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Crónica - 13 mayo, 2010

Escalona no asistió, pero se sintió

Cuando el domingo 18 de abril en horas de la mañana la niña Ana Adelaida Jiménez, pasó de letra y música a dibujo la canción ‘El hambre del Liceo’ pude comprender nuevamente la magia que tenía el maestro Escalona

Primer aniversario de su fallecimiento:

Por: Juan Rincón Vanegas


Que si el mango está en la plaza igual.
Que si el maestro Escalona asistió…

Cuando el domingo 18 de abril en horas de la mañana la niña Ana Adelaida Jiménez, pasó de letra y música a dibujo la canción ‘El hambre del Liceo’ pude comprender nuevamente la magia que tenía el maestro Escalona, para dar a conocer cosas tan simples como pasar necesidades por atender sus estudios en un pueblo lejano, a  donde lo llevó un tren.
No solo ella lo hizo posible, sino que la acompañaron más de 250 estudiantes que también llevaron a un cartón sucesos que él recreo en canciones y que hoy le dan la vuelta al mundo. Muy bien lo dijo un participante: “Yo pinto y canto porque ese Señor lo merece, por esas canciones que logró como ‘La casa en el aire’ que se le ocurrió construir en su pensamiento”.
Precisamente su hijo Clemente ‘Pachín’ Escalona, quien ofició de jurado del concurso de pintura infantil realizado por la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, declaró: “mi papá estuviera contento diciendo que lo habían pintado bonito y más viniendo de las manos y el talento de unos niños”.

Foro sobre La Vida y Obra

En el foro y el conversatorio sobre la vida y obra del maestro Escalona, se esbozaron aspectos conocidos y desconocidos por parte de intelectuales y amigos que concluyó en la grandeza que tuvo el hombre que se le ocurrió contar con música los sucesos de la provincia y que muchas veces puso al descubierto intimidades de sus personajes, como la rabieta de su paisana Juana Arias, quien puso el grito en el cielo porque su nieta “que más quería, la pechichona, la consentía, un dueño de carro cargó con ella”.

Este hecho que se convirtió en canción tuvo lugar el domingo 31 de marzo de 1951, cuando Luis Manuel Hinojosa Sierra, se llevó de Valledupar para el caserío de ‘Los corazones’ a Carmen Ramona Bracho Cataño.
La presencia de Escalona se hizo más notoria cuando los acordeoneros inscritos en las distintas categorías les encomendaron la noble misión de interpretar una de sus canciones. Desde niños hasta adultos se pasearon por las obras del maestro y lo anterior ratificó que ‘Escalona, es el más grande de todos’, como lo señalara hace muchos años Consuelo Araujonoguera.
También las exposiciones de fotografías de distintas épocas de su vida que fueron expuestas por su hijo Rafael Escalona Bolaño y por Ricardo Torres. Retratos interesantes que trajeron a la memoria épocas llenas de cariño, alegría, dulzura y donde primaron los recorridos por la bella provincia.

Todo lo anterior queda encerrado en lo señalado por el abogado y escritor Jorge Naín Ruiz Ditta, quien manifestó que Valledupar había vivido una ‘Escalonitis aguda’.

Dos canciones del Rey

En medio de los recuerdos escritos, hablados y cantados llegó la final del 43° Festival de la Leyenda Vallenata y fue allí cuando el actual rey Luis Eduardo de Jesús Daza Maestre, interpretó dos de las canciones del maestro Escalona: el merengue: ‘El caracolicero’ y el paseo ‘Esperanza’. “Me había preparado porque el maestro merecía un soberano homenaje, se lo hice y gracias a Dios recibí la corona”, dijo ante la pregunta de interpretar dos en vez de una canción.
Cuando en la madrugada del domingo dos de mayo en el Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araujonoguera’ se dio el nombre del nuevo Rey Vallenato, estaba en la tarima Peter Manjarrés y Sergio Luís Rodríguez. Lo invitaron. Sergio Luís le entregó su acordeón donde estaba caliente la melodía de ‘La brasilera’ y ‘Luchito’ Daza, tocó y cantó: “seguro cruzó la frontera pa´ vení a meterse en mi alma. A mi me dolió que se fuera…”.

Canción ganadora

Se oye un lamento, pensando en él,
pero es en el cielo donde está Rafael.
Quisiera verlo, no puede ser,
porque se fue y no puede volver.

