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General - 7 diciembre, 2016

Día de las velitas: ¿una tradición perdida?

La Virgen María y el fervor por su imagen tomaron protagonismo entre los católicos y por eso cada 7 diciembre se encienden las velas en la víspera de este día marcado en el calendario cristiano.

La unión familiar gira en torno a unas velitas en honor a la Virgen María. Las autoridades hacen recomendaciones a la hora de manipular pólvora.
La unión familiar gira en torno a unas velitas en honor a la Virgen María. Las autoridades hacen recomendaciones a la hora de manipular pólvora.
Boton Wpp

Hernán Centeno solo espera las cuatro de la mañana para encender las velitas al lado de sus tres hijos; es una tradición que heredó de sus padres cuando en su infancia hubo espacio para esta fecha que marcó una costumbre en su natal Aracataca.

No hubo madrugada de cualquier ocho de diciembre en la que no le rindiera tributo a la Inmaculada Concepción. Lo hizo a su manera como todo niño que disfrutó a su manera la tradicional fiesta.

“Mi papá siempre nos levantaba a las cuatro de la mañana a prender velitas, él siempre sacaba el equipo de sonido para poner música, mientras nosotros con la ayuda de mi mamá colocábamos las velitas en el piso hasta que se acabaran por ahí como hasta las cinco y media”, recordó.

Sin embargo, reconoció que muchas de estas prácticas se han ido perdiendo poco a poco. “Ya en la ciudad esto se ha ido perdiendo porque ahora prenden las velitas en la noche y ya los niños poco participan, en Aracataca era una fiesta entre vecinos, ahora uno no conoce al que vive al lado”, dijo el hombre de 55 años, residente en el barrio Alfonso López de Valledupar.

Fiel a su devoción a la Virgen de la Inmaculada Concepción, don Hernán Centeno adorna su casa con luces navideñas porque asegura que el colorido de la navidad comienza con la Día de las velitas, fecha en la que desempolva su extenso archivo musical en el que resaltan viejas obras musicales. Una deteriorada carátula de un disco de Adolfo Echeverría, otra de Diomedes Díaz o del Binomio de Oro, encabeza el archivo arrumado del hombre de tragos quien se considera un enamorado de la época decembrina.

“Yo estoy pensionado del magisterio y disfruto la navidad al lado de mi familia, es una tradición que tengo hasta que me muera, es una época de reflexión, pero también de trago, no nos engañemos, esto poco a poco se convirtió en una fecha comercial”, lamentó mientras se disponía a echarle una mano de pintura a su residencia y esperar la primera de las cuatro fiestas de fin de año.
Costumbres perdidas

Sentado en el piso rústico de la Iglesia Inmaculada Concepción, a Manuel de Jesús Tovar Arrieta no se le cansa la mano en busca de la caridad. A sus 89 años recuerda su época de juventud cuando en San Pedro, Sucre, disfrutaba los ocho de diciembre con el auténtico sabor a pueblo.

“Mi mamá nos hacía chica y tinto, me acuerdo que cerraban los callejones y armaban unos bailes en el que las mujeres lo hacían con velas encendidas en las manos, sabían bailar, no como ahora que es pura vulgaridad”, recordó el anciano, mientras muestra su pie derecho carcomido por una enfermedad que él asegura “por culpa del hueso de culebra”.

La noche de las velitas era la noche de los niños.  Hoy en día muchas de estas costumbres se han perdido y se han reemplazado por una salida más al bar de la preferencia o a la discoteca que está de moda.
En esa noche de velitas se iniciaba esa estrecha unión que existía entre los vecinos, donde se compartía con una copa de vino, bizcochos y música, el inicio del mes de la alegría.

“La época de navidad nos hacen recordar nuestros años de niños, de jóvenes, de novios, de padres y de abuelos y vivir esa alegría que caracteriza a nuestro pueblo. Recordemos que era frecuente, en esa noche, invitar a quienes poseían el don de la música a amenizar la velada”, contó.

