A pesar de que en estos últimos días se han presentado altas temperaturas en el departamento del Cesar y que para este fin de semana también está pronosticado que los termómetros marquen una cifra alta de grados, se estima que el fenómeno de El Niño disminuya su impacto durante este año.

“Lo que estamos viendo hasta ahora y que nos está trayendo la FAO y el Ideam es que, digamos, hoy los pronósticos han cambiado un poco; se considera que vamos a tener un fenómeno de El Niño leve”, aseguró Carlos Eduardo Campo, secretario de Agricultura Departamental, quien explicó a su vez que esto se da porque los valores de la temperatura del océano Pacifico han bajado desde el pasado diciembre, por lo cual es probable que el fenómeno no se declare.

En el mismo sentido, María José Páez, coordinadora de la Oficina de Gestión del Riesgo Departamental, aseguró que aun cuando este fenómeno ha disminuido su probabilidad de ocurrencia se ha notado una evidente disminución en las lluvias hasta el momento.

A su vez manifestó que lo que se espera para los próximos meses es que se den muy pocas lluvias tanto en febrero como en marzo, mientras que para abril el pronóstico es que va a llover un poco más de lo normal, por lo que la influencia del fenómeno de El Niño estaría disminuida.

“Se va a seguir sintiendo por estos meses puesto que el calentamiento en el océano ha disminuido pero no ha desaparecido entonces vamos a seguir viviendo las consecuencias de las altas temperaturas, de la alta radiación solar y de la disminución de la precipitación”, expresó Páez.

De la misma manera reiteró el llamado a la comunidad para que evite tener prácticas como las quemas en fincas y de basuras ya que se van a atravesar los meses más críticos.

Al tiempo, la funcionaria reconoció que se mantienen atentos a los desabastecimientos de agua, dado que las fuentes hídricas están disminuidas y han tenido que hacer frente en algunos municipios enviando suministro a través de la Gobernación del Cesar, y a que se presenten incendios forestales.

Entre tanto, el secretario de Agricultura se refirió a que siguen trabajando con el Plan Departamental de Irrigación, donde han destinado prácticamente la totalidad de ciencia y tecnología con el fin de profundizar en las adaptaciones climáticas que requieren en los sectores productivos para así contrarrestar las variabilidades en el clima.

Así pues tienen en marcha varios proyectos como la universidad del riego, un proyecto con Fedepalma para la palma con el propósito de mejorar la adaptación ante el déficit hídrico, otro plan de gestión del conocimiento de silvopastoriles con Fedegan para intentar abrigar mejor a la ganadería frente a estos fenómenos y también con el gremio de los cafeteros para trabajar en beneficio del café y cómo utilizar el agua.

Además de esto, manifestó Campo, vienen trabajando en el plan de irrigación en la rehabilitación de los minidistritos de riego con lo que ya se han rehabilitado cinco, se está rehabilitando uno más y tienen previsto rehabilitar tres este año: Betania, Pontón e Iberia.

“Ojalá podamos cerrar el año con los 13 minidistritos de riego rehabilitados para ser el primer departamento de Colombia con el 100 % de sus mini distritos recuperados”, sostuvo el funcionario.
Precisamente la recuperación de estos minidistritos representaría que más de 1.000 hectáreas estén al servicio de la productividad de este departamento y además de la parte productiva tiene un impacto en la recuperación de los caudales.

También recordó que la Ordenanza 000183 aprobada por la Asamblea el 30 de diciembre de 2018 comprende programas de adaptación al cambio climático para que el 30 % de la frontera agrícola pueda quedar con sistemas de irrigación.

“Por supuesto que eso va a demandar un ejercicio importante de recursos y estamos colocando las primeras piedras para que eso pueda suceder aprovechando los acuíferos que tenemos”, reiteró el secretario.

Son más de 860 mil hectáreas de acuíferos primarios que prevén utilizar y a su vez proteger con programas de conservación, en lo que están trabajando con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, con el programa de riqueza natural para proteger el bosque seco tropical, la Sierra Nevada de Santa Marta y la serranía de Perijá de cara a mejorar la producción y fortalecer la conservación de los páramos donde nacen los ríos.

Igualmente sigue existiendo el riesgo de la variabilidad climática.
“Se repite con mayor frecuencia y cada vez con mayor intensidad (el fenómeno). Lo que tenemos es una carrera contra el tiempo para intentar ayudar a que esto tenga una mejor respuesta y adaptación”, agregó Campo.

Por último, insistió en que todavía es muy poco lo que se está haciendo entre todos y que para esto tienen que seguir avanzando con el objetivo de lograr una sostenibilidad en estos sectores que requieren aún que se sigan afincando los esfuerzos que permitan hacer frente a estas variables.

Daniela Rincones Julio / EL PILÓN
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