Con la Comisión de la Verdad se busca aportar a la transición de la sociedad hacia la paz, evaluando diferentes factores y actores que han tenido su incidencia en el conflicto armado colombiano, apuntando al esclarecimiento y la no repetición.
Tras haber empezado a escribir la historia de la verdad en los departamentos del Cesar y La Guajira desde noviembre, la Comisión de la Verdad hizo la apertura oficial de su Casa de la Verdad en Valledupar, para seguir recopilando los testimonios que dejó el conflicto armado en esta región de Colombia.
Con una amplia programación, ayer diferentes representantes de la sociedad convergieron en torno a este lugar para mostrar su apoyo al trabajo de esta entidad y al propósito que persigue.
“Esto nos permite hacer un despliegue territorial que ya habíamos iniciado desde el año pasado, en noviembre, pero que este año hemos ido construyendo a través del contacto cercano con diferentes sectores de la sociedad y que hoy (ayer) formalmente ya estamos abriendo las puertas”, explicó Ana María Ferrer, coordinadora de la comisión en los departamentos del Cesar y La Guajira.
Valledupar fue escogida como punto estratégico para la ubicación de esta entidad, para dar cobertura a esta región profundamente afectada por la violencia y donde la serranía del Perijá, la Sierra Nevada de Santa Marta y el corredor entre la serranía del Perijá a la Zapatosa, conocido como corredor minero, se convierten en epicentros esenciales de la construcción de la verdad.
La Comisión de la Verdad, nacida a raíz del Acuerdo de Paz, es un mecanismo que cuenta con tres años para ejecutar sus funciones, entre las que esperan que las personas de manera voluntaria y espontánea puedan contribuir al esclarecimiento de la verdad, y hace parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición.
La entidad, explicó Marta Ruiz, comisionada de la entidad para la región Caribe Insular, tendrá hasta noviembre de 2021 dos ejes de trabajo enfocados al conocimiento; en medio del cual se hará la investigación sobre lo que pasó en el conflicto, utilizando el periodo para esclarecimiento, desde el 1958 hasta la actualidad, y el diálogo social, por medio del que se hace reconocimiento de las víctimas.
Para llevar a cabo la función de la Comisión de la Verdad tiene como metodología la recolección de testimonios de manera masiva, teniendo en cuenta las zonas donde hubo violaciones de Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario.
“Hablar con las víctimas de todo eso, de las masacres, de los secuestros, de las desapariciones forzadas, de la violencia sexual, del reclutamiento, de todo lo que son esas violaciones de la guerra. Pero nos interesa mucho hablar también sobre la democracia, la manera en como los partidos, los líderes políticos por un lado sufrieron el conflicto, pero también se vieron involucrados en el conflicto”, explicó Ruiz.
Del mismo modo dijo que en todo este ejercicio se incluye a los excombatientes, tanto de la Fuerza Pública como de las guerrillas, y sus familias, así como aspectos relacionadas con el despojo, el paramilitarismo, el narcotráfico y cómo este financió el conflicto, del mismo modo que se habla de las resistencias y las cosas positivas que hubo a lo largo de este periodo de violencia.
“Nos interesan mucho los impactos específicos del conflicto en comunidad étnicas, en menores, en sindicalistas, en ganaderos, en empresarios y comerciantes”, agregó la comisionada.
Así hacen testimonios individuales o colectivas bajo reserva y, sobre todo, nada de lo que se diga en el marco de la Comisión de la Verdad saldrá a ningún estamento judicial, ni podrá ser usado en los mismos ya que se guarda confidencialidad.
Igualmente están abiertos a la posibilidad de que las mismas comunidades presenten casos sobre la afectación que vivieron, recibir informes o archivos que conserven entidades con relación a los factores, antes mencionados, que estudian.
Con este propósito cuentan a nivel local con un equipo interdisciplinario compuesto por periodistas, sociólogos, psicólogos e historiadores. Sumado a esto tendrán el respaldo de un equipo móvil que apoya desde Barranquilla y otro equipo muy grande que los apoya desde Bogotá.
En medio de todo se realizará el diálogo social, propiciando espacios entre personas de diferentes grupos sociales que en otras condiciones no se sentarían a hablar.
“Es poner un espejo, mirarse en él y poder buscar otras formas de manera de generar diálogos, porque el conflicto armado genera mucha fractura”, manifestó Ruz.
Como indicó la comisionada Ruiz, los responsables también tendrán su espacio dentro del esclarecimiento de la verdad. Esto, entendiendo que los responsables del conflicto armado en Colombia no han sido únicamente los grupos armados ni la Fuerza Pública, sino que también hay otras personas que tienen diferentes niveles de responsabilidad, porque se vieron involucrados en los hechos de violencia.
“Por ejemplo, la justicia, a nosotros nos interesa ver cómo se ejerció justicia durante el conflicto, si se pudo ejercer o no, o el conflicto mismo impidió que los jueves y fiscales pudieran hacer su trabajo y queremos escucharlos a ellos o a los notarios, qué pasó en un escenario de despojo, por ejemplo”, aseguró Ruiz.
En todo este recuento prevalece el contexto histórico de los últimos 60 años con el objetivo de entender las razones que provocan que el conflicto se repita y cuáles son los factores que permanecen.
Mientras tanto, apuntó la comisionada, no se deja de lado el factor subjetivo debido a que sentimientos como el odio, rencor y la venganza han tenido su efecto en el conflicto.
Teniendo en cuenta que el ejercicio de la comisión no puede ser meramente académico o intelectual, sino que debe servir para la práctica, una vez que se termine con el proceso de recopilación de historias, previsto hasta marzo o abril del próximo año, se debe consolidar un informe de la verdad.
Este resultará tras una etapa de contrastación para verificar y analizar todos los insumos. De esta manera en el año 2021 empezarían la escritura del informe final.
A través de este documento se espera que haya una incidencia, mayormente política, para generar cambios que apunten precisamente a la no repetición del conflicto.
“Una parte importantísima del informe van a ser las recomendaciones”, destacó Ruiz, quien enfatizó en que por medio de las mismas se debe aclarar porqué se reproducen hechos como las ejecuciones extrajudiciales, las disputas de territorio o el origen de bandas criminales.
Todo este trabajo está dirigido en definitiva a la no repetición del conflicto armado, una tarea que, como señaló Ruiz, le corresponde tanto a la sociedad como a las instituciones y los factores de poder que generalmente son estables en las regiones, como la iglesia, los partidos políticos, el poder económico, los gremios, entre otros.
En este escenario alcanza especial notoriedad la participación de las comunidades para relatar el paso de la violencia en las diferentes poblaciones.
Para Samuel Arregocés, afrocolombiano de la comunidad de Tabaco y quien llegó desde La Guajira recalcó que para poder continuar en este país hay que hacer honor a esa verdad y por esto, es especial que se construya desde los territorios, siendo contada por las víctimas.
“Pienso que tres años son muy cortos para esa verdad del conflicto armado, socioambiental y cultural que ha sufrido Colombia, pero esperamos que los procesos que se cuenten sean objeto de reparación y otros de no sometimiento por parte de los victimarios, pero que también el Gobierno se acoja a esas verdades porque estamos viviendo un problema con el Gobierno que no se quiere acoger a este tipo de trabajos que viene realizando la Comisión de la Verdad”, expresó Arregocés.
Por último manifestó que lo que esperan es que la verdad sea bien contada, que sea de los territorios y que sirva de insumo para que Colombia comience a mirar diferente.
“Hay que parar ya con esta violencia absurda que tenemos en nuestro país”, finalizó.
Por: Daniela Rincones Julio / EL PILÓN
[email protected]
Con la Comisión de la Verdad se busca aportar a la transición de la sociedad hacia la paz, evaluando diferentes factores y actores que han tenido su incidencia en el conflicto armado colombiano, apuntando al esclarecimiento y la no repetición.
Tras haber empezado a escribir la historia de la verdad en los departamentos del Cesar y La Guajira desde noviembre, la Comisión de la Verdad hizo la apertura oficial de su Casa de la Verdad en Valledupar, para seguir recopilando los testimonios que dejó el conflicto armado en esta región de Colombia.
Con una amplia programación, ayer diferentes representantes de la sociedad convergieron en torno a este lugar para mostrar su apoyo al trabajo de esta entidad y al propósito que persigue.
“Esto nos permite hacer un despliegue territorial que ya habíamos iniciado desde el año pasado, en noviembre, pero que este año hemos ido construyendo a través del contacto cercano con diferentes sectores de la sociedad y que hoy (ayer) formalmente ya estamos abriendo las puertas”, explicó Ana María Ferrer, coordinadora de la comisión en los departamentos del Cesar y La Guajira.
Valledupar fue escogida como punto estratégico para la ubicación de esta entidad, para dar cobertura a esta región profundamente afectada por la violencia y donde la serranía del Perijá, la Sierra Nevada de Santa Marta y el corredor entre la serranía del Perijá a la Zapatosa, conocido como corredor minero, se convierten en epicentros esenciales de la construcción de la verdad.
La Comisión de la Verdad, nacida a raíz del Acuerdo de Paz, es un mecanismo que cuenta con tres años para ejecutar sus funciones, entre las que esperan que las personas de manera voluntaria y espontánea puedan contribuir al esclarecimiento de la verdad, y hace parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición.
La entidad, explicó Marta Ruiz, comisionada de la entidad para la región Caribe Insular, tendrá hasta noviembre de 2021 dos ejes de trabajo enfocados al conocimiento; en medio del cual se hará la investigación sobre lo que pasó en el conflicto, utilizando el periodo para esclarecimiento, desde el 1958 hasta la actualidad, y el diálogo social, por medio del que se hace reconocimiento de las víctimas.
Para llevar a cabo la función de la Comisión de la Verdad tiene como metodología la recolección de testimonios de manera masiva, teniendo en cuenta las zonas donde hubo violaciones de Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario.
“Hablar con las víctimas de todo eso, de las masacres, de los secuestros, de las desapariciones forzadas, de la violencia sexual, del reclutamiento, de todo lo que son esas violaciones de la guerra. Pero nos interesa mucho hablar también sobre la democracia, la manera en como los partidos, los líderes políticos por un lado sufrieron el conflicto, pero también se vieron involucrados en el conflicto”, explicó Ruiz.
Del mismo modo dijo que en todo este ejercicio se incluye a los excombatientes, tanto de la Fuerza Pública como de las guerrillas, y sus familias, así como aspectos relacionadas con el despojo, el paramilitarismo, el narcotráfico y cómo este financió el conflicto, del mismo modo que se habla de las resistencias y las cosas positivas que hubo a lo largo de este periodo de violencia.
“Nos interesan mucho los impactos específicos del conflicto en comunidad étnicas, en menores, en sindicalistas, en ganaderos, en empresarios y comerciantes”, agregó la comisionada.
Así hacen testimonios individuales o colectivas bajo reserva y, sobre todo, nada de lo que se diga en el marco de la Comisión de la Verdad saldrá a ningún estamento judicial, ni podrá ser usado en los mismos ya que se guarda confidencialidad.
Igualmente están abiertos a la posibilidad de que las mismas comunidades presenten casos sobre la afectación que vivieron, recibir informes o archivos que conserven entidades con relación a los factores, antes mencionados, que estudian.
Con este propósito cuentan a nivel local con un equipo interdisciplinario compuesto por periodistas, sociólogos, psicólogos e historiadores. Sumado a esto tendrán el respaldo de un equipo móvil que apoya desde Barranquilla y otro equipo muy grande que los apoya desde Bogotá.
En medio de todo se realizará el diálogo social, propiciando espacios entre personas de diferentes grupos sociales que en otras condiciones no se sentarían a hablar.
“Es poner un espejo, mirarse en él y poder buscar otras formas de manera de generar diálogos, porque el conflicto armado genera mucha fractura”, manifestó Ruz.
Como indicó la comisionada Ruiz, los responsables también tendrán su espacio dentro del esclarecimiento de la verdad. Esto, entendiendo que los responsables del conflicto armado en Colombia no han sido únicamente los grupos armados ni la Fuerza Pública, sino que también hay otras personas que tienen diferentes niveles de responsabilidad, porque se vieron involucrados en los hechos de violencia.
“Por ejemplo, la justicia, a nosotros nos interesa ver cómo se ejerció justicia durante el conflicto, si se pudo ejercer o no, o el conflicto mismo impidió que los jueves y fiscales pudieran hacer su trabajo y queremos escucharlos a ellos o a los notarios, qué pasó en un escenario de despojo, por ejemplo”, aseguró Ruiz.
En todo este recuento prevalece el contexto histórico de los últimos 60 años con el objetivo de entender las razones que provocan que el conflicto se repita y cuáles son los factores que permanecen.
Mientras tanto, apuntó la comisionada, no se deja de lado el factor subjetivo debido a que sentimientos como el odio, rencor y la venganza han tenido su efecto en el conflicto.
Teniendo en cuenta que el ejercicio de la comisión no puede ser meramente académico o intelectual, sino que debe servir para la práctica, una vez que se termine con el proceso de recopilación de historias, previsto hasta marzo o abril del próximo año, se debe consolidar un informe de la verdad.
Este resultará tras una etapa de contrastación para verificar y analizar todos los insumos. De esta manera en el año 2021 empezarían la escritura del informe final.
A través de este documento se espera que haya una incidencia, mayormente política, para generar cambios que apunten precisamente a la no repetición del conflicto.
“Una parte importantísima del informe van a ser las recomendaciones”, destacó Ruiz, quien enfatizó en que por medio de las mismas se debe aclarar porqué se reproducen hechos como las ejecuciones extrajudiciales, las disputas de territorio o el origen de bandas criminales.
Todo este trabajo está dirigido en definitiva a la no repetición del conflicto armado, una tarea que, como señaló Ruiz, le corresponde tanto a la sociedad como a las instituciones y los factores de poder que generalmente son estables en las regiones, como la iglesia, los partidos políticos, el poder económico, los gremios, entre otros.
En este escenario alcanza especial notoriedad la participación de las comunidades para relatar el paso de la violencia en las diferentes poblaciones.
Para Samuel Arregocés, afrocolombiano de la comunidad de Tabaco y quien llegó desde La Guajira recalcó que para poder continuar en este país hay que hacer honor a esa verdad y por esto, es especial que se construya desde los territorios, siendo contada por las víctimas.
“Pienso que tres años son muy cortos para esa verdad del conflicto armado, socioambiental y cultural que ha sufrido Colombia, pero esperamos que los procesos que se cuenten sean objeto de reparación y otros de no sometimiento por parte de los victimarios, pero que también el Gobierno se acoja a esas verdades porque estamos viviendo un problema con el Gobierno que no se quiere acoger a este tipo de trabajos que viene realizando la Comisión de la Verdad”, expresó Arregocés.
Por último manifestó que lo que esperan es que la verdad sea bien contada, que sea de los territorios y que sirva de insumo para que Colombia comience a mirar diferente.
“Hay que parar ya con esta violencia absurda que tenemos en nuestro país”, finalizó.
Por: Daniela Rincones Julio / EL PILÓN
[email protected]