Además recordó que alrededor de las velitas se quemaban luces de bengala, y a escondidas de todos le entregaban al novio o a la novia, un detalle que llevaba oculto entre los bolsillos.  Verdaderamente eran noches de amor y de alegría.

El 7 de diciembre en la noche y en la madrugada del 8, la tarima Francisco El Hombre se llenaba de músicos que alegraban el ambiente, mientras los viejos y los nuevos vallenatos se paseaban para dar testimonio de que aunque la ciudad crezca la tradición sigue siendo igual. Este año la plaza Alfonso López fue adornada con luces navideñas que abren puertas a la tradicional franja de fin de año y se convierte en un punto obligado para visitar en el Día de las velitas.

La historia
Todo se remota al 8 de diciembre de 1854, cuando el Papa Pio IX, declaró este día como el de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
La Virgen María es signo de luz para todos los católicos ya que fue ella quien en su vientre llevó al mesías y se convirtió en la madre de Jesús, su embarazo lo tuvo un 8 de diciembre anunciado por el arcángel San Gabriel. Es por esto que en muchos lugares del mundo conmemoren esta fecha, en honor a la Virgen María.
Para los colombianos es una muestra de agradecimiento con María, al reunirse en familia a prender las velitas. Este es el día en que se debe rezar un ave maría por cada vela que se encienda.  La tradicional fecha inicia con el encendido de faroles y velas que iluminan calles, centros comerciales y hogares de pueblos y ciudades. Esta celebración marca el principio de las fiestas navideñas en el país. En varios sitios se iza en las casas todo el día una bandera blanca con la imagen de la Virgen María.
Aunque esta fecha tiene una connotación religiosa muchas personas no la conocen  y se toman este día como una fiesta de música, trago y pólvora, por la cual se ha perdido el verdadero valor del día de las velitas.

Las recomendaciones
Desde ya las instituciones del Cesar emprendieron un plan de contingencia para evitar accidentes por la mala manipulación de la pólvora, sin embargo la Secretaría de Salud Departamental reportó que en el inicio de diciembre un niño resultó quemado en el municipio de Curumaní.

De igual forma se conoció que este año, a semana epidemiológica 46, en el Cesar reportaron 13 casos, con una disminución del 3%, respecto al mismo período del año anterior
Aguachica, La Jagua de Ibirico, Valledupar y La Paz, registraron 16 quemados en 2015 (10 adultos y seis niños) al manipular diferentes artefactos, como totes, voladores, volcanes y mechas.

“Nuestra estrategia va enfocada a que se presenten cero lesionados con pólvora en estas festividades. El llamado es a todos los alcaldes municipales, a la comunidad en general y a los padres, para que no permitan que los niños y jóvenes tengan acceso a la pólvora como una manera de celebrar porque las consecuencias pueden ser fatales, inclusive hasta llegar a la muerte. La temporada está comprendida entre el 1 de diciembre de 2016 y el 14 de enero de 2017”, advirtió la secretaria de Salud, Carmen Sofía Daza.
Antioquia ha ocupado por varios años consecutivos el desafortunado primer lugar en quemados con pólvora en Colombia durante la época decembrina y hasta hoy lo sigue ocupando.

La Iglesia

Para la tradicional celebración del Día de las velitas, el párroco de la Iglesia Inmaculada Concepción, Jesús Torres dijo que “la fecha es un dogma del pueblo de Dios, que consiste en un privilegio singular de la Virgen María al ser concebida sin pecado original, el Día de las Velitas fue proclamado oficialmente en 1854 por el Papa Pio IX, cuando miles peregrinos fueron a la plaza de Roma participar de una vigilia, hacía mucho frío por lo que encendieron muchas velas en un ambiente de oración. La plaza estuvo iluminada durante la noche del 7 de diciembre y la madrugada de día siguiente”.

