La crisis académica del sector oficial tiene mucho que ver, según expertos de la educación, con la debilidad de la básica primaria, la falta de apoyo gubernamental y la eliminación de prejardín y jardín.
Mientras que en el nivel de Preescolar de los colegios privados existen cinco grados como maternal, párvulo, prejardin, jardín y transición, para que los menores de edad puedan ingresar al nivel de básica primaria, en las instituciones públicas los docentes deben lidiar con tres grados en uno. Ésta es tal vez es uno de los mayores problemas de la educación pública en el Cesar.
Hace 17 años, específicamente el 11 de septiembre de 1997, el entonces presidente de la República de Colombia, Ernesto Samper Pizano, y el ministro de Educación, Jaime Niño Díez, firmaron el Decreto 2247, el cual establece que la prestación del servicio público educativo del nivel preescolar se ofrecerá a los educandos de 3 a 5 años de edad y comprenderá tres grados, así:
1. Pre-jardín, dirigido a educandos de 3 años de edad.
2. Jardín, dirigido a educandos de 4 años de edad.
3. Transición, dirigido a educandos de 5 años de edad y que corresponde al grado obligatorio constitucional.
Sin embargo, la Ley 715 de 2001, en su capítulo III, artículo 9°, especifica que las institución educativa tendrán como finalidad prestar sólo un año de educación preescolar y nueve grados de educación básica como mínimo, y la media. Hecho que consternó a la población, sobre todo al docente, que comenzó a afrontar un gran reto: tres cursos en uno.
Marelvis Guerrero de Sánchez, docente del Jardín Infantil Nacional de Valledupar, ubicado en el barrio Dangond, especificó “esos dos grados que fueron quitados dentro de lo que la Constitución plantea le ha dejado al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el prejardín y jardín para que sean trabajados en los hogares de bienestar”, refiriéndose la profesora al reconocido programa de ‘Cero a Siempre’ del gobierno del Presidente Santos, por el cual muchas madres comunitarias quedaron por fuera de sus labores.
Pero, ¿Qué significa la desaparición de estos dos grados? ¿Influye esto en la deficiente educación de este departamento que se ve reflejado en los resultados de evaluaciones académicas del Estado?
Ante estas preguntas hechas por EL PILÓN a los diferentes docentes visitados en los últimos días, éstas fueron las respuestas:
Ana Pertuz docente de la Institución Educativa Orcasita especificó: “esos niños de cuatro años no tienen la suficiente preparación, más que todo con un proceso fundamental, que es la transcripción del tablero al cuaderno y para que hagan eso deben tener un esquema, como el de escribir palabras emitiendo sonidos”.
Otra de las docentes del Jardín Infantil Nacional, manifestó: “imagínese un niño en transición con cinco añitos tiene que aprender todos los fundamentos para llegar a primero, tienen que coger su lápiz, trabajar en las dos líneas del cuaderno, aprender a leer y para que ellos aprendan se requiere de un tiempo”.
Las anteriores aseveraciones fueron compartidas por la docente Ana Pertuz, de la Institución Educativa Orcasita, quien reconoció que a los niños se les está desconociendo su edad cronológica, y aunque algunos sí llegan con la capacidad para responder el proceso educativo, otros que no.
Las opiniones de los docentes de transición son compartidas, la mayoría reconocen la dificultad por la cual ellos deben atravesar para poder brindarles un conocimiento adecuado a los niños y niñas de esta región.
La rectora de la Institución Educativa Eduardo Suárez Orcasita, Sonia Isabel Cuello Puello, aclaró “en un solo nivel el niño no alcanza a definir toda la motricidad”.
Por su parte, Wilson Fernández Mendoza, coordinador de la Institución Educativa Leonidas Acuña, sede Rafael Valle Meza, se refirió a las infraestructuras de las instituciones, otra problemática que encierra la educación en el Cesar.
“Nosotros debemos brindarle lo mejor a los niños con lo que contamos, porque de ahí en adelante no podemos hacer más, mire así está el parque, totalmente dañado”, señaló el docente.
Así mismo, la docente Ibel María Hinojosa señaló “además de que nosotros hemos visto la necesidad de hacer los tres niveles, debemos trabajar con las uñas, los niños no tienen ni una nevera para guardarles las meriendas”.
