Idalia Ramírez, del municipio de San Martín, y María de la Cruz Mojica, de Becerril, ocuparon segundo y tercer puesto, respectivamente, en el concurso Mujeres Palmeras Campesinas, el cual reconoce la labor de las mujeres que han hecho de la palma de aceite su proyecto de vida.
Entre diez candidatas que se postularon de las diferentes zonas palmeras del país, dos cesarenses se alzaron como finalistas en el concurso de Mujeres Palmeras Campesinas 2018 que realiza la Federación Colombiana de Palmicultores, Fedepalmas. Se trata de Idalia Ramírez Amaya, del municipio de San Martín, quien quedó en el segundo lugar; y María de la Cruz Mójica, de Becerril, quien quedó en el tercer puesto.
Los reconocimientos se dieron en el marco de la cuadragésima versión del Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, que se adelanta en la ciudad de Cali, en el departamento del Valle del Cauca.
El concurso Mujeres Palmeras Campesinas se da con el fin de reconocer la labor de las mujeres que han hecho de la palma de aceite su proyecto de vida y que con su empuje, dedicación y trabajo han contribuido al desarrollo y crecimiento de sus familias, de la comunidad palmera y de Colombia.
*Ramírez Amaya, es una mujer de 49 años de edad, madre cabeza de hogar, que ha consagrado su vida en el campo practicando diferentes actividades agronómicas. Los últimos 14 años los ha dedicado a todo lo que tiene que ver con el cultivo de palma de aceite. Su experiencia con la agroindustria la inicia en la empresa ‘Palmas del Cesar’, en la que laboró durante seis años (2004 – 2010) en labores de siembra, sanidad y mantenimiento del cultivo.
A partir del año 2012, con el ánimo de mejorar su calidad de vida y la de su familia, decide emprender, de forma independiente, su propia unidad productiva y de negocio, aprovechando las 5 hectáreas de sus predios para sembrar palma de aceite. Fue elegida por la comunidad del Barro para ocupar el cargo de Presidenta de Junta de Acción Comunal durante 10 años, tiempo en el que gestionó y apalancó recursos y proyectos principalmente para la escuela de su comunidad.
Las mujeres cesarenses fueron ovacionadas e invitadas a “seguir cultivando palma de aceite porque es vida, mejoramos la calidad de vida personal y la del entorno. Trabajar en el sector palmero me significa paz, amor y alegría. Este triunfo se lo dedico a mis nietos, a mis hija y a la familia palmera del Cesar”.
*De La Cruz Mojica, quien es reconocida en la comunidad de Becerril por su calidad de servicio y es actualmente la presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio El Centro, en donde ha sido gestora para su comunidad de obras como la pavimentación del barrio y lograr que la biblioteca municipal estuviera ubicada en su barrio y pertenezca a la mesa de víctimas del municipio.
Además, tiene una vocación cultural, ya que fue la Presidenta del Festival Folclórico de su municipio y de allí su vinculación con jóvenes, niños y adultos en esta actividad.
Es productora del cultivo de palma desde el año 2001; ella es propietaria de 14 hectáreas de palma de aceite africana, con la que ha sostenido su hogar. “Llegué a este oficio por medio de un proyecto que llegó al municipio de Becerril patrocinado por Carlos Murgas, propietario de la empresa Promotora Las Flores, a quien le dedico este triunfo, puesto que le brindaron las herramientas para tener hoy en día su propia empresa”, subrayó.
Hoy en día, gracias a su dedicación y empeño, su finca es ejemplo en la zona. “El cultivo ha tenido falencias, sin embargo he seguido allí luchando y perseverando; fruto de ello es lo que consigo en la actualidad”, precisó.
Silvia Beltran, una mujer de Puerto Wilches, Santander, quedó en el primer lugar de la Mujer Palmera Campesina 2018. Ella es madre cabeza de hogar, víctima del conflicto armado, y está vinculada al sector agropecuario desde 1995. En su trayectoria ha desempeñado distintas labores, además de recibir capacitación para manejar el impacto del desplazamiento forzado en la niñez y trabajar en actividades de aplicación del proyecto de pedagogía y protección a la niñez en el Magdalena Medio.
El Premio a la Mujer Palmera Campesina se entrega desde 2009 durante el Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, organizado por Fedepalma, a una de las mujeres que han sido postuladas por parte de las empresas palmeras y las asociaciones y cooperativas de productores de todo el país.
Para otorgar el premio, en cada edición se reúne a un jurado reconocido ante la opinión pública que evalúa las cualidades personales, las labores específicas en el sector palmero y el trabajo y liderazgo comunitario realizado por las finalistas, quienes previamente han sido seleccionadas por un comité interno de Fedepalma con base en la documentación requerida en el reglamento.
ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ / EL PILÓN
[email protected]
Idalia Ramírez, del municipio de San Martín, y María de la Cruz Mojica, de Becerril, ocuparon segundo y tercer puesto, respectivamente, en el concurso Mujeres Palmeras Campesinas, el cual reconoce la labor de las mujeres que han hecho de la palma de aceite su proyecto de vida.
Entre diez candidatas que se postularon de las diferentes zonas palmeras del país, dos cesarenses se alzaron como finalistas en el concurso de Mujeres Palmeras Campesinas 2018 que realiza la Federación Colombiana de Palmicultores, Fedepalmas. Se trata de Idalia Ramírez Amaya, del municipio de San Martín, quien quedó en el segundo lugar; y María de la Cruz Mójica, de Becerril, quien quedó en el tercer puesto.
Los reconocimientos se dieron en el marco de la cuadragésima versión del Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, que se adelanta en la ciudad de Cali, en el departamento del Valle del Cauca.
El concurso Mujeres Palmeras Campesinas se da con el fin de reconocer la labor de las mujeres que han hecho de la palma de aceite su proyecto de vida y que con su empuje, dedicación y trabajo han contribuido al desarrollo y crecimiento de sus familias, de la comunidad palmera y de Colombia.
*Ramírez Amaya, es una mujer de 49 años de edad, madre cabeza de hogar, que ha consagrado su vida en el campo practicando diferentes actividades agronómicas. Los últimos 14 años los ha dedicado a todo lo que tiene que ver con el cultivo de palma de aceite. Su experiencia con la agroindustria la inicia en la empresa ‘Palmas del Cesar’, en la que laboró durante seis años (2004 – 2010) en labores de siembra, sanidad y mantenimiento del cultivo.
A partir del año 2012, con el ánimo de mejorar su calidad de vida y la de su familia, decide emprender, de forma independiente, su propia unidad productiva y de negocio, aprovechando las 5 hectáreas de sus predios para sembrar palma de aceite. Fue elegida por la comunidad del Barro para ocupar el cargo de Presidenta de Junta de Acción Comunal durante 10 años, tiempo en el que gestionó y apalancó recursos y proyectos principalmente para la escuela de su comunidad.
Las mujeres cesarenses fueron ovacionadas e invitadas a “seguir cultivando palma de aceite porque es vida, mejoramos la calidad de vida personal y la del entorno. Trabajar en el sector palmero me significa paz, amor y alegría. Este triunfo se lo dedico a mis nietos, a mis hija y a la familia palmera del Cesar”.
*De La Cruz Mojica, quien es reconocida en la comunidad de Becerril por su calidad de servicio y es actualmente la presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio El Centro, en donde ha sido gestora para su comunidad de obras como la pavimentación del barrio y lograr que la biblioteca municipal estuviera ubicada en su barrio y pertenezca a la mesa de víctimas del municipio.
Además, tiene una vocación cultural, ya que fue la Presidenta del Festival Folclórico de su municipio y de allí su vinculación con jóvenes, niños y adultos en esta actividad.
Es productora del cultivo de palma desde el año 2001; ella es propietaria de 14 hectáreas de palma de aceite africana, con la que ha sostenido su hogar. “Llegué a este oficio por medio de un proyecto que llegó al municipio de Becerril patrocinado por Carlos Murgas, propietario de la empresa Promotora Las Flores, a quien le dedico este triunfo, puesto que le brindaron las herramientas para tener hoy en día su propia empresa”, subrayó.
Hoy en día, gracias a su dedicación y empeño, su finca es ejemplo en la zona. “El cultivo ha tenido falencias, sin embargo he seguido allí luchando y perseverando; fruto de ello es lo que consigo en la actualidad”, precisó.
Silvia Beltran, una mujer de Puerto Wilches, Santander, quedó en el primer lugar de la Mujer Palmera Campesina 2018. Ella es madre cabeza de hogar, víctima del conflicto armado, y está vinculada al sector agropecuario desde 1995. En su trayectoria ha desempeñado distintas labores, además de recibir capacitación para manejar el impacto del desplazamiento forzado en la niñez y trabajar en actividades de aplicación del proyecto de pedagogía y protección a la niñez en el Magdalena Medio.
El Premio a la Mujer Palmera Campesina se entrega desde 2009 durante el Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, organizado por Fedepalma, a una de las mujeres que han sido postuladas por parte de las empresas palmeras y las asociaciones y cooperativas de productores de todo el país.
Para otorgar el premio, en cada edición se reúne a un jurado reconocido ante la opinión pública que evalúa las cualidades personales, las labores específicas en el sector palmero y el trabajo y liderazgo comunitario realizado por las finalistas, quienes previamente han sido seleccionadas por un comité interno de Fedepalma con base en la documentación requerida en el reglamento.
ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ / EL PILÓN
[email protected]