EDITORIAL

Arroz, un lujo para el consumidor, más no para el productor

Cultivar arroz dejó de ser un negocio rentable en Colombia. La permanente disminución de precios de este producto en el mercado tiene trabajando a pérdidas a los productores arroceros. Sin embargo, en las tiendas una libra de arroz no se consigue por debajo de los $2.100 y siempre con tendencia al alza, nunca a la baja.

Arroz, un lujo para el consumidor, más no para el productor

Arroz, un lujo para el consumidor, más no para el productor

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Cultivar arroz dejó de ser un negocio rentable en Colombia. La permanente disminución de precios de este producto en el mercado tiene trabajando a pérdidas a los productores arroceros. Sin embargo, en las tiendas una libra de arroz no se consigue por debajo de los $2.100 y siempre con tendencia al alza, nunca a la baja.

La gente no entiende el por qué si el arroz está barato y se produce en la región, en las tiendas el producto sigue caro. En medio de esa situación también están los cultivadores, quienes se han declarado en crisis económica.

Resulta paradójico que, según las cifras del DANE, en el Cesar más de 75 mil personas se han acostado sin comer, siendo el arroz el principal producto de consumo de la gente de esta región y, por ende, debido a los bajos precios que se les paga a los productores, debería ser fácil conseguirlo a mínimos costos para mitigar el hambre en muchos hogares del Cesar.

Pero no, por un lado, los productores al borde la quiebra y, por otra parte, a mucha gente no le alcanza el dinero para pagar en tiendas y supermercados el alto costo de una libra o un kilo de arroz.

Es un fenómeno que viene desde hace mucho rato, el cual obligó a los productores arroceros a desarrollar una protesta nacional y bloqueos de vías el pasado mes de marzo, pero eso de nada ha servido y por ello nuevamente se está hablando de paro. El comité de arroceros de la zona norte del Cesar y sur de La Guajira tiene programado reunirse este miércoles a las 2 p. m., en las instalaciones de la Federación Colombiana de Arroceros, Fedearroz, en Valledupar, con el fin de ventilar soluciones al problema.

Los datos que se conocen indican que en nuestra región el precio pagado al productor ronda entre $1.310 y $1.350 por kilo, cifra que representa una caída de $500 a $600 frente al año anterior, mientras que en el orden nacional ha bajado de $225.000 por carga en junio de 2024 a $170.000 y hasta $158.000 en la zona de los Llanos, de Colombia.

¿Cuáles serían las soluciones? Lo primero que se plantea es la unidad del gremio de arrocero para buscar fórmulas que les permita sortear las temporadas de alta cosecha y exceso de oferta; que el Gobierno nacional revise las cuotas de importaciones masivas de arroz, algo nada fácil debido a los tratados de libre comercio; reconsiderar los precios de comercialización interna en el país y regiones; y contemplar las posibilidades de ayudar a financiar los almacenamientos del producto durante la temporada de sobreoferta, entre otras medidas.

Pero estamos ante un tema que no es solo de oferta y demanda, aquí entran a jugar aspectos como la seguridad alimentaria, si se tiene en cuenta que el arroz es uno de los alimentos más esenciales en la dieta de miles de familias, por eso el Gobierno nacional, en conjunto con autoridades locales, tiene que velar por un sistema alimentario justo, transparente y eficiente. Se requieren medidas urgentes para revisar márgenes de comercialización, estimular la compra directa al productor y garantizar que las rebajas que se dan en el inicio de la cadena, que es el cultivador, lleguen efectivamente a las familias que son el consumidor final.

En el caso del Cesar y La Guajira por qué no pensar en cooperativas de consumo, mercados locales, compras públicas a pequeños productores, incentivos a cadenas cortas de distribución. Es evidente que cuando un alimento básico como el arroz se convierte en una mercancía de lujo, algo anda mal y debe corregirse. Ni el productor debe empobrecerse por cultivar, ni el consumidor pagar de más por un producto que se cultiva en su propia región.

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