Con brocha, pala y palustre alrededor de 43 arqueólogos y antropólogos intervienen los descubrimientos que surgen de la excavación, la cual está a cargo de 150 obreros de los corregimientos de Mariangola y Aguas Blancas.
Desde el mes de enero del 2021 más de 170 personas, entre obreros y profesionales como arqueólogos, antropólogos e ingenieros, iniciaron excavaciones en la vía que de Valledupar conduce a Bosconia, en el tramo III de la Ruta del Sol.
Y es que luego de varios registros encontraron restos arqueológicos como piezas de cerámica y huesos que podrían pertenecer a pueblos indígenas instalados en esta región del país. Las excavaciones, que ya alcanzan los 8.800 metros cuadrados y una longitud de alrededor de 300 metros, están sobre el terreno por donde pasará la doble calzada de la Ruta del Sol III.
Con brocha, pala y palustre alrededor de 43 arqueólogos y antropólogos intervienen los descubrimientos que surgen de la excavación, la cual está a cargo de 150 obreros de los corregimientos de Mariangola y Aguas Blancas.
“Esta es la excavación más grande en ejecución que tenemos en el país. A cada uno de los obreros se le hizo una capacitación para realizar la excavación. Tenemos 43 arqueólogos y antropólogos. En el país hay muy pocos arqueólogos, por eso tenemos profesionales de todas las regiones”, señaló Gabriel Calderón, coordinador de la parte arqueológica de Ingetec, la contratista que dirige el proyecto.
Actualmente están en la fase de rescate arqueológico, la cual fue aprobada por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Icanh. Como es una de las primeras fases, aún no hay muchas conclusiones sobre los materiales encontrados más allá de la comparación con investigaciones previas.
“No estamos hablando de hallazgos de milenios. No son hallazgos africanos de casi 1 millón de años o europeos de 60.000 años. Determinar las fechas hace parte de una fase superior, pero en América los hallazgos más antiguos son de 20.000 años. Estos hallazgos no parecen ser tan antiguos: eso significa que no son de la etapa formativa. Pueden ser antes de Cristo, pero no de una etapa formativa”, agregó Calderón.
Lea también: “En el Cesar hay incontables piezas arqueológicas, pero no apoyo para la investigación”: Juan González
A esta conclusión se llegó porque la cerámica encontrada no hace parte de la etapa formativa. Según el profesional, la etapa formativa en la costa Caribe data de hace más o menos 16.000 o 5.000 años atrás. De allí hasta la actualidad hay un abanico de tiempo: en el laboratorio se podrá determinar la fecha exacta de esos materiales encontrados. “Tenemos un abanico de 5.000 años y no sabemos dónde está el origen de estas piezas. En la fase de laboratorio lo sabremos”.
Hasta el momento, en la excavación no se han encontrado estructuras de casas o material que den la idea que allí estaba ubicado un asentamiento o una ciudad. Al parecer desde épocas coloniales ese sector ha sido usado como tránsito, principalmente, entre pueblos ubicados en lo que ahora es el norte y centro del Cesar.
Sin embargo, hay hipótesis, aún sin fuerza, que los rastros podrían pertenecer a la comunidad chimila. “Tenemos una cerámica que en estudios de los años 60 se asimiló como chimila. Aunque por ahora es prematuro decir qué tipo de asentamiento fue porque apenas estamos en la etapa de excavación. En laboratorio se podrá determinar a qué población pertenecen estos materiales encontrados”, señaló el arqueólogo encargado.
Y es que hasta el momento se han encontrado más de 3 millones de fragmentos, entre ellos la cerámica que ya ha sido reportada en la literatura, el problema es que el sitio ha sido muy poco estudiado. Además, ha sido víctima de la guaquería. En el caso de los restos de seres vivos se determinarán las fechas con carbono 14, uno de los métodos más reconocidos en la arqueología.
