OPINIÓN

Dos gallos de raza fina

Lo mismo ocurrió en el festival vallenato cuya versión acaba de concluir, donde el concursante Julián Rojas, quien despertaba la mayor expectativa y colmaba el sentir popular, lo hicieron abandonar el certamen, gracias a una decisión que la gran mayoría ha rechazado y muchos expertos critican. 

Dos gallos de raza fina

Dos gallos de raza fina

canal de WhatsApp

Cualquiera entiende que un concurso de acordeoneros profesionales como el que realiza el Festival  Vallenato en Valledupar va a dejar en el avance de sus etapas y al cierre del concurso, muchos concursantes inconformes por causa de los fallos del jurado. Al fin y al cabo, quienes deben quedar, por razones obvias, pletóricos de felicidad, son los ganadores oficiales del concurso.

Sin embargo, muchos de los que observamos los toros desde la barrera, consideramos que dentro del concurso figuran, por fortuna para el evento, ciertos concursantes, quienes gracias a su talento, su carisma, su historia y tantos atributos que poseen, se convierten en el mayor atractivo del festival para propios y visitantes.   En otras palabras, son los que convocan, los que están de boca en boca, los que generan  mayores noticias, los que dinamizan las emociones y la economía durante los días del concurso, así el jurado no los declare ganadores de nada.  

 A propósito del tema, me parece tan extraño que el jurado para este tipo de concursantes, cuando se trata de calificar, no vea ni sienta lo mismo que el pueblo sí ve y siente, cuando la lógica indica que debería haber mucha aproximación entre el uno y el otro. No quisiera pensar que esa distancia de saberes entre el jurado y el pueblo, a veces tan marcada, se preste para que un jurado ofenda el sentimiento popular representado por sus ídolos. 

Creemos que es un buen momento para llamar la atención sobre este asunto y por supuesto invitar a reflexionar a los organizadores del máximo evento folclórico de la música Vallenata a fin que se conciban formas que impidan que se maltraten este tipo de concursantes.   Pensamos que es un error histórico no blindarlos sabiendo que el pueblo les ha dado la mayor calificación, traducida ésta en el derecho de permanecer y avanzar en las diferentes etapas hasta que en franca lid tengan que abandonar el concurso. 

Es inadmisible que los organizadores, frente a un eventual atropello, se mantengan indiferentes, so pretexto de que el jurado es autónomo.  Este sí lo es, pero para hacer justicia, no para decidir que los grandes protagonistas del concurso salgan por la puerta de atrás como ha ocurrido en ciertas ocasiones. 

Ya sucedió con Juan David “El Pollito” Herrera, quien en el pasado festival brillaba en el firmamento vallenato como la estrella que más alumbraba, como el más grande animador de aquellas fiestas, sin embargo, de repente, no sabemos a quién incomodó, que sin mirar que era el concursante más taquillero, el mayor aportante de la alegría popular y con todo eso, fue eliminado como alguien intrascendente. 

Lo mismo ocurrió en el festival vallenato cuya versión acaba de concluir, donde el concursante Julián Rojas, quien despertaba la mayor expectativa y colmaba el sentir popular, lo hicieron abandonar el certamen, gracias a una decisión que la gran mayoría ha rechazado y muchos expertos critican. 

Vemos con muy buenos ojos que al concursante Iván Zuleta, el pueblo le ha reconocido la admirable historia que ha escrito a lo largo de su carrera musical y, por supuesto, su legado y se percibe que su dignidad musical y su imagen están siendo protegidas, pero lamentamos que con Julián Rojas no sucedió igual.

Qué bonito hubiera sido verlos juntos en la final, batiéndose como lo que son, dos gallos de cuerda fina.

Por: Juan Segundo Lagos M.

TE PUEDE INTERESAR