Alrededor de 20 mil personas de todo el país llegaron hasta el municipio de Fundación, Magdalena, para darle el último adiós 28 de los 33 menores que fallecieron en un trágico accidente.
Seis de la mañana marcaba el reloj. Todo era silencio en Fundación, Magdalena, las personas esperaban con ansiedad los restos de los menores de esta población que sufrió una gran pérdida hace más de 10 días.
La caravana que acompañaban a los féretros partió desde Barranquilla, Atlántico. En cada población por la que pasaron 28 de los 33 angelitos, los vehículos hicieron una parada, los ciudadanos no querían dejar pasar por alto este acontecimiento que los entristeció desde el mismo momento del hecho.
En la capital del Atlántico uno de los menores fue dejado por sus padres para darle cristiana sepultura, tal como sucedió en Ciénaga, mientras que el cuerpo de otro niño sería trasladado a Venezuela.
En la ‘esquina del progreso’ todo era angustia y desespero, vestidos de blanco, los habitantes duraron horas esperando el tan anhelado momento para darle el último adiós a esos seres que tanto alegraron sus calles, viviendas, parques y colegios de la población.
Sintonizados con los medios de comunicación, pronosticaban el momento de la llegada, el que, inicialmente, era esperado alrededor de las 9:00 de la mañana, pero debido a los homenajes organizados en la vía nacional se retardó. Sólo hasta la 1:45 de la tarde se vio venir, por la calle un río humano vestido de blanco,acompañado de carros de la Policía Nacional, motocicletas y buses con personas de todas partes.
En la entrada del cementerio nuevo de la población, que lleva el nombre de Ángeles de Luz, en homenaje a los niños y niñas desaparecidos el 18 de mayo, se aglutinaron miles de personas que querían hacer parte del sepelio colectivo, en el que algunos padres y familiares de los infantes,no aguantaron el dolor y se desmayaron.
Una misa le dio inicio a este evento. A las 4:00 de la tarde entraron, en medio de la multitud, uno a uno los féretros blancos con letras doradas, que fueron dejados en una capilla del cementerio para la posterior sepultura. En el acto litúrgico también asistió el presidente Juan Manuel Santos Calderón, acompañado de su familia.
El dolor se apoderó de todos los asistentes, cuando llegó el momento del sepelio. Alrededor de las 5:30 de la tarde los padres verían por última vez a sus ángeles, hecho que les partió el alma, pero era la única manera de sentirse en paz, según una madre de familia.
Por Merlin Duarte García/EL PILÓN
[email protected]
Alrededor de 20 mil personas de todo el país llegaron hasta el municipio de Fundación, Magdalena, para darle el último adiós 28 de los 33 menores que fallecieron en un trágico accidente.
Seis de la mañana marcaba el reloj. Todo era silencio en Fundación, Magdalena, las personas esperaban con ansiedad los restos de los menores de esta población que sufrió una gran pérdida hace más de 10 días.
La caravana que acompañaban a los féretros partió desde Barranquilla, Atlántico. En cada población por la que pasaron 28 de los 33 angelitos, los vehículos hicieron una parada, los ciudadanos no querían dejar pasar por alto este acontecimiento que los entristeció desde el mismo momento del hecho.
En la capital del Atlántico uno de los menores fue dejado por sus padres para darle cristiana sepultura, tal como sucedió en Ciénaga, mientras que el cuerpo de otro niño sería trasladado a Venezuela.
En la ‘esquina del progreso’ todo era angustia y desespero, vestidos de blanco, los habitantes duraron horas esperando el tan anhelado momento para darle el último adiós a esos seres que tanto alegraron sus calles, viviendas, parques y colegios de la población.
Sintonizados con los medios de comunicación, pronosticaban el momento de la llegada, el que, inicialmente, era esperado alrededor de las 9:00 de la mañana, pero debido a los homenajes organizados en la vía nacional se retardó. Sólo hasta la 1:45 de la tarde se vio venir, por la calle un río humano vestido de blanco,acompañado de carros de la Policía Nacional, motocicletas y buses con personas de todas partes.
En la entrada del cementerio nuevo de la población, que lleva el nombre de Ángeles de Luz, en homenaje a los niños y niñas desaparecidos el 18 de mayo, se aglutinaron miles de personas que querían hacer parte del sepelio colectivo, en el que algunos padres y familiares de los infantes,no aguantaron el dolor y se desmayaron.
Una misa le dio inicio a este evento. A las 4:00 de la tarde entraron, en medio de la multitud, uno a uno los féretros blancos con letras doradas, que fueron dejados en una capilla del cementerio para la posterior sepultura. En el acto litúrgico también asistió el presidente Juan Manuel Santos Calderón, acompañado de su familia.
El dolor se apoderó de todos los asistentes, cuando llegó el momento del sepelio. Alrededor de las 5:30 de la tarde los padres verían por última vez a sus ángeles, hecho que les partió el alma, pero era la única manera de sentirse en paz, según una madre de familia.
Por Merlin Duarte García/EL PILÓN
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