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Entrevista - 5 enero, 2021

“Hicimos una reingeniería para recuperar el hospital”: gerente del Rosario Pumarejo

En una entrevista con el diario EL PILÓN, Jakeline Henrique Hernández, gerente del Hospital Rosario Pumarejo de López, habló sobre la situación financiera de la ESE, la no continuidad del sindicato de ginecólogos y el pago de los sueldos.

Jakelin Henríquez Hernández, gerente del Hospital Rosario Pumarejo de López. 

FOTO/CORTESÍA.
Jakelin Henríquez Hernández, gerente del Hospital Rosario Pumarejo de López. FOTO/CORTESÍA.

En una entrevista con el diario EL PILÓN, Jakeline Henrique Hernández, gerente del Hospital Rosario Pumarejo de López, habló sobre la situación financiera de la ESE, la no continuidad del sindicato de ginecólogos y el pago de los sueldos.

El 2021 empezó con la noticia que el Hospital Rosario Pumarejo de López no contratará los servicios de ginecología con el mismo sindicato que lideró las protestas durante el año pasado por la falta de pago… ¿Tienen algo que ver esas protestas con la decisión?

Todos los contratos terminaron el 31 de diciembre. Por decisiones administrativas algunos contratos con las asociaciones sindicales no se renovaron. Estas decisiones se toman con el fin de mejorar los servicios.

¿A quiénes no se les renovó el contrato?

Con la única institución que la asociación de  ginecología tenía contrato era con el hospital. Ellos con ningún  ente privado tienen contrato. Nosotros no estamos obligados a contratar con esa asociación.  Actualmente los ginecólogos de la región están prestando los servicios. Los contratamos pero no mediante la misma asociación.

La asociación sindical no debe entenderse como una figura de intermediación laboral. Lo que contrata el Rosario Pumarejo de López son procesos asistenciales. Al comienzo de esta vigencia, el hospital contrató solo procesos vitales para que no se vean interrumpidos.

¿Cómo se llama el operador que reemplaza al sindicato?

Aspesalud. No es un nuevo operador, ya estaba contratando con el hospital. La diferencia es que los ginecólogos que venían con su asociación propia, pasaron al grupo de los otros especialistas.

Los profesionales señalaron que la decisión fue una retaliación a las protestas por la falta de pago…

La persecución ha sido de ellos hacía mí. Incluso llegaron amenazas. Hay que entender que esta deuda no empezó en abril cuando yo llegué al hospital. La crisis financiera del Rosario Pumarejo viene de 12 o 15 años atrás. Nosotros pagamos todos esos meses juntos porque llegaron $15.000 millones desde el Ministerio de Salud. Actualmente debemos 2 meses en el hospital.

También hay situaciones que conllevaron a esta decisión que no pueden salir a la luz pública. Tenemos reportes de su atención, pero esos son procesos administrativos internos. Sí, soy la gerente, pero no podemos hacer magia. Lo que estamos haciendo es producir. En la medida que se hacen paros, ¿cómo garantizamos los salarios si no estamos vendiendo servicios?

¿Cuánto dinero recibió el hospital desde el Ministerio de Salud para sanear las deudas?

En total, el hospital recibió $15.023 millones.

¿Qué se cubrió con esos recursos?

De esos recursos, se le pagaron $14.140 millones a las asociaciones sindicales y a otros contratistas. En promedio se pagaron 7 meses a cada trabajador. Del total de la deuda del 2020, que era de $18.247 millones, se pagó el 77 %. Lo que queda pendiente es noviembre y diciembre.

¿Cuánto se le debe a los especialistas que estaban contratados por el sindicato?

Ellos dicen que se les deben $1.300 millones de pesos. De la vigencia se les debe $119 millones de la vigencia 2020, y de la vigencia 2019 se le deben  $477 millones. Hay mucha desinformación.

¿Cómo no caer nuevamente en ese déficit fiscal?

Ofreciendo un buen servicio y retomando la contratación con las EPS, porque hasta eso se ha perdido. Iniciábamos la contratación con las EPS, y de la nada iniciaba un paro. Nos perdieron la confianza. Era una costumbre cerrar el hospital.

Sí, debemos reclamar nuestros derechos, nuestros salarios, por eso se trabaja, pero no cerrar el hospital por costumbre. Tenemos competencia y cuando cerramos los servicios, las EPS contratan con las clínicas privadas.