Según las imágenes registradas por EL PILÓN en las diferentes instituciones oficiales, la calidad de educación se ha visto muy afectada sobre todo desde el preescolar, donde se desarrolla la educación.
Luz Marina Maestre, docente de la sede Rafael Valle Meza, manifestó “nos hace falta material de apoyo”.
Otra de las grandes problemáticas del declive de la educación tiene mucho que ver, según la docente Nancy Pacheco, con la exigencia del Sistema Integrado de Matrícula, Simat, que necesariamente pasa al estudiante de transición a primero de primaria sin éste haber o no pasado satisfactoriamente el nivel.
“Hay niños que tienen cuatro años y medio y hay que pasarlos al grado de primero, hay niños que pasan con muchas falencias. Tenemos doble trabajo, enseñarles a los niños y a las mamás, porque en actividades hechas para niños, las madres que les hacen las tareas ni siquiera dan para hacerlas”, dijo la profesora.
Sin embargo, esta crítica situación no es la que viven los estudiantes de las escuelas privadas, puesto que necesariamente ven en los tres grados una obligación para que los menores lleguen al siguiente nivel con mejores bases.
En el colegio Murgas, ubicado en el barrio Doce de Octubre, la coordinadora Yeny Castilla, aseguró que en cada salón o grado que corresponde a preescolar que es jardín, prejardin y transición se desarrolla un proceso: en el primer grado se enseña la motricidad fina y gruesa, que sepan hacer trazos, coger el lápiz, colorear, pero cuando suben a otro nivel van aumentando, se enseña a hacer letras, combinaciones, frases para que cuando lleguen a transición ya empiecen a escribir, leer, cosa que cuando lleguen a primero tengan unas habilidades desarrolladas.
“En los colegios privados tenemos constancia, mientras que en los colegios públicos si no aprendió, no pasa nada, debe pasar al siguiente nivel. Esa es la diferencia de las instituciones”, dijo.
Por su parte, la coordinadora de FhiserKids, Rocío González Mendoza, manifestó que en su institución se trabaja mucho a través de la lúdica.
“Todos los conocimientos los adquirimos a través de los juegos, que es la forma de aprender fácil, desarrollamos estrategias pedagógicas que hacen parte de nuestra esencia como colegio, proyectos que desarrolla la vista e inteligencia, cada proyecto tiene una serie de elementos importantes y claves, para desarrollar memoria, pensamiento a través de talleres, que son historias o problemáticas normales en un aula, donde el niño es capaz de observar”, explicó la docente.
Programa de Cero a Siempre
Debido a la necesidad que existía en Colombia para llenar, aparentemente, el vacío que dejaba la falta de prejardín y jardín en los colegios oficiales, nació el programa de Cero a Siempre, implementado por el gobierno de Juan Manuel Santos, donde los niños deben ingresar a estudiar a través de proyectos educativos liderados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF.
La pésima realidad
EL PILÓN, al hacer una radiografía del panorama de la educación pública en este departamento, encontró que no es la mejor, por ello quiso buscar más allá de lo visible y encontró que la raíz del problema, además de la eliminación de los grados antes mencionado, se basa en un sistema educativo no planificado, donde los menores sí o sí deben pasar a un siguiente nivel teniendo el mejor conocimiento o no.
En un recorrido realizado en varias instituciones educativas de Valledupar, el equipo investigativo de este medio de comunicación conoció la triste realidad que envuelve la academia de esta parte del país, en donde los colegios del Estado se ven opacados por un sistema privado con indudable calidad.
El primer sitio en visitar fue la Institución Educativa Leonidas Acuña, sede Rafael Valle Meza, en el barrio Doce de Octubre, allí se pudo percibir una escuela con una infraestructura en mal estado, pese a las pocas adecuaciones que puede realizar la administración ante unos recursos limitados de educación gratuita, que es otro de los factores degradantes de la educación.
En dicha institución, tres salones son especialmente para los alumnos de transición, ubicados en un espacio aislado, por protección y menor ruido para la concentración de los niños y niñas, sin embargo y aunque son amplios no tienen los suficientes elementos para brindarles una adecuada atención a los menores.
EL PILÓN interrogó a la docente de transición, Ibel María Hinojosa sobre cómo hace para dar todo el conocimiento durante todo el año, a lo que respondió “trabajamos con las uñas. En cuanto a infraestructura estamos mal, el aula es buena, porque tiene iluminación pero los abanicos no sirven, necesitamos materiales didácticos, no tenemos nada, ni medios audiovisuales, ni con qué refrigerarles las meriendas que traen”.
