Había una vez dos mujeres y una vaca que vivían en una finca en la sierra, pero por amenazas de la guerrilla tuvieron que abandonar su tierra y salir desplazadas con mucha tristeza
Había una vez dos mujeres y una vaca que vivían en una finca en la sierra, pero por amenazas de la guerrilla tuvieron que abandonar su tierra y salir desplazadas con mucha tristeza.
La más joven de las dos mujeres estaba embarazada y siempre guardaba la esperanza de volver a ver a su esposo quien un día salió a trabajar y no regresó. Las dos mujeres salieron dejándolo todo y lo único que lograron llevarse fue la vaca que habían criado desde que era una ternera y la querían mucho, siempre la cuidaban, la alimentaban bien y la consentían hablándole con mucho cariño.
Emprendieron su camino hacia un futuro mejor, caminaban y caminaban y en un momento cayeron en un campo minado. Allí se encontraron a un hombre malo que las acosaba con un arma de fuego. No tenían otra salida que cruzar ese campo.
Con mucha tristeza decidieron mandar a la vaca adelante para que caminara primero y poder seguirla. Parecía un camino de nunca acabar, en cada paso que daban su vida corría riesgo, pero la vaca logró salir sobrepasando los peligros.
Al final llegaron a la ciudad. Hoy día viven felices las mujeres, un niño de tres años y su vaca.
Autor: Jesús Hernando Pacheco Morales – I.E. Villa Corelca
Había una vez dos mujeres y una vaca que vivían en una finca en la sierra, pero por amenazas de la guerrilla tuvieron que abandonar su tierra y salir desplazadas con mucha tristeza
Había una vez dos mujeres y una vaca que vivían en una finca en la sierra, pero por amenazas de la guerrilla tuvieron que abandonar su tierra y salir desplazadas con mucha tristeza.
La más joven de las dos mujeres estaba embarazada y siempre guardaba la esperanza de volver a ver a su esposo quien un día salió a trabajar y no regresó. Las dos mujeres salieron dejándolo todo y lo único que lograron llevarse fue la vaca que habían criado desde que era una ternera y la querían mucho, siempre la cuidaban, la alimentaban bien y la consentían hablándole con mucho cariño.
Emprendieron su camino hacia un futuro mejor, caminaban y caminaban y en un momento cayeron en un campo minado. Allí se encontraron a un hombre malo que las acosaba con un arma de fuego. No tenían otra salida que cruzar ese campo.
Con mucha tristeza decidieron mandar a la vaca adelante para que caminara primero y poder seguirla. Parecía un camino de nunca acabar, en cada paso que daban su vida corría riesgo, pero la vaca logró salir sobrepasando los peligros.
Al final llegaron a la ciudad. Hoy día viven felices las mujeres, un niño de tres años y su vaca.
Autor: Jesús Hernando Pacheco Morales – I.E. Villa Corelca