Yesenia Pirona, de 37 años y oriunda del país vecino reside hace un año en Valledupar, pero no ha podido recibir ayuda para el tratamiento del cáncer de mama que padece hace cuatro años.
Yesenia Pirona, oriunda de Venezuela, reside hace un año en Valledupar en donde tambien es nacional su esposo Johan Cervantes. Hace cuatro años padece una enfermedad que no ha recibido ninguna clase de tratamiento; antes de llegar a la capital del Cesar, le notificaron que su diagnóstico es un cáncer de mama en etapa II que requiere un manejo con quimioterapias. Hoy tiene etapa IV.
“En Venezuela fui a tratarme cuando me sentí la pelotica, y la jefe de enfermera en Maracaibo no me colaboraba tampoco, era grosera. Allá brindan la atención y uno debe comprar los insumos, pero nunca me llevaron los papeles para que el doctor me viera. En una clínica me hicieron la biopsia, donde me detectaron que es cáncer de mama y que está muy avanzado. Fui al Hospital Universitario donde me hicieron la biopsia, un doctor me dijo que me iba a operar así y otra doctora me dijo que no me podían operar así sin haberme hecho quimios porque si lo hacían corría el riesgo de morir en la operación”, explicó Pirona.
Sin embargo, dada la falta de recursos de la mujer y la difícil situación que atraviesa el país vecino, decidió migrar hacia Colombia donde ya se encontraba su pareja con anterioridad, puesto que como aseguró estando allá iba a morir de hambre o por la enfermedad.
A pesar de eso, desde que está en la ciudad las circunstancias para recibir atención y tratamiento médico no han sido las ideales, puesto que no tiene papeles en regla para acceder al sistema de salud.
Desde que llegó a la ciudad ha adelantado diferentes gestiones con el firme propósito de poder encontrar alguna manera para que inicien con ella el tratamiento de su enfermedad. Para esto, ha acudido a la Secretaría de Salud Municipal, donde se tramita la documentación para tener Sisbén, pero la respuesta ha sido la misma “me han dicho que debo ir a sacar el pasaporte. Pero lo único que tengo que también me mandaron a sacar es una partida de nacimiento apostillada, que se pudo mandar a hacer con donaciones de sus vecinos, pero por falta de dinero no la he podido a mandar a buscar a Venezuela”.
Dada la falta de documentación, cuyo factor empeoró por un atraco que sufrió hace 15 días en el cual le fueron quemados varios de sus papeles, ninguna entidad ha estado facultada para darle la atención que necesita.
Solo un grupo de enfermeras que realizaban su rotación de prácticas formativas de cuidados básicos en el Hospital Eduardo Arredondo Daza con sede en el barrio La Nevada, cerca de donde reside Pirona, le brindaron las curaciones diarias por la úlcera que hoy presenta en su seno.
“La conocimos porque iba diariamente a realizar sus curaciones, entonces nos impactó mucho la historia de ella porque un día llegó llorando que le habían quemado los papeles, nos conmovió mucho su historia, las condiciones en las que vive y ver su seno obviamente nos impactó mucho. Entonces algo que reforzamos son los valores y tenemos la solidaridad y el deber por lo que decidimos emprender esta causa para ayudar a la señora Yesenia en todo lo que podamos, se nos ha cerrado muchas puertas pero se nos han abierto otras y esperamos que con a bendición de Dios ella pueda salir de esto”, manifestó Rosa Daza, una de las jóvenes que integra este grupo de enfermeras.
Por el momento, Pirona, que es madre de dos menores y cría también a la hija de su hija mayor, quien falleció a los 16 años, sigue recibiendo colaboración de sus vecinos con lo que puede comprar algunos elementos para la higiene de su herida y medicamentos para mitigar la molestia, aunque no es mucho el efecto que logran puesto asegura que ahora mismo se encuentra con dolor, he pasado con mucho dolor: “Me he tomado una pastilla pero no me hace nada, me siento mareada, me dan dolores de cabeza todo los días, me está granando mucho y eso me huele mal, entonces no estoy durmiendo por el dolor y el olor”.
Entre tanto hoy espera que en la Liga de Lucha contra el Cáncer, donde ha tocado la puerta como última opción, puedan darle la ayuda que requiere tras poner en conocimiento de los profesionales de ese centro las condiciones de salud que presenta.
