Se puede decir que después de la pandemia la gente vuelve a salir, y aquellos que tienen el espíritu de emprendedores resurgen de las cenizas. La gente tiene que vivir nuevas experiencias y una de ellas es la degustación gastronómica. Al montar un sitio de comidas y ofrecer buenos platos se puede experimentar un negocio y desarrollar una vocación. Se generan empleos y se construye el ambiente de una ciudad.
En el parque Novalito, que en las primeras horas de la mañana y al final de la tarde, se ha convertido en un lugar de esparcimiento, práctica deportiva y encuentro de vecinos, se viene desarrollando una interesante expansión de restaurantes de diferente tipo y para variadas clientelas.
No es el tradicional y apetecido Varadero, que sobrevivió a la crisis de la pandemia junto al establecimiento de repostería de Cecy Dangond, el de las deliciosas tortas, y la tradicional tienda de la esquina, sino que, pasado un tiempo, podemos identificar en el parque y sus alrededores más de 10 restaurantes.
Empezando por ArteSano, o Frublea, que nos transportan a una comida mas liviana (light), ahora reforzada con Fit Choices, el sitio de Barranquilla que abre mercado en la ciudad, y otros que se vienen abriendo en esta época. Pequeños cafés como La Terraza de Loly, Detodito. O el Taburete. Y en el interior del parque hace unos días se dio apertura a GoDeli.
Otros están en sus alrededores muy cercanos, como La Cevichería, Koi, El Joe, Tribeca o el elegante Taypa. Y están próximos a abrir Belmont, en la doce, de carnes, y el mexicano de fusiones sobre la carrera 6a con calle 13. Sí, en la misma carrera donde, desde el parque, llegando a la calle 14, se abrirá un nuevo restaurante, hasta el mexicano Pedro Páramo, que preside la plaza Alfonso López.
Lo que se ve es que el Parque Novalito se constituye en vértice, de una L determinada por la calle 13, que es una vía especial y única en la ciudad para que el Municipio haga un gran bulevar peatonal, con paso de carros, hasta la carrera Novena, y la carrera sexta hasta la emblemática e histórica plaza principal de Valledupar.
Nosotros proyectamos que ese eje será fundamental para la ciudad, especie de clúster de la culinaria local e internacional. El barrio Cañahuate adquirirá una nueva dimensión, y los callejones siempre serán atractivos de caminantes y turistas. Esos callejones no tardarán en conformar una especie de Getsemaní vallenato, aludiendo al famoso sector de joven arquitectura de Cartagena, contiguo al Centro de Convenciones.
Del centro histórico hemos escrito en estas páginas. Ha de convertirse en referente de la ciudad en el que se localizarán bares y restaurantes, y lugares de esparcimiento, teatro, arte, música y cine. Un sempiterno centro cultural de Valledupar que empieza a tener vida. No se puede conocer Valledupar sin reconocer la Plaza Alfonso López y el río Guatapurí.
Valledupar nos encanta, es la mejor de todas. Si la cuidamos, la potenciamos, nos preparamos para dar una atención superior y si todos, residentes o no, encuentren en ella una razón de vida y de progreso.
