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Cesar - 29 mayo, 2025

Coronel (r) Urrego narra ante la JEP cómo asesinaron a tres mamos arhuacos en 1990

El coronel (r) Luis Fernando Urrego Ávila reconoció ante la JEP haber presenciado el secuestro y asesinato de tres mamos arhuacos en 1990, pidió perdón y reveló detalles de los hechos y las órdenes recibidas.

Javier Torres Solís, representante del pueblo arhuaco, y el coronel (r) Luis Fernando Urrego Ávila se encuentran durante la diligencia de versión voluntaria ante la JEP, en el marco de la investigación por el secuestro y asesinato de tres Mamos Arhuacos en 1990. Foto: JEP.
Javier Torres Solís, representante del pueblo arhuaco, y el coronel (r) Luis Fernando Urrego Ávila se encuentran durante la diligencia de versión voluntaria ante la JEP, en el marco de la investigación por el secuestro y asesinato de tres Mamos Arhuacos en 1990. Foto: JEP.
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La Sala de Reconocimiento de Verdad de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) escuchó la versión voluntaria del coronel retirado Luis Fernando Urrego Ávila, exintegrante de la fuerza pública, vinculado a la investigación por el secuestro, tortura y desaparición forzada de tres mamos —autoridades espirituales del pueblo arhuaco— y la tortura de dos miembros de esa comunidad en 1990. Estos hechos, incluidos en el Informe Final de la Comisión de la Verdad, son representativos dentro del Caso 09, que indaga crímenes no amnistiables cometidos contra pueblos y territorios étnicos en el marco del conflicto armado.

La audiencia fue dirigida por la magistrada Caterina Heyck Puyana, del Tribunal para la Paz, quien apoya en movilidad a la Sala de Reconocimiento en el Caso 09, Subcaso Sierra Nevada de Santa Marta.

“Vine a decir toda la verdad”

Durante su testimonio, el coronel Urrego relató con detalle los hechos que presenció y su participación en ellos. Reconoció haber estado encubierto en el Cesar por órdenes del general Hugo Tovar Sánchez, comandante de la Brigada Móvil No. 1 del Ejército, con el fin de obtener información sobre la zona y los movimientos de la comunidad arhuaca.

Urrego explicó que estuvo en permanente compañía de John Ramírez, jefe de seguridad del empresario Alfonso Macías, y que ambos se alojaban en la Hacienda Bethania, propiedad de Luis Alberto Restrepo, así como en un apartamento de Carlos Mattos en Valledupar. Sobre la relación con estos particulares, Urrego afirmó: “Yo estaba encubierto, que es muy diferente. Si uno está encubierto y empieza a dar órdenes, pues entonces ya está descubierto”.

El coronel (r) Luis Fernando Urrego Ávila rinde versión voluntaria ante la JEP. Foto: JEP.

Respecto a los hechos de tortura, Urrego narró el momento en que presenció cómo el comandante Luis Fernando Duque Izquierdo, en el Batallón La Popa, agredía físicamente a un indígena arhuaco: “Ese día me dio mucha rabia porque el coronel estaba maltratando a una persona, primero indefensa… Yo nunca había visto eso en toda mi carrera militar, que un coronel delante de todo el mundo le pegara a alguien… Eso no está dentro de mis principios”.

Urrego aseguró que intentó retirarse de la escena y que posteriormente buscó informar al general Tovar Sánchez sobre lo ocurrido, aunque este le ordenó callar: “Yo iba a informarle al general, pero eso no lo alcancé a informarle… El general me mandó y yo le informaba era directamente al general. Personalmente, nunca por teléfono”.

El secuestro y asesinato de los mamos

Sobre el secuestro y asesinato de los mamos, Urrego detalló cómo fue testigo de la operación: “Durante el recorrido pasamos por Bosconia y ahí John recibió la orden de que había que capturar a tres indígenas que iban en un bus. Dijo que eran ‘órdenes de arriba‘. Yo no sabía con quién estaba realmente, si con grupos de delincuencia o quiénes eran”.

Añadió que civiles armados bajaron a los tres mamos del bus y los trasladaron en vehículos particulares: “Subieron a los indígenas al vehículo de atrás que nos venía siguiendo y al carro donde yo iba. Yo quedé ahí inmediatamente asustado porque no sabía con quién estaba… Nos devolvimos y llegamos a la Hacienda Betania, donde los indígenas pasaron la noche”.

Urrego reconoció que esa noche estuvo angustiado por la situación: “Eso yo no lo había vivido y más con particulares que yo no conocía… No hacía sino pensar cómo me voy, cómo salgo de esto, porque me metieron en ese problema”. Según su relato, fue testigo directo del asesinato de uno de los mamos: “Vi cómo John Ramírez bajó del vehículo a uno de los mamos y lo asesinó a sangre fría. Otros hombres que iban en un carro detrás mataron a los otros dos mamos, dejando sus cuerpos tirados en la carretera, en las inmediaciones de Bosconia, Cesar”.

Responsabilidad, arrepentimiento y petición de perdón

Entre lágrimas, el coronel Urrego pidió perdón al pueblo arhuaco y asumió su responsabilidad por omisión: “Esto cambió mi vida, mi hogar y mi carrera. En su momento puse en conocimiento todo lo que presencié al general Hugo Tovar Sánchez, quien me dio la orden de callar”.

Urrego insistió en que su intención en la audiencia era decir toda la verdad: “Vine a decir primero la verdad aquí, toda la verdad. El que sabe la razón exacta de quién dio la orden de la captura y asesinato de los indígenases John”.

La JEP continuará el proceso de contrastación de la información recibida y determinará los pasos a seguir en el marco del Caso 09, que busca satisfacer el derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación integral.

Por: Katlin Navarro Luna/ EL PILÓN

Cesar
29 mayo, 2025

Coronel (r) Urrego narra ante la JEP cómo asesinaron a tres mamos arhuacos en 1990

El coronel (r) Luis Fernando Urrego Ávila reconoció ante la JEP haber presenciado el secuestro y asesinato de tres mamos arhuacos en 1990, pidió perdón y reveló detalles de los hechos y las órdenes recibidas.


Javier Torres Solís, representante del pueblo arhuaco, y el coronel (r) Luis Fernando Urrego Ávila se encuentran durante la diligencia de versión voluntaria ante la JEP, en el marco de la investigación por el secuestro y asesinato de tres Mamos Arhuacos en 1990. Foto: JEP.
Javier Torres Solís, representante del pueblo arhuaco, y el coronel (r) Luis Fernando Urrego Ávila se encuentran durante la diligencia de versión voluntaria ante la JEP, en el marco de la investigación por el secuestro y asesinato de tres Mamos Arhuacos en 1990. Foto: JEP.
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La Sala de Reconocimiento de Verdad de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) escuchó la versión voluntaria del coronel retirado Luis Fernando Urrego Ávila, exintegrante de la fuerza pública, vinculado a la investigación por el secuestro, tortura y desaparición forzada de tres mamos —autoridades espirituales del pueblo arhuaco— y la tortura de dos miembros de esa comunidad en 1990. Estos hechos, incluidos en el Informe Final de la Comisión de la Verdad, son representativos dentro del Caso 09, que indaga crímenes no amnistiables cometidos contra pueblos y territorios étnicos en el marco del conflicto armado.

La audiencia fue dirigida por la magistrada Caterina Heyck Puyana, del Tribunal para la Paz, quien apoya en movilidad a la Sala de Reconocimiento en el Caso 09, Subcaso Sierra Nevada de Santa Marta.

“Vine a decir toda la verdad”

Durante su testimonio, el coronel Urrego relató con detalle los hechos que presenció y su participación en ellos. Reconoció haber estado encubierto en el Cesar por órdenes del general Hugo Tovar Sánchez, comandante de la Brigada Móvil No. 1 del Ejército, con el fin de obtener información sobre la zona y los movimientos de la comunidad arhuaca.

Urrego explicó que estuvo en permanente compañía de John Ramírez, jefe de seguridad del empresario Alfonso Macías, y que ambos se alojaban en la Hacienda Bethania, propiedad de Luis Alberto Restrepo, así como en un apartamento de Carlos Mattos en Valledupar. Sobre la relación con estos particulares, Urrego afirmó: “Yo estaba encubierto, que es muy diferente. Si uno está encubierto y empieza a dar órdenes, pues entonces ya está descubierto”.

El coronel (r) Luis Fernando Urrego Ávila rinde versión voluntaria ante la JEP. Foto: JEP.

Respecto a los hechos de tortura, Urrego narró el momento en que presenció cómo el comandante Luis Fernando Duque Izquierdo, en el Batallón La Popa, agredía físicamente a un indígena arhuaco: “Ese día me dio mucha rabia porque el coronel estaba maltratando a una persona, primero indefensa… Yo nunca había visto eso en toda mi carrera militar, que un coronel delante de todo el mundo le pegara a alguien… Eso no está dentro de mis principios”.

Urrego aseguró que intentó retirarse de la escena y que posteriormente buscó informar al general Tovar Sánchez sobre lo ocurrido, aunque este le ordenó callar: “Yo iba a informarle al general, pero eso no lo alcancé a informarle… El general me mandó y yo le informaba era directamente al general. Personalmente, nunca por teléfono”.

El secuestro y asesinato de los mamos

Sobre el secuestro y asesinato de los mamos, Urrego detalló cómo fue testigo de la operación: “Durante el recorrido pasamos por Bosconia y ahí John recibió la orden de que había que capturar a tres indígenas que iban en un bus. Dijo que eran ‘órdenes de arriba‘. Yo no sabía con quién estaba realmente, si con grupos de delincuencia o quiénes eran”.

Añadió que civiles armados bajaron a los tres mamos del bus y los trasladaron en vehículos particulares: “Subieron a los indígenas al vehículo de atrás que nos venía siguiendo y al carro donde yo iba. Yo quedé ahí inmediatamente asustado porque no sabía con quién estaba… Nos devolvimos y llegamos a la Hacienda Betania, donde los indígenas pasaron la noche”.

Urrego reconoció que esa noche estuvo angustiado por la situación: “Eso yo no lo había vivido y más con particulares que yo no conocía… No hacía sino pensar cómo me voy, cómo salgo de esto, porque me metieron en ese problema”. Según su relato, fue testigo directo del asesinato de uno de los mamos: “Vi cómo John Ramírez bajó del vehículo a uno de los mamos y lo asesinó a sangre fría. Otros hombres que iban en un carro detrás mataron a los otros dos mamos, dejando sus cuerpos tirados en la carretera, en las inmediaciones de Bosconia, Cesar”.

Responsabilidad, arrepentimiento y petición de perdón

Entre lágrimas, el coronel Urrego pidió perdón al pueblo arhuaco y asumió su responsabilidad por omisión: “Esto cambió mi vida, mi hogar y mi carrera. En su momento puse en conocimiento todo lo que presencié al general Hugo Tovar Sánchez, quien me dio la orden de callar”.

Urrego insistió en que su intención en la audiencia era decir toda la verdad: “Vine a decir primero la verdad aquí, toda la verdad. El que sabe la razón exacta de quién dio la orden de la captura y asesinato de los indígenases John”.

La JEP continuará el proceso de contrastación de la información recibida y determinará los pasos a seguir en el marco del Caso 09, que busca satisfacer el derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación integral.

Por: Katlin Navarro Luna/ EL PILÓN