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Educacion - 17 octubre, 2023

Estudiantes de la UNAL sede de La Paz transforman el torombolo en vino artesanal en el Cesar

El proyecto de destilación del fruto a vino busca reducir la pérdida de la cosecha, en las zonas donde más se produce, permitiendo buenos resultados económicos con su comercialización.

El torombolo, fruto tropical utilizado para la producción de vino artesanal. /Foto: CORTESIA
El torombolo, fruto tropical utilizado para la producción de vino artesanal. /Foto: CORTESIA
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Uno de los frutos más comunes del departamento del Cesar, el torombolo, fue tomado para ser transformado por estudiantes del programa de Ingeniería Biológica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz para emprender una idea de negocio, con la producción de vino artesanal derivado del producto.

Los árboles de carambolo o torombolo, podrían representar una posibilidad de ingresos para las poblaciones del Cesar, quienes tomarían el fruto, para procesar productos como mermeladas, purés, compotas, almíbares y vino, entre otros, gracias a su composición química y alto nivel nutricional, dado que contiene vitaminas A y C y minerales como calcio, fósforo y potasio.

Los meses en que más cosecha de torombolo se  produce  serían entre septiembre, octubre, enero y febrero.  Los frutos no suelen ser tan consumidos por los ciudadanos por desconocer los beneficios que esta fruta puede aportar a la salud del ser humano. 

Por lo anterior, estudiantes de pregrado de la carrera de Ingeniería Biológica de la  UNAL iniciaron un proceso para “destilar” una idea de negocio: producir vino artesanal a partir del torombolo, que se da de manera natural en  los municipios de Manaure, La Paz y San Diego, en Cesar.

De acuerdo con las investigaciones realizadas, la producción del fruto tropical podría contribuir al desarrollo económico del departamento, lo cual beneficiaría principalmente a  los productores de la región, quienes actualmente subsisten de renglones económicos como el agropecuario con un 30 %, los servicios de comercio, transporte y hotelería un 35 %, y la minería 27 %, según la Gobernación del Cesar. 

El torombolo es una especie nativa que crece en climas cálidos; son bayas gruesas de color anaranjado rojizo cuando está maduro, con sabor agridulce y refrescante, cuyo porcentaje de producción en el país no aparece registrado en la Asociación Hortifrutícola de Colombia (Asohofrucol).

Lea también: Retos de la primera semana de la Investigación en la UNAL, La Paz

Esta fruta popular es recomendada para personas con diabetes e hipertensión arterial, así como para conservar la visión y el buen funcionamiento del sistema inmunológico.

El torombolo no ha logrado posicionar un nicho de mercado debido al desconocimiento técnico de su manejo y de sus ventajas nutricionales. Por su composición química es apto para producir productos como mermeladas, purés, compotas, almíbares y vinos, entre otros, pero en la región no se aprovecha”, manifestó Alexandra Villamizar,  estudiante.

¿CÓMO HACEN EL VINO?

Los futuros ingenieros biológicos tomaron dos muestras de torombolo recolectadas en patios del municipio de Manaure y las llevaron a fermentar, una en el municipio de Valledupar (a altas temperaturas) y la otra se preservó en el laboratorio de la UNAL sede de La Paz (a bajas temperaturas) en 21 días.

Después realizaron el proceso pertinente: se estruja la fruta, se macera la mezcla y se pone en una vasija para que fermente y así obtener un vino artesanal orgánico, sin aditivos ni conservantes artificiales. Para eso se utiliza 1 gramo de levadura, 150 mililitros de agua y 3.030 kilogramos de torombolo, y se sacaron dos muestras: una en una casa de Valledupar con el 2,63 % de alcohol, y una muestra de laboratorio con el 3,94 % de alcohol.

Aunque a temperaturas bajas el proceso de fermentación es más lento, produce más porcentaje de alcohol, mientras con las temperaturas altas el proceso es mucho más rápido pero el porcentaje de alcohol es menor”, señalan los futuros ingenieros biológicos.

Asimismo utilizaron 50 mililitros de estevia diluida como aromatizante en dichos procesos alcohólicos, no como endulzante, puesto que este no cuenta con las propiedades del azúcar, lo cual  no es de mucha ayuda para incentivar a las levaduras que hagan su trabajo en el proceso de fermentación.

La iniciativa que por el momento sería  un proyecto de aula no solo  busca obtener una bebida con las mejores características a partir de la regulación de propiedades físicas y químicas que inciden en el sabor y el porcentaje de alcohol de la bebida, sino también en el desarrollo de empresa y la promoción de la diversidad productiva de la región Caribe, teniendo en cuenta que la base económica es variada, destacando sectores como agricultura, ganadería, minería, industria y turismo.

