Dentro de las conclusiones de la conversación, líderes gremiales subrayaron la necesidad de participar en la construcción de las políticas públicas de los territorios. Además, entre los gremios departamentales hay consenso de la necesidad de “enfocar la educación para el trabajo”.
No hay duda del protagonismo de los empresarios en el bienestar de los territorios. Juegan un papel clave. En ese sentido, este martes, directivos de gremios y empresarios del departamento del Cesar conversaron sobre la incidencia de los gremios en el desarrollo de los territorios bajo la dirección de la presidenta del Consejo gremial nacional y presidenta de la Cámara colombiana de la construcción, Camacol, Sandra Forero.
Dentro de las conclusiones de la conversación, la líder gremial subrayó la necesidad de participar en la construcción de las políticas públicas de los territorios.
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“Como sector empresarial debemos tener diálogo con los gobiernos sobre el impacto de las políticas económicas. En lo local le corresponde a los gremios locales. Ahora que hay nuevos gobernadores y alcaldes poderse sentar con ellos y mostrarle propuestas para superar la informalidad, el desempleo, por ejemplo. Generalmente un alcalde es experto en uno o dos temas, pero si uno quiere tener verdaderos gerentes urbanos, deben entrar los gremios”, explicó Forero.
Para una mejor compaginación entre las entidades públicas y el sector privado, Hernán Araujo, presidente de Camacol, Cesar, indicó que es necesario un cambio en la forma cómo se percibe al sector empresarial.
“Es necesario que los mandatarios locales dejen de mirar con recelos a los empresarios, al contrario, (lo recomendable es que) descargarán un poco las responsabilidades en este sector de la sociedad que conoce el sector productivo, que no pase que llega una asesor que empieza a tirar línea en un plan de desarrollo que en algunos casos no es consultado con la realidad de los gremios”, recomendó Araujo.
En la búsqueda de participación en la construcción de políticas públicas, Arístides López, presidente del Comité Intergremial del departamento del Cesar, indicó que se formó el Comité Universidad, Empresa, Estado, CUEE, departamental.
“Una preocupación que nos asiste en la educación es el talento humano, por eso, con la academia hemos entrado a fortalecer y crear en Valledupar el Comité Universidad, Empresa, Estado. Este año nos está acompañando el CUEE Antioquia, un comité que tiene 16 años. Queremos que este Comité sea liderado por los empresarios. El CUEE es un espacio de concertación para impulsar el emprendimiento y la tecnología. Es un espacio voluntario que permitirá definir temas ante el Ministerio de Tecnología y se requiere la presencia de los empresarios”, detalló López.
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Similar decisión se tomó desde la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, seccional Cesar. Como explicó su director, Octavio Pico, junto a la Universidad Popular del Cesar, UPC, se creó el Observatorio Económico del Comercio para hacer investigaciones y seguimiento a las actividades específicas del comercio que sirvan para la acción. “Esa información es importante para que no se tomen decisiones basadas en iluminaciones, en ‘yo quise’ o ‘me parece’”, comentó.
Entre los gremios departamentales hay consenso de la necesidad de “enfocar la educación para el trabajo”. En la actualidad los resultados no son positivos. Según el Índice de Competitividad departamental, el Cesar se raja en la educación para el trabajo y el desarrollo humano con un puntaje de 2,7 sobre 10, ocupando el puesto 20 entre 32 departamentos.
En esas diferencias entre la academia y la oferta laboral se explica parte del problema que en enero Valledupar fue la décima ciudad en desempleo juvenil con una tasa de 23,4 %. Incluso, en noviembre de 2019 ocupaba el primer lugar con un preocupante 26,5 %, según el Dane.
