En el Parque Lineal, el inicio de semana se torna desolador; desde las botellas de los tragos más finos hasta los más baratos y asequibles al bolsillo de los parranderos, invaden los alrededores junto a toda clase de empaques, embases plásticos y vidrios que resultan de los desórdenes de los ‘borrachos nocturnos’.
Adriana Palomo Molina
En el Parque Lineal, el inicio de semana se torna desolador; desde las botellas de los tragos más finos hasta los más baratos y asequibles al bolsillo de los parranderos, invaden los alrededores junto a toda clase de empaques, embases plásticos y vidrios que resultan de los desórdenes de los ‘borrachos nocturnos’, que se suman al enorme flagelo que afecta al medio ambiente y el bienestar de los bañistas.
Mientras que los operarios de barrido de Interaseo, afirman que el trabajo se les dobla los lunes, aluden la situación a la falta de cultura por parte de los vendedores, quienes a pesar de su compromiso de mantener el lugar limpio, han pasado por alto su responsabilidad y dejan todo tipo de elementos tirados, argumentando que los barrenderos deben ‘justificar su sueldo’.
Lo que hace un sólo barrendero se convierte en tarea de dos, quienes se apoyan en la labor para poder terminar en el horario indicado.
Durante un recorrido por el Parque Lineal, ubicado en el balneario Hurtado, Abraham Hormaza Soto, presidente de la asociación de vendedores a la que hace 14 años se encuentra adscrito, relató al periódico EL PILÓN las luchas de los vendedores para mantener el balneario en buenas condiciones, pero pese a su gestión y al amor que los vendedores profesan al lugar que se ha constituido en su sitio de trabajo, la cuestión de cultura y cuidado del medio ambiente ha quedado en última plana.
Son 280 vendedores informales los que hacen parte de la asociación, quienes durante el día y la noche se turnan para ofrecer sus ventas de comestibles y bebidas a lo largo del parque y en las orillas del Balneario, tomando como ‘su territorio’ el sitio oficial, en el que se han instalado.
Otras situaciones
Durante los fines de semana, la situación de riesgo aumenta para las personas que comparten del ambiente noctámbulo, debido a que luego del exceso de alcohol los motociclistas se adueñan de los andenes, dejando a los visitantes con la opción de esquivar lo que podría convertirse en un trágico accidente.
La comunidad hace un llamado a las autoridades y a la secretaría de Gobierno Municipal para que se tomen medidas en cuanto al ambiente del lugar, que representa una combinación entre destrucción del medio ambiente y falta de control.
OPINIONES
Otoniel Rueda/turista
Muy poca gente tiene sentido de pertenencia y conciencia del hermoso y delicioso río con el que cuentan los vallenatos.
Parte de la ideología costeña no se preocupa por el medio ambiente y comen y tiran al piso considerando que no afecta en nada, dejando la tarea a los barrenderos, quienes muchas veces no logran cubrir la amplitud del área del balneario
Giovanni Benavides/operario de barrido
cuando he intentado decir algo al respecto, los vendedores expresan que para eso es que nos pagan y uno tiene que recoger lo que haya, no dejan empacado en bolsas, y pese a las campañas continua el desorden y luego dicen que uno no hace nada; de verdad que los vallenatos nos estamos quedando en el tema de ser ciudadanos.
Botellas, vidrios y todo tipo de basuras, es el panorama que se divisa en el parque lineal al iniciar la semana, luego de que los parranderos terminan sus fiestas.
En el Parque Lineal, el inicio de semana se torna desolador; desde las botellas de los tragos más finos hasta los más baratos y asequibles al bolsillo de los parranderos, invaden los alrededores junto a toda clase de empaques, embases plásticos y vidrios que resultan de los desórdenes de los ‘borrachos nocturnos’.
Adriana Palomo Molina
En el Parque Lineal, el inicio de semana se torna desolador; desde las botellas de los tragos más finos hasta los más baratos y asequibles al bolsillo de los parranderos, invaden los alrededores junto a toda clase de empaques, embases plásticos y vidrios que resultan de los desórdenes de los ‘borrachos nocturnos’, que se suman al enorme flagelo que afecta al medio ambiente y el bienestar de los bañistas.
Mientras que los operarios de barrido de Interaseo, afirman que el trabajo se les dobla los lunes, aluden la situación a la falta de cultura por parte de los vendedores, quienes a pesar de su compromiso de mantener el lugar limpio, han pasado por alto su responsabilidad y dejan todo tipo de elementos tirados, argumentando que los barrenderos deben ‘justificar su sueldo’.
Lo que hace un sólo barrendero se convierte en tarea de dos, quienes se apoyan en la labor para poder terminar en el horario indicado.
Durante un recorrido por el Parque Lineal, ubicado en el balneario Hurtado, Abraham Hormaza Soto, presidente de la asociación de vendedores a la que hace 14 años se encuentra adscrito, relató al periódico EL PILÓN las luchas de los vendedores para mantener el balneario en buenas condiciones, pero pese a su gestión y al amor que los vendedores profesan al lugar que se ha constituido en su sitio de trabajo, la cuestión de cultura y cuidado del medio ambiente ha quedado en última plana.
Son 280 vendedores informales los que hacen parte de la asociación, quienes durante el día y la noche se turnan para ofrecer sus ventas de comestibles y bebidas a lo largo del parque y en las orillas del Balneario, tomando como ‘su territorio’ el sitio oficial, en el que se han instalado.
Otras situaciones
Durante los fines de semana, la situación de riesgo aumenta para las personas que comparten del ambiente noctámbulo, debido a que luego del exceso de alcohol los motociclistas se adueñan de los andenes, dejando a los visitantes con la opción de esquivar lo que podría convertirse en un trágico accidente.
La comunidad hace un llamado a las autoridades y a la secretaría de Gobierno Municipal para que se tomen medidas en cuanto al ambiente del lugar, que representa una combinación entre destrucción del medio ambiente y falta de control.
OPINIONES
Otoniel Rueda/turista
Muy poca gente tiene sentido de pertenencia y conciencia del hermoso y delicioso río con el que cuentan los vallenatos.
Parte de la ideología costeña no se preocupa por el medio ambiente y comen y tiran al piso considerando que no afecta en nada, dejando la tarea a los barrenderos, quienes muchas veces no logran cubrir la amplitud del área del balneario
Giovanni Benavides/operario de barrido
cuando he intentado decir algo al respecto, los vendedores expresan que para eso es que nos pagan y uno tiene que recoger lo que haya, no dejan empacado en bolsas, y pese a las campañas continua el desorden y luego dicen que uno no hace nada; de verdad que los vallenatos nos estamos quedando en el tema de ser ciudadanos.
Botellas, vidrios y todo tipo de basuras, es el panorama que se divisa en el parque lineal al iniciar la semana, luego de que los parranderos terminan sus fiestas.