“Históricamente tenemos registro de los chimilas desde que llegaron los españoles, pero nosotros no sabemos si esto es de antes que llegaran los españoles. Si nosotros encontramos algo en la Sierra Nevada no podemos decir que es de los arhuacos porque ellos viven allí, porque puede ser de una comunidad que vivió allí antes que ellos. Por eso aún no sacamos conclusiones”, agregaron los encargados de la excavación.
Además, según han estudiado, la cerámica encontrada también es parecida a la hallada en La Guajira, denominada portacelli. “Pero aún no podemos afirmar nada. Este es un lugar de tránsito. Durante milenios ha sido una zona de tránsito. Entonces cualquier conclusión es prematura. No existe ninguna hipótesis fuerte aún”.
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Sin contar que alrededor, en la Sierra Nevada de Santa Marta, habitan cuatro pueblos indígenas: arhuacos, wiwas, los kogis y los kankuamos.
Como se trata de material delicado, el proceso va a paso lento. Dentro de los cortes, que son las excavaciones, hay subdivisiones de 2 metros por 2 metros, las cuales se llaman cuadriculas. Esas cuadriculas se excavan por niveles de 10 centímetros.
Antes de retirar la arena, cada trabajador debe tamizarla con un colador para que no se vaya ninguna pieza. “Cuando se saca la muestra, el material se registra, se guarda, con su fecha, su procedencia. Luego que se identifican los rasgos, los arqueólogos los intervienen con mucho cuidado”.
Como aún se desconoce qué tanto material se puede encontrar, se habla que la excavación podría extenderse otros 3 o 4 meses. En ese sentido, la construcción de la doble calzada se pausará en esa zona. Las piezas que surjan, la nación indicará dónde se guardarán.
“Con la cantidad de cosas que hay debemos ser muy selectivos. Tenemos 3 millones de fragmentos cerámicos, algunos pueden ser, por ejemplo, una parte pequeña de una olla. Culturalmente nuestros pueblos han seguido la costumbre de hacer las vasijas con barros. Además, una cosa es el tiempo que tiene el material y otro el instrumento”, concluyeron.
Por: Deivis Caro
Con brocha, pala y palustre alrededor de 43 arqueólogos y antropólogos intervienen los descubrimientos que surgen de la excavación, la cual está a cargo de 150 obreros de los corregimientos de Mariangola y Aguas Blancas.
Desde el mes de enero del 2021 más de 170 personas, entre obreros y profesionales como arqueólogos, antropólogos e ingenieros, iniciaron excavaciones en la vía que de Valledupar conduce a Bosconia, en el tramo III de la Ruta del Sol.
Y es que luego de varios registros encontraron restos arqueológicos como piezas de cerámica y huesos que podrían pertenecer a pueblos indígenas instalados en esta región del país. Las excavaciones, que ya alcanzan los 8.800 metros cuadrados y una longitud de alrededor de 300 metros, están sobre el terreno por donde pasará la doble calzada de la Ruta del Sol III.
Con brocha, pala y palustre alrededor de 43 arqueólogos y antropólogos intervienen los descubrimientos que surgen de la excavación, la cual está a cargo de 150 obreros de los corregimientos de Mariangola y Aguas Blancas.
“Esta es la excavación más grande en ejecución que tenemos en el país. A cada uno de los obreros se le hizo una capacitación para realizar la excavación. Tenemos 43 arqueólogos y antropólogos. En el país hay muy pocos arqueólogos, por eso tenemos profesionales de todas las regiones”, señaló Gabriel Calderón, coordinador de la parte arqueológica de Ingetec, la contratista que dirige el proyecto.
Actualmente están en la fase de rescate arqueológico, la cual fue aprobada por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Icanh. Como es una de las primeras fases, aún no hay muchas conclusiones sobre los materiales encontrados más allá de la comparación con investigaciones previas.
“No estamos hablando de hallazgos de milenios. No son hallazgos africanos de casi 1 millón de años o europeos de 60.000 años. Determinar las fechas hace parte de una fase superior, pero en América los hallazgos más antiguos son de 20.000 años. Estos hallazgos no parecen ser tan antiguos: eso significa que no son de la etapa formativa. Pueden ser antes de Cristo, pero no de una etapa formativa”, agregó Calderón.