Como por mandato del cielo la canción vallenata inédita la ganó un hijo del pedazo del alma de Rafael Escalona, Poncho Cotes Jr.  En el paseo ‘La última historia’, narra lo difícil que ha sido acostumbrarse a su ausencia y los sucesos que pueden estar pasando en el cielo con sus amigos más cercanos.
En medio de la celebración por el importante triunfo el compositor manifestó que “mi sobrino ‘El mono’ Cotes, me dijo que hiciera una canción para unirme al homenaje del maestro Escalona. Es así como la hice en corto tiempo. Entonces después de haber sido seleccionada entre las 243 inscritas, me entró la duda sobre si la cantaba, pero me hicieron ver lo importante que era mi titularidad para que le imprimiera el verdadero sentimiento que necesitaba una letra tan especial. Claro que temía que me embargara la emoción en tarima y podía dañarla, pero todo salió bien y gracias a Dios pude ganar”.

Me queda el consuelo, que Consuelo está con él,
ya tengo en el cielo quien vele por Rafael,
hasta Poncho Cotes y Jaime pa’ que lo pinten,
y está el doctor López, por si acaso un trago de whisky.
Y el más grande ése es él, y el más grande es Rafael.

El canto del hijo

A Escalona, lo recordaré siempre por todo lo que logró y porque lo conocí en mi querida tierra Chimichagua, visitando al pedazo de su alma, Poncho Cotes Queruz y hasta cuando le soltó un par de piropos a una morena que llegó a ofrecerle un tinto.
También el recuerdo se intensifica a través de mi primer hijo Jordy Juan, cuando en la década del 80, cantaba mañana, tarde y noche con su lengua enredada: “adiós, molenita, me voy pol la madlugada, no quielo que me lloles polque me da dolol”. Se comía la r de Rafael.

FRASE PARA DESTACAR:

La presencia de Escalona se hizo más notoria cuando los acordeoneros inscritos en las distintas categorías les encomendaron la noble misión de interpretar una de sus canciones. Desde niños hasta adultos se pasearon por las obras del maestro y lo anterior ratificó que ‘Escalona, es el más grande de todos’, como lo señalara hace muchos años Consuelo Araujonoguera.

[email protected]

Crónica
13 mayo, 2010

Escalona no asistió, pero se sintió

Cuando el domingo 18 de abril en horas de la mañana la niña Ana Adelaida Jiménez, pasó de letra y música a dibujo la canción ‘El hambre del Liceo’ pude comprender nuevamente la magia que tenía el maestro Escalona


Primer aniversario de su fallecimiento:

Por: Juan Rincón Vanegas


Que si el mango está en la plaza igual.
Que si el maestro Escalona asistió…

Cuando el domingo 18 de abril en horas de la mañana la niña Ana Adelaida Jiménez, pasó de letra y música a dibujo la canción ‘El hambre del Liceo’ pude comprender nuevamente la magia que tenía el maestro Escalona, para dar a conocer cosas tan simples como pasar necesidades por atender sus estudios en un pueblo lejano, a  donde lo llevó un tren.
No solo ella lo hizo posible, sino que la acompañaron más de 250 estudiantes que también llevaron a un cartón sucesos que él recreo en canciones y que hoy le dan la vuelta al mundo. Muy bien lo dijo un participante: “Yo pinto y canto porque ese Señor lo merece, por esas canciones que logró como ‘La casa en el aire’ que se le ocurrió construir en su pensamiento”.
Precisamente su hijo Clemente ‘Pachín’ Escalona, quien ofició de jurado del concurso de pintura infantil realizado por la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, declaró: “mi papá estuviera contento diciendo que lo habían pintado bonito y más viniendo de las manos y el talento de unos niños”.

Foro sobre La Vida y Obra

En el foro y el conversatorio sobre la vida y obra del maestro Escalona, se esbozaron aspectos conocidos y desconocidos por parte de intelectuales y amigos que concluyó en la grandeza que tuvo el hombre que se le ocurrió contar con música los sucesos de la provincia y que muchas veces puso al descubierto intimidades de sus personajes, como la rabieta de su paisana Juana Arias, quien puso el grito en el cielo porque su nieta “que más quería, la pechichona, la consentía, un dueño de carro cargó con ella”.