Yesenia Pirona, de 37 años y oriunda del país vecino reside hace un año en Valledupar, pero no ha podido recibir ayuda para el tratamiento del cáncer de mama que padece hace cuatro años.
Yesenia Pirona, oriunda de Venezuela, reside hace un año en Valledupar en donde tambien es nacional su esposo Johan Cervantes. Hace cuatro años padece una enfermedad que no ha recibido ninguna clase de tratamiento; antes de llegar a la capital del Cesar, le notificaron que su diagnóstico es un cáncer de mama en etapa II que requiere un manejo con quimioterapias. Hoy tiene etapa IV.
“En Venezuela fui a tratarme cuando me sentí la pelotica, y la jefe de enfermera en Maracaibo no me colaboraba tampoco, era grosera. Allá brindan la atención y uno debe comprar los insumos, pero nunca me llevaron los papeles para que el doctor me viera. En una clínica me hicieron la biopsia, donde me detectaron que es cáncer de mama y que está muy avanzado. Fui al Hospital Universitario donde me hicieron la biopsia, un doctor me dijo que me iba a operar así y otra doctora me dijo que no me podían operar así sin haberme hecho quimios porque si lo hacían corría el riesgo de morir en la operación”, explicó Pirona.
Sin embargo, dada la falta de recursos de la mujer y la difícil situación que atraviesa el país vecino, decidió migrar hacia Colombia donde ya se encontraba su pareja con anterioridad, puesto que como aseguró estando allá iba a morir de hambre o por la enfermedad.
A pesar de eso, desde que está en la ciudad las circunstancias para recibir atención y tratamiento médico no han sido las ideales, puesto que no tiene papeles en regla para acceder al sistema de salud.
Desde que llegó a la ciudad ha adelantado diferentes gestiones con el firme propósito de poder encontrar alguna manera para que inicien con ella el tratamiento de su enfermedad. Para esto, ha acudido a la Secretaría de Salud Municipal, donde se tramita la documentación para tener Sisbén, pero la respuesta ha sido la misma “me han dicho que debo ir a sacar el pasaporte. Pero lo único que tengo que también me mandaron a sacar es una partida de nacimiento apostillada, que se pudo mandar a hacer con donaciones de sus vecinos, pero por falta de dinero no la he podido a mandar a buscar a Venezuela”.
Dada la falta de documentación, cuyo factor empeoró por un atraco que sufrió hace 15 días en el cual le fueron quemados varios de sus papeles, ninguna entidad ha estado facultada para darle la atención que necesita.
Solo un grupo de enfermeras que realizaban su rotación de prácticas formativas de cuidados básicos en el Hospital Eduardo Arredondo Daza con sede en el barrio La Nevada, cerca de donde reside Pirona, le brindaron las curaciones diarias por la úlcera que hoy presenta en su seno.
“La conocimos porque iba diariamente a realizar sus curaciones, entonces nos impactó mucho la historia de ella porque un día llegó llorando que le habían quemado los papeles, nos conmovió mucho su historia, las condiciones en las que vive y ver su seno obviamente nos impactó mucho. Entonces algo que reforzamos son los valores y tenemos la solidaridad y el deber por lo que decidimos emprender esta causa para ayudar a la señora Yesenia en todo lo que podamos, se nos ha cerrado muchas puertas pero se nos han abierto otras y esperamos que con a bendición de Dios ella pueda salir de esto”, manifestó Rosa Daza, una de las jóvenes que integra este grupo de enfermeras.
Por el momento, Pirona, que es madre de dos menores y cría también a la hija de su hija mayor, quien falleció a los 16 años, sigue recibiendo colaboración de sus vecinos con lo que puede comprar algunos elementos para la higiene de su herida y medicamentos para mitigar la molestia, aunque no es mucho el efecto que logran puesto asegura que ahora mismo se encuentra con dolor, he pasado con mucho dolor: “Me he tomado una pastilla pero no me hace nada, me siento mareada, me dan dolores de cabeza todo los días, me está granando mucho y eso me huele mal, entonces no estoy durmiendo por el dolor y el olor”.
Entre tanto hoy espera que en la Liga de Lucha contra el Cáncer, donde ha tocado la puerta como última opción, puedan darle la ayuda que requiere tras poner en conocimiento de los profesionales de ese centro las condiciones de salud que presenta.