El sacerdote invitó a la familia católica para conservar esta tradición en honor a la Virgen María, “lejos de un ambiente comercial o parrandero que es lo que quieren introducirle a esta fecha”.

La Iglesia Inmaculada Concepción tendrá mañana a las 6:00 a.m el tradicional Rosario de Aurora y una hora después celebrará una eucaristía de primeras comuniones, mientras que a las 10:00 a.m realizará la misa precedida por el obispo de la Diócesis de Valledupar, monseñor Óscar José Vélez Isaza.

La inspiración de Echeverría

El 3 de septiembre de 1961, fecha en que cumplió veintiocho años, Adolfo Echeverría Comas tomó la decisión de darle un giro drástico a su vida. No quería seguir siendo vendedor de ropa. No veía ningún futuro en eso. Para entonces ya había compuesto más de trescientas canciones y, aunque solo le habían grabado una, confiaba en que sus obras lo llevarían al estrellato y por ende, mejorarían su situación económica.
Con la liquidación que le pagaron en el almacén Casa Vargas, emprendió el camino de sus sueños y decidió invertir sesenta pesos en una aventura riesgosa: grabar por su cuenta la canción que más le gustaba y cantaba permanentemente, casi hasta fastidiar a sus amigos, familiares y compañeros de trabajo. Se fue al Restaurante Mónaco donde había un cuarteto musical y les propuso a sus integrantes grabar Las Cuatro Fiestas con la voz de Nury Borrás, a quien había conocido en un programa de aficionados en La Voz de la Patria.
Las cuatro fiestas no dejan de sonar y se convirtió en una canción emblemática que ya tiene más de cien versiones, incluida una en inglés.

La Iglesia Inmaculada Concepción tendrá mañana a las 6:00 a.m, el tradicional Rosario de Aurora y una hora después celebrará una eucaristía de primeras comuniones, mientras que a las 10:30 a.m realizará la misa precedida por el obispo Óscar José Vélez Isaza.

Nibaldo Bustamante/EL PILÓN

 

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7 diciembre, 2016

Día de las velitas: ¿una tradición perdida?

La Virgen María y el fervor por su imagen tomaron protagonismo entre los católicos y por eso cada 7 diciembre se encienden las velas en la víspera de este día marcado en el calendario cristiano.


La unión familiar gira en torno a unas velitas en honor a la Virgen María. Las autoridades hacen recomendaciones a la hora de manipular pólvora.
La unión familiar gira en torno a unas velitas en honor a la Virgen María. Las autoridades hacen recomendaciones a la hora de manipular pólvora.
Boton Wpp

Hernán Centeno solo espera las cuatro de la mañana para encender las velitas al lado de sus tres hijos; es una tradición que heredó de sus padres cuando en su infancia hubo espacio para esta fecha que marcó una costumbre en su natal Aracataca.

No hubo madrugada de cualquier ocho de diciembre en la que no le rindiera tributo a la Inmaculada Concepción. Lo hizo a su manera como todo niño que disfrutó a su manera la tradicional fiesta.

“Mi papá siempre nos levantaba a las cuatro de la mañana a prender velitas, él siempre sacaba el equipo de sonido para poner música, mientras nosotros con la ayuda de mi mamá colocábamos las velitas en el piso hasta que se acabaran por ahí como hasta las cinco y media”, recordó.

Sin embargo, reconoció que muchas de estas prácticas se han ido perdiendo poco a poco. “Ya en la ciudad esto se ha ido perdiendo porque ahora prenden las velitas en la noche y ya los niños poco participan, en Aracataca era una fiesta entre vecinos, ahora uno no conoce al que vive al lado”, dijo el hombre de 55 años, residente en el barrio Alfonso López de Valledupar.