Lea también: “En el Cesar hay incontables piezas arqueológicas, pero no apoyo para la investigación”: Juan González
A esta conclusión se llegó porque la cerámica encontrada no hace parte de la etapa formativa. Según el profesional, la etapa formativa en la costa Caribe data de hace más o menos 16.000 o 5.000 años atrás. De allí hasta la actualidad hay un abanico de tiempo: en el laboratorio se podrá determinar la fecha exacta de esos materiales encontrados. “Tenemos un abanico de 5.000 años y no sabemos dónde está el origen de estas piezas. En la fase de laboratorio lo sabremos”.
Hasta el momento, en la excavación no se han encontrado estructuras de casas o material que den la idea que allí estaba ubicado un asentamiento o una ciudad. Al parecer desde épocas coloniales ese sector ha sido usado como tránsito, principalmente, entre pueblos ubicados en lo que ahora es el norte y centro del Cesar.
Sin embargo, hay hipótesis, aún sin fuerza, que los rastros podrían pertenecer a la comunidad chimila. “Tenemos una cerámica que en estudios de los años 60 se asimiló como chimila. Aunque por ahora es prematuro decir qué tipo de asentamiento fue porque apenas estamos en la etapa de excavación. En laboratorio se podrá determinar a qué población pertenecen estos materiales encontrados”, señaló el arqueólogo encargado.
Y es que hasta el momento se han encontrado más de 3 millones de fragmentos, entre ellos la cerámica que ya ha sido reportada en la literatura, el problema es que el sitio ha sido muy poco estudiado. Además, ha sido víctima de la guaquería. En el caso de los restos de seres vivos se determinarán las fechas con carbono 14, uno de los métodos más reconocidos en la arqueología.
“Históricamente tenemos registro de los chimilas desde que llegaron los españoles, pero nosotros no sabemos si esto es de antes que llegaran los españoles. Si nosotros encontramos algo en la Sierra Nevada no podemos decir que es de los arhuacos porque ellos viven allí, porque puede ser de una comunidad que vivió allí antes que ellos. Por eso aún no sacamos conclusiones”, agregaron los encargados de la excavación.
Además, según han estudiado, la cerámica encontrada también es parecida a la hallada en La Guajira, denominada portacelli. “Pero aún no podemos afirmar nada. Este es un lugar de tránsito. Durante milenios ha sido una zona de tránsito. Entonces cualquier conclusión es prematura. No existe ninguna hipótesis fuerte aún”.
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Sin contar que alrededor, en la Sierra Nevada de Santa Marta, habitan cuatro pueblos indígenas: arhuacos, wiwas, los kogis y los kankuamos.
Como se trata de material delicado, el proceso va a paso lento. Dentro de los cortes, que son las excavaciones, hay subdivisiones de 2 metros por 2 metros, las cuales se llaman cuadriculas. Esas cuadriculas se excavan por niveles de 10 centímetros.
Antes de retirar la arena, cada trabajador debe tamizarla con un colador para que no se vaya ninguna pieza. “Cuando se saca la muestra, el material se registra, se guarda, con su fecha, su procedencia. Luego que se identifican los rasgos, los arqueólogos los intervienen con mucho cuidado”.
Como aún se desconoce qué tanto material se puede encontrar, se habla que la excavación podría extenderse otros 3 o 4 meses. En ese sentido, la construcción de la doble calzada se pausará en esa zona. Las piezas que surjan, la nación indicará dónde se guardarán.
“Con la cantidad de cosas que hay debemos ser muy selectivos. Tenemos 3 millones de fragmentos cerámicos, algunos pueden ser, por ejemplo, una parte pequeña de una olla. Culturalmente nuestros pueblos han seguido la costumbre de hacer las vasijas con barros. Además, una cosa es el tiempo que tiene el material y otro el instrumento”, concluyeron.
Por: Deivis Caro