El Cesar es una tierra de tradición ganadera y equina, motivo para que casi desde su apertura el Festival Vallenato contara, junto con el popular desfile de piloneras, con una cabalgata. Pero el espectáculo de los equinos se desvaneció en los problemas logísticos y administrativos hasta la cancelación del evento en el 2011, durante tres años.
“Ser caballista es una pasión y la pasión no desaparece”, explica Armando Cuello, presidente de Riendas, la Asociación de Caballistas del Cesar que encabezó el regreso de la popular tradición al Festival de la Leyenda Vallenata en el 2014 y que ahora dirige el proceso de convertir la cabalgata ‘Caballos y vallenato para el mundo’ en la mejor de Colombia.
Desde su regreso varias cosas cambiaron. Reformas y complementos necesarios para recuperar su espacio dentro del público vallenato. Primero, la nacionalización del evento. En medio del Festival, el pasado 27 de abril cerca de 600 caballistas de diferentes ciudades del país recorrieron Valledupar sintonizados con mariachis. De Ibagué, Cúcuta, Ocaña, Bucaramanga, Plato Magdalena, sur del Cesar y alrededor de otra decena de lugares llegaron delegaciones.
“Antes la cabalgata del Festival era netamente local: salíamos 60 o 70 caballistas de la ciudad. Pero hace cuatro años se empezó a darle un enfoque nacional. Iniciamos con 150 o 180 caballos, seguimos con casi 400, con la ventaja de que las personas que asistían replicaban los buenos comentarios y ya es reconocida la ‘Cabalgata del Festival Vallenato’, tanto así que este año fueron casi 600 caballos”, explica Armando Cuello.
El aumento de participantes no fue cuestión de suerte. Fueron varios meses recorriendo puntos del país donde se concentran los principales caballistas para promocionar el evento, desde Medellín, Cali, hasta Sincelejo.
Por otro lado, se definieron las ordenanzas de seguridad. La Alcaldía de Valledupar dispuso de un plan de contingencia para evitar problemas. Dos ambulancias, herreros, policías en el inicio y salida de la cabalgata, además de los lados, veterinarios y por supuesto aseadores detrás limpiando los residuos.
“La seguridad fue nuestro mayor reto. Por eso que desde que regresó el evento no se haya presentado ningún incidente demuestra que estamos haciendo bien las cosas”, detalló Iván Murgas Vallejo, socio de Riendas y ganadero.
“Por la cantidad de público, la seguridad, los comentarios de la gente fue todo un éxito esta cabalgata, pero vamos más allá, fue de los puntos positivos del Festival”, recalcó el presidente de Riendas, Armando Cuello.
DINAMIZAR LA ECONOMÍA DESDE UNA PASIÓN
Ser caballista es un estilo, un apéndice de la personalidad, dicen. El sombrero y el poncho los identifican. Pero esa pasión y gusto es también la oportunidad durante las ferias equinas y por supuesto durante el Festival Vallenato de generar ganancias en la compaginación de diferentes sectores económicos.
“El caballista no viene solo, viene con su familia, así fácil alcanzan las 1.000 personas hospedadas en hoteles, los graneros obviamente se benefician con la alimentación de los animales, el artesano con los ponchos y sombreros, y los vendedores ambulantes. Mueve la economía”, explicó Iván Murgas.
Si bien los propósitos se lograron, dentro de la administración de Riendas la proyección es a largo plazo, y que ir a ver la cabalgata del Festival se haga indispensable.
“Ya logramos que el pueblo valduparense salga a ver a los caballos y disfrute del espectáculo, pero la idea es que la cabalgata se siga posicionando y sea un evento determinante. La Fundación ha sido importante, nos colocan dentro de su programación” aseveró Wilson Solano, caballista vallenato.
“Lo que aspiramos es que no se tenga que salir a invitar de departamento por departamento, ciudad por ciudad de donde provienen los mejores caballistas, sino que ellos sepan que dentro del Festival Vallenato tendrán una de las mejores cabalgatas del país”, agregó Cuello, quien asegura que se direccionará el trabajo para que en el 2020 la cabalgata cuente con 1.000 a 1.200 caballos.
Del trabajo disciplinado de los caballistas locales reunidos en la Asociación Riendas depende el crecimiento progresivo y el espacio que sigan ganando las cabalgatas en el corazón de los vallenatos.