La pedagoga Giomar Lucía Guerra Bonilla, publicó en su proyecto denominado ‘La educación es el camino’, que el sistema educativo colombiano ha superado en las dos últimas décadas algunos asuntos atinentes más al sistema administrativo, que a la formación y desarrollo de las personas, o sea la función social de la educación, que va tras la coherencia del sistema en sí.
Lo increíble
La falta de responsabilidad de los padres es otro de los factores que lleva a la educación a decaer, según los docentes, quienes aseguran que los niños no aprender por falta de atención de los padres, quienes trabajan todo el día, son separados y que son las abuelitas las que les ayudan a hacer las tareas, por lo que no existe un acompañamiento.
¿Qué dicen las autoridades?
El secretario de Educación Municipal, Asdrúbal Rocha Lengua, aclaró que la ley le exige a las instituciones que deben recibir niños y niñas a partir de los 5 años o próximos a cumplir, norma nacional que se requiere para el Sistema Integrado de Matrícula, Simat, que es el que registra automáticamente al estudiante.
Pero ¿qué pasa con los niños que ingresan a transición sin haber adquirido las competencias necesarias para pasar al siguiente curso?, al parecer, y según Rocha Lengua, los menores deben recibirse hayan o no pasado por el programa de Cero a Siempre -donde se le da alimentación, salud y educación a los menores- porque, según el funcionario, se reciben independientemente del grado de escolarización que tengan.
“La idea es que el padre de familia le dé una educación inicial al hijo en casa, y uno espera que el niño ya tenga una formación para que ya el sistema lo adopte, porqué así lo establece la norma”, aclaró.
No obstante, algunos departamentos de Colombia no cobijan la ley que prohíben tres años escolares para los más pequeños, ¿Por qué en el Cesar si aplica?
Según el secretario de Educación Departamental, Jorge Araújo, que es un tema que proviene a nivel nacional y que deben acatar, puesto que en el departamento no existe una cobertura total, que realiza el Dane, para abrir los grados de jardín y prejardín.
“No es que el Cesar tenga una cobertura baja, es la exigencia de la cobertura, que exigen el Estado para que se aplique”, dijo Araújo.
No obstante, reconoció que existen algunos padres de familia que vinculan a sus hijos a transición sin haber cursado los programas de Cero a Siempre, ya sea por la edad, pero entran con grados de falencia que llegan a ajustarse desde la misma educación educativa y que genera un mayor esfuerzo por parte del docente.
Entonces, la obligatoriedad de pasar necesariamente por los grados cero para pasar a transición quedó eliminada, por eso la deficiencia académica que se presenta en el Cesar.
Sin embargo, el funcionario recordó que hace algún tiempo la anterior Ministra de Educación especificó que se piensa volver a abrir el grado jardín o prejardín o un grado 12, para darle continuidad a la academia.
Mientras tanto, el alcalde de Valledupar, Fredys Socarrás Reales, consideró que en el replanteamiento que hizo el Estado, al comenzar a mirar la educación como el principal problema del país, donde se garantiza que por primera vez que el presupuesto de la Educación será superior al del Ministerio de Defensa es un gran avance, porque definitivamente, lo que nosotros hagamos en la población de cero a siempre va a repercutir, notablemente, en el mejoramiento.
“Eso tiene que ver con una buena calidad nutricional, con una buena base de formación educativa de los primeros años, creo que en ese sentido se debe hacer un refuerzo mucho más grande a nivel presupuestal para darle cobertura al 100% de los niños en su preescolaridad. Pienso que si avanzamos en ese tema, Colombia va a tener una gran sostenibilidad en la calidad educativa”, especificó el mandatario local.
Socarrás Reales aclaró que los presupuestos de los territorios no alcanzan para mejorar los ambientes escolares, la tecnología y la formación de los docentes, debido a que hacen falta muchos recursos para las infraestructuras educativas y la aplicación del bilingüismo.
Ante este informe, EL PILÓN deja los interrogantes ¿De dónde vienen los menores y para dónde van?
¿Qué está haciendo el programa de Cero a Siempre para suplir las necesidades correspondientes de pre-jardín y jardín?
