Sorprende que sigan pescando con dinamita en los débiles caudales de los ríos y afluentes que surcan el norte del Cesar, en especial los que bajan de la Sierra Nevada de Santa Marta. En plena época de verano personas indolentes con la naturaleza le quieren sacar el máximo provecho a la poca agua que arrastran […]
Sorprende que sigan pescando con dinamita en los débiles caudales de los ríos y afluentes que surcan el norte del Cesar, en especial los que bajan de la Sierra Nevada de Santa Marta. En plena época de verano personas indolentes con la naturaleza le quieren sacar el máximo provecho a la poca agua que arrastran los ríos y dejan a su paso desastres difíciles de reparar.
La denuncia a la que le hizo eco EL PILÓN en su edición de este sábado, es solo un hecho aislado de los múltiples que ocurren en esta zona del departamento. La publicación es el resultado de la firmeza de más de 40 indígenas que se atrevieron a denunciar ante la autoridad ambiental –Corpocesar-, pero ¿qué pasa con los casos que no se conocen o no denuncian?
El rio Cesar desde que entra al Cesar y antes de llegar al puente Salguero, en la vía Valledupar-La Paz, sufre toda clase de atentados ecológicos, sin contar lo que le toca a los guajiros. Las comunidades por donde pasa, además de que le extraen su arena y piedras, le arrojan basura y toda clase de desecho, y por supuesto también practican la pesca con dinamita.
El caso de La Malena en el corregimiento de Patillal, norte de Valledupar, no es nuevo. Es noticia vieja, como también lo es la ineficacia de las autoridades ambientales del Cesar y Valledupar que no actúan frente a los desastres y atentados que sufre la naturaleza. Su capacidad reactiva mas no proactiva es lo que le da vía libre a los depredadores a seguir con su estela devastadora. Mientras no existan sanciones ejemplares y control permanente, nada se podrá hacer, solo expresar la inconformidad y la preocupación.
¿Cómo es posible que el director del máximo ente ambiental del departamento, como es Corpocesar, diga que no pueden hacer nada mientras no haya denuncias con nombres propios para castigar a los culpables? ¿Su actuación solo llega hasta reportar el hecho a la autoridad pesquera y la Policía Nacional?
Indiscutiblemente falta mano dura en materia ambiental. En la última década los medios de comunicación hemos reportado un número considerable de estudios ambientales, de convenios interadministrativos que prometen recuperar lo perdido y mantener lo que aún existe. Pero poco se ha logrado. Ojalá en la rendición de cuentas que haga este año el director de Corpocesar, diga cuántos millones se han gastado en estudios y cuántos en planes de conservación de afluentes, fauna y flora.
Es bueno conocer cuál es la real situación del río Cesar, en el que desembocan entre otros ríos, el Badillo, Río Seco y el Guatapurí, por mencionar solo algunos del norte de Valledupar.
Sorprende que sigan pescando con dinamita en los débiles caudales de los ríos y afluentes que surcan el norte del Cesar, en especial los que bajan de la Sierra Nevada de Santa Marta. En plena época de verano personas indolentes con la naturaleza le quieren sacar el máximo provecho a la poca agua que arrastran […]
Sorprende que sigan pescando con dinamita en los débiles caudales de los ríos y afluentes que surcan el norte del Cesar, en especial los que bajan de la Sierra Nevada de Santa Marta. En plena época de verano personas indolentes con la naturaleza le quieren sacar el máximo provecho a la poca agua que arrastran los ríos y dejan a su paso desastres difíciles de reparar.
La denuncia a la que le hizo eco EL PILÓN en su edición de este sábado, es solo un hecho aislado de los múltiples que ocurren en esta zona del departamento. La publicación es el resultado de la firmeza de más de 40 indígenas que se atrevieron a denunciar ante la autoridad ambiental –Corpocesar-, pero ¿qué pasa con los casos que no se conocen o no denuncian?
El rio Cesar desde que entra al Cesar y antes de llegar al puente Salguero, en la vía Valledupar-La Paz, sufre toda clase de atentados ecológicos, sin contar lo que le toca a los guajiros. Las comunidades por donde pasa, además de que le extraen su arena y piedras, le arrojan basura y toda clase de desecho, y por supuesto también practican la pesca con dinamita.
El caso de La Malena en el corregimiento de Patillal, norte de Valledupar, no es nuevo. Es noticia vieja, como también lo es la ineficacia de las autoridades ambientales del Cesar y Valledupar que no actúan frente a los desastres y atentados que sufre la naturaleza. Su capacidad reactiva mas no proactiva es lo que le da vía libre a los depredadores a seguir con su estela devastadora. Mientras no existan sanciones ejemplares y control permanente, nada se podrá hacer, solo expresar la inconformidad y la preocupación.
¿Cómo es posible que el director del máximo ente ambiental del departamento, como es Corpocesar, diga que no pueden hacer nada mientras no haya denuncias con nombres propios para castigar a los culpables? ¿Su actuación solo llega hasta reportar el hecho a la autoridad pesquera y la Policía Nacional?
Indiscutiblemente falta mano dura en materia ambiental. En la última década los medios de comunicación hemos reportado un número considerable de estudios ambientales, de convenios interadministrativos que prometen recuperar lo perdido y mantener lo que aún existe. Pero poco se ha logrado. Ojalá en la rendición de cuentas que haga este año el director de Corpocesar, diga cuántos millones se han gastado en estudios y cuántos en planes de conservación de afluentes, fauna y flora.
Es bueno conocer cuál es la real situación del río Cesar, en el que desembocan entre otros ríos, el Badillo, Río Seco y el Guatapurí, por mencionar solo algunos del norte de Valledupar.