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Opinión - 6 abril, 2025

El gran reto para el nuevo alcalde de Chiriguaná

El sello que impuso la corrupción en muchos niveles de la administración exige una asepsia total y a fondo para borrar cualquier vestigio de ese engendro.

Juan Carlos García, nuevo alcalde de Chiriguaná.
Juan Carlos García, nuevo alcalde de Chiriguaná.
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La experiencia de elección atípica de alcalde en Chiriguaná dejó enseñanzas y confirmó algunos comportamientos particulares de un evento de esta clase. Como lo habíamos vaticinado, la abstención fue la ganadora, apenas un 41,6 % de los habitantes habilitados para votar se acercaron a las urnas, es decir, 10.466, marcando una diferencia del 26% menos, con relación a la elección a la elección de 2023, cuando sufragaron 17.105 ciudadanos.

Con muy contadas excepciones, las maquinarias siempre se imponen en estas elecciones atípicas y la desmotivación del votante, por las promesas incumplidas, se dispara; por otro lado, el desconocimiento y la desinformación sobre el voto en blanco alejó a muchos de las urnas.

El resultado favoreció a Juan Carlos García Mejía, y como alcalde electo debe enfrentar una situación nada halagüeña, el desbarajuste administrativo y financiero por el que atraviesa el municipio, sumado al catastrófico periodo de interinidad de cuatro meses, obligan al burgomaestre a diseñar una hoja de ruta precisa y sin concesiones.

Confianza y credibilidad

La ciudadanía está expectante con cada uno de los pasos del ejecutivo. El gran reto del nuevo alcalde es recuperar la credibilidad ciudadana en el gobernante y su accionar; no hay duda que la desconfianza sembrada en el pasado, aún está presente. Chiriguaná perdió toda ilusión de prosperidad y bienestar, mucho dinero se ha dilapidado y las necesidades de antes no han sido superadas.

Entonces, desmarcarse de la rígida férula impositiva de la casta política dominante será el primer punto a despejar, lo anterior debe acompañarse de la escogencia de un equipo idóneo que garantice la transparencia para expulsar la corrupción que con todos sus vicios, se implantó hace muchos años como norma de conducta.

Abrir un canal de información permanente para que la comunidad esté enterada de la acción de gobierno; tener en cuenta su opinión en la toma de las decisiones que la afecten, por ejemplo, en la etapa de formulación de proyectos, garantizando así una verdadera socialización de estos; no puede continuar el estilo ya normalizado de administrar desde la oscuridad con decisiones arbitrarias y orientadas a satisfacer toda clase de intereses, menos el de la comunidad.

Saneamiento fiscal

Garantizar la viabilidad del municipio como ente territorial. Tarea que implica la adopción de un plan estratégico para el saneamiento fiscal, sea cual fuere el camino que se escoja, se debe actuar con prontitud porque es un problema que no da espera. En la misma dirección, priorizar el gasto y la inversión en proyectos.

Ajustar la nómina y el manual de funciones a las necesidades reales del municipio, buscando economía y eficiencia en el servicio y las responsabilidades a cargo de la administración. Procurar que la educación superior sea una realidad para el territorio y alcanzar la prestación óptima de los servicios públicos; gestionar los recursos necesarios para la adecuación y conclusión de la infraestructura educativa; el mantenimiento de los escenarios deportivos, biblioteca municipal y la casa de la cultura.

Recomendado: Municipio de Chiriguaná se declararía en quiebra por deudas de $61.895 millones

Despejar la incertidumbre con el Plan de Desarrollo Municipal, si sufrirá ajustes o se adoptará el actual; el Plan de Ordenamiento Territorial, importante herramienta para organizar en todos los aspectos el desarrollo físico del municipio, también corre igual suerte.

El tiempo es corto y muchos los problemas por resolver, pero un aspecto que merece especial atención es, por lo menos, iniciar un plan ambicioso de generación de empleo productivo, y no me estoy refiriendo al emprendimiento, sino a la creación de microempresas para reactivar el campo y satisfacer la demanda del mercado en la empresa privada y la población.

El sello que impuso la corrupción en muchos niveles de la administración exige una asepsia total y a fondo para borrar cualquier vestigio de ese engendro, sólo así se iniciaría el cambio y la transformación prometida. Con la corrupción no hay término medio, se apoya o se rechaza frontalmente y a una cruzada contra ella se sumaría gran parte de la población.