Por Merlin Duarte García/El Pilón
[email protected]
La crisis académica del sector oficial tiene mucho que ver, según expertos de la educación, con la debilidad de la básica primaria, la falta de apoyo gubernamental y la eliminación de prejardín y jardín.
Mientras que en el nivel de Preescolar de los colegios privados existen cinco grados como maternal, párvulo, prejardin, jardín y transición, para que los menores de edad puedan ingresar al nivel de básica primaria, en las instituciones públicas los docentes deben lidiar con tres grados en uno. Ésta es tal vez es uno de los mayores problemas de la educación pública en el Cesar.
Hace 17 años, específicamente el 11 de septiembre de 1997, el entonces presidente de la República de Colombia, Ernesto Samper Pizano, y el ministro de Educación, Jaime Niño Díez, firmaron el Decreto 2247, el cual establece que la prestación del servicio público educativo del nivel preescolar se ofrecerá a los educandos de 3 a 5 años de edad y comprenderá tres grados, así:
1. Pre-jardín, dirigido a educandos de 3 años de edad.
2. Jardín, dirigido a educandos de 4 años de edad.
3. Transición, dirigido a educandos de 5 años de edad y que corresponde al grado obligatorio constitucional.
Sin embargo, la Ley 715 de 2001, en su capítulo III, artículo 9°, especifica que las institución educativa tendrán como finalidad prestar sólo un año de educación preescolar y nueve grados de educación básica como mínimo, y la media. Hecho que consternó a la población, sobre todo al docente, que comenzó a afrontar un gran reto: tres cursos en uno.
Marelvis Guerrero de Sánchez, docente del Jardín Infantil Nacional de Valledupar, ubicado en el barrio Dangond, especificó “esos dos grados que fueron quitados dentro de lo que la Constitución plantea le ha dejado al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el prejardín y jardín para que sean trabajados en los hogares de bienestar”, refiriéndose la profesora al reconocido programa de ‘Cero a Siempre’ del gobierno del Presidente Santos, por el cual muchas madres comunitarias quedaron por fuera de sus labores.
Pero, ¿Qué significa la desaparición de estos dos grados? ¿Influye esto en la deficiente educación de este departamento que se ve reflejado en los resultados de evaluaciones académicas del Estado?
Ante estas preguntas hechas por EL PILÓN a los diferentes docentes visitados en los últimos días, éstas fueron las respuestas:
Ana Pertuz docente de la Institución Educativa Orcasita especificó: “esos niños de cuatro años no tienen la suficiente preparación, más que todo con un proceso fundamental, que es la transcripción del tablero al cuaderno y para que hagan eso deben tener un esquema, como el de escribir palabras emitiendo sonidos”.
Otra de las docentes del Jardín Infantil Nacional, manifestó: “imagínese un niño en transición con cinco añitos tiene que aprender todos los fundamentos para llegar a primero, tienen que coger su lápiz, trabajar en las dos líneas del cuaderno, aprender a leer y para que ellos aprendan se requiere de un tiempo”.
Las anteriores aseveraciones fueron compartidas por la docente Ana Pertuz, de la Institución Educativa Orcasita, quien reconoció que a los niños se les está desconociendo su edad cronológica, y aunque algunos sí llegan con la capacidad para responder el proceso educativo, otros que no.
Las opiniones de los docentes de transición son compartidas, la mayoría reconocen la dificultad por la cual ellos deben atravesar para poder brindarles un conocimiento adecuado a los niños y niñas de esta región.
La rectora de la Institución Educativa Eduardo Suárez Orcasita, Sonia Isabel Cuello Puello, aclaró “en un solo nivel el niño no alcanza a definir toda la motricidad”.
Por su parte, Wilson Fernández Mendoza, coordinador de la Institución Educativa Leonidas Acuña, sede Rafael Valle Meza, se refirió a las infraestructuras de las instituciones, otra problemática que encierra la educación en el Cesar.
“Nosotros debemos brindarle lo mejor a los niños con lo que contamos, porque de ahí en adelante no podemos hacer más, mire así está el parque, totalmente dañado”, señaló el docente.
Así mismo, la docente Ibel María Hinojosa señaló “además de que nosotros hemos visto la necesidad de hacer los tres niveles, debemos trabajar con las uñas, los niños no tienen ni una nevera para guardarles las meriendas”.