“El empleo sigue siendo el factor principal que afecta la confianza y el desempeño del país. En el fenómeno del desempleo hay dos grupos de interés sobre los que se debe trabajar: mujeres y jóvenes. Pensemos lo que es para un joven que logra formarse como bachiller, salir y no encontrar nada. El descontento de esos jóvenes es brutal. Ese es el gran reto que tenemos”, señaló Forero. En el caso departamental la apuesta es el CUEE para integrar la academia con la demanda de mano de obra del sector privado.
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Sumado al desempleo, el Cesar y su capital sufren altas tasas de informalidad. Según el Dane, de cada 100 personas ocupadas en la capital del departamento, 61 lo hacen en la informalidad. Un golpe al bienestar general como ciudad, aseguraron desde Fenalco. “Es preocupante porque la informalidad presiona al sector salud, pero también resta oportunidades. Frente a ese panorama debemos actuar”, comentó Octavio Pico.
La informalidad en Valledupar supera el promedio nacional del 46,2 %. Desde Camacol la informalidad es un mal que rompe la cadena productiva de los principales sectores económicos.
“Tenemos una altísima tasa de informalidad. Me decía un empresario que se hace VIS (Vivienda de Interés Social) pero no hay quién compre. La construcción es uno de los principales generadores de empleo pero el sector no se mueve porque no hay quién compre. Hay que romper el círculo, eso depende de políticas públicas”, dijo Sandra Forero.
Índices de competitividad marcan que la ciudad se raja en el manejo de recursos públicos. Para los gremios es clave que se destinen bien. “El país depende de lo que pase en las regiones. ¿Qué es lo que suma? Lo que pasa en las regiones. El crecimiento de este año, a parte del coronavirus que se atravesó, depende de lo que pase en las regiones. Las inversiones en equipamiento urbano de los alcaldes anualmente suman 70 billones de pesos. Eso mueve la economía pero bien invertidos”, agregó la directora de Camacol.
Además del mejor manejo de recursos, la generación de empleo y mejoramiento de las condiciones de vida son claves para mejorar la desgastada confianza que hay en los territorios hacia las autoridades y los empresarios, concluyeron los participantes del foro.
Dentro de las conclusiones de la conversación, líderes gremiales subrayaron la necesidad de participar en la construcción de las políticas públicas de los territorios. Además, entre los gremios departamentales hay consenso de la necesidad de “enfocar la educación para el trabajo”.
No hay duda del protagonismo de los empresarios en el bienestar de los territorios. Juegan un papel clave. En ese sentido, este martes, directivos de gremios y empresarios del departamento del Cesar conversaron sobre la incidencia de los gremios en el desarrollo de los territorios bajo la dirección de la presidenta del Consejo gremial nacional y presidenta de la Cámara colombiana de la construcción, Camacol, Sandra Forero.
Dentro de las conclusiones de la conversación, la líder gremial subrayó la necesidad de participar en la construcción de las políticas públicas de los territorios.
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“Como sector empresarial debemos tener diálogo con los gobiernos sobre el impacto de las políticas económicas. En lo local le corresponde a los gremios locales. Ahora que hay nuevos gobernadores y alcaldes poderse sentar con ellos y mostrarle propuestas para superar la informalidad, el desempleo, por ejemplo. Generalmente un alcalde es experto en uno o dos temas, pero si uno quiere tener verdaderos gerentes urbanos, deben entrar los gremios”, explicó Forero.
Para una mejor compaginación entre las entidades públicas y el sector privado, Hernán Araujo, presidente de Camacol, Cesar, indicó que es necesario un cambio en la forma cómo se percibe al sector empresarial.
“Es necesario que los mandatarios locales dejen de mirar con recelos a los empresarios, al contrario, (lo recomendable es que) descargarán un poco las responsabilidades en este sector de la sociedad que conoce el sector productivo, que no pase que llega una asesor que empieza a tirar línea en un plan de desarrollo que en algunos casos no es consultado con la realidad de los gremios”, recomendó Araujo.
En la búsqueda de participación en la construcción de políticas públicas, Arístides López, presidente del Comité Intergremial del departamento del Cesar, indicó que se formó el Comité Universidad, Empresa, Estado, CUEE, departamental.
“Una preocupación que nos asiste en la educación es el talento humano, por eso, con la academia hemos entrado a fortalecer y crear en Valledupar el Comité Universidad, Empresa, Estado. Este año nos está acompañando el CUEE Antioquia, un comité que tiene 16 años. Queremos que este Comité sea liderado por los empresarios. El CUEE es un espacio de concertación para impulsar el emprendimiento y la tecnología. Es un espacio voluntario que permitirá definir temas ante el Ministerio de Tecnología y se requiere la presencia de los empresarios”, detalló López.
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Similar decisión se tomó desde la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, seccional Cesar. Como explicó su director, Octavio Pico, junto a la Universidad Popular del Cesar, UPC, se creó el Observatorio Económico del Comercio para hacer investigaciones y seguimiento a las actividades específicas del comercio que sirvan para la acción. “Esa información es importante para que no se tomen decisiones basadas en iluminaciones, en ‘yo quise’ o ‘me parece’”, comentó.
Entre los gremios departamentales hay consenso de la necesidad de “enfocar la educación para el trabajo”. En la actualidad los resultados no son positivos. Según el Índice de Competitividad departamental, el Cesar se raja en la educación para el trabajo y el desarrollo humano con un puntaje de 2,7 sobre 10, ocupando el puesto 20 entre 32 departamentos.
En esas diferencias entre la academia y la oferta laboral se explica parte del problema que en enero Valledupar fue la décima ciudad en desempleo juvenil con una tasa de 23,4 %. Incluso, en noviembre de 2019 ocupaba el primer lugar con un preocupante 26,5 %, según el Dane.
“El empleo sigue siendo el factor principal que afecta la confianza y el desempeño del país. En el fenómeno del desempleo hay dos grupos de interés sobre los que se debe trabajar: mujeres y jóvenes. Pensemos lo que es para un joven que logra formarse como bachiller, salir y no encontrar nada. El descontento de esos jóvenes es brutal. Ese es el gran reto que tenemos”, señaló Forero. En el caso departamental la apuesta es el CUEE para integrar la academia con la demanda de mano de obra del sector privado.
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Sumado al desempleo, el Cesar y su capital sufren altas tasas de informalidad. Según el Dane, de cada 100 personas ocupadas en la capital del departamento, 61 lo hacen en la informalidad. Un golpe al bienestar general como ciudad, aseguraron desde Fenalco. “Es preocupante porque la informalidad presiona al sector salud, pero también resta oportunidades. Frente a ese panorama debemos actuar”, comentó Octavio Pico.
La informalidad en Valledupar supera el promedio nacional del 46,2 %. Desde Camacol la informalidad es un mal que rompe la cadena productiva de los principales sectores económicos.
“Tenemos una altísima tasa de informalidad. Me decía un empresario que se hace VIS (Vivienda de Interés Social) pero no hay quién compre. La construcción es uno de los principales generadores de empleo pero el sector no se mueve porque no hay quién compre. Hay que romper el círculo, eso depende de políticas públicas”, dijo Sandra Forero.
Índices de competitividad marcan que la ciudad se raja en el manejo de recursos públicos. Para los gremios es clave que se destinen bien. “El país depende de lo que pase en las regiones. ¿Qué es lo que suma? Lo que pasa en las regiones. El crecimiento de este año, a parte del coronavirus que se atravesó, depende de lo que pase en las regiones. Las inversiones en equipamiento urbano de los alcaldes anualmente suman 70 billones de pesos. Eso mueve la economía pero bien invertidos”, agregó la directora de Camacol.
Además del mejor manejo de recursos, la generación de empleo y mejoramiento de las condiciones de vida son claves para mejorar la desgastada confianza que hay en los territorios hacia las autoridades y los empresarios, concluyeron los participantes del foro.