A finales de julio y principios de agosto se tuvo una visita de la Superintendencia de Salud. Dentro de los hallazgos quedó que el hospital tiene un déficit fiscal, esto quiere decir: los gastos superan a los ingresos por $36.000 millones de pesos al cierre del 2019.

Lo que hemos venido haciendo es un racionamiento del gasto. Al cierre del 2020 nosotros presentamos una disminución mensual de $1.500 millones para no tener déficit, pero no fue suficiente.

¿Entonces también habrá déficit en el 2020?

Estamos en cierre presupuestal, pero aún con todo el esfuerzo que se hizo hasta octubre había un déficit.

Por ejemplo, el giro del mes de diciembre fue de $700 millones de pesos.

¿Desde dónde llega ese giro?

Desde el Ministerio de Salud. Ese giro lo hacen de acuerdo a la venta de servicios que nosotros facturamos. Habíamos recibido entre $1.700 y $2.800 millones, pero nunca un giro de $700 millones.

¿Y cuánto necesita el hospital para pagar su planta laboral?

Los de nómina son 49 empleados, que cuestan entre $280 y $300 millones. Las asociaciones sindicales, que son procesos contratados, cuestan en promedio de $3.000 a $4.000 millones.

¿Cómo se cubre ese déficit?

Ese es el vacío que el hospital trae desde hace 15 años, y es el vacío que queremos ajustar contratando solamente al personal que el hospital necesita.  Si yo vendo 10 consultas debo agregar en el gasto esos 10 especialistas. No puedo contratar más, porque si no a la vuelta de 6 meses estaremos en la misma situación. Los ingresos deben ser mayores a los gastos.

¿Ese ajuste, además de aumentar la venta de servicios, significa recorte de personal?

 Eso lo manifestó la Superintendencia y el ministro de Salud: para poder recuperar el hospital la gerencia debe realizar una reingeniería y quedarse con el personal que necesita. Tenemos que sacar a las personas que se deban sacar, no en retaliación, eso es una obligación del hospital.

Por Deivis Caro/EL PILÓN.

Entrevista
5 enero, 2021

“Hicimos una reingeniería para recuperar el hospital”: gerente del Rosario Pumarejo

En una entrevista con el diario EL PILÓN, Jakeline Henrique Hernández, gerente del Hospital Rosario Pumarejo de López, habló sobre la situación financiera de la ESE, la no continuidad del sindicato de ginecólogos y el pago de los sueldos.


Jakelin Henríquez Hernández, gerente del Hospital Rosario Pumarejo de López. 

FOTO/CORTESÍA.
Jakelin Henríquez Hernández, gerente del Hospital Rosario Pumarejo de López. FOTO/CORTESÍA.

En una entrevista con el diario EL PILÓN, Jakeline Henrique Hernández, gerente del Hospital Rosario Pumarejo de López, habló sobre la situación financiera de la ESE, la no continuidad del sindicato de ginecólogos y el pago de los sueldos.

El 2021 empezó con la noticia que el Hospital Rosario Pumarejo de López no contratará los servicios de ginecología con el mismo sindicato que lideró las protestas durante el año pasado por la falta de pago… ¿Tienen algo que ver esas protestas con la decisión?

Todos los contratos terminaron el 31 de diciembre. Por decisiones administrativas algunos contratos con las asociaciones sindicales no se renovaron. Estas decisiones se toman con el fin de mejorar los servicios.

¿A quiénes no se les renovó el contrato?

Con la única institución que la asociación de  ginecología tenía contrato era con el hospital. Ellos con ningún  ente privado tienen contrato. Nosotros no estamos obligados a contratar con esa asociación.  Actualmente los ginecólogos de la región están prestando los servicios. Los contratamos pero no mediante la misma asociación.

La asociación sindical no debe entenderse como una figura de intermediación laboral. Lo que contrata el Rosario Pumarejo de López son procesos asistenciales. Al comienzo de esta vigencia, el hospital contrató solo procesos vitales para que no se vean interrumpidos.

¿Cómo se llama el operador que reemplaza al sindicato?

Aspesalud. No es un nuevo operador, ya estaba contratando con el hospital. La diferencia es que los ginecólogos que venían con su asociación propia, pasaron al grupo de los otros especialistas.

