El autor se habría inspirado en un hecho real: la historia de un exalcalde del municipio de Fundación, Magdalena.
En septiembre de 2021, una editorial perteneciente a la casa Penguin Random House, en España, decide publicar una novela del escritor y poeta colombiano Jairo Mejía Cuello, un abogado fundanense, residenciado hace años en la ciudad de Barranquilla, quien se describe como un soñador constante por no decir eterno.
“El Alcalde de Macondo”, como se titula dicha obra, relata de manera exquisita con una narrativa comparable a la del creador de ese pueblo icónico, mezclando fantasía y realidad en una lectura repleta de libertad las historias maravillosas, inspiradas en las anécdotas y aventuras de un alcalde de pueblo.
En ella narra la historia, que sin temor a equivocarnos, es la que vivimos y conocemos diariamente, de nuestros propios pueblos y personajes, los que ubica entre la fantástica realidad de nuestra tierra macondiana. Eso somos, dice. Aquí y en cualquier parte del mundo.
Jairo Mejía Cuello, homenajea al escritor que lo inspiró, recuperando en esta obra a un Macondo que jamás desaparece y que por el contrario cada día que pasa permanece más vigente en nuestras vidas. Macondo está más vivo que nunca, repite con entusiasmo.
Es nuestra realidad y a pesar de las condiciones fantásticas que sucedan son las más reales que vivimos. Asegura que en su obra nuestra cotidianidad cultural y social están presentes y más en estos tiempos de campaña electoral en donde el fanatismo, los odios, las traiciones y los rencores son el pan de cada día de aquellos que pretenden perpetuarse en el poder político. Define la novela como la realidad de nuestros sueños, como la realidad de nuestras desgracias y también de nuestras alegrías.
En ella muestra personajes ficticios pero que son tan reales como cualquiera de nosotros, seres humanos con sus propias historias, que pueden ser las nuestras. Llenos de bondades pero también de defectos. La traición y la pobreza espiritual son dos de los temas expuestos con una graciosa precisión en la obra.
El aspecto escatológico, igualmente, se hace presente en gran parte de la novela, lo cual nos incentiva a reflexionar sobre la vida y la muerte e igualmente sobre sus misterios. Recupera esas leyendas urbanas de lloronas y fantasmas que hablan con los vivos, tratando dichas situaciones con la normalidad de nuestro pensamiento macondiano. Así mismo, llama la atención sobre la hipocresía en todos los niveles.
La debilidad ante lo mundano y lo bajo que puede caer el ser humano ante la vanidad y los vicios. La incomprensión ante situaciones que llevan al hombre a aprovecharse de las condiciones de inferioridad o indefensión de otros que por circunstancias del destino lo colocan como objeto de comercialización en el mercado de la inmoralidad. Los sueños hechos realidad de una prostituta al igual que sus tristezas son evocadas en el ocaso de sus vidas y motivan a esa reflexión muy íntima de valorar la grandeza de cualquier ser humano, indistintamente a su condición social.
MACONDO VIVE
Macondo, seguiremos siendo todos. Jamás dejaremos de asombrarnos con el descubrimiento desvelado por cualquier gitano, aun en nuestros días; hasta el importarnos un carajo el sufrimiento de aquellos que incluso podamos conocer. Aun soñaremos con fantasmas, aun nos cautivaran los cuentos de nuestros abuelos y aun seguiremos inmersos en la fantástica realidad de nuestra tierra macondiana.
Jairo Mejía Cuello, promete a sus lectores diversión en cada línea y que en cada historia que escribe lo transportará mágicamente a los lugares y momentos narrados en su novela. Esta obra le abrió las puertas a su pasión literaria. Las reseñas internacionales y las ventas de la misma lo han catapultado como una revelación y aspira en los próximos meses publicar varios de sus cuentos, en cuyas historias se mantiene esa misma fantasía y que no se aparta en lo absoluto de nuestra idiosincrasia cultural.
