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Opinión - 18 agosto, 2024

Criminalidad, mototaxismo y pobreza monetaria

El resultado de una radiografía social a la ciudad de los Santos Reyes.

“Urge la implementación de una política pública contra el crimen, que llegue a lo más recóndito de este territorio, así como nos embelesa escuchar las notas de un acordeón”. Foto: EL PILÓN.
“Urge la implementación de una política pública contra el crimen, que llegue a lo más recóndito de este territorio, así como nos embelesa escuchar las notas de un acordeón”. Foto: EL PILÓN.
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Valledupar es una ciudad con una riqueza cultural, gastronómica y ambiental inimaginable, su posición geográfica la ubica en ese valle con el que Dios un día premió a este suelo, y nos lo regaló entre la Sierra Nevada de Santa Marta y la serranía del Perijá. En los últimos años su crecimiento poblacional ha sido considerado, aunado a ello, el éxodo de Venezuela u otros factores, es menester precisar que también han aumentado todos los problemas sociales. ¿A mayor número de habitantes? ¡Mayores cosas por atender…!

Pasamos de ser aquel mítico pueblo del Cacique Upar, de cantos de vaquerías y leyendas, de casas coloniales a ser la Capital Mundial del Vallenato, y precisamente porque celebramos en abril, la fiesta más importante para los vallenatos, donde engalana a nuestro amado folclor. ¡Vaya, qué presea carga en los hombros la maternal, centenaria y bravía…!

Esta minúscula presentación de la paciente que sometimos a una radiografía y arrojó en el estudio unos síntomas particulares y detallados, los cuales son: criminalidad, mototaxismo y pobreza monetaria.
Ante esto y como soplo del espíritu santo, saco de los recovecos de mi memoria, aquella vieja cátedra de nuestro insigne profesor Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa, en mi paso por la UPC. Recuerdo que en Sociología Jurídica y Criminología nos enseñó con la precisión de un relojero que, en el crimen, no solo confluía la voluntad de aquel que infringía la norma, ahí no solo estaba esa vertical voluntad del autor o interviniente de la conducta desviada, sino que estaban inmersos unos factores, tales como educación, empleo, pobreza, apoyo institucional, etc.

Es por ello que en atención a este síntoma que fulmina y cercena la tranquilidad de propios y visitantes, invitamos a los entes del poder ejecutivo —y me refiero de manera directa a nuestros entes gubernamentales en los diferentes órdenes: municipal, departamental y nacional—, a que pongan los ojos a este flagelo que cada día hace metástasis en los diferentes sectores y comunas de nuestra amada ciudad, urge la implementación de una política pública contra el crimen, que llegue a lo más recóndito de este territorio, así como nos embelesa escuchar las notas de un acordeón. Ojo, a la fecha ascendemos a más 1.000 hurtos y más de 60 homicidios.

Continuamos auscultando nuestra paciente y encontramos otro síntoma que tiene en colapso a la movilidad de la ciudad, se observa una praxis de trabajo informal, como lo es el mototaxismo, que tiene una génesis singular “porque la necesidad obliga a crear oportunidades” y es así, como hombres y mujeres orientados por el sentido de la responsabilidad para con sus hijos y familia, deciden proveer el sustento de sus hogares, con esta inadecuada actividad, pero como matriz de nacimiento, esto surge ante la miopía de haber proyectado en otrora, un sistema masivo de transporte óptimo, eficiente y seguro. No quiero encontrar culpable, aquí culpable somos todos.

Por ahí escuché decir que el mototaxismo era un cáncer, ¡por Dios…!
Es muy cómodo expeler calificativos discriminatorios y sin el más mínimo sentido humano, cuando en casa hay niños, mujeres y padres llorando y suplicando lo mínimo con lo que un ser humano merece vivir, y lo resalto, es un techo digno, una alimentación, educación, atención en salud, etc.

Ante este particular y álgido síntoma urge implementar una campaña masiva en asocio con las dependencias de tránsito municipal y departamental y policía de tránsito u otros, para que se capacite sobre el buen uso de este medio de transporte, se estimule y se promuevan incentivos en la circulación de manera legal con la documentación requerida y por último se realice un estudio para delimitar unas zonas para su tránsito, estoy muy seguro que sería un tratamiento certero a la sintomatología presentada en este aspecto.

Pobreza monetaria, entendamos que este último síntoma no es más que el valor en dinero que necesita una persona al mes para adquirir una canasta básica de alimentos, servicios y otros bienes mínimos para vivir, sin tanto adorno: no hay plata, la poca circulación del dinero tanto en efectivo como digital es muy bajo, urge que la institucionalidad revise con detenimiento y potencie a los emprendedores, con fondos de garantía, las entidades financieras establecidas en la ciudad aunadas con los entes territoriales promuevan campañas de microcréditos y en la escala macroempresarial, que se inviten a empresas de cadenas nacionales e internacionales a establecerse en nuestro territorio a través de disminución de pago de impuestos y/o compensación por responsabilidad empresarial, la cesión de predios en comodato para su instalación, promoción de eventos de índole cultural, gastronómicos, ecoturismo u otros sin número de actividades que con voluntad y amor por lo nuestro se pueden proyectar, para ver así, en una próxima radiografía que los síntomas que hoy más no aquejan han tenido mejoría o mejor aún han desaparecido.

Por Geiber Silva Durán
Abogado – columnista

Opinión
18 agosto, 2024

Criminalidad, mototaxismo y pobreza monetaria

El resultado de una radiografía social a la ciudad de los Santos Reyes.


“Urge la implementación de una política pública contra el crimen, que llegue a lo más recóndito de este territorio, así como nos embelesa escuchar las notas de un acordeón”. Foto: EL PILÓN.
“Urge la implementación de una política pública contra el crimen, que llegue a lo más recóndito de este territorio, así como nos embelesa escuchar las notas de un acordeón”. Foto: EL PILÓN.
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Valledupar es una ciudad con una riqueza cultural, gastronómica y ambiental inimaginable, su posición geográfica la ubica en ese valle con el que Dios un día premió a este suelo, y nos lo regaló entre la Sierra Nevada de Santa Marta y la serranía del Perijá. En los últimos años su crecimiento poblacional ha sido considerado, aunado a ello, el éxodo de Venezuela u otros factores, es menester precisar que también han aumentado todos los problemas sociales. ¿A mayor número de habitantes? ¡Mayores cosas por atender…!

Pasamos de ser aquel mítico pueblo del Cacique Upar, de cantos de vaquerías y leyendas, de casas coloniales a ser la Capital Mundial del Vallenato, y precisamente porque celebramos en abril, la fiesta más importante para los vallenatos, donde engalana a nuestro amado folclor. ¡Vaya, qué presea carga en los hombros la maternal, centenaria y bravía…!

Esta minúscula presentación de la paciente que sometimos a una radiografía y arrojó en el estudio unos síntomas particulares y detallados, los cuales son: criminalidad, mototaxismo y pobreza monetaria.
Ante esto y como soplo del espíritu santo, saco de los recovecos de mi memoria, aquella vieja cátedra de nuestro insigne profesor Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa, en mi paso por la UPC. Recuerdo que en Sociología Jurídica y Criminología nos enseñó con la precisión de un relojero que, en el crimen, no solo confluía la voluntad de aquel que infringía la norma, ahí no solo estaba esa vertical voluntad del autor o interviniente de la conducta desviada, sino que estaban inmersos unos factores, tales como educación, empleo, pobreza, apoyo institucional, etc.

Es por ello que en atención a este síntoma que fulmina y cercena la tranquilidad de propios y visitantes, invitamos a los entes del poder ejecutivo —y me refiero de manera directa a nuestros entes gubernamentales en los diferentes órdenes: municipal, departamental y nacional—, a que pongan los ojos a este flagelo que cada día hace metástasis en los diferentes sectores y comunas de nuestra amada ciudad, urge la implementación de una política pública contra el crimen, que llegue a lo más recóndito de este territorio, así como nos embelesa escuchar las notas de un acordeón. Ojo, a la fecha ascendemos a más 1.000 hurtos y más de 60 homicidios.

Continuamos auscultando nuestra paciente y encontramos otro síntoma que tiene en colapso a la movilidad de la ciudad, se observa una praxis de trabajo informal, como lo es el mototaxismo, que tiene una génesis singular “porque la necesidad obliga a crear oportunidades” y es así, como hombres y mujeres orientados por el sentido de la responsabilidad para con sus hijos y familia, deciden proveer el sustento de sus hogares, con esta inadecuada actividad, pero como matriz de nacimiento, esto surge ante la miopía de haber proyectado en otrora, un sistema masivo de transporte óptimo, eficiente y seguro. No quiero encontrar culpable, aquí culpable somos todos.

Por ahí escuché decir que el mototaxismo era un cáncer, ¡por Dios…!
Es muy cómodo expeler calificativos discriminatorios y sin el más mínimo sentido humano, cuando en casa hay niños, mujeres y padres llorando y suplicando lo mínimo con lo que un ser humano merece vivir, y lo resalto, es un techo digno, una alimentación, educación, atención en salud, etc.

Ante este particular y álgido síntoma urge implementar una campaña masiva en asocio con las dependencias de tránsito municipal y departamental y policía de tránsito u otros, para que se capacite sobre el buen uso de este medio de transporte, se estimule y se promuevan incentivos en la circulación de manera legal con la documentación requerida y por último se realice un estudio para delimitar unas zonas para su tránsito, estoy muy seguro que sería un tratamiento certero a la sintomatología presentada en este aspecto.

Pobreza monetaria, entendamos que este último síntoma no es más que el valor en dinero que necesita una persona al mes para adquirir una canasta básica de alimentos, servicios y otros bienes mínimos para vivir, sin tanto adorno: no hay plata, la poca circulación del dinero tanto en efectivo como digital es muy bajo, urge que la institucionalidad revise con detenimiento y potencie a los emprendedores, con fondos de garantía, las entidades financieras establecidas en la ciudad aunadas con los entes territoriales promuevan campañas de microcréditos y en la escala macroempresarial, que se inviten a empresas de cadenas nacionales e internacionales a establecerse en nuestro territorio a través de disminución de pago de impuestos y/o compensación por responsabilidad empresarial, la cesión de predios en comodato para su instalación, promoción de eventos de índole cultural, gastronómicos, ecoturismo u otros sin número de actividades que con voluntad y amor por lo nuestro se pueden proyectar, para ver así, en una próxima radiografía que los síntomas que hoy más no aquejan han tenido mejoría o mejor aún han desaparecido.

Por Geiber Silva Durán
Abogado – columnista