Este hecho que se convirtió en canción tuvo lugar el domingo 31 de marzo de 1951, cuando Luis Manuel Hinojosa Sierra, se llevó de Valledupar para el caserío de ‘Los corazones’ a Carmen Ramona Bracho Cataño.
La presencia de Escalona se hizo más notoria cuando los acordeoneros inscritos en las distintas categorías les encomendaron la noble misión de interpretar una de sus canciones. Desde niños hasta adultos se pasearon por las obras del maestro y lo anterior ratificó que ‘Escalona, es el más grande de todos’, como lo señalara hace muchos años Consuelo Araujonoguera.
También las exposiciones de fotografías de distintas épocas de su vida que fueron expuestas por su hijo Rafael Escalona Bolaño y por Ricardo Torres. Retratos interesantes que trajeron a la memoria épocas llenas de cariño, alegría, dulzura y donde primaron los recorridos por la bella provincia.

Todo lo anterior queda encerrado en lo señalado por el abogado y escritor Jorge Naín Ruiz Ditta, quien manifestó que Valledupar había vivido una ‘Escalonitis aguda’.

Dos canciones del Rey

En medio de los recuerdos escritos, hablados y cantados llegó la final del 43° Festival de la Leyenda Vallenata y fue allí cuando el actual rey Luis Eduardo de Jesús Daza Maestre, interpretó dos de las canciones del maestro Escalona: el merengue: ‘El caracolicero’ y el paseo ‘Esperanza’. “Me había preparado porque el maestro merecía un soberano homenaje, se lo hice y gracias a Dios recibí la corona”, dijo ante la pregunta de interpretar dos en vez de una canción.
Cuando en la madrugada del domingo dos de mayo en el Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araujonoguera’ se dio el nombre del nuevo Rey Vallenato, estaba en la tarima Peter Manjarrés y Sergio Luís Rodríguez. Lo invitaron. Sergio Luís le entregó su acordeón donde estaba caliente la melodía de ‘La brasilera’ y ‘Luchito’ Daza, tocó y cantó: “seguro cruzó la frontera pa´ vení a meterse en mi alma. A mi me dolió que se fuera…”.

Canción ganadora

Se oye un lamento, pensando en él,
pero es en el cielo donde está Rafael.
Quisiera verlo, no puede ser,
porque se fue y no puede volver.

Como por mandato del cielo la canción vallenata inédita la ganó un hijo del pedazo del alma de Rafael Escalona, Poncho Cotes Jr.  En el paseo ‘La última historia’, narra lo difícil que ha sido acostumbrarse a su ausencia y los sucesos que pueden estar pasando en el cielo con sus amigos más cercanos.
En medio de la celebración por el importante triunfo el compositor manifestó que “mi sobrino ‘El mono’ Cotes, me dijo que hiciera una canción para unirme al homenaje del maestro Escalona. Es así como la hice en corto tiempo. Entonces después de haber sido seleccionada entre las 243 inscritas, me entró la duda sobre si la cantaba, pero me hicieron ver lo importante que era mi titularidad para que le imprimiera el verdadero sentimiento que necesitaba una letra tan especial. Claro que temía que me embargara la emoción en tarima y podía dañarla, pero todo salió bien y gracias a Dios pude ganar”.

Me queda el consuelo, que Consuelo está con él,
ya tengo en el cielo quien vele por Rafael,
hasta Poncho Cotes y Jaime pa’ que lo pinten,
y está el doctor López, por si acaso un trago de whisky.
Y el más grande ése es él, y el más grande es Rafael.

El canto del hijo

A Escalona, lo recordaré siempre por todo lo que logró y porque lo conocí en mi querida tierra Chimichagua, visitando al pedazo de su alma, Poncho Cotes Queruz y hasta cuando le soltó un par de piropos a una morena que llegó a ofrecerle un tinto.
También el recuerdo se intensifica a través de mi primer hijo Jordy Juan, cuando en la década del 80, cantaba mañana, tarde y noche con su lengua enredada: “adiós, molenita, me voy pol la madlugada, no quielo que me lloles polque me da dolol”. Se comía la r de Rafael.

FRASE PARA DESTACAR:

La presencia de Escalona se hizo más notoria cuando los acordeoneros inscritos en las distintas categorías les encomendaron la noble misión de interpretar una de sus canciones. Desde niños hasta adultos se pasearon por las obras del maestro y lo anterior ratificó que ‘Escalona, es el más grande de todos’, como lo señalara hace muchos años Consuelo Araujonoguera.

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