Publicidad
Categorías
Categorías
Entrevista - 28 febrero, 2022

“Es cierto lo de la FAO, hay mucha gente pasando hambre”: Carlos A. Maestre

“La triste verdad es que la pandemia agravó el problema del desempleo abierto y la extrema pobreza que padecen millones de familias colombianas”

Carlos Alberto Maestre Maya.
Carlos Alberto Maestre Maya.
Boton Wpp

Ante la reciente advertencia, sobre una eventual escasez de alimentos en Colombia, hecha por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, EL PILÓN entrevistó al periodista y analista económico Carlos Alberto Maestre Maya para analizar los alcances y realidades de la situación anunciada por ese organismo internacional.

¿Cómo analiza usted la advertencia de la FAO?

“Pena debería darnos, como Nación, que una institución internacional nos tenga que advertir sobre los riesgos de hambrunas, en algunas regiones del país, donde se agravó la ya crónica pobreza extrema que padece hace décadas buena parte de nuestra gente, por la aplicación de modelos económicos injustos y políticas públicas que no consultan la realidad social. Pero, en realidad, no debería sorprendernos”

¿Pero sí habrá hambruna como lo pronostica la FAO? 

“La verdad, la triste verdad, es que la pandemia agravó el problema del desempleo abierto y la extrema pobreza que padecen millones de familias colombianas. Sobre esto no cabe la menor duda. La FAO le acaba de advertir a Colombia que tiene serios riesgos de padecer hambre. Y quién dijo miedo, algunos funcionarios del Gobierno nacional, de manera apresurada, a mi manera de ver, en lugar de recibir y estudiar el informe con humildad y atención, salieron a descalificarlo”. 

“Pretender negar que la pobreza, y principalmente la pobreza extrema, creció en medio de la peor crisis del mundo y del país, en cien años, se cae por su propio peso. Pues, funcionarios del alto gobierno, insisto, como en la novela “1984”, de George Orwell, quieren convertir la mentira en verdad e incurrieron en la osadía de desacreditar el informe de la FAO”. 

¿Hasta qué extremo cree usted que se está pasando hambre en Colombia? 

“La realidad es que en Colombia cerca de 16 millones de personas solo hacen dos o una comida al día, y sin tener estas los nutrientes mínimos que requiere una persona. (Ver Revista Semana, edición 2073. Crónica sobre El Hambre en Colombia). Y El Tiempo, sábado, febrero 26. Los que más sufren son los niños, que además de desnutridos, no rinden en el estudio por la falta de una alimentación adecuada y ese bajo rendimiento, como en un círculo vicioso, los condena a una situación de deserción o bajo rendimiento escolar y de perpetuidad de su pobreza”. 

“La triste verdad es que la pandemia agravó el problema del desempleo abierto y la extrema pobreza que padecen millones de familias colombianas”.

“No obstante, más demoraron esos funcionarios del Gobierno en atacar a la FAO, que la red de Bancos de Alimentos del país salir a ratificar lo que dice ese organismo. Por la baja de ingresos monetarios, y por ese mismo aumento de la pobreza extrema, millones familias pasaron hambre durante la pandemia y aún están en ese riesgo. “Colombia está en riesgo de que se agrave el hambre y la desnutrición”, afirman categóricamente”. 

¿Qué hacer en materia económica para sortear la situación?

“Colombia es un país que tiene suficiente tierra, una frontera agropecuaria de 40 millones de hectáreas y solo cultivamos el 19%. Tenemos conocimiento y recursos técnicos y de capital para producir más alimentos y con mayor productividad. Pero, no hemos podido, nos ha quedado grande la posibilidad de construir una política pública de fomento a la producción agropecuaria. Hace décadas tuvimos el DRI y el PAN, hasta el gobierno de Virgilio Barco Vargas, si mi memoria no me falla, y de alguna manera se estimulaba esa economía campesina. Existía el IDEMA, que en mala hora lo acabaron, pero que cumplía una gran labor económica y social que hoy se necesita más que nunca”.  

¿No existen políticas de seguridad alimentaria en Colombia?

