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Crónica - 24 octubre, 2010

Hasta con oraciones sacan la taruya de la Ciénaga de Zapatosa

La Ciénaga de Zapatosa en estos días presenta otro panorama y no aquel de hace dos meses, donde el agua había quedado oculta por una inmensa capa vegetal, debido a la proliferación de taruya en más de 15 de las 80 mil hectáreas de extensión. Se ha acudido a diversos métodos para sacar la taruya […]

La Ciénaga de Zapatosa en estos días presenta otro panorama y no aquel de hace dos meses, donde el agua había quedado oculta por una inmensa capa vegetal, debido a la proliferación de taruya en más de 15 de las 80 mil hectáreas de extensión.
Se ha acudido a diversos métodos para sacar la taruya en el menor tiempo posible, incluso haciendo un llamado a Dios, a través de las oraciones del sacerdote de Chimichagua, Jimmy Gil Ocampo. Él, desde el púlpito y en el mismo Puerto Arenal, ha elevado oraciones al Todopoderoso para que este fenómeno no aumente. Les hizo hincapié a los pescadores para que tuvieran en cuenta que la oración era clave y ellos siguieron al pie de la letra ese llamado. Ahora rezan y trabajan con fe, y poco a poco van ganando la partida.
Todo lo anterior ha permitido que la ciénaga esté despejada de taruya en un 60 por ciento del sector afectado y en 10 días estará restablecida, según indicó el presidente de la Asociación de Pescadores de Chimichagua, Alfonso López Arguelles.
“El respaldo del Gobernador del Cesar, Cristian Moreno Panezo y de la Agencia de Desarrollo Económico Local, ADEL Zapatosa, que gerencia Ernesto Mejía Mora, han sido vitales para estar en estos momentos a punto de lograr despejar la Ciénaga de Zapatosa, de esa enorme cantidad de taruya, mediante el sistema manual para favorecer a los pescadores que estábamos en una situación lamentable al no poder desempeñar nuestra oficio. La generación de trabajo a más de 500 pescadores ha sido esencial en estos momentos de crisis que hemos vivido”.
Debido a la ardua labor de los pescadores hace pocos días se restableció la navegabilidad entre los distintos corregimientos y veredas y la mayoría de pescadores asumió nuevamente su actividad. Volvieron a venderse a precios  módicos gran cantidad de pescados en las tradicionales esquinas de Chimichagua.
Los pescadores para lograr sacar en el menor tiempo posible la taruya han adoptado trabajar de noche, porque concluyeron que en esas horas el viento se pasea de norte a sur y mueve la planta para el lado favorable, despejando el área afectada.

Gestión de ADEL Zapatosa

Al frente de esta labor de desalojo de la taruya está el gerente de ADEL Zapatosa, Ernesto Mejía Mora, quien conjuntamente con los pescadores y personal capacitado, buscaron el método preciso para amainar la superproducción.
“El dinero recibido por parte de la Gobernación del Cesar ha servido para emprender acciones vitales que nos han dado resultados certeros para el control del tapón de taruya, al poner barreras flotantes en sitios estrategicos donde ingresa esta planta que se reproduce de manera rápida”, manifestó Mejía Mora.
Estas barreras se hacen con dos sogas de polipropileno, donde se amarran cada 10 metros dos pimpinas de cinco litros y varias piedras de regular tamaño que van sumergidas para darle la fortaleza necesaria y no se desprendan cuando llegue la arremetida de la masa o tapón de taruya. Inicialmente se trabajó sacando la taruya al puerto para ser llevada por tractores, después con lanchas y botes y cada trabajo en su momento fue eficaz hasta lograr quitar gran parte de la taruya que invadió a la Zapatosa.
Ahora los botes, las chalupas, las canoas y los niños volvieron a ser testigos en el Puerto Arenal de la nueva vida de la Ciénaga de Zapatosa, esa que se alegra cuando la brisa la besa y más cuando las atarrayas regresan cargadas de peces del fondo del agua.
También entre las acciones que se adelantan Ernesto Mejía Mora, señaló que la entidad a su mando con el apoyo de la Gobernación del Cesar, el Centro Biotecnológico del Sena y la Unión Europea, trabajan en torno a la taruya para utilizarla como papel artesanal, abono orgánico y alimentación de ganado, chivos, cerdos y pollos. Lo anterior se trabaja en los corregimientos de Saloa y La Mata, jurisdicción de Chimichagua.
Según estudios esta planta conocida como Jacinto de agua, Camalote, Lampazo, Violeta de agua,  Buchón o taruya, tiene un 11 por ciento de proteínas y el pasto normal tiene cuatro puntos menos. En lo que tiene que ver con las artesanías elaboradas con taruya como bolsos, carteras y porta celular, se hacen en Chimichagua y Antequera, municipio de Tamalameque. También La Gobernación del Cesar y ADEL Zapatosa, gestionan un convenio con Ecopetrol y la Universidad Francisco de Paula Santander, tendiente al control y monitoreo permanente de la superpoblación de taruya en los humedales del departamento.