REDACCIÓN/EL PILÓN
El autor se habría inspirado en un hecho real: la historia de un exalcalde del municipio de Fundación, Magdalena.
En septiembre de 2021, una editorial perteneciente a la casa Penguin Random House, en España, decide publicar una novela del escritor y poeta colombiano Jairo Mejía Cuello, un abogado fundanense, residenciado hace años en la ciudad de Barranquilla, quien se describe como un soñador constante por no decir eterno.
“El Alcalde de Macondo”, como se titula dicha obra, relata de manera exquisita con una narrativa comparable a la del creador de ese pueblo icónico, mezclando fantasía y realidad en una lectura repleta de libertad las historias maravillosas, inspiradas en las anécdotas y aventuras de un alcalde de pueblo.
En ella narra la historia, que sin temor a equivocarnos, es la que vivimos y conocemos diariamente, de nuestros propios pueblos y personajes, los que ubica entre la fantástica realidad de nuestra tierra macondiana. Eso somos, dice. Aquí y en cualquier parte del mundo.
Jairo Mejía Cuello, homenajea al escritor que lo inspiró, recuperando en esta obra a un Macondo que jamás desaparece y que por el contrario cada día que pasa permanece más vigente en nuestras vidas. Macondo está más vivo que nunca, repite con entusiasmo.
Es nuestra realidad y a pesar de las condiciones fantásticas que sucedan son las más reales que vivimos. Asegura que en su obra nuestra cotidianidad cultural y social están presentes y más en estos tiempos de campaña electoral en donde el fanatismo, los odios, las traiciones y los rencores son el pan de cada día de aquellos que pretenden perpetuarse en el poder político. Define la novela como la realidad de nuestros sueños, como la realidad de nuestras desgracias y también de nuestras alegrías.
En ella muestra personajes ficticios pero que son tan reales como cualquiera de nosotros, seres humanos con sus propias historias, que pueden ser las nuestras. Llenos de bondades pero también de defectos. La traición y la pobreza espiritual son dos de los temas expuestos con una graciosa precisión en la obra.
El aspecto escatológico, igualmente, se hace presente en gran parte de la novela, lo cual nos incentiva a reflexionar sobre la vida y la muerte e igualmente sobre sus misterios. Recupera esas leyendas urbanas de lloronas y fantasmas que hablan con los vivos, tratando dichas situaciones con la normalidad de nuestro pensamiento macondiano. Así mismo, llama la atención sobre la hipocresía en todos los niveles.
La debilidad ante lo mundano y lo bajo que puede caer el ser humano ante la vanidad y los vicios. La incomprensión ante situaciones que llevan al hombre a aprovecharse de las condiciones de inferioridad o indefensión de otros que por circunstancias del destino lo colocan como objeto de comercialización en el mercado de la inmoralidad. Los sueños hechos realidad de una prostituta al igual que sus tristezas son evocadas en el ocaso de sus vidas y motivan a esa reflexión muy íntima de valorar la grandeza de cualquier ser humano, indistintamente a su condición social.
MACONDO VIVE
Macondo, seguiremos siendo todos. Jamás dejaremos de asombrarnos con el descubrimiento desvelado por cualquier gitano, aun en nuestros días; hasta el importarnos un carajo el sufrimiento de aquellos que incluso podamos conocer. Aun soñaremos con fantasmas, aun nos cautivaran los cuentos de nuestros abuelos y aun seguiremos inmersos en la fantástica realidad de nuestra tierra macondiana.
Jairo Mejía Cuello, promete a sus lectores diversión en cada línea y que en cada historia que escribe lo transportará mágicamente a los lugares y momentos narrados en su novela. Esta obra le abrió las puertas a su pasión literaria. Las reseñas internacionales y las ventas de la misma lo han catapultado como una revelación y aspira en los próximos meses publicar varios de sus cuentos, en cuyas historias se mantiene esa misma fantasía y que no se aparta en lo absoluto de nuestra idiosincrasia cultural.
REDACCIÓN/EL PILÓN