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Opinión - 8 abril, 2025

Denuncian a docente de la UPC 

Hace tiempo había pensado en escribir una columna de opinión, aunque nunca imaginé que la primera sería en respuesta y denuncia pública a un ataque politiquero de quien fuera mi docente.

Boton Wpp

Hace tiempo había pensado en escribir una columna de opinión, aunque nunca imaginé que la primera sería en respuesta y denuncia pública a un ataque politiquero de quien fuera mi docente. En cualquier otro escenario pasaría la diatriba llena de mentiras esbozadas por el profesor y columnista Aquilino Cotes por alto, pero, son tan claramente encaminados a favorecer a uno de los candidatos en contienda por la representación estudiantil de la UPC, tan fácilmente verificable su falsedad y tan inapropiadas para un medio tan serio como aquel en el que fue publicado, que no me resistí a presentar una respuesta.

En la columna titulada “Denuncian a consejero superior” inicia con la afirmación replicada por el candidato por todos lados y que resultó, como debió haber verificado el columnista, a todas luces falsa: que el ministro de Educación venía a tratar la temática de las elecciones y que estas debían aplazarse. No solo el ministro no tenía idea de que lo hicieron venir a la universidad en una suerte de acto proselitista sino que lejos de tocar temas relacionados con las elecciones vino a hablar sobre la reforma a la Ley 30, no existen irregularidades en la convocatoria de las elecciones internas y en el CSU, en sesión del 3 de abril de 2025, se llegó a la conclusión de que las elecciones no serán aplazadas, se mantiene el calendario electoral sin modificaciones por decisión unánime de todos los consejeros presentes, incluido el delegado del ministerio de Educación que presidió la sesión.

Por otro lado, si bien me halaga que el docente crea que tengo la capacidad de planear una estrategia que implicaría convencer a los más acérrimos contradictores de mi proceso a tomar una de las peores decisiones electorales posibles, cerrar la universidad sin contar con el respaldo estudiantil, y luego permitirme corregirla para quedar como el héroe, no es menos cierto que cualquier persona con el más mínimo conocimiento de la situación interna del proceso estudiantil de la universidad sabría que eso no tiene ninguna posibilidad de ser verdad. El promotor del cierre de la universidad, como quedó registrado en prácticamente todos los medios locales, es uno de mis contendores en las elecciones, el cual ha sido de los más interesados en detener el proceso y desde luego no  hay forma de coincidir para tramar los sinsentidos que Aquilino replica en su intención de favorecer a su candidato, como además se evidencia al notar que todas las “denuncias” que reporta son efectivamente de la candidatura interesada en hacer guerra sucia las elecciones.

De ahí en adelante lo que replica es una seguidilla de mentiras que sorprende por lo fácil de verificar y que, por tal, de refutar.  1. Aducen que no cumplo con el número mínimo de créditos, lo cual es un requisito que se valida para participar en las elecciones, si fuese así no sería candidato.

2. Sugieren que cambié de carrera para reelegirme, lo cual no es más que un chisme de pasillo que evidencia a su vez el poco rigor que el columnista ejerce al escribir o su deliberado interés en favorecer a un candidato por encima de su ética al escribir, no he realizado ninguna variación de carrera para reelegirme. 

3. Denuncian que participé en la discusión y votación de la carga académica, afirmación que demuestra la ignorancia total de los procesos administrativos de la universidad y una vez más, su poco rigor, la carga académica se discute en el Consejo Académico, no en el CSU del cual soy parte.

4. Frente a lo del primer renglón de suplentes de la plancha al CSU, demuestran también su ignorancia o mala fe al desconocer el proceso consagrado en el acuerdo 032 de 2024 expedido por el consejo académico, para la admisión de estudiantes no admitidos, en los casos en que los estudiantes admitidos no culminen el proceso de inscripción y por tal se liberen cupos.

Uno esperaría mucho más rigor por parte de un columnista de tan vieja data en un medio tan prestigioso, pero queda claro que, muchas veces el interés particular y el afán de favorecer a una línea política terminan sobreponiéndose al rigor y a la ética en el ejercicio profesional, con el doble infortunio de que en este caso el que lo realiza es además un encargado de formar a los futuros profesionales quienes esperamos no tomen tan penoso ejemplo.

La Universidad Popular del Cesar ya ha sufrido mucho por culpa de la polarización y rencor arraigado, hemos pasado de la noche oscura y es notable que vamos por buen camino. Para todo aquel que ha llegado hasta esta parte de la columna es, que la diferencia no nos convierta en enemigos ciegos incapaces de valorar lo positivo en los demás.

Por: Juan Nacimiento.

