Restaurar el patrimonio histórico y por qué no, hacer del departamento del Cesar un corredor de turismo, es el anhelo de la Fundación Aviva, la cual bajo la dirección de Alba Luz Luque y la arquitecta Annie Marshall se la juegan toda para conservar la historia del viejo Valledupar.
Restaurar el patrimonio histórico y por qué no, hacer del departamento del Cesar un corredor de turismo, es el anhelo de la Fundación Aviva, la cual bajo la dirección de Alba Luz Luque y la arquitecta Annie Marshall se la juegan toda para conservar la historia del viejo Valledupar.
Para el martes, en las instalaciones de la Fundación, fue convocado el Director de la Casa de la Cultura Alberto Muñoz Peñaloza, para compartirle la experiencia de Barranquilla y la recuperación del Centro de la ciudad; para ello asistió Vivian Saad, una barranquillera profesional de la fotografía y de las artes plásticas.
Durante un largo recorrido Vivian Saad dio a conocer sus inicios, en los que nadie daba ‘un peso’ por las restauraciones que ella planteaba en ese entonces para recuperar la plaza de San Nicolás y el Centro histórico de Barranquilla. La mujer perseverante y apasionada por el patrimonio cuenta que durante horas se ‘plantaba’ a las afueras de las oficinas de cultura o de quien interesara conocer el impresionante cambio que sufriría la capital atlanticense si se le invirtiera a la arquitectura histórica, encontrándose siempre con la indiferencia del Estado.
Una situación similar se presenta en Valledupar, por lo que la Fundación Aviva busca socializar la riqueza de la cultura y declara que no se darán por vencidos, hasta no ver los callejones, las casas de bahareque y cada rincón del centro histórico de la ciudad haciendo parte del inventario del patrimonio, recuperado y turístico.
Una de las experiencias conocidas de primera mano por la fotógrafa barranquillera fue que al no tener la atención de la Administración, decidió mostrarle a la ciudadanía y al gobierno por medio de 9 LONAS gigantescas que alcanzaban hasta los 48 metros cuadrados ubicadas en varias construcciones arquitectónicas de tipo ‘Art Deco’ del centro de Barranquilla, donde representó el antes y el posible después del Centro histórico de ‘La Puerta de Oro de Colombia’ con un desarrollo urbanístico.
Tomando casas, edificios, balcones y todos los espacios a punto de convertirse en ruinas los manipuló con colores y restauraciones resultado de retoques fotográficos para encausar el sentir de los pobladores y de los funcionarios, con lo que despertó el sentido de pertenencia y el anhelo de volver esas imágenes una realidad en Barranquilla y con ello inició el revolcón de la historia que hoy se cuenta en las viejas calles de ‘La arenosa’.
Luego de su experiencia en Barranquilla y 22 municipios del Atlántico, la Fundación Aviva busca retomarla y lograr la atención de la comunidad y de los gobernantes acerca de la riqueza de la cultura y de la importancia de conservar una historia de caja, guacharaca y acordeón que se contó hace muchos años desde una esquina de la carrera séptima o desde un callejón que merece la mirada de la Administración para conservarlo.
Restaurar el patrimonio histórico y por qué no, hacer del departamento del Cesar un corredor de turismo, es el anhelo de la Fundación Aviva, la cual bajo la dirección de Alba Luz Luque y la arquitecta Annie Marshall se la juegan toda para conservar la historia del viejo Valledupar.
Restaurar el patrimonio histórico y por qué no, hacer del departamento del Cesar un corredor de turismo, es el anhelo de la Fundación Aviva, la cual bajo la dirección de Alba Luz Luque y la arquitecta Annie Marshall se la juegan toda para conservar la historia del viejo Valledupar.
Para el martes, en las instalaciones de la Fundación, fue convocado el Director de la Casa de la Cultura Alberto Muñoz Peñaloza, para compartirle la experiencia de Barranquilla y la recuperación del Centro de la ciudad; para ello asistió Vivian Saad, una barranquillera profesional de la fotografía y de las artes plásticas.
Durante un largo recorrido Vivian Saad dio a conocer sus inicios, en los que nadie daba ‘un peso’ por las restauraciones que ella planteaba en ese entonces para recuperar la plaza de San Nicolás y el Centro histórico de Barranquilla. La mujer perseverante y apasionada por el patrimonio cuenta que durante horas se ‘plantaba’ a las afueras de las oficinas de cultura o de quien interesara conocer el impresionante cambio que sufriría la capital atlanticense si se le invirtiera a la arquitectura histórica, encontrándose siempre con la indiferencia del Estado.
Una situación similar se presenta en Valledupar, por lo que la Fundación Aviva busca socializar la riqueza de la cultura y declara que no se darán por vencidos, hasta no ver los callejones, las casas de bahareque y cada rincón del centro histórico de la ciudad haciendo parte del inventario del patrimonio, recuperado y turístico.
Una de las experiencias conocidas de primera mano por la fotógrafa barranquillera fue que al no tener la atención de la Administración, decidió mostrarle a la ciudadanía y al gobierno por medio de 9 LONAS gigantescas que alcanzaban hasta los 48 metros cuadrados ubicadas en varias construcciones arquitectónicas de tipo ‘Art Deco’ del centro de Barranquilla, donde representó el antes y el posible después del Centro histórico de ‘La Puerta de Oro de Colombia’ con un desarrollo urbanístico.
Tomando casas, edificios, balcones y todos los espacios a punto de convertirse en ruinas los manipuló con colores y restauraciones resultado de retoques fotográficos para encausar el sentir de los pobladores y de los funcionarios, con lo que despertó el sentido de pertenencia y el anhelo de volver esas imágenes una realidad en Barranquilla y con ello inició el revolcón de la historia que hoy se cuenta en las viejas calles de ‘La arenosa’.
Luego de su experiencia en Barranquilla y 22 municipios del Atlántico, la Fundación Aviva busca retomarla y lograr la atención de la comunidad y de los gobernantes acerca de la riqueza de la cultura y de la importancia de conservar una historia de caja, guacharaca y acordeón que se contó hace muchos años desde una esquina de la carrera séptima o desde un callejón que merece la mirada de la Administración para conservarlo.