Siempre que se celebra o conmemora una fecha especial se suelen hacer llamados a la reflexión sobre tópicos importantes del tema en particular, pero esta vez eso no es suficiente, el Día Mundial de la Salud Mental, 10 de octubre, debe servir es para concretar acciones encaminadas a atender a la población que requiere este tipo de ayuda.
Siempre que se celebra o conmemora una fecha especial se suelen hacer llamados a la reflexión sobre tópicos importantes del tema en particular, pero esta vez eso no es suficiente, el Día Mundial de la Salud Mental, 10 de octubre, debe servir es para concretar acciones encaminadas a atender a la población que requiere este tipo de ayuda.
Según las autoridades de salud del Cesar, en el primer semestre de 2024 hubo un aumento de 11 casos más de intento de suicidio, siendo Valledupar el municipio con mayor reporte con el 36,4 %, seguido por Aguachica con el 14,8 %. En el año 2023 a la misma fecha se habían notificado 229 casos de intentos de suicidio representando un incremento del 2,9 %, donde las personas que generalmente lo intentan son jóvenes de edades entre 15 y 19 años, mientras que el menor rango de intento de suicidio se ha presentado en un grupo de edad de 55 a 59 años.
La situación deja claro que en Valledupar y el departamento del Cesar se necesita actuar con urgencia para contrarrestar el flagelo de la autoeliminación.
Son muchas las tertulias, conversatorios, jornadas de estudio que años tras años se ha desarrollado para analizar el fenómeno de la salud mental en Valledupar y el Cesar. Es decir, ya se cuenta con abundante información y orientación para abordar el problema y solo hace falta que se materialicen los programas por parte de la institucionalidad y la sociedad civil.
Se ha concluido que la confluencia de factores sociales, económicos y laborales específicos de la región han contribuido a un incremento en los problemas relacionados con la salud mental, en los que Valledupar, como capital del Cesar, y los municipios del corredor minero, como La Jagua de Ibirico, Chiriguaná, Becerril y El Paso, viven un entorno marcado por una mezcla de progreso económico ligado a la explotación minera y profundas desigualdades sociales.
Ahora se suma la incertidumbre sobre el futuro de la actividad minera, ello genera un impacto en la salud mental de los trabajadores y sus familias, aspecto que agrava el estado emocional de la población.
Dentro de las conclusiones de anteriores estudios, se ha venido recomendando la creación de programas de salud mental accesibles en el ámbito laboral, especialmente en las empresas mineras, así como una red robusta de apoyo psicológico en las zonas urbanas y rurales. También se ha pedido eliminar los estigmas y afrontar el problema como cualquier otra patología, pero eso sí, con toda la prioridad del caso.
Se propone abordar el problema de manera práctica y tener en cuenta que los problemas de salud mental afectan directamente el desempeño laboral y económico de la región, por ello las empresas y entidades oficiales deben adoptar políticas de bienestar mental. Debe revisarse el costo social y económico del descuido de la salud mental por no atenderse adecuadamente, tanto para el sistema de salud pública como para la sociedad.
Otra recomendación es explorar cómo la tecnología está ayudando a mejorar la atención en salud mental, desde el uso de aplicaciones de autocuidado hasta la telemedicina para facilitar consultas psicológicas a distancia y aprovechar los avances científicos en el tratamiento de trastornos como la depresión o ansiedad.
En síntesis, si bien es importante provocar una discusión más amplia y profunda sobre la relevancia de la salud mental en la vida diaria y en el desarrollo de la sociedad, la prioridad en estos momentos es actuar y lograr la disminución de los índices de suicidio en la región.
Siempre que se celebra o conmemora una fecha especial se suelen hacer llamados a la reflexión sobre tópicos importantes del tema en particular, pero esta vez eso no es suficiente, el Día Mundial de la Salud Mental, 10 de octubre, debe servir es para concretar acciones encaminadas a atender a la población que requiere este tipo de ayuda.
Siempre que se celebra o conmemora una fecha especial se suelen hacer llamados a la reflexión sobre tópicos importantes del tema en particular, pero esta vez eso no es suficiente, el Día Mundial de la Salud Mental, 10 de octubre, debe servir es para concretar acciones encaminadas a atender a la población que requiere este tipo de ayuda.
Según las autoridades de salud del Cesar, en el primer semestre de 2024 hubo un aumento de 11 casos más de intento de suicidio, siendo Valledupar el municipio con mayor reporte con el 36,4 %, seguido por Aguachica con el 14,8 %. En el año 2023 a la misma fecha se habían notificado 229 casos de intentos de suicidio representando un incremento del 2,9 %, donde las personas que generalmente lo intentan son jóvenes de edades entre 15 y 19 años, mientras que el menor rango de intento de suicidio se ha presentado en un grupo de edad de 55 a 59 años.
La situación deja claro que en Valledupar y el departamento del Cesar se necesita actuar con urgencia para contrarrestar el flagelo de la autoeliminación.
Son muchas las tertulias, conversatorios, jornadas de estudio que años tras años se ha desarrollado para analizar el fenómeno de la salud mental en Valledupar y el Cesar. Es decir, ya se cuenta con abundante información y orientación para abordar el problema y solo hace falta que se materialicen los programas por parte de la institucionalidad y la sociedad civil.
Se ha concluido que la confluencia de factores sociales, económicos y laborales específicos de la región han contribuido a un incremento en los problemas relacionados con la salud mental, en los que Valledupar, como capital del Cesar, y los municipios del corredor minero, como La Jagua de Ibirico, Chiriguaná, Becerril y El Paso, viven un entorno marcado por una mezcla de progreso económico ligado a la explotación minera y profundas desigualdades sociales.
Ahora se suma la incertidumbre sobre el futuro de la actividad minera, ello genera un impacto en la salud mental de los trabajadores y sus familias, aspecto que agrava el estado emocional de la población.
Dentro de las conclusiones de anteriores estudios, se ha venido recomendando la creación de programas de salud mental accesibles en el ámbito laboral, especialmente en las empresas mineras, así como una red robusta de apoyo psicológico en las zonas urbanas y rurales. También se ha pedido eliminar los estigmas y afrontar el problema como cualquier otra patología, pero eso sí, con toda la prioridad del caso.
Se propone abordar el problema de manera práctica y tener en cuenta que los problemas de salud mental afectan directamente el desempeño laboral y económico de la región, por ello las empresas y entidades oficiales deben adoptar políticas de bienestar mental. Debe revisarse el costo social y económico del descuido de la salud mental por no atenderse adecuadamente, tanto para el sistema de salud pública como para la sociedad.
Otra recomendación es explorar cómo la tecnología está ayudando a mejorar la atención en salud mental, desde el uso de aplicaciones de autocuidado hasta la telemedicina para facilitar consultas psicológicas a distancia y aprovechar los avances científicos en el tratamiento de trastornos como la depresión o ansiedad.
En síntesis, si bien es importante provocar una discusión más amplia y profunda sobre la relevancia de la salud mental en la vida diaria y en el desarrollo de la sociedad, la prioridad en estos momentos es actuar y lograr la disminución de los índices de suicidio en la región.