Los rostros están siendo tallados en el mismo árbol donde talló la pasión de Cristo.
Regresó al parque de Las Madres de Valledupar el artista callejero Pedro Ortega con el propósito de terminar su escultura del Jesús en el árbol.
Esta vez, un poco cambiado, Ortega talla el rostro de ángeles en el mismo árbol donde plasmó la pasión de Cristo. Luego, señala, planea pintar su obra con o sin apoyo.
De acuerdo con Ortega, esta obra es una forma de rendirle un homenaje a Jesús, de quien proviene todo su talento. Este vallenato, residente del barrio Obrero, comúnmente deambula por las calles de la ciudad, admirando el paisaje urbano y realizando esculturas a personas que encuentra en el camino.
Los rostros están siendo tallados en el mismo árbol donde talló la pasión de Cristo.
Regresó al parque de Las Madres de Valledupar el artista callejero Pedro Ortega con el propósito de terminar su escultura del Jesús en el árbol.
Esta vez, un poco cambiado, Ortega talla el rostro de ángeles en el mismo árbol donde plasmó la pasión de Cristo. Luego, señala, planea pintar su obra con o sin apoyo.
De acuerdo con Ortega, esta obra es una forma de rendirle un homenaje a Jesús, de quien proviene todo su talento. Este vallenato, residente del barrio Obrero, comúnmente deambula por las calles de la ciudad, admirando el paisaje urbano y realizando esculturas a personas que encuentra en el camino.