Muchos habitantes del barrio ‘Divino Niño’ de Valledupar han implorado a su santo patrono que los ilumine y los libre de las acciones criminales y de actos que atentan contra su integridad.
Por Abdel Martínez Pérez
[email protected]
Muchos habitantes del barrio ‘Divino Niño’ de Valledupar han implorado a su santo patrono que los ilumine y los libre de las acciones criminales y de actos que atentan contra su integridad, pero al parecer, sus peticiones no han sido escuchadas, pues el sector hoy en día es asediado por atracadores, viciosos, vándalos y delincuencia en general.
Este populoso barrio de invasión, localizado en el noroccidente de la ciudad, nació de la idea de varios destechados hace más de 24 años, cuando centenares de hombres, mujeres y niños invadieron parte de los terrenos propiedad del ex alcalde de la ciudad, Edgardo Pupo Pupo (fallecido), con quien la administración municipal de la época negoció y legalizaron el barrio.
La comunidad del sector de más de 500 casas, está inconforme con las diferentes empresas que prestan los servicios públicos domiciliarios, porque a pesar que están en el estrato Uno, los recibos de consumo les llegan por valores excesivos e impagables y tienen que estar reclamando todos los meses, para que los valores se ajusten al verdadero consumo.
Otro de los malestares, es la deficiente prestación del servicio de transporte urbano, porque son pocas las busetas que hacen el recorrido hacia esta zona.
Puntos de vista
Manuel Ochoa Gámez, residente. "Los billares y las cantinas, perturban la tranquilidad ciudadana por los altos volúmenes de los equipos de sonido".
Luis Rojas Isaza, habitante. “Tenemos que estar alerta a cualquier situación, porque los maleantes campean en motocicletas, a pie y en bicicletas".
Muchos habitantes del barrio ‘Divino Niño’ de Valledupar han implorado a su santo patrono que los ilumine y los libre de las acciones criminales y de actos que atentan contra su integridad.
Por Abdel Martínez Pérez
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Muchos habitantes del barrio ‘Divino Niño’ de Valledupar han implorado a su santo patrono que los ilumine y los libre de las acciones criminales y de actos que atentan contra su integridad, pero al parecer, sus peticiones no han sido escuchadas, pues el sector hoy en día es asediado por atracadores, viciosos, vándalos y delincuencia en general.
Este populoso barrio de invasión, localizado en el noroccidente de la ciudad, nació de la idea de varios destechados hace más de 24 años, cuando centenares de hombres, mujeres y niños invadieron parte de los terrenos propiedad del ex alcalde de la ciudad, Edgardo Pupo Pupo (fallecido), con quien la administración municipal de la época negoció y legalizaron el barrio.
La comunidad del sector de más de 500 casas, está inconforme con las diferentes empresas que prestan los servicios públicos domiciliarios, porque a pesar que están en el estrato Uno, los recibos de consumo les llegan por valores excesivos e impagables y tienen que estar reclamando todos los meses, para que los valores se ajusten al verdadero consumo.
Otro de los malestares, es la deficiente prestación del servicio de transporte urbano, porque son pocas las busetas que hacen el recorrido hacia esta zona.
Puntos de vista
Manuel Ochoa Gámez, residente. "Los billares y las cantinas, perturban la tranquilidad ciudadana por los altos volúmenes de los equipos de sonido".
Luis Rojas Isaza, habitante. “Tenemos que estar alerta a cualquier situación, porque los maleantes campean en motocicletas, a pie y en bicicletas".