Por: Pedro Miguel Peinado

Opinión
6 abril, 2025

El gran reto para el nuevo alcalde de Chiriguaná

El sello que impuso la corrupción en muchos niveles de la administración exige una asepsia total y a fondo para borrar cualquier vestigio de ese engendro.


Juan Carlos García, nuevo alcalde de Chiriguaná.
Juan Carlos García, nuevo alcalde de Chiriguaná.
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La experiencia de elección atípica de alcalde en Chiriguaná dejó enseñanzas y confirmó algunos comportamientos particulares de un evento de esta clase. Como lo habíamos vaticinado, la abstención fue la ganadora, apenas un 41,6 % de los habitantes habilitados para votar se acercaron a las urnas, es decir, 10.466, marcando una diferencia del 26% menos, con relación a la elección a la elección de 2023, cuando sufragaron 17.105 ciudadanos.

Con muy contadas excepciones, las maquinarias siempre se imponen en estas elecciones atípicas y la desmotivación del votante, por las promesas incumplidas, se dispara; por otro lado, el desconocimiento y la desinformación sobre el voto en blanco alejó a muchos de las urnas.

El resultado favoreció a Juan Carlos García Mejía, y como alcalde electo debe enfrentar una situación nada halagüeña, el desbarajuste administrativo y financiero por el que atraviesa el municipio, sumado al catastrófico periodo de interinidad de cuatro meses, obligan al burgomaestre a diseñar una hoja de ruta precisa y sin concesiones.

Confianza y credibilidad

La ciudadanía está expectante con cada uno de los pasos del ejecutivo. El gran reto del nuevo alcalde es recuperar la credibilidad ciudadana en el gobernante y su accionar; no hay duda que la desconfianza sembrada en el pasado, aún está presente. Chiriguaná perdió toda ilusión de prosperidad y bienestar, mucho dinero se ha dilapidado y las necesidades de antes no han sido superadas.

Entonces, desmarcarse de la rígida férula impositiva de la casta política dominante será el primer punto a despejar, lo anterior debe acompañarse de la escogencia de un equipo idóneo que garantice la transparencia para expulsar la corrupción que con todos sus vicios, se implantó hace muchos años como norma de conducta.

Abrir un canal de información permanente para que la comunidad esté enterada de la acción de gobierno; tener en cuenta su opinión en la toma de las decisiones que la afecten, por ejemplo, en la etapa de formulación de proyectos, garantizando así una verdadera socialización de estos; no puede continuar el estilo ya normalizado de administrar desde la oscuridad con decisiones arbitrarias y orientadas a satisfacer toda clase de intereses, menos el de la comunidad.

Saneamiento fiscal

Garantizar la viabilidad del municipio como ente territorial. Tarea que implica la adopción de un plan estratégico para el saneamiento fiscal, sea cual fuere el camino que se escoja, se debe actuar con prontitud porque es un problema que no da espera. En la misma dirección, priorizar el gasto y la inversión en proyectos.

Ajustar la nómina y el manual de funciones a las necesidades reales del municipio, buscando economía y eficiencia en el servicio y las responsabilidades a cargo de la administración. Procurar que la educación superior sea una realidad para el territorio y alcanzar la prestación óptima de los servicios públicos; gestionar los recursos necesarios para la adecuación y conclusión de la infraestructura educativa; el mantenimiento de los escenarios deportivos, biblioteca municipal y la casa de la cultura.

Recomendado: Municipio de Chiriguaná se declararía en quiebra por deudas de $61.895 millones

Despejar la incertidumbre con el Plan de Desarrollo Municipal, si sufrirá ajustes o se adoptará el actual; el Plan de Ordenamiento Territorial, importante herramienta para organizar en todos los aspectos el desarrollo físico del municipio, también corre igual suerte.

El tiempo es corto y muchos los problemas por resolver, pero un aspecto que merece especial atención es, por lo menos, iniciar un plan ambicioso de generación de empleo productivo, y no me estoy refiriendo al emprendimiento, sino a la creación de microempresas para reactivar el campo y satisfacer la demanda del mercado en la empresa privada y la población.

El sello que impuso la corrupción en muchos niveles de la administración exige una asepsia total y a fondo para borrar cualquier vestigio de ese engendro, sólo así se iniciaría el cambio y la transformación prometida. Con la corrupción no hay término medio, se apoya o se rechaza frontalmente y a una cruzada contra ella se sumaría gran parte de la población.

Por: Pedro Miguel Peinado