Mientras en muchas ciudades de Colombia y el mundo, en esta fecha primero de mayo, se hace una pausa laboral con motivo de la celebración del Día Internacional del Trabajo, en Valledupar y su entorno regional miles de actividades y millones de recursos económicos se movilizan en este día en medio del desarrollo del Festival Vallenato.
Mientras en muchas ciudades de Colombia y el mundo, en esta fecha primero de mayo, se hace una pausa laboral con motivo de la celebración del Día Internacional del Trabajo, en Valledupar y su entorno regional miles de actividades y millones de recursos económicos se movilizan en este día en medio del desarrollo del Festival Vallenato.
Se sabe que la capital del departamento del Cesar aparece entre las primeras ciudades con mayor índice de desempleo e informalidad laboral en Colombia, ello, entre otras razones, se debe en gran parte a la alta población flotante que se registra en la región, en especial al fenómeno migratorio desde el vecino país de Venezuela.
Por fortuna, y pese a todo lo anterior, este año en Valledupar el Día Internacional del Trabajo se celebra con miles de personas laborando, ocupadas y generando ingresos de una u otra manera, todas ellas en pleno desarrollo de eso que los expertos denominan la economía gig o ‘economía de los oficios’.
Nos complace que la celebración de esta significativa fecha, que por lo general se hace con marchas y distintos tipos de protestas para exigir mejores condiciones salariales y aumento de oportunidades de empleos e ingresos, esta vez en Valledupar encontró a mucha gente ocupada y ganando dinero, en razón a que las ventas de bienes y servicios en la capital del Cesar se aumentan de manera considerable por la época del Festival de la Leyenda Vallenata.
Tal condición es la que obliga a dimensionar la importancia del impacto económico que genera el Festival Vallenato en distintos renglones de la economía local y regional.
Pero no solo se activa la ‘economía de los oficios’. El festival es una oportunidad para equilibrar las finanzas de muchos sectores económicos, entre ellos los dedicados a la organización de espectáculos musicales, venta de comidas, bebidas, alojamiento, artesanías y accesorios, turismo, entre una gran variedad de productos y servicios que se mueven durante este certamen folclórico y que están debidamente registrados ante la Cámara de Comercio. Es decir, formalidad e informalidad laboral necesariamente les toca trabajar de la mano para poder atender la gran demanda que implica el Festival Vallenato.
Las cifras del festival 2024, según el informe de la Cámara de Comercio de Valledupar, indican que este evento tuvo una masiva asistencia, superior a los años anteriores. La ocupación hotelera superó el 90%, se contabilizaron 698 vendedores ambulantes y estacionarios, siendo el 30% foráneos. La gastronomía reportó ventas por 100 millones de pesos; la de los bares y discotecas aumentaron en un 60% respecto al año anterior. Expofestival generó ventas de $600 millones. En síntesis, durante el pasado festival circuló mucha plata en Valledupar, ciclo que se espera se repita en este 2025 con mayores dividendos.
Pero en medio de todo, se requiere organizar y tener un mayor control de la llamada ‘economía de los oficios’, compuesta por trabajadores independientes, temporales o por encargo, como conductores de plataformas, vendedores ambulantes, fotógrafos, domiciliarios, guías turísticos y artistas callejeros, entre otros, para así superar aspectos como la falta de regulaciones, de protección social, en fin todo aquello que esté al alcance de la institucionalidad para reconocer el valor de estos trabajadores y generar políticas que les permitan laborar con unas mejores condiciones y así ellos puedan celebrar complacidos el Día Internacional del Trabajo en Valledupar.
Mientras en muchas ciudades de Colombia y el mundo, en esta fecha primero de mayo, se hace una pausa laboral con motivo de la celebración del Día Internacional del Trabajo, en Valledupar y su entorno regional miles de actividades y millones de recursos económicos se movilizan en este día en medio del desarrollo del Festival Vallenato.
Mientras en muchas ciudades de Colombia y el mundo, en esta fecha primero de mayo, se hace una pausa laboral con motivo de la celebración del Día Internacional del Trabajo, en Valledupar y su entorno regional miles de actividades y millones de recursos económicos se movilizan en este día en medio del desarrollo del Festival Vallenato.
Se sabe que la capital del departamento del Cesar aparece entre las primeras ciudades con mayor índice de desempleo e informalidad laboral en Colombia, ello, entre otras razones, se debe en gran parte a la alta población flotante que se registra en la región, en especial al fenómeno migratorio desde el vecino país de Venezuela.
Por fortuna, y pese a todo lo anterior, este año en Valledupar el Día Internacional del Trabajo se celebra con miles de personas laborando, ocupadas y generando ingresos de una u otra manera, todas ellas en pleno desarrollo de eso que los expertos denominan la economía gig o ‘economía de los oficios’.
Nos complace que la celebración de esta significativa fecha, que por lo general se hace con marchas y distintos tipos de protestas para exigir mejores condiciones salariales y aumento de oportunidades de empleos e ingresos, esta vez en Valledupar encontró a mucha gente ocupada y ganando dinero, en razón a que las ventas de bienes y servicios en la capital del Cesar se aumentan de manera considerable por la época del Festival de la Leyenda Vallenata.
Tal condición es la que obliga a dimensionar la importancia del impacto económico que genera el Festival Vallenato en distintos renglones de la economía local y regional.
Pero no solo se activa la ‘economía de los oficios’. El festival es una oportunidad para equilibrar las finanzas de muchos sectores económicos, entre ellos los dedicados a la organización de espectáculos musicales, venta de comidas, bebidas, alojamiento, artesanías y accesorios, turismo, entre una gran variedad de productos y servicios que se mueven durante este certamen folclórico y que están debidamente registrados ante la Cámara de Comercio. Es decir, formalidad e informalidad laboral necesariamente les toca trabajar de la mano para poder atender la gran demanda que implica el Festival Vallenato.
Las cifras del festival 2024, según el informe de la Cámara de Comercio de Valledupar, indican que este evento tuvo una masiva asistencia, superior a los años anteriores. La ocupación hotelera superó el 90%, se contabilizaron 698 vendedores ambulantes y estacionarios, siendo el 30% foráneos. La gastronomía reportó ventas por 100 millones de pesos; la de los bares y discotecas aumentaron en un 60% respecto al año anterior. Expofestival generó ventas de $600 millones. En síntesis, durante el pasado festival circuló mucha plata en Valledupar, ciclo que se espera se repita en este 2025 con mayores dividendos.
Pero en medio de todo, se requiere organizar y tener un mayor control de la llamada ‘economía de los oficios’, compuesta por trabajadores independientes, temporales o por encargo, como conductores de plataformas, vendedores ambulantes, fotógrafos, domiciliarios, guías turísticos y artistas callejeros, entre otros, para así superar aspectos como la falta de regulaciones, de protección social, en fin todo aquello que esté al alcance de la institucionalidad para reconocer el valor de estos trabajadores y generar políticas que les permitan laborar con unas mejores condiciones y así ellos puedan celebrar complacidos el Día Internacional del Trabajo en Valledupar.