Cuando la ciudad se abre paso al desarrollo del tan anhelado Sistema Estratégico de Transporte, que mejorará sustancialmente la calidad de vida de los vallenatos, especialmente de las personas que utilizan el precario transporte público como único medio de movilidad, los concejales de Valledupar se paran en raya, con un carácter que deberían tener para […]
Cuando la ciudad se abre paso al desarrollo del tan anhelado Sistema Estratégico de Transporte, que mejorará sustancialmente la calidad de vida de los vallenatos, especialmente de las personas que utilizan el precario transporte público como único medio de movilidad, los concejales de Valledupar se paran en raya, con un carácter que deberían tener para otros temas vitales, y no autorizan al alcalde Freddy Socarras para declarar de utilidad pública nueve predios para terminar la construcción de la malla vial de la 44.
Este mensaje de control político al Alcalde por parte de los concejales es un arma de doble filo para la ciudadanía, que no entiende ni quiere entender por qué el único argumento que esgrimen, aun en sus comunicados de prensa, es que el mandatario de los vallenatos explique las razones o motivos que lo llevaron a pedirle la renuncia hace algunos meses a la gerente del SIVA, empresa operadora del Sistema Estratégico de Transportes, porque supuestamente “había un manto de duda respecto a la contratación pública”.
Si bien es cierto que la presentación del proyecto de declaratoria publica de estos terrenos es en sesiones extraordinarias, también lo es que esta decisión de decir que no, está retrasando el desarrollo de la ciudad. Si el Alcalde es sincero y le da las explicaciones que los concejales quieren escuchar o decide no responder a sus inquietudes, tarde que temprano deberán aprobar esta solicitud, pues no pueden cargar en sus conciencias que obstaculizaron el desarrollo de la ciudad.
Pero como estamos en pleno campaña electoral, cuando juegan intereses políticos, individuales, y no colectivos, todo puede pasar. Por eso algunos sectores de la ciudad, dicen que esta es una estrategia para pescar en rio revuelto, como dice el adagio popular, y ganar sus prebendas políticas. Todos quieren mermelada, así sea del dulce típico que se produce en la Administración de Valledupar.
Vendrá el mes de marzo, cuando inician las sesiones ordinarias del Concejo Municipal. ¿También vendrán las mismas inquietudes de parte de sus honorables miembros? Por el bienestar de la ciudad que merece otra dinámica social, urbanística y de desarrollo, deben analizar, reflexionar y aterrizar a la realidad de los habitantes de Valledupar, que urgen de obras de gran impacto. La capital del Cesar no se puede quedar estancada, con obras pequeñas que no impactan a un gran porcentaje de la ciudadanía, como lo harán las vías terminadas para que funcione como debe ser el Sistema Estratégico de Transporte Publico –SEPT-.
Y a la otra pata que le sale al gato, con los problemas que se presentan entre los nuevos socios-dueños de los buses del SEPT, también se le debe buscar solución urgente.
Cuando la ciudad se abre paso al desarrollo del tan anhelado Sistema Estratégico de Transporte, que mejorará sustancialmente la calidad de vida de los vallenatos, especialmente de las personas que utilizan el precario transporte público como único medio de movilidad, los concejales de Valledupar se paran en raya, con un carácter que deberían tener para […]
Cuando la ciudad se abre paso al desarrollo del tan anhelado Sistema Estratégico de Transporte, que mejorará sustancialmente la calidad de vida de los vallenatos, especialmente de las personas que utilizan el precario transporte público como único medio de movilidad, los concejales de Valledupar se paran en raya, con un carácter que deberían tener para otros temas vitales, y no autorizan al alcalde Freddy Socarras para declarar de utilidad pública nueve predios para terminar la construcción de la malla vial de la 44.
Este mensaje de control político al Alcalde por parte de los concejales es un arma de doble filo para la ciudadanía, que no entiende ni quiere entender por qué el único argumento que esgrimen, aun en sus comunicados de prensa, es que el mandatario de los vallenatos explique las razones o motivos que lo llevaron a pedirle la renuncia hace algunos meses a la gerente del SIVA, empresa operadora del Sistema Estratégico de Transportes, porque supuestamente “había un manto de duda respecto a la contratación pública”.
Si bien es cierto que la presentación del proyecto de declaratoria publica de estos terrenos es en sesiones extraordinarias, también lo es que esta decisión de decir que no, está retrasando el desarrollo de la ciudad. Si el Alcalde es sincero y le da las explicaciones que los concejales quieren escuchar o decide no responder a sus inquietudes, tarde que temprano deberán aprobar esta solicitud, pues no pueden cargar en sus conciencias que obstaculizaron el desarrollo de la ciudad.
Pero como estamos en pleno campaña electoral, cuando juegan intereses políticos, individuales, y no colectivos, todo puede pasar. Por eso algunos sectores de la ciudad, dicen que esta es una estrategia para pescar en rio revuelto, como dice el adagio popular, y ganar sus prebendas políticas. Todos quieren mermelada, así sea del dulce típico que se produce en la Administración de Valledupar.
Vendrá el mes de marzo, cuando inician las sesiones ordinarias del Concejo Municipal. ¿También vendrán las mismas inquietudes de parte de sus honorables miembros? Por el bienestar de la ciudad que merece otra dinámica social, urbanística y de desarrollo, deben analizar, reflexionar y aterrizar a la realidad de los habitantes de Valledupar, que urgen de obras de gran impacto. La capital del Cesar no se puede quedar estancada, con obras pequeñas que no impactan a un gran porcentaje de la ciudadanía, como lo harán las vías terminadas para que funcione como debe ser el Sistema Estratégico de Transporte Publico –SEPT-.
Y a la otra pata que le sale al gato, con los problemas que se presentan entre los nuevos socios-dueños de los buses del SEPT, también se le debe buscar solución urgente.