariciarle los genitales.

Tras verificar la versión de las víctimas y contar con el suficiente material probatorio, de los centenares de procesos de abuso a menores solo hay 83 en juicio ante los jueces penales municipales.

“Yo me enteré desde hace tiempo, pero las denuncias no se habían puesto por ser el cuñado de mi esposo y había mucha presión de la familia para que dejara todo quieto”, confesó la madre de Paloma*.

El secreto mejor guardado de la niña y el pacto de silencio hecho por los miembros de su familia fue descubierto en el colegio, durante sus primeros días de clase, a través de una de las estrategias que viene implementando la Policía de Infancia y Adolescencia, en las diferentes instituciones educativas de Valledupar.

“En el colegio le pidieron a todos los niños escribir una carta donde relatara los momentos más importantes de su vida y allí mi hija dijo todo lo que había pasado en la casa de sus abuelos… Hace poco me sorprendió una citación para venir a la Fiscalía, para ver si se reabría el caso”, contó la mujer.

Según la Defensora de Familia que conoció del caso, dijo que una de sus misiones en restablecer los derechos de los menores víctimas, pero “para un niño violado, el daño es irreparable y el daño no solo es físico, lo físico es secundario, en comparación con el psicológico”.

Procesos a paso lento

El caso de Paloma* llegó al Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual, Caivas, instalaciones que funcionan en Valledupar desde el 13 de septiembre de 2011.

Impunidad develan cifras de los procesos de abuso sexual, principalmente contra menores, en el Cesar.

En este lugar, la Fiscalía con el Icbf y la Policía trabajan mancomunadamente, con el fin de contrarrestar flagelos como acceso carnal, acto y acoso sexual abusivo o violento, principalmente contra menores de 14 años.

Lucy Vidal, es la fiscal 13 seccional, coordinadora de este Caivas, donde hasta el pasado mes de febrero  fueron asignados 627 procesos que fueron denunciados ante la Unidad de Reacción Inmediata, URI, de la Fiscalía.

Tras verificar la versión de las víctimas y contar con el suficiente material probatorio, de los centenares de procesos de abuso a menores solo hay 83 en juicio ante los jueces penales municipales.

Los pocos casos que llegan a los estrados judiciales avanzan a paso lento, cada uno de estos juicios para llegar a sentencia de primera instancia tarda en promedio tres años, según informaron fuentes judiciales.

Sin castigo

Ante este panorama poco alentador,  el director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf seccional Cesar, Alberto Esmeral Ariza, manifestó su preocupación por que no hay castigo para la mayoría de abusadores sexuales  en este departamento. “Hay principio que dice: en el derecho el tiempo que pasa es la verdad que huye”.

Según el funcionario, los delitos sexuales, dejan muy poca huella probatoria que permita inferir que la investigación va a prosperar a favor de la víctima.

“Hay muchas oportunidades donde las pruebas no son suficientes, en algunos casos se necesita que haya expulsión del líquido seminal, que se pueda señalar al responsable, aprehenderlo y comparar por medio del ADN el líquido espermático que se encuentre en el cuerpo del abusado y hallarse identidad en esos marcadores genéticos”, explicó.

Por último, reconoció que cada día es mayor la impunidad en los casos de abuso sexual, principalmente en los que las víctimas son menores.

“Hay una gran impunidad, porque es una conducta que se hace de la forma más clandestina, pensando y estudiando en no dejar huellas. Tal vez, muchas veces se denuncia cuando ha pasado mucho tiempo, meses y hasta años”, como en el caso de Paloma*.

“Hay una gran impunidad, porque es una conducta que se hace de la forma más clandestina, pensando y estudiando en no dejar huellas. Tal vez, muchas veces se denuncia cuando ha pasado mucho tiempo, meses y hasta años”:  Alberto Esmeral Ariza, director del Icbf en el Cesar.

–CIFRA–

10 capturas por delitos sexuales ha realizado la Policía en el Cesar, en lo que va corrido del presente año.

Por Martín Elías Mendoza

[email protected]