Sin encontrar respuestas favorables están desde hace más de siete años los habitantes de corregimientos como Patillal, Guacoche, Guacochito, Alto de la Vuelta, Las Raíces y La Vega, jurisdicción de la capital del Cesar, que vienen denunciado la falta de agua potable debido a las aguas residuales que caen al acueducto regional. 

Ricardo Corzo, líder comunitario del corregimiento de Patillal, recordó que las obras del sistema de alcantarillado gestionadas por el gobernador del Cesar (2004-2007), Hernando Molina Araújo, quedaron a medias y dejaron a la población sin agua para beber. 

“La tubería de aguas negras quedó hasta el arroyo La Malena, que está contaminando el afluente y luego esa agua va a parar al río Badillo y finalmente al acueducto que nos surte”, explicó.  

El problema del alcantarillado incluso de Patillal ha desencadenado otros peores. Como la comercialización ilegal de agua potable, desde el casco urbano de Valledupar hasta los corregimientos del norte. 

Y la proliferación de enfermedades debido a las aguas residuales que se empozan, debido al rebosamiento de manjoles. 
“Los olores son insoportables, se han presentado casos de dengue y brotes en los niños. A nosotros mismos nos ha tocado fumigar”, aseguró Ricardo Corzo. 

No hay solución a la vista   

Luis Eduardo Gutiérrez, gerente de Emdupar, dijo que el alcantarillado de los corregimientos de Valledupar, no es competencia de la empresa de servicios públicos, sino de la Secretaría de Obras del Municipio. 

“Para eso se requiere la modificación de los estatutos y por eso las comunidades de los corregimientos están interesados en que Emdupar se haga cargo de esa situación”, explicó el funcionario. 

Por su parte, Jair González, secretario de Obras Municipal, manifestó que no existe proyecto alguno para culminar las obras del alcantarillado de Patillal. 

“Esa obra tiene más de 10 años de haberse ejecutado, el problemas es que el sistema de alcantarillado no está conectado a la laguna de oxidación, por eso la están cargando hacia La Malena. 

Hay un manto geomorfológico que no ha dejado que a la tubería la profundicen hasta la laguna de oxidación. Es un proyecto que se debe organizar porque requiere dinamita, debido al manto de piedra que no deja pasar la tubería”, aclaró el secretario. 

“La tubería de aguas negras quedó hasta el arroyo La Malena, contaminando el afluente y luego esa agua va a parar al río Badillo y finalmente al acueducto que nos surte”: Ricardo Corzo, líder comunitario.

Por Martín Mendoza

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