Según las imágenes registradas por EL PILÓN en las diferentes instituciones oficiales, la calidad de educación se ha visto muy afectada sobre todo desde el preescolar, donde se desarrolla la educación.
Luz Marina Maestre, docente de la sede Rafael Valle Meza, manifestó “nos hace falta material de apoyo”.
Otra de las grandes problemáticas del declive de la educación tiene mucho que ver, según la docente Nancy Pacheco, con la exigencia del Sistema Integrado de Matrícula, Simat, que necesariamente pasa al estudiante de transición a primero de primaria sin éste haber o no pasado satisfactoriamente el nivel.
“Hay niños que tienen cuatro años y medio y hay que pasarlos al grado de primero, hay niños que pasan con muchas falencias. Tenemos doble trabajo, enseñarles a los niños y a las mamás, porque en actividades hechas para niños, las madres que les hacen las tareas ni siquiera dan para hacerlas”, dijo la profesora.
Sin embargo, esta crítica situación no es la que viven los estudiantes de las escuelas privadas, puesto que necesariamente ven en los tres grados una obligación para que los menores lleguen al siguiente nivel con mejores bases.
En el colegio Murgas, ubicado en el barrio Doce de Octubre, la coordinadora Yeny Castilla, aseguró que en cada salón o grado que corresponde a preescolar que es jardín, prejardin y transición se desarrolla un proceso: en el primer grado se enseña la motricidad fina y gruesa, que sepan hacer trazos, coger el lápiz, colorear, pero cuando suben a otro nivel van aumentando, se enseña a hacer letras, combinaciones, frases para que cuando lleguen a transición ya empiecen a escribir, leer, cosa que cuando lleguen a primero tengan unas habilidades desarrolladas.
“En los colegios privados tenemos constancia, mientras que en los colegios públicos si no aprendió, no pasa nada, debe pasar al siguiente nivel. Esa es la diferencia de las instituciones”, dijo.
Por su parte, la coordinadora de FhiserKids, Rocío González Mendoza, manifestó que en su institución se trabaja mucho a través de la lúdica.
“Todos los conocimientos los adquirimos a través de los juegos, que es la forma de aprender fácil, desarrollamos estrategias pedagógicas que hacen parte de nuestra esencia como colegio, proyectos que desarrolla la vista e inteligencia, cada proyecto tiene una serie de elementos importantes y claves, para desarrollar memoria, pensamiento a través de talleres, que son historias o problemáticas normales en un aula, donde el niño es capaz de observar”, explicó la docente.
Programa de Cero a Siempre
Debido a la necesidad que existía en Colombia para llenar, aparentemente, el vacío que dejaba la falta de prejardín y jardín en los colegios oficiales, nació el programa de Cero a Siempre, implementado por el gobierno de Juan Manuel Santos, donde los niños deben ingresar a estudiar a través de proyectos educativos liderados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF.
La pésima realidad
EL PILÓN, al hacer una radiografía del panorama de la educación pública en este departamento, encontró que no es la mejor, por ello quiso buscar más allá de lo visible y encontró que la raíz del problema, además de la eliminación de los grados antes mencionado, se basa en un sistema educativo no planificado, donde los menores sí o sí deben pasar a un siguiente nivel teniendo el mejor conocimiento o no.
En un recorrido realizado en varias instituciones educativas de Valledupar, el equipo investigativo de este medio de comunicación conoció la triste realidad que envuelve la academia de esta parte del país, en donde los colegios del Estado se ven opacados por un sistema privado con indudable calidad.
El primer sitio en visitar fue la Institución Educativa Leonidas Acuña, sede Rafael Valle Meza, en el barrio Doce de Octubre, allí se pudo percibir una escuela con una infraestructura en mal estado, pese a las pocas adecuaciones que puede realizar la administración ante unos recursos limitados de educación gratuita, que es otro de los factores degradantes de la educación.
En dicha institución, tres salones son especialmente para los alumnos de transición, ubicados en un espacio aislado, por protección y menor ruido para la concentración de los niños y niñas, sin embargo y aunque son amplios no tienen los suficientes elementos para brindarles una adecuada atención a los menores.
EL PILÓN interrogó a la docente de transición, Ibel María Hinojosa sobre cómo hace para dar todo el conocimiento durante todo el año, a lo que respondió “trabajamos con las uñas. En cuanto a infraestructura estamos mal, el aula es buena, porque tiene iluminación pero los abanicos no sirven, necesitamos materiales didácticos, no tenemos nada, ni medios audiovisuales, ni con qué refrigerarles las meriendas que traen”.