Opinión
8 abril, 2025

Denuncian a docente de la UPC 

Hace tiempo había pensado en escribir una columna de opinión, aunque nunca imaginé que la primera sería en respuesta y denuncia pública a un ataque politiquero de quien fuera mi docente.


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Hace tiempo había pensado en escribir una columna de opinión, aunque nunca imaginé que la primera sería en respuesta y denuncia pública a un ataque politiquero de quien fuera mi docente. En cualquier otro escenario pasaría la diatriba llena de mentiras esbozadas por el profesor y columnista Aquilino Cotes por alto, pero, son tan claramente encaminados a favorecer a uno de los candidatos en contienda por la representación estudiantil de la UPC, tan fácilmente verificable su falsedad y tan inapropiadas para un medio tan serio como aquel en el que fue publicado, que no me resistí a presentar una respuesta.

En la columna titulada “Denuncian a consejero superior” inicia con la afirmación replicada por el candidato por todos lados y que resultó, como debió haber verificado el columnista, a todas luces falsa: que el ministro de Educación venía a tratar la temática de las elecciones y que estas debían aplazarse. No solo el ministro no tenía idea de que lo hicieron venir a la universidad en una suerte de acto proselitista sino que lejos de tocar temas relacionados con las elecciones vino a hablar sobre la reforma a la Ley 30, no existen irregularidades en la convocatoria de las elecciones internas y en el CSU, en sesión del 3 de abril de 2025, se llegó a la conclusión de que las elecciones no serán aplazadas, se mantiene el calendario electoral sin modificaciones por decisión unánime de todos los consejeros presentes, incluido el delegado del ministerio de Educación que presidió la sesión.

Por otro lado, si bien me halaga que el docente crea que tengo la capacidad de planear una estrategia que implicaría convencer a los más acérrimos contradictores de mi proceso a tomar una de las peores decisiones electorales posibles, cerrar la universidad sin contar con el respaldo estudiantil, y luego permitirme corregirla para quedar como el héroe, no es menos cierto que cualquier persona con el más mínimo conocimiento de la situación interna del proceso estudiantil de la universidad sabría que eso no tiene ninguna posibilidad de ser verdad. El promotor del cierre de la universidad, como quedó registrado en prácticamente todos los medios locales, es uno de mis contendores en las elecciones, el cual ha sido de los más interesados en detener el proceso y desde luego no  hay forma de coincidir para tramar los sinsentidos que Aquilino replica en su intención de favorecer a su candidato, como además se evidencia al notar que todas las “denuncias” que reporta son efectivamente de la candidatura interesada en hacer guerra sucia las elecciones.

De ahí en adelante lo que replica es una seguidilla de mentiras que sorprende por lo fácil de verificar y que, por tal, de refutar.  1. Aducen que no cumplo con el número mínimo de créditos, lo cual es un requisito que se valida para participar en las elecciones, si fuese así no sería candidato.

2. Sugieren que cambié de carrera para reelegirme, lo cual no es más que un chisme de pasillo que evidencia a su vez el poco rigor que el columnista ejerce al escribir o su deliberado interés en favorecer a un candidato por encima de su ética al escribir, no he realizado ninguna variación de carrera para reelegirme. 

3. Denuncian que participé en la discusión y votación de la carga académica, afirmación que demuestra la ignorancia total de los procesos administrativos de la universidad y una vez más, su poco rigor, la carga académica se discute en el Consejo Académico, no en el CSU del cual soy parte.

4. Frente a lo del primer renglón de suplentes de la plancha al CSU, demuestran también su ignorancia o mala fe al desconocer el proceso consagrado en el acuerdo 032 de 2024 expedido por el consejo académico, para la admisión de estudiantes no admitidos, en los casos en que los estudiantes admitidos no culminen el proceso de inscripción y por tal se liberen cupos.

Uno esperaría mucho más rigor por parte de un columnista de tan vieja data en un medio tan prestigioso, pero queda claro que, muchas veces el interés particular y el afán de favorecer a una línea política terminan sobreponiéndose al rigor y a la ética en el ejercicio profesional, con el doble infortunio de que en este caso el que lo realiza es además un encargado de formar a los futuros profesionales quienes esperamos no tomen tan penoso ejemplo.

La Universidad Popular del Cesar ya ha sufrido mucho por culpa de la polarización y rencor arraigado, hemos pasado de la noche oscura y es notable que vamos por buen camino. Para todo aquel que ha llegado hasta esta parte de la columna es, que la diferencia no nos convierta en enemigos ciegos incapaces de valorar lo positivo en los demás.

Por: Juan Nacimiento.