Por: Deivis Caro/El Pilón
El Cesar es una tierra de tradición ganadera y equina, motivo para que casi desde su apertura el Festival Vallenato contara, junto con el popular desfile de piloneras, con una cabalgata. Pero el espectáculo de los equinos se desvaneció en los problemas logísticos y administrativos hasta la cancelación del evento en el 2011, durante tres años.
“Ser caballista es una pasión y la pasión no desaparece”, explica Armando Cuello, presidente de Riendas, la Asociación de Caballistas del Cesar que encabezó el regreso de la popular tradición al Festival de la Leyenda Vallenata en el 2014 y que ahora dirige el proceso de convertir la cabalgata ‘Caballos y vallenato para el mundo’ en la mejor de Colombia.
Desde su regreso varias cosas cambiaron. Reformas y complementos necesarios para recuperar su espacio dentro del público vallenato. Primero, la nacionalización del evento. En medio del Festival, el pasado 27 de abril cerca de 600 caballistas de diferentes ciudades del país recorrieron Valledupar sintonizados con mariachis. De Ibagué, Cúcuta, Ocaña, Bucaramanga, Plato Magdalena, sur del Cesar y alrededor de otra decena de lugares llegaron delegaciones.
“Antes la cabalgata del Festival era netamente local: salíamos 60 o 70 caballistas de la ciudad. Pero hace cuatro años se empezó a darle un enfoque nacional. Iniciamos con 150 o 180 caballos, seguimos con casi 400, con la ventaja de que las personas que asistían replicaban los buenos comentarios y ya es reconocida la ‘Cabalgata del Festival Vallenato’, tanto así que este año fueron casi 600 caballos”, explica Armando Cuello.
El aumento de participantes no fue cuestión de suerte. Fueron varios meses recorriendo puntos del país donde se concentran los principales caballistas para promocionar el evento, desde Medellín, Cali, hasta Sincelejo.
Por otro lado, se definieron las ordenanzas de seguridad. La Alcaldía de Valledupar dispuso de un plan de contingencia para evitar problemas. Dos ambulancias, herreros, policías en el inicio y salida de la cabalgata, además de los lados, veterinarios y por supuesto aseadores detrás limpiando los residuos.
“La seguridad fue nuestro mayor reto. Por eso que desde que regresó el evento no se haya presentado ningún incidente demuestra que estamos haciendo bien las cosas”, detalló Iván Murgas Vallejo, socio de Riendas y ganadero.
“Por la cantidad de público, la seguridad, los comentarios de la gente fue todo un éxito esta cabalgata, pero vamos más allá, fue de los puntos positivos del Festival”, recalcó el presidente de Riendas, Armando Cuello.
DINAMIZAR LA ECONOMÍA DESDE UNA PASIÓN
Ser caballista es un estilo, un apéndice de la personalidad, dicen. El sombrero y el poncho los identifican. Pero esa pasión y gusto es también la oportunidad durante las ferias equinas y por supuesto durante el Festival Vallenato de generar ganancias en la compaginación de diferentes sectores económicos.
“El caballista no viene solo, viene con su familia, así fácil alcanzan las 1.000 personas hospedadas en hoteles, los graneros obviamente se benefician con la alimentación de los animales, el artesano con los ponchos y sombreros, y los vendedores ambulantes. Mueve la economía”, explicó Iván Murgas.
Si bien los propósitos se lograron, dentro de la administración de Riendas la proyección es a largo plazo, y que ir a ver la cabalgata del Festival se haga indispensable.
“Ya logramos que el pueblo valduparense salga a ver a los caballos y disfrute del espectáculo, pero la idea es que la cabalgata se siga posicionando y sea un evento determinante. La Fundación ha sido importante, nos colocan dentro de su programación” aseveró Wilson Solano, caballista vallenato.
“Lo que aspiramos es que no se tenga que salir a invitar de departamento por departamento, ciudad por ciudad de donde provienen los mejores caballistas, sino que ellos sepan que dentro del Festival Vallenato tendrán una de las mejores cabalgatas del país”, agregó Cuello, quien asegura que se direccionará el trabajo para que en el 2020 la cabalgata cuente con 1.000 a 1.200 caballos.
Del trabajo disciplinado de los caballistas locales reunidos en la Asociación Riendas depende el crecimiento progresivo y el espacio que sigan ganando las cabalgatas en el corazón de los vallenatos.
Por: Deivis Caro/El Pilón