Los integrantes de los concejos municipales que comienzan este cuatrienio para ejercer el control político de las entidades territoriales donde actuarán, tienen un nuevo reto: que las elecciones de personeros y contralores no los enreden desde un principio en líos judiciales y disciplinarios, que los lleven a perder la credencial que con tanto esfuerzo ganaron en las elecciones del 25 de octubre pasado.
Desde que los concejales anteriores en el mes de diciembre abrieron las convocatorias para escoger a personeros y contralores, se convirtió en un dolor de cabeza porque la ley cambió y la terna de elegibles sale de la evaluación hecha por la academia.En el Cesar más de una decena de municipios han registrado problemas por el concurso de méritos. El Copey, Pailitas, Chiriguaná y Manaure son algunos de ellos, donde incluso se suspendió el proceso por las acciones perpetradas por candidatos que pedían, supuestamente, más claridad y transparencia.
Esta experiencia con el cambio de selección de la terna a estos dos cargos (Contralor y Personero) ha hecho que se originen choques de fuerzas políticas que se resisten a perder la opción de elegir tan importantes representantes.
En Valledupar, por ejemplo, la elección para Personero y Contralor Municipal están enredadas. Una de los dos candidatos escogidos, la que obtuvo menor puntaje, para personero instauró una acción de tutela para pedir que le evalúen su hoja de vida nuevamente porque no quedó contenta con lo que hizo la universidad seleccionada para ello, el Juez le falló a su favor y esta debe ser resuelta antes del nueve de enero cuando los concejales deben elegir.
Lo mismo pasa por la Contraloría, donde de los tres elegibles, el más opcionado políticamente, pero no mejor calificado, parece que tiene un impedimento moral y ético porque aparece como financiador de la campaña política del hoy alcalde Tuto Uhía. Si los concejales lo eligen, podrían los que votaron a su favor, ser suspendidos, de acuerdo con la jurisprudencia de un caso similar ocurrido en Cali hace algunos años.
EL PILÓN llama la atención de los 19 concejales que ayer se posesionaron en Valledupar, cuatro de ellos repitentes y los otros novatos en estas lides, para que hagan uso de la prudencia, la transparencia y la legalidad. No está bien que estos dos cargos tan importantes para la ciudadanía, tengan visos de componenda por intereses políticos, pensando más en el tapen-tapen de las actuaciones de la administración municipal.
Señores concejales vallenatos y de todos los municipios del Cesar: recuerden sus funciones claramente establecidas en el Artículo 313 de la Constitución Política y en las leyes y normas expedidas para ejercer su rol.