La pedagoga Giomar Lucía Guerra Bonilla, publicó en su proyecto denominado ‘La educación es el camino’, que el sistema educativo colombiano ha superado en las dos últimas décadas algunos asuntos atinentes más al sistema administrativo, que a la formación y desarrollo de las personas, o sea la función social de la educación, que va tras la coherencia del sistema en sí.
Lo increíble
La falta de responsabilidad de los padres es otro de los factores que lleva a la educación a decaer, según los docentes, quienes aseguran que los niños no aprender por falta de atención de los padres, quienes trabajan todo el día, son separados y que son las abuelitas las que les ayudan a hacer las tareas, por lo que no existe un acompañamiento.
¿Qué dicen las autoridades?
El secretario de Educación Municipal, Asdrúbal Rocha Lengua, aclaró que la ley le exige a las instituciones que deben recibir niños y niñas a partir de los 5 años o próximos a cumplir, norma nacional que se requiere para el Sistema Integrado de Matrícula, Simat, que es el que registra automáticamente al estudiante.
Pero ¿qué pasa con los niños que ingresan a transición sin haber adquirido las competencias necesarias para pasar al siguiente curso?, al parecer, y según Rocha Lengua, los menores deben recibirse hayan o no pasado por el programa de Cero a Siempre -donde se le da alimentación, salud y educación a los menores- porque, según el funcionario, se reciben independientemente del grado de escolarización que tengan.
“La idea es que el padre de familia le dé una educación inicial al hijo en casa, y uno espera que el niño ya tenga una formación para que ya el sistema lo adopte, porqué así lo establece la norma”, aclaró.
No obstante, algunos departamentos de Colombia no cobijan la ley que prohíben tres años escolares para los más pequeños, ¿Por qué en el Cesar si aplica?
Según el secretario de Educación Departamental, Jorge Araújo, que es un tema que proviene a nivel nacional y que deben acatar, puesto que en el departamento no existe una cobertura total, que realiza el Dane, para abrir los grados de jardín y prejardín.
“No es que el Cesar tenga una cobertura baja, es la exigencia de la cobertura, que exigen el Estado para que se aplique”, dijo Araújo.
No obstante, reconoció que existen algunos padres de familia que vinculan a sus hijos a transición sin haber cursado los programas de Cero a Siempre, ya sea por la edad, pero entran con grados de falencia que llegan a ajustarse desde la misma educación educativa y que genera un mayor esfuerzo por parte del docente.
Entonces, la obligatoriedad de pasar necesariamente por los grados cero para pasar a transición quedó eliminada, por eso la deficiencia académica que se presenta en el Cesar.
Sin embargo, el funcionario recordó que hace algún tiempo la anterior Ministra de Educación especificó que se piensa volver a abrir el grado jardín o prejardín o un grado 12, para darle continuidad a la academia.
Mientras tanto, el alcalde de Valledupar, Fredys Socarrás Reales, consideró que en el replanteamiento que hizo el Estado, al comenzar a mirar la educación como el principal problema del país, donde se garantiza que por primera vez que el presupuesto de la Educación será superior al del Ministerio de Defensa es un gran avance, porque definitivamente, lo que nosotros hagamos en la población de cero a siempre va a repercutir, notablemente, en el mejoramiento.
“Eso tiene que ver con una buena calidad nutricional, con una buena base de formación educativa de los primeros años, creo que en ese sentido se debe hacer un refuerzo mucho más grande a nivel presupuestal para darle cobertura al 100% de los niños en su preescolaridad. Pienso que si avanzamos en ese tema, Colombia va a tener una gran sostenibilidad en la calidad educativa”, especificó el mandatario local.
Socarrás Reales aclaró que los presupuestos de los territorios no alcanzan para mejorar los ambientes escolares, la tecnología y la formación de los docentes, debido a que hacen falta muchos recursos para las infraestructuras educativas y la aplicación del bilingüismo.
Ante este informe, EL PILÓN deja los interrogantes ¿De dónde vienen los menores y para dónde van?
¿Qué está haciendo el programa de Cero a Siempre para suplir las necesidades correspondientes de pre-jardín y jardín?
Por Merlin Duarte García/El Pilón
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