‘La Cacica’ fue cónsul en España, jefe de la Oficina de Turismo departamental, creadora del Festival de la Leyenda Vallenata, candidata a la Gobernación del Cesar y ministra de Cultura.
Hablar de Consuelo Inés Araujonoguera siempre será de privilegio y regocijo para los vallenatos. Una mujer de carácter fuerte, decisiva y de espíritu luchador para conseguir sus propósitos. Su forma de ser la llevó a estar presente en tertulias vallenatas junto a su primer esposo Hernando Molina Céspedes, en las que se debatían temas propios de la región y de política.
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A pesar de no tener un título universitario su amor a la lectura le regaló los suficientes conocimientos para poder opinar sobre cualquier tema y que su punto de visto fuera escuchado.
Precisamente a comienzo de los años 60, cuando ya se empezaba a pensar en el Cesar como un departamento independiente del Magdalena Grande, su casa ubicada al frente de la plaza Alfonso López, se convirtió en ese sitio de encuentro donde personalidades como José Antonio Murgas, Aníbal Zuleta Martínez, Armando Maestre Pavajeau, Alfonso López Michelsen, Pedro Castro Monsalvo, entre otros, se reunían buscando estrategias para llevar hasta el Congreso de la República la propuesta de la creación del departamento. En todo esto estuvo presente ‘La Cacica’, pseudónimo que le dio el periodista Hernando Giraldo, al ver su capacidad para liderar.
El exgobernador y cofundador de la Universidad Popular del Cesar, Jaime Murgas Arzuaga, recuerda los años entre 1966 y 1967, cuando ‘La Cacica’ promovía las comitivas para llevar hasta el Congreso de la República a referentes de la música vallenata como ‘Colacho’ Mendoza, Leandro Díaz y Rafael Escalona, para animar las propuestas de los impulsores del departamento.
“Yo apenas estaba saliendo de la universidad como abogado en Bogotá, y algunos vallenatos íbamos a las barras a entusiasmar y el ritmo de los acordeones no eran la excepción, y eso era promovido por Consuelo. Tuve mucha relación con ella cuando en el año 1978 me designaron a mí como secretario de Planeación en el departamento del Cesar, y como en esa época la Gobernación quedaba donde está la Alcaldía, y al lado estaba su casa, en muchas ocasiones participé en diálogos y reuniones con ella, porque era una gran dirigente cívica que participaba muy activamente en los encuentros y foros que se hacían en el principio del departamento del Cesar”, relató el exgobernador Murgas Arzuaga.
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Uno de los primeros cargos políticos-administrativos que ocupó Consuelo Araujo fue de jefe de la Oficina de Turismo, en el gobierno de su amigo Alfonso López Michelsen, primer gobernador del Cesar, donde empezó a organizar la creación del Festival de la Leyenda Vallenata.
“Fue una autodidacta culta, defensora de la música y folclor, una auténtica mujer vallenata que supo representarnos muy bien en todos los escenarios donde estuvo y supo estar a la altura en todos los actos en que participaba porque era un persona muy activa, nunca se quedaba callada y estuvo siempre comprometida con todas las actividades político- administrativas en esta región del país”, aseveró Jaime Murgas Arzuaga.
En el periodo de la presidencia de Alfonso López Michelsen, en los años de 1974 a 1978, Consuelo Araujo fue nombrada cónsul de Colombia en Sevilla, España. En ese entonces ya estaba consolidado el Festival de la Leyenda Vallenata, que inició en 1968.
En 1997 decide lanzarse como candidata a la Gobernación del Cesar, con el lema ‘Para que vuelvan los buenos tiempos’. Su principal contradictor fue Lucas Gnecco Cerchar. Años atrás fueron aliados políticos. En esa ocasión ganó Lucas Gnecco las elecciones en medio de señalamientos de presuntos actos de corrupción.
Fue el propósito y anhelo que el vallenato cruzara fronteras el que propició que en 1999 fuera invitada a la Casa Blanca por el presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton. Llegó acompañada de la ya creada la agrupación vallenata infantil ‘Los Niños del Vallenato’, junto al maestro Andrés ‘El Turco Gil’. Ese año sonaron en la Casa Blanca los aires de paseo, merengue, puya y son.
Una de las anécdotas más recordadas de ese encuentro fue el regalo que le hizo al presidente norteamericano. En sus manos le entregó un sombrero vueltiao, y a su esposa Hillary Clinton un collar arhuaco y una hamaca de San Jacinto Bolívar.
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En el año 2000 fue nombrada ministra de Cultura, por el entonces presidente Andrés Pastrana. Desde su despacho defendió el folclor nacional tomando decisiones altamente controvertidas, entre ellas la proposición de financiar únicamente las manifestaciones autóctonas colombianas. No obstante, renunció a este cargo cuando su segundo esposo Edgardo Maya Villazón, fue nombrado procurador General de la Nación.
Sin duda, Consuelo Inés Araujonoguera seguirá siendo recordada por cada una de las luchas que gestó hasta el día de su muerte a manos de las extintas Farc, el 24 de septiembre de 2001, en zona rural de Valledupar.