‘Lucho’ se pegó a la oración

El viaje de la brisa continúa siendo aliada de los pescadores en su larga tarea de sacar la taruya. Mientras eso sucede ‘Lucho’ Herrera, homónimo del gran ciclista, metido en el agua fuma tabaco y reza para que todo retorne a la normalidad y la Ciénaga de Zapatosa vuelva a ser el bello espejo de agua y no parezca una gran manta verde.
“Vea, periodista esta vaina ha sido tesa y de montarnos en una canoa, pasamos a estar con el agua al cuello. Sin ser muy religioso me ha tocado tirarme un par de oraciones, sugeridas por el cura del pueblo, porque es que hemos estado sufriendo y humillados por la taruya y pensando que en la casa está la familia esperando la comida”.
Él, como todos los pescadores, sigue metiendo mano y sacando un trofeo color verde, que no es por un triunfo, sino por una pesadilla estando despiertos que los hizo cambiar a la fuerza de trabajo Y muy bien lo dijo otro pescador: “Teníamos una ‘Tapación’ de taruya horrible, pero gracias a Dios estamos ganando la pelea, una pelea nunca vista y con un enemigo duro de acabar”.

Crónica
24 octubre, 2010

Hasta con oraciones sacan la taruya de la Ciénaga de Zapatosa

La Ciénaga de Zapatosa en estos días presenta otro panorama y no aquel de hace dos meses, donde el agua había quedado oculta por una inmensa capa vegetal, debido a la proliferación de taruya en más de 15 de las 80 mil hectáreas de extensión. Se ha acudido a diversos métodos para sacar la taruya […]


La Ciénaga de Zapatosa en estos días presenta otro panorama y no aquel de hace dos meses, donde el agua había quedado oculta por una inmensa capa vegetal, debido a la proliferación de taruya en más de 15 de las 80 mil hectáreas de extensión.
Se ha acudido a diversos métodos para sacar la taruya en el menor tiempo posible, incluso haciendo un llamado a Dios, a través de las oraciones del sacerdote de Chimichagua, Jimmy Gil Ocampo. Él, desde el púlpito y en el mismo Puerto Arenal, ha elevado oraciones al Todopoderoso para que este fenómeno no aumente. Les hizo hincapié a los pescadores para que tuvieran en cuenta que la oración era clave y ellos siguieron al pie de la letra ese llamado. Ahora rezan y trabajan con fe, y poco a poco van ganando la partida.
Todo lo anterior ha permitido que la ciénaga esté despejada de taruya en un 60 por ciento del sector afectado y en 10 días estará restablecida, según indicó el presidente de la Asociación de Pescadores de Chimichagua, Alfonso López Arguelles.
“El respaldo del Gobernador del Cesar, Cristian Moreno Panezo y de la Agencia de Desarrollo Económico Local, ADEL Zapatosa, que gerencia Ernesto Mejía Mora, han sido vitales para estar en estos momentos a punto de lograr despejar la Ciénaga de Zapatosa, de esa enorme cantidad de taruya, mediante el sistema manual para favorecer a los pescadores que estábamos en una situación lamentable al no poder desempeñar nuestra oficio. La generación de trabajo a más de 500 pescadores ha sido esencial en estos momentos de crisis que hemos vivido”.
Debido a la ardua labor de los pescadores hace pocos días se restableció la navegabilidad entre los distintos corregimientos y veredas y la mayoría de pescadores asumió nuevamente su actividad. Volvieron a venderse a precios  módicos gran cantidad de pescados en las tradicionales esquinas de Chimichagua.
Los pescadores para lograr sacar en el menor tiempo posible la taruya han adoptado trabajar de noche, porque concluyeron que en esas horas el viento se pasea de norte a sur y mueve la planta para el lado favorable, despejando el área afectada.