Los profesionales señalaron que la decisión fue una retaliación a las protestas por la falta de pago…

La persecución ha sido de ellos hacía mí. Incluso llegaron amenazas. Hay que entender que esta deuda no empezó en abril cuando yo llegué al hospital. La crisis financiera del Rosario Pumarejo viene de 12 o 15 años atrás. Nosotros pagamos todos esos meses juntos porque llegaron $15.000 millones desde el Ministerio de Salud. Actualmente debemos 2 meses en el hospital.

También hay situaciones que conllevaron a esta decisión que no pueden salir a la luz pública. Tenemos reportes de su atención, pero esos son procesos administrativos internos. Sí, soy la gerente, pero no podemos hacer magia. Lo que estamos haciendo es producir. En la medida que se hacen paros, ¿cómo garantizamos los salarios si no estamos vendiendo servicios?

¿Cuánto dinero recibió el hospital desde el Ministerio de Salud para sanear las deudas?

En total, el hospital recibió $15.023 millones.

¿Qué se cubrió con esos recursos?

De esos recursos, se le pagaron $14.140 millones a las asociaciones sindicales y a otros contratistas. En promedio se pagaron 7 meses a cada trabajador. Del total de la deuda del 2020, que era de $18.247 millones, se pagó el 77 %. Lo que queda pendiente es noviembre y diciembre.

¿Cuánto se le debe a los especialistas que estaban contratados por el sindicato?

Ellos dicen que se les deben $1.300 millones de pesos. De la vigencia se les debe $119 millones de la vigencia 2020, y de la vigencia 2019 se le deben  $477 millones. Hay mucha desinformación.

¿Cómo no caer nuevamente en ese déficit fiscal?

Ofreciendo un buen servicio y retomando la contratación con las EPS, porque hasta eso se ha perdido. Iniciábamos la contratación con las EPS, y de la nada iniciaba un paro. Nos perdieron la confianza. Era una costumbre cerrar el hospital.

Sí, debemos reclamar nuestros derechos, nuestros salarios, por eso se trabaja, pero no cerrar el hospital por costumbre. Tenemos competencia y cuando cerramos los servicios, las EPS contratan con las clínicas privadas.

A finales de julio y principios de agosto se tuvo una visita de la Superintendencia de Salud. Dentro de los hallazgos quedó que el hospital tiene un déficit fiscal, esto quiere decir: los gastos superan a los ingresos por $36.000 millones de pesos al cierre del 2019.

Lo que hemos venido haciendo es un racionamiento del gasto. Al cierre del 2020 nosotros presentamos una disminución mensual de $1.500 millones para no tener déficit, pero no fue suficiente.

¿Entonces también habrá déficit en el 2020?

Estamos en cierre presupuestal, pero aún con todo el esfuerzo que se hizo hasta octubre había un déficit.

Por ejemplo, el giro del mes de diciembre fue de $700 millones de pesos.

¿Desde dónde llega ese giro?

Desde el Ministerio de Salud. Ese giro lo hacen de acuerdo a la venta de servicios que nosotros facturamos. Habíamos recibido entre $1.700 y $2.800 millones, pero nunca un giro de $700 millones.

¿Y cuánto necesita el hospital para pagar su planta laboral?

Los de nómina son 49 empleados, que cuestan entre $280 y $300 millones. Las asociaciones sindicales, que son procesos contratados, cuestan en promedio de $3.000 a $4.000 millones.

¿Cómo se cubre ese déficit?

Ese es el vacío que el hospital trae desde hace 15 años, y es el vacío que queremos ajustar contratando solamente al personal que el hospital necesita.  Si yo vendo 10 consultas debo agregar en el gasto esos 10 especialistas. No puedo contratar más, porque si no a la vuelta de 6 meses estaremos en la misma situación. Los ingresos deben ser mayores a los gastos.

¿Ese ajuste, además de aumentar la venta de servicios, significa recorte de personal?

 Eso lo manifestó la Superintendencia y el ministro de Salud: para poder recuperar el hospital la gerencia debe realizar una reingeniería y quedarse con el personal que necesita. Tenemos que sacar a las personas que se deban sacar, no en retaliación, eso es una obligación del hospital.

Por Deivis Caro/EL PILÓN.