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Columnista - 23 octubre, 2016

Desarrollo local y la economía digital

En el marco de la reunión mundial de hábitat III (evento para discutir el futuro de las ciudades) que se realiza en Quito-Ecuador, leí una ponencia que hablaba de la importancia de la economía digital en la dinamización del desarrollo local. La verdad esta referencia me sorprendió, no relacionaba dicha tendencia con desarrollo local, lo […]

En el marco de la reunión mundial de hábitat III (evento para discutir el futuro de las ciudades) que se realiza en Quito-Ecuador, leí una ponencia que hablaba de la importancia de la economía digital en la dinamización del desarrollo local. La verdad esta referencia me sorprendió, no relacionaba dicha tendencia con desarrollo local, lo veía como un fenómeno de macroeconomía.

El documento tenía suficientes argumentos que evidenciaban una clara relación entre desarrollo local y economía digital. Pero ¿qué es la economía digital?, haciendo una simplificación artesanal del concepto, es el conjunto de acciones facilitadas por el uso de internet que permiten un mercado de bienes y servicios, reduciéndose la intermediación.

Los beneficios generados por la llamada economía digital podrían resumirse como el producto de la convergencia de tres grandes tendencias: Acceso y uso de información, menores costos de transacción y coordinación, asequibilidad de tecnologías avanzadas.

Estas tres grandes tendencias tienen efectos distintos en los mercados de productos y servicios, en la ciudadanía (y sociedad civil), y en los gobiernos. ¿La pregunta que me surge cuál es el rol de los gobiernos locales? ¿Será esto posible en municipios categoría 5 y 6?

Según el BID, los gobiernos podrían tener un doble rol. “El primero es el de habilitar un entorno favorable para que tanto ciudadanos como empresas puedan aprovechar al máximo y de manera inclusiva las oportunidades que la economía digital presenta. El segundo es el de apalancar estas nuevas tendencias para poder innovar y mejorar la prestación de servicios públicos”.

De acuerdo con esto, los gobiernos pueden exprimir la economía digital, aquí no interesa su capacidad presupuestal, pero para ello deben establecer: Un marco de competencia efectivo para mercados digitales (véase caso UBER. En varias ciudades del país hay aplicaciones de mercado local). Mecanismos de rendición de cuentas por parte del gobierno. Los gobiernos deben usar tecnologías digitales para empoderar a sus ciudadanos y brindar mejores servicios (existe gobierno en línea). La generación de habilidades digitales en la población.

En este sentido, la economía digital incentiva que los ciudadanos y el sector privado aumenten su colaboración con el gobierno si éste introduce mecanismos de rendición de cuentas y transparencia que permitan una relación abierta entre los distintos actores.

No faltará quién me diga que estoy hablando en chino, pero estoy convencido que esto es posible en cada rincón del país, solo se requieren mandatarios y líderes con visión y proyección más allá de la parroquia. Los jóvenes son vitales en este proceso.

Columnista
23 octubre, 2016

Desarrollo local y la economía digital

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Roberto Carlos Núñez Vega

En el marco de la reunión mundial de hábitat III (evento para discutir el futuro de las ciudades) que se realiza en Quito-Ecuador, leí una ponencia que hablaba de la importancia de la economía digital en la dinamización del desarrollo local. La verdad esta referencia me sorprendió, no relacionaba dicha tendencia con desarrollo local, lo […]


En el marco de la reunión mundial de hábitat III (evento para discutir el futuro de las ciudades) que se realiza en Quito-Ecuador, leí una ponencia que hablaba de la importancia de la economía digital en la dinamización del desarrollo local. La verdad esta referencia me sorprendió, no relacionaba dicha tendencia con desarrollo local, lo veía como un fenómeno de macroeconomía.

El documento tenía suficientes argumentos que evidenciaban una clara relación entre desarrollo local y economía digital. Pero ¿qué es la economía digital?, haciendo una simplificación artesanal del concepto, es el conjunto de acciones facilitadas por el uso de internet que permiten un mercado de bienes y servicios, reduciéndose la intermediación.

Los beneficios generados por la llamada economía digital podrían resumirse como el producto de la convergencia de tres grandes tendencias: Acceso y uso de información, menores costos de transacción y coordinación, asequibilidad de tecnologías avanzadas.

Estas tres grandes tendencias tienen efectos distintos en los mercados de productos y servicios, en la ciudadanía (y sociedad civil), y en los gobiernos. ¿La pregunta que me surge cuál es el rol de los gobiernos locales? ¿Será esto posible en municipios categoría 5 y 6?

Según el BID, los gobiernos podrían tener un doble rol. “El primero es el de habilitar un entorno favorable para que tanto ciudadanos como empresas puedan aprovechar al máximo y de manera inclusiva las oportunidades que la economía digital presenta. El segundo es el de apalancar estas nuevas tendencias para poder innovar y mejorar la prestación de servicios públicos”.

De acuerdo con esto, los gobiernos pueden exprimir la economía digital, aquí no interesa su capacidad presupuestal, pero para ello deben establecer: Un marco de competencia efectivo para mercados digitales (véase caso UBER. En varias ciudades del país hay aplicaciones de mercado local). Mecanismos de rendición de cuentas por parte del gobierno. Los gobiernos deben usar tecnologías digitales para empoderar a sus ciudadanos y brindar mejores servicios (existe gobierno en línea). La generación de habilidades digitales en la población.

En este sentido, la economía digital incentiva que los ciudadanos y el sector privado aumenten su colaboración con el gobierno si éste introduce mecanismos de rendición de cuentas y transparencia que permitan una relación abierta entre los distintos actores.

No faltará quién me diga que estoy hablando en chino, pero estoy convencido que esto es posible en cada rincón del país, solo se requieren mandatarios y líderes con visión y proyección más allá de la parroquia. Los jóvenes son vitales en este proceso.