Gestión de ADEL Zapatosa

Al frente de esta labor de desalojo de la taruya está el gerente de ADEL Zapatosa, Ernesto Mejía Mora, quien conjuntamente con los pescadores y personal capacitado, buscaron el método preciso para amainar la superproducción.
“El dinero recibido por parte de la Gobernación del Cesar ha servido para emprender acciones vitales que nos han dado resultados certeros para el control del tapón de taruya, al poner barreras flotantes en sitios estrategicos donde ingresa esta planta que se reproduce de manera rápida”, manifestó Mejía Mora.
Estas barreras se hacen con dos sogas de polipropileno, donde se amarran cada 10 metros dos pimpinas de cinco litros y varias piedras de regular tamaño que van sumergidas para darle la fortaleza necesaria y no se desprendan cuando llegue la arremetida de la masa o tapón de taruya. Inicialmente se trabajó sacando la taruya al puerto para ser llevada por tractores, después con lanchas y botes y cada trabajo en su momento fue eficaz hasta lograr quitar gran parte de la taruya que invadió a la Zapatosa.
Ahora los botes, las chalupas, las canoas y los niños volvieron a ser testigos en el Puerto Arenal de la nueva vida de la Ciénaga de Zapatosa, esa que se alegra cuando la brisa la besa y más cuando las atarrayas regresan cargadas de peces del fondo del agua.
También entre las acciones que se adelantan Ernesto Mejía Mora, señaló que la entidad a su mando con el apoyo de la Gobernación del Cesar, el Centro Biotecnológico del Sena y la Unión Europea, trabajan en torno a la taruya para utilizarla como papel artesanal, abono orgánico y alimentación de ganado, chivos, cerdos y pollos. Lo anterior se trabaja en los corregimientos de Saloa y La Mata, jurisdicción de Chimichagua.
Según estudios esta planta conocida como Jacinto de agua, Camalote, Lampazo, Violeta de agua,  Buchón o taruya, tiene un 11 por ciento de proteínas y el pasto normal tiene cuatro puntos menos. En lo que tiene que ver con las artesanías elaboradas con taruya como bolsos, carteras y porta celular, se hacen en Chimichagua y Antequera, municipio de Tamalameque. También La Gobernación del Cesar y ADEL Zapatosa, gestionan un convenio con Ecopetrol y la Universidad Francisco de Paula Santander, tendiente al control y monitoreo permanente de la superpoblación de taruya en los humedales del departamento.

‘Lucho’ se pegó a la oración

El viaje de la brisa continúa siendo aliada de los pescadores en su larga tarea de sacar la taruya. Mientras eso sucede ‘Lucho’ Herrera, homónimo del gran ciclista, metido en el agua fuma tabaco y reza para que todo retorne a la normalidad y la Ciénaga de Zapatosa vuelva a ser el bello espejo de agua y no parezca una gran manta verde.
“Vea, periodista esta vaina ha sido tesa y de montarnos en una canoa, pasamos a estar con el agua al cuello. Sin ser muy religioso me ha tocado tirarme un par de oraciones, sugeridas por el cura del pueblo, porque es que hemos estado sufriendo y humillados por la taruya y pensando que en la casa está la familia esperando la comida”.
Él, como todos los pescadores, sigue metiendo mano y sacando un trofeo color verde, que no es por un triunfo, sino por una pesadilla estando despiertos que los hizo cambiar a la fuerza de trabajo Y muy bien lo dijo otro pescador: “Teníamos una ‘Tapación’ de taruya horrible, pero gracias a Dios estamos ganando la pelea, una pelea nunca vista y con un enemigo duro de acabar”.