En Colombia según Fernando Mejía, director del programa ‘Aulas en paz’, los mayores índices de bullying se presentan en los estudiantes de quinto de primaria y noveno de bachillerato con el 38 % y 27 % de victimización, respectivamente.

Aunque no se encuentran cifras exactas de cuántos niños y niñas se enfrentan a este problema psicosocial, se estima que pueden ser más de los que se han identificado en otros países.

Explicó la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras que en Colombia durante octubre de 2017 y octubre de 2018 se presentaron 2.981 casos graves de Bullying, ubicando al país como uno de los que tiene mayores cifras en acoso escolar en el mundo.

Además, reveló que en el departamento del cesar en 2018 se presentaron 55 casos, y en Medellín 445 siendo la ciudad con mayores índices seguido de Barranquilla con 330 casos y Putumayo con 16 como la zona con el menor número de historias asociados al bullying.

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EL PILÓN dialogó con Victoria Ríos, psicóloga de la Universidad Pontificia Bolivariana quien se refirió al tema: “Esta es una violencia entre iguales donde hay un victimario y una víctima y una agresión injustificada. Esa agresión puede generar secuelas psicológicas en la victima, es algo que permanece en el tiempo. La persona agresora puede estar viviendo una difusión o violencia familiar donde vemos como esa representación de conductos que se aprenden en casa donde el agresor es posiblemente indefenso, se trasladan a un contexto donde él o ella puedan tener un poco más de poder”, dijo la psicóloga.

Del bullying no sólo hacen parte los agresores y las victimas sino también los observadores, quienes se incluyen en esta dinámica de violencia. A pesar de las campañas de prevención que realiza el Ministerio de Educación, la universidades y los colegios, este sigue siendo un problema que va en aumento, aunque aún no se conocen las cifras exactas del 2019 en el departamento.

Sin embargo, los casos que se presentan están relacionados con afectaciones psicológicas que involucran asilamiento social, baja autoestima, ideas suicidas, cambios en la conducta, etc. sobre todo en niños de los 12 a los 18 años. Además, de los suicidios presentados el presente año, más de uno está ligado al acoso escolar.

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¿CÓMO IDENTIFICAR A UNA PERSONA VÍCTIMA DE BULLYING?

Uno de los síntomas que se identifican en una persona que está siendo víctima de bullying es el cambio de su conducta. Manifestación de rechazo frente a algo que no lo había hecho antes, asilamiento social, cambios en su personalidad.

“Cuando al niño o al adolescente le molesta ir al colegio o aun lugar donde antes estaba cómodo y ahora no. En las redes es muy común y es algo donde los padres deben tener en cuenta lo que los hijos publican, no es alarmarse por todo pero si estar atento a los cambios en las cosas que publican. Muchas veces no son abiertos con las personas de su contexto pero logran expresarlo en otros planos. Hay que estar muy presentes en la parte de crecimiento y desarrollo de los jóvenes para identificar sus conductas”, concluyó Victoria Ríos.

En algunos casos la victima puede presentar consecuencias fisiológicas como náuseas, problemas gastrointestinales, control de esfínteres, insomnio, desmotivación académica, depresión ansiedad, baja autoestima y otras cosas que pueden llevar a la persona al suicidio.

EL CIBERBULLYING LA NUEVA CLASE DE BULLYING

Esta clase de bullying tienen los mismo efectos en los individuos, pero el ataque persistente se evidencia a través de las redes sociales, de una persona hacia otra. El agresor usa los medios virtuales para atentar contra la integridad o dignidad de la otra persona a través de chantajes, burlas, incitación al odio, acoso. En países como Argentina y Chile, niñas entre los 10 y 13 años se han suicidado a causa del ciberbullying.

“Los padres deben estar atentos al manejo que tienen sus hijos en las redes sociales, es imprescindible observar sus cambios de conductas que son reflejados en los mensajes que publican” dijo Naimara Gutiérrez Parodi, psicóloga con experiencia en psicología clínica, organizacional y educativa.

POR: MARIAN ALMEIDA CUJIA / EL PILÓN
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