El presidente de la República Gustavo Petro inauguró ayer en el Cesar un proyecto mayúsculo, del cual sabíamos que ya estaba en operación tiempo atrás. Con una inversión superior a los 126 millones de dólares, La Loma generará 420 GWh/año, energía capaz de abastecer las necesidades de cerca de 600 mil personas, y evitará la emisión anual de alrededor de 198.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.

En el último mes, la generación del proyecto ‘La Loma’ representó alrededor del 10 % de la energía producida por plantas solares que hay actualmente en Colombia, siendo la que más aportó. Este hito se da en un momento relevante para el sector eléctrico del país, debido al aumento de la demanda, y a los desafíos que podría representar el fenómeno de El Niño.

Este proyecto se suma al Parque Solar El Paso, construido en el 2018 también por Enel Colombia en el Cesar, convirtiéndose en la primera planta de despacho central de este tipo. Actualmente, El Paso se encuentra culminando su proceso de ampliación.

“El Grupo Enel es líder en la transición energética a nivel mundial y la inauguración de La Loma en Colombia, resalta nuestro firme compromiso en este sentido, potenciando el rol de las renovables en la matriz energética del país.”, expresó Alberto De Paoli, director general de Enel Américas y resto del mundo.

No dejaremos de hacer algunos comentarios. El gobierno ha insistido en que debe cambiarse una fuente por otra y eso es una verdad de perogrullo, lo que no define y manifiesta es que esa es una transición que toma su tiempo. Y ese tiempo no lo dice el gobierno, lo dice la realidad. Se toman su tiempo los grandes generadores de energía en el mundo, como China, Estados Unidos o la India, no Colombia que genera menos del 0,5 % de las emisiones de CO2 a nivel mundial. Colombia sí puede hacer una gran contribución que no es cerrando sus pocas chimeneas sino protegiendo los bosques, especialmente en la Amazonía.

En el caso del Cesar se ha insistido y se ha repetido que hay que hacer, junto a una transición, una transición de la economía diversificándola, una transición fiscal de ingresos para las entidades territoriales -¿de dónde van a salir nuevas regalías pues no se ha previsto que en su nivel de hoy las den los proyectos renovables?-.

Y si la peor parte la ha llevado el departamento con la renuncia de Prodeco y el desinterés gubernamental en reactivar esas minas, en materia de empleo e ingresos, el gobierno ni ha creado el prometido gran fondo de proyectos para la diversificación económica y tampoco ha hecho realidad el millonario crédito internacional de que se ha hablado en estos días. Con un instrumento como el planteado -y la formulación de estudios y diseños previos- y la ejecución de proyectos de generación de empleos bien se hubiera avanzado en atenuar el gran impacto que se ha producido en el corredor minero, que hoy no es un corredor de vida sino de desempleo y desesperanza.

Se ha perdido mucho tiempo en los 18 meses del actual gobierno y solo le pedimos que retome el sendero de alcanzar una presencia notable con hechos y realizaciones.