Fiel a su devoción a la Virgen de la Inmaculada Concepción, don Hernán Centeno adorna su casa con luces navideñas porque asegura que el colorido de la navidad comienza con la Día de las velitas, fecha en la que desempolva su extenso archivo musical en el que resaltan viejas obras musicales. Una deteriorada carátula de un disco de Adolfo Echeverría, otra de Diomedes Díaz o del Binomio de Oro, encabeza el archivo arrumado del hombre de tragos quien se considera un enamorado de la época decembrina.

“Yo estoy pensionado del magisterio y disfruto la navidad al lado de mi familia, es una tradición que tengo hasta que me muera, es una época de reflexión, pero también de trago, no nos engañemos, esto poco a poco se convirtió en una fecha comercial”, lamentó mientras se disponía a echarle una mano de pintura a su residencia y esperar la primera de las cuatro fiestas de fin de año.
Costumbres perdidas

Sentado en el piso rústico de la Iglesia Inmaculada Concepción, a Manuel de Jesús Tovar Arrieta no se le cansa la mano en busca de la caridad. A sus 89 años recuerda su época de juventud cuando en San Pedro, Sucre, disfrutaba los ocho de diciembre con el auténtico sabor a pueblo.

“Mi mamá nos hacía chica y tinto, me acuerdo que cerraban los callejones y armaban unos bailes en el que las mujeres lo hacían con velas encendidas en las manos, sabían bailar, no como ahora que es pura vulgaridad”, recordó el anciano, mientras muestra su pie derecho carcomido por una enfermedad que él asegura “por culpa del hueso de culebra”.

La noche de las velitas era la noche de los niños.  Hoy en día muchas de estas costumbres se han perdido y se han reemplazado por una salida más al bar de la preferencia o a la discoteca que está de moda.
En esa noche de velitas se iniciaba esa estrecha unión que existía entre los vecinos, donde se compartía con una copa de vino, bizcochos y música, el inicio del mes de la alegría.

“La época de navidad nos hacen recordar nuestros años de niños, de jóvenes, de novios, de padres y de abuelos y vivir esa alegría que caracteriza a nuestro pueblo. Recordemos que era frecuente, en esa noche, invitar a quienes poseían el don de la música a amenizar la velada”, contó.

Además recordó que alrededor de las velitas se quemaban luces de bengala, y a escondidas de todos le entregaban al novio o a la novia, un detalle que llevaba oculto entre los bolsillos.  Verdaderamente eran noches de amor y de alegría.

El 7 de diciembre en la noche y en la madrugada del 8, la tarima Francisco El Hombre se llenaba de músicos que alegraban el ambiente, mientras los viejos y los nuevos vallenatos se paseaban para dar testimonio de que aunque la ciudad crezca la tradición sigue siendo igual. Este año la plaza Alfonso López fue adornada con luces navideñas que abren puertas a la tradicional franja de fin de año y se convierte en un punto obligado para visitar en el Día de las velitas.

La historia
Todo se remota al 8 de diciembre de 1854, cuando el Papa Pio IX, declaró este día como el de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
La Virgen María es signo de luz para todos los católicos ya que fue ella quien en su vientre llevó al mesías y se convirtió en la madre de Jesús, su embarazo lo tuvo un 8 de diciembre anunciado por el arcángel San Gabriel. Es por esto que en muchos lugares del mundo conmemoren esta fecha, en honor a la Virgen María.
Para los colombianos es una muestra de agradecimiento con María, al reunirse en familia a prender las velitas. Este es el día en que se debe rezar un ave maría por cada vela que se encienda.  La tradicional fecha inicia con el encendido de faroles y velas que iluminan calles, centros comerciales y hogares de pueblos y ciudades. Esta celebración marca el principio de las fiestas navideñas en el país. En varios sitios se iza en las casas todo el día una bandera blanca con la imagen de la Virgen María.
Aunque esta fecha tiene una connotación religiosa muchas personas no la conocen  y se toman este día como una fiesta de música, trago y pólvora, por la cual se ha perdido el verdadero valor del día de las velitas.