POR YUSTIN VARELA

Educacion
17 octubre, 2023

Estudiantes de la UNAL sede de La Paz transforman el torombolo en vino artesanal en el Cesar

El proyecto de destilación del fruto a vino busca reducir la pérdida de la cosecha, en las zonas donde más se produce, permitiendo buenos resultados económicos con su comercialización.


El torombolo, fruto tropical utilizado para la producción de vino artesanal. /Foto: CORTESIA
El torombolo, fruto tropical utilizado para la producción de vino artesanal. /Foto: CORTESIA
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Uno de los frutos más comunes del departamento del Cesar, el torombolo, fue tomado para ser transformado por estudiantes del programa de Ingeniería Biológica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz para emprender una idea de negocio, con la producción de vino artesanal derivado del producto.

Los árboles de carambolo o torombolo, podrían representar una posibilidad de ingresos para las poblaciones del Cesar, quienes tomarían el fruto, para procesar productos como mermeladas, purés, compotas, almíbares y vino, entre otros, gracias a su composición química y alto nivel nutricional, dado que contiene vitaminas A y C y minerales como calcio, fósforo y potasio.

Los meses en que más cosecha de torombolo se  produce  serían entre septiembre, octubre, enero y febrero.  Los frutos no suelen ser tan consumidos por los ciudadanos por desconocer los beneficios que esta fruta puede aportar a la salud del ser humano. 

Por lo anterior, estudiantes de pregrado de la carrera de Ingeniería Biológica de la  UNAL iniciaron un proceso para “destilar” una idea de negocio: producir vino artesanal a partir del torombolo, que se da de manera natural en  los municipios de Manaure, La Paz y San Diego, en Cesar.

De acuerdo con las investigaciones realizadas, la producción del fruto tropical podría contribuir al desarrollo económico del departamento, lo cual beneficiaría principalmente a  los productores de la región, quienes actualmente subsisten de renglones económicos como el agropecuario con un 30 %, los servicios de comercio, transporte y hotelería un 35 %, y la minería 27 %, según la Gobernación del Cesar. 

El torombolo es una especie nativa que crece en climas cálidos; son bayas gruesas de color anaranjado rojizo cuando está maduro, con sabor agridulce y refrescante, cuyo porcentaje de producción en el país no aparece registrado en la Asociación Hortifrutícola de Colombia (Asohofrucol).

Lea también: Retos de la primera semana de la Investigación en la UNAL, La Paz

Esta fruta popular es recomendada para personas con diabetes e hipertensión arterial, así como para conservar la visión y el buen funcionamiento del sistema inmunológico.

El torombolo no ha logrado posicionar un nicho de mercado debido al desconocimiento técnico de su manejo y de sus ventajas nutricionales. Por su composición química es apto para producir productos como mermeladas, purés, compotas, almíbares y vinos, entre otros, pero en la región no se aprovecha”, manifestó Alexandra Villamizar,  estudiante.

¿CÓMO HACEN EL VINO?

Los futuros ingenieros biológicos tomaron dos muestras de torombolo recolectadas en patios del municipio de Manaure y las llevaron a fermentar, una en el municipio de Valledupar (a altas temperaturas) y la otra se preservó en el laboratorio de la UNAL sede de La Paz (a bajas temperaturas) en 21 días.

Después realizaron el proceso pertinente: se estruja la fruta, se macera la mezcla y se pone en una vasija para que fermente y así obtener un vino artesanal orgánico, sin aditivos ni conservantes artificiales. Para eso se utiliza 1 gramo de levadura, 150 mililitros de agua y 3.030 kilogramos de torombolo, y se sacaron dos muestras: una en una casa de Valledupar con el 2,63 % de alcohol, y una muestra de laboratorio con el 3,94 % de alcohol.

Aunque a temperaturas bajas el proceso de fermentación es más lento, produce más porcentaje de alcohol, mientras con las temperaturas altas el proceso es mucho más rápido pero el porcentaje de alcohol es menor”, señalan los futuros ingenieros biológicos.

Asimismo utilizaron 50 mililitros de estevia diluida como aromatizante en dichos procesos alcohólicos, no como endulzante, puesto que este no cuenta con las propiedades del azúcar, lo cual  no es de mucha ayuda para incentivar a las levaduras que hagan su trabajo en el proceso de fermentación.

La iniciativa que por el momento sería  un proyecto de aula no solo  busca obtener una bebida con las mejores características a partir de la regulación de propiedades físicas y químicas que inciden en el sabor y el porcentaje de alcohol de la bebida, sino también en el desarrollo de empresa y la promoción de la diversidad productiva de la región Caribe, teniendo en cuenta que la base económica es variada, destacando sectores como agricultura, ganadería, minería, industria y turismo.

POR YUSTIN VARELA