“Luego de que abandonamos el campo a su suerte, ahora ya no son las FARC, sino la falta de políticas de Estado. A pesar de que producimos más de 65 millones de toneladas de alimentos por año (Revista Semana, documento sobre seguridad alimentaria), nos fuimos por el camino fácil de importar millones de toneladas de alimentos, pagadas con los recursos que nos dejan las exportaciones de petróleo, y ante la depreciación del peso frente al dólar, y otros factores externos nos muestran la fragilidad de nuestra seguridad alimentaria. Ahora, luego de lo de la FAO, si salen, a las volandas, a decir que van a bajar aranceles para los insumos agropecuarios y a buscar, tiempo después, la recuperación de la producción de alimentos. Tarde, señores, el daño ya está hecho. Y ya lo advertimos acá: con aumentos exagerados en las tasas de interés no se combate la inflación cuya causa es la baja oferta de alimentos”.

¿La falta de apoyo al campo es algo nuevo o siempre ha sido así? 

“Llevo más de cuarenta años escuchando hablar del tema. Mi padre, Gualberto Maestre Quiroz, fue durante más de 38 años empleado de Caja Agraria, y ese era el tema en mi casa a toda hora: desde el desayuno hasta después de la cena. Por esa casa pasaban todos: ricos, pobres y acomodados, preguntándole por un crédito y él les explicaba lo que sabía, porque lo había estudiado a conciencia y más que como empleado de la Caja Agraria les hablaba como amigo. Y a más de uno le salvó su finca”

¿Cómo fortalecer al sector agropecuario en estos momentos críticos?  

“No hay que buscar el ahogado río arriba, si no se establecen las condiciones para que la agricultura sea rentable, principalmente la economía campesina, y sea negocio sembrar papa, yuca, plátano, fruta y hortalizas, y no solo la maldita coca, vamos a seguir con el mismo problema. Esta debe ser una de las tareas del próximo gobierno y ojalá una política de Estado: volver a mirar el campo, con todo lo que ya sabemos: seguridad, crédito, vías, mercadeo y asistencia social. Lo venimos discutiendo desde los tiempos de Carlos Lleras, así de claro y así de sencillo”. 

¿La situación de Valledupar y el Cesar es la misma del país? 

En el Cesar, tristemente, también ha crecido la pobreza extrema, el desempleo y con ellos también el hambre. Sin lugar a dudas. Es triste, pero así es”.

OSCAR MARTÍNEZ ORTIZ/ EL PILÓN

Entrevista
28 febrero, 2022

“Es cierto lo de la FAO, hay mucha gente pasando hambre”: Carlos A. Maestre

“La triste verdad es que la pandemia agravó el problema del desempleo abierto y la extrema pobreza que padecen millones de familias colombianas”


Carlos Alberto Maestre Maya.
Carlos Alberto Maestre Maya.
Boton Wpp

Ante la reciente advertencia, sobre una eventual escasez de alimentos en Colombia, hecha por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, EL PILÓN entrevistó al periodista y analista económico Carlos Alberto Maestre Maya para analizar los alcances y realidades de la situación anunciada por ese organismo internacional.

¿Cómo analiza usted la advertencia de la FAO?

“Pena debería darnos, como Nación, que una institución internacional nos tenga que advertir sobre los riesgos de hambrunas, en algunas regiones del país, donde se agravó la ya crónica pobreza extrema que padece hace décadas buena parte de nuestra gente, por la aplicación de modelos económicos injustos y políticas públicas que no consultan la realidad social. Pero, en realidad, no debería sorprendernos”

¿Pero sí habrá hambruna como lo pronostica la FAO? 

“La verdad, la triste verdad, es que la pandemia agravó el problema del desempleo abierto y la extrema pobreza que padecen millones de familias colombianas. Sobre esto no cabe la menor duda. La FAO le acaba de advertir a Colombia que tiene serios riesgos de padecer hambre. Y quién dijo miedo, algunos funcionarios del Gobierno nacional, de manera apresurada, a mi manera de ver, en lugar de recibir y estudiar el informe con humildad y atención, salieron a descalificarlo”. 

“Pretender negar que la pobreza, y principalmente la pobreza extrema, creció en medio de la peor crisis del mundo y del país, en cien años, se cae por su propio peso. Pues, funcionarios del alto gobierno, insisto, como en la novela “1984”, de George Orwell, quieren convertir la mentira en verdad e incurrieron en la osadía de desacreditar el informe de la FAO”. 

¿Hasta qué extremo cree usted que se está pasando hambre en Colombia? 

“La realidad es que en Colombia cerca de 16 millones de personas solo hacen dos o una comida al día, y sin tener estas los nutrientes mínimos que requiere una persona. (Ver Revista Semana, edición 2073. Crónica sobre El Hambre en Colombia). Y El Tiempo, sábado, febrero 26. Los que más sufren son los niños, que además de desnutridos, no rinden en el estudio por la falta de una alimentación adecuada y ese bajo rendimiento, como en un círculo vicioso, los condena a una situación de deserción o bajo rendimiento escolar y de perpetuidad de su pobreza”. 

“La triste verdad es que la pandemia agravó el problema del desempleo abierto y la extrema pobreza que padecen millones de familias colombianas”.

“No obstante, más demoraron esos funcionarios del Gobierno en atacar a la FAO, que la red de Bancos de Alimentos del país salir a ratificar lo que dice ese organismo. Por la baja de ingresos monetarios, y por ese mismo aumento de la pobreza extrema, millones familias pasaron hambre durante la pandemia y aún están en ese riesgo. “Colombia está en riesgo de que se agrave el hambre y la desnutrición”, afirman categóricamente”. 

¿Qué hacer en materia económica para sortear la situación?

“Colombia es un país que tiene suficiente tierra, una frontera agropecuaria de 40 millones de hectáreas y solo cultivamos el 19%. Tenemos conocimiento y recursos técnicos y de capital para producir más alimentos y con mayor productividad. Pero, no hemos podido, nos ha quedado grande la posibilidad de construir una política pública de fomento a la producción agropecuaria. Hace décadas tuvimos el DRI y el PAN, hasta el gobierno de Virgilio Barco Vargas, si mi memoria no me falla, y de alguna manera se estimulaba esa economía campesina. Existía el IDEMA, que en mala hora lo acabaron, pero que cumplía una gran labor económica y social que hoy se necesita más que nunca”.  

¿No existen políticas de seguridad alimentaria en Colombia?

“Luego de que abandonamos el campo a su suerte, ahora ya no son las FARC, sino la falta de políticas de Estado. A pesar de que producimos más de 65 millones de toneladas de alimentos por año (Revista Semana, documento sobre seguridad alimentaria), nos fuimos por el camino fácil de importar millones de toneladas de alimentos, pagadas con los recursos que nos dejan las exportaciones de petróleo, y ante la depreciación del peso frente al dólar, y otros factores externos nos muestran la fragilidad de nuestra seguridad alimentaria. Ahora, luego de lo de la FAO, si salen, a las volandas, a decir que van a bajar aranceles para los insumos agropecuarios y a buscar, tiempo después, la recuperación de la producción de alimentos. Tarde, señores, el daño ya está hecho. Y ya lo advertimos acá: con aumentos exagerados en las tasas de interés no se combate la inflación cuya causa es la baja oferta de alimentos”.

¿La falta de apoyo al campo es algo nuevo o siempre ha sido así? 

“Llevo más de cuarenta años escuchando hablar del tema. Mi padre, Gualberto Maestre Quiroz, fue durante más de 38 años empleado de Caja Agraria, y ese era el tema en mi casa a toda hora: desde el desayuno hasta después de la cena. Por esa casa pasaban todos: ricos, pobres y acomodados, preguntándole por un crédito y él les explicaba lo que sabía, porque lo había estudiado a conciencia y más que como empleado de la Caja Agraria les hablaba como amigo. Y a más de uno le salvó su finca”

¿Cómo fortalecer al sector agropecuario en estos momentos críticos?  

“No hay que buscar el ahogado río arriba, si no se establecen las condiciones para que la agricultura sea rentable, principalmente la economía campesina, y sea negocio sembrar papa, yuca, plátano, fruta y hortalizas, y no solo la maldita coca, vamos a seguir con el mismo problema. Esta debe ser una de las tareas del próximo gobierno y ojalá una política de Estado: volver a mirar el campo, con todo lo que ya sabemos: seguridad, crédito, vías, mercadeo y asistencia social. Lo venimos discutiendo desde los tiempos de Carlos Lleras, así de claro y así de sencillo”. 

¿La situación de Valledupar y el Cesar es la misma del país? 

En el Cesar, tristemente, también ha crecido la pobreza extrema, el desempleo y con ellos también el hambre. Sin lugar a dudas. Es triste, pero así es”.

OSCAR MARTÍNEZ ORTIZ/ EL PILÓN