Las recomendaciones
Desde ya las instituciones del Cesar emprendieron un plan de contingencia para evitar accidentes por la mala manipulación de la pólvora, sin embargo la Secretaría de Salud Departamental reportó que en el inicio de diciembre un niño resultó quemado en el municipio de Curumaní.

De igual forma se conoció que este año, a semana epidemiológica 46, en el Cesar reportaron 13 casos, con una disminución del 3%, respecto al mismo período del año anterior
Aguachica, La Jagua de Ibirico, Valledupar y La Paz, registraron 16 quemados en 2015 (10 adultos y seis niños) al manipular diferentes artefactos, como totes, voladores, volcanes y mechas.

“Nuestra estrategia va enfocada a que se presenten cero lesionados con pólvora en estas festividades. El llamado es a todos los alcaldes municipales, a la comunidad en general y a los padres, para que no permitan que los niños y jóvenes tengan acceso a la pólvora como una manera de celebrar porque las consecuencias pueden ser fatales, inclusive hasta llegar a la muerte. La temporada está comprendida entre el 1 de diciembre de 2016 y el 14 de enero de 2017”, advirtió la secretaria de Salud, Carmen Sofía Daza.
Antioquia ha ocupado por varios años consecutivos el desafortunado primer lugar en quemados con pólvora en Colombia durante la época decembrina y hasta hoy lo sigue ocupando.

La Iglesia

Para la tradicional celebración del Día de las velitas, el párroco de la Iglesia Inmaculada Concepción, Jesús Torres dijo que “la fecha es un dogma del pueblo de Dios, que consiste en un privilegio singular de la Virgen María al ser concebida sin pecado original, el Día de las Velitas fue proclamado oficialmente en 1854 por el Papa Pio IX, cuando miles peregrinos fueron a la plaza de Roma participar de una vigilia, hacía mucho frío por lo que encendieron muchas velas en un ambiente de oración. La plaza estuvo iluminada durante la noche del 7 de diciembre y la madrugada de día siguiente”.

El sacerdote invitó a la familia católica para conservar esta tradición en honor a la Virgen María, “lejos de un ambiente comercial o parrandero que es lo que quieren introducirle a esta fecha”.

La Iglesia Inmaculada Concepción tendrá mañana a las 6:00 a.m el tradicional Rosario de Aurora y una hora después celebrará una eucaristía de primeras comuniones, mientras que a las 10:00 a.m realizará la misa precedida por el obispo de la Diócesis de Valledupar, monseñor Óscar José Vélez Isaza.

La inspiración de Echeverría

El 3 de septiembre de 1961, fecha en que cumplió veintiocho años, Adolfo Echeverría Comas tomó la decisión de darle un giro drástico a su vida. No quería seguir siendo vendedor de ropa. No veía ningún futuro en eso. Para entonces ya había compuesto más de trescientas canciones y, aunque solo le habían grabado una, confiaba en que sus obras lo llevarían al estrellato y por ende, mejorarían su situación económica.
Con la liquidación que le pagaron en el almacén Casa Vargas, emprendió el camino de sus sueños y decidió invertir sesenta pesos en una aventura riesgosa: grabar por su cuenta la canción que más le gustaba y cantaba permanentemente, casi hasta fastidiar a sus amigos, familiares y compañeros de trabajo. Se fue al Restaurante Mónaco donde había un cuarteto musical y les propuso a sus integrantes grabar Las Cuatro Fiestas con la voz de Nury Borrás, a quien había conocido en un programa de aficionados en La Voz de la Patria.
Las cuatro fiestas no dejan de sonar y se convirtió en una canción emblemática que ya tiene más de cien versiones, incluida una en inglés.

La Iglesia Inmaculada Concepción tendrá mañana a las 6:00 a.m, el tradicional Rosario de Aurora y una hora después celebrará una eucaristía de primeras comuniones, mientras que a las 10:30 a.m realizará la misa precedida por el obispo Óscar José Vélez Isaza.

Nibaldo Bustamante/EL PILÓN