La mujer visiblemente afectada indicó que el día de lo ocurrido tuvo un mal presentimiento por lo que le dijo a su esposo, el ginecólogo Ricardo Rodríguez, que se fueran, sin embargo, este no accedió.
Un profundo dolor embarga el corazón de Inés Polanco, viuda del médico especialista en Ginecología, Ricardo Rafael Rodríguez Brochero, que murió la noche del domingo 13 de octubre. La mujer, en medio de su dolor indescriptible, relató detalles del día en el que ocurrió la tragedia que enluta a esta familia que llora desconsoladamente su prematura partida.
Entre esos detalles, Inés contó los angustiados momentos previos al incidente, manifestando que sintió que algo malo pasaría por lo que le dijo a su esposo que se marcharan del lugar, sin embargo, este no accedió y continuó departiendo en la vivienda ubicada en el barrio Lleras de Barrancas, La Guajira, lugar donde perdió la vida a causa de un disparo que le propinó su primo hermano Nilson Solano Brochero, que actualmente está siendo judicializado.
“Yo le dije como a las 6 de la tarde: vámonos para el valle Ricardo; pero, me decía ‘nos vamos mañana’, y yo era una angustia en mi cuerpo. Yo le dije a mi mamá, mamá ora, ora, ora, que tengo una cosa horrible”, relató al diario EL PILÓN.
Añadió que su angustia se debía a que en la vivienda donde estaba Rodríguez se sentía un ambiente poco agradable.
“Yo llamé a toda su familia y le dije, les informé que hablaran con las personas que estaban ahí porque yo tenía miedo, incluso cuando me llamaron a decirme yo contesté el teléfono predispuesta porque yo sabía que algo había pasado”, asegura Inés.
La mujer quien aún no ha podido ver el video que captó este terrible momento en el que su primo le dispara, asegura también que su esposo no pudo estar involucrado de manera directa en alguna riña debido a que no acostumbraba a pelear.
“No creo que haya habido discusión que lo involucrara a él directamente porque Ricardo no peleaba con esa persona que le quitó la vida. Ellos eran como hermanos”.
Ricardo actualmente estaba haciendo su especialización en Fertilidad en la ciudad de Bogotá y había llegado un día antes de lo ocurrido con el fin de disfrutar junto a sus familiares y sus dos hijos menores de edad, en Barrancas.
El hoy fallecido, quien tenía una gran experiencia en salud reproductiva humana, fertilidad, cirugía mínimamente invasiva, ginecología y obstetricia, tenía el sueño de crecer profesional y laboralmente, así como expandir su clínica reproductiva ubicada en la carrera 12 con 7B-85 de Valledupar.
Además, de sus mayores anhelos era ver a su pequeña hija de tan solo 15 años convertida en una gran profesional.
Cabe resaltar, que su sepelio se cumplió la tarde de este martes 15 de octubre en el cementerio Jardines del Ecce Homo de la capital del Cesar, la tierra que le abrió las puertas, lo acogió como a un hijo más y le dio la oportunidad de abrir una clínica para ayudar a los demás.
En medio de un cielo nublado, melancólico y una multitudinaria asistencia, sus familiares, amigos y conocidos, le dieron el último adiós a este médico que luchó por la felicidad de innumerables familias ayudándolas a dar vidas y que hoy en día también se unen a este dolor lamentando su pérdida irreparable.
Ahora, el legado de este hombre a quien sus seres queridos describen como bondadoso, familiar y amoroso quedará guardado como un tesoro en quienes tuvieron la dicha de conocerlo.
La mujer visiblemente afectada indicó que el día de lo ocurrido tuvo un mal presentimiento por lo que le dijo a su esposo, el ginecólogo Ricardo Rodríguez, que se fueran, sin embargo, este no accedió.
Un profundo dolor embarga el corazón de Inés Polanco, viuda del médico especialista en Ginecología, Ricardo Rafael Rodríguez Brochero, que murió la noche del domingo 13 de octubre. La mujer, en medio de su dolor indescriptible, relató detalles del día en el que ocurrió la tragedia que enluta a esta familia que llora desconsoladamente su prematura partida.
Entre esos detalles, Inés contó los angustiados momentos previos al incidente, manifestando que sintió que algo malo pasaría por lo que le dijo a su esposo que se marcharan del lugar, sin embargo, este no accedió y continuó departiendo en la vivienda ubicada en el barrio Lleras de Barrancas, La Guajira, lugar donde perdió la vida a causa de un disparo que le propinó su primo hermano Nilson Solano Brochero, que actualmente está siendo judicializado.
“Yo le dije como a las 6 de la tarde: vámonos para el valle Ricardo; pero, me decía ‘nos vamos mañana’, y yo era una angustia en mi cuerpo. Yo le dije a mi mamá, mamá ora, ora, ora, que tengo una cosa horrible”, relató al diario EL PILÓN.
Añadió que su angustia se debía a que en la vivienda donde estaba Rodríguez se sentía un ambiente poco agradable.
“Yo llamé a toda su familia y le dije, les informé que hablaran con las personas que estaban ahí porque yo tenía miedo, incluso cuando me llamaron a decirme yo contesté el teléfono predispuesta porque yo sabía que algo había pasado”, asegura Inés.
La mujer quien aún no ha podido ver el video que captó este terrible momento en el que su primo le dispara, asegura también que su esposo no pudo estar involucrado de manera directa en alguna riña debido a que no acostumbraba a pelear.
“No creo que haya habido discusión que lo involucrara a él directamente porque Ricardo no peleaba con esa persona que le quitó la vida. Ellos eran como hermanos”.
Ricardo actualmente estaba haciendo su especialización en Fertilidad en la ciudad de Bogotá y había llegado un día antes de lo ocurrido con el fin de disfrutar junto a sus familiares y sus dos hijos menores de edad, en Barrancas.
El hoy fallecido, quien tenía una gran experiencia en salud reproductiva humana, fertilidad, cirugía mínimamente invasiva, ginecología y obstetricia, tenía el sueño de crecer profesional y laboralmente, así como expandir su clínica reproductiva ubicada en la carrera 12 con 7B-85 de Valledupar.
Además, de sus mayores anhelos era ver a su pequeña hija de tan solo 15 años convertida en una gran profesional.
Cabe resaltar, que su sepelio se cumplió la tarde de este martes 15 de octubre en el cementerio Jardines del Ecce Homo de la capital del Cesar, la tierra que le abrió las puertas, lo acogió como a un hijo más y le dio la oportunidad de abrir una clínica para ayudar a los demás.
En medio de un cielo nublado, melancólico y una multitudinaria asistencia, sus familiares, amigos y conocidos, le dieron el último adiós a este médico que luchó por la felicidad de innumerables familias ayudándolas a dar vidas y que hoy en día también se unen a este dolor lamentando su pérdida irreparable.
Ahora, el legado de este hombre a quien sus seres queridos describen como bondadoso, familiar y amoroso quedará guardado como un tesoro en quienes tuvieron la dicha de conocerlo.