‘La Cacica’ fue cónsul en España, jefe de la Oficina de Turismo departamental, creadora del Festival de la Leyenda Vallenata, candidata a la Gobernación del Cesar y ministra de Cultura.
Hablar de Consuelo Inés Araujonoguera siempre será de privilegio y regocijo para los vallenatos. Una mujer de carácter fuerte, decisiva y de espíritu luchador para conseguir sus propósitos. Su forma de ser la llevó a estar presente en tertulias vallenatas junto a su primer esposo Hernando Molina Céspedes, en las que se debatían temas propios de la región y de política.
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A pesar de no tener un título universitario su amor a la lectura le regaló los suficientes conocimientos para poder opinar sobre cualquier tema y que su punto de visto fuera escuchado.
Precisamente a comienzo de los años 60, cuando ya se empezaba a pensar en el Cesar como un departamento independiente del Magdalena Grande, su casa ubicada al frente de la plaza Alfonso López, se convirtió en ese sitio de encuentro donde personalidades como José Antonio Murgas, Aníbal Zuleta Martínez, Armando Maestre Pavajeau, Alfonso López Michelsen, Pedro Castro Monsalvo, entre otros, se reunían buscando estrategias para llevar hasta el Congreso de la República la propuesta de la creación del departamento. En todo esto estuvo presente ‘La Cacica’, pseudónimo que le dio el periodista Hernando Giraldo, al ver su capacidad para liderar.
El exgobernador y cofundador de la Universidad Popular del Cesar, Jaime Murgas Arzuaga, recuerda los años entre 1966 y 1967, cuando ‘La Cacica’ promovía las comitivas para llevar hasta el Congreso de la República a referentes de la música vallenata como ‘Colacho’ Mendoza, Leandro Díaz y Rafael Escalona, para animar las propuestas de los impulsores del departamento.
“Yo apenas estaba saliendo de la universidad como abogado en Bogotá, y algunos vallenatos íbamos a las barras a entusiasmar y el ritmo de los acordeones no eran la excepción, y eso era promovido por Consuelo. Tuve mucha relación con ella cuando en el año 1978 me designaron a mí como secretario de Planeación en el departamento del Cesar, y como en esa época la Gobernación quedaba donde está la Alcaldía, y al lado estaba su casa, en muchas ocasiones participé en diálogos y reuniones con ella, porque era una gran dirigente cívica que participaba muy activamente en los encuentros y foros que se hacían en el principio del departamento del Cesar”, relató el exgobernador Murgas Arzuaga.
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Uno de los primeros cargos políticos-administrativos que ocupó Consuelo Araujo fue de jefe de la Oficina de Turismo, en el gobierno de su amigo Alfonso López Michelsen, primer gobernador del Cesar, donde empezó a organizar la creación del Festival de la Leyenda Vallenata.
“Fue una autodidacta culta, defensora de la música y folclor, una auténtica mujer vallenata que supo representarnos muy bien en todos los escenarios donde estuvo y supo estar a la altura en todos los actos en que participaba porque era un persona muy activa, nunca se quedaba callada y estuvo siempre comprometida con todas las actividades político- administrativas en esta región del país”, aseveró Jaime Murgas Arzuaga.
En el periodo de la presidencia de Alfonso López Michelsen, en los años de 1974 a 1978, Consuelo Araujo fue nombrada cónsul de Colombia en Sevilla, España. En ese entonces ya estaba consolidado el Festival de la Leyenda Vallenata, que inició en 1968.
En 1997 decide lanzarse como candidata a la Gobernación del Cesar, con el lema ‘Para que vuelvan los buenos tiempos’. Su principal contradictor fue Lucas Gnecco Cerchar. Años atrás fueron aliados políticos. En esa ocasión ganó Lucas Gnecco las elecciones en medio de señalamientos de presuntos actos de corrupción.
Fue el propósito y anhelo que el vallenato cruzara fronteras el que propició que en 1999 fuera invitada a la Casa Blanca por el presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton. Llegó acompañada de la ya creada la agrupación vallenata infantil ‘Los Niños del Vallenato’, junto al maestro Andrés ‘El Turco Gil’. Ese año sonaron en la Casa Blanca los aires de paseo, merengue, puya y son.
Una de las anécdotas más recordadas de ese encuentro fue el regalo que le hizo al presidente norteamericano. En sus manos le entregó un sombrero vueltiao, y a su esposa Hillary Clinton un collar arhuaco y una hamaca de San Jacinto Bolívar.
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En el año 2000 fue nombrada ministra de Cultura, por el entonces presidente Andrés Pastrana. Desde su despacho defendió el folclor nacional tomando decisiones altamente controvertidas, entre ellas la proposición de financiar únicamente las manifestaciones autóctonas colombianas. No obstante, renunció a este cargo cuando su segundo esposo Edgardo Maya Villazón, fue nombrado procurador General de la Nación.
Sin duda, Consuelo Inés Araujonoguera seguirá siendo recordada por cada una de las luchas que gestó hasta el día de su muerte a manos de las extintas Farc, el 24 de septiembre de 2001